Un día de gatos
Era una mañana cálida en Tokio el calor estaba al máximo, se podía ver a la gente en piscina y en ropas fresca y a un chico alto, peli negro con un peinado poco común en busca de su novio (que por cosas de la vida vivía al lado), el joven sabía muy bien que su novio odiaba estos clima y sabía perfectamente que estaría tirado en su cuarto con el abanico a todo volumen jugando en su psp o en su celular así que ni corto ni perezoso decidió entrar como han sido amigos (y ahora novios) desde muy pequeños sus familias eran muy unidas, en pocas palabras kuroo era otro miembro más de la familia del menor.
Subió las escaleras que dirigían al cuarto del “rubio” no sin antes saludar a la madre del mismo, al llegar abrió la puerta quedando completamente sorprendido al ver el gran desorden que tenía su novio allí y para su sorpresa estaba tirado en el piso con un cubo de helado al lado con su hermoso cabello rubio teñido amarrado en una coleta una camisilla y sus pantalones cortos con su psp rojo en manos jugando quien sabe qué cosa que se llevaba toda su atención sin darse cuenta que el mayor había llegado, kuroo con una expresión un poco molesta decidió hablar
-kenma y ¿este desorden que es?- decía en tono molesto el mayor que al fin pudo ser el centro de atención del menor quien lo recibió con un -hola- sin moverse de donde estaba, kuroo suspiro realmente su novio a veces era el colmo pero aun así lo amaba con todo su ser, kenma se preocupo al escuchar ese suspiro de kuroo –más tarde limpiare no te preocupes- trataba de convencer a su novio de algo que no iba a hacer, levantándose al fin del piso acercándose al mayor empinándose para darle un dulce beso en la mejilla a kuroo quien sonrió al recibirlo de verdad el más bajo sabia como contentarlo, kuroo aprovecho para abrazarlo por la cintura con un brazo y con el otro tomar su mentón para darle un beso en sus labios sonrojando al instante al rubio un momento perfecto en un día caloroso pero el peli-negro no había ido para visitarlo
-kenma debemos ir a entrenar tenemos un partido de práctica con karasuno debemos prepararnos- kenma solo lo escuchaba frunciendo el ceño con este calor a ¿Quién se le ocurría entrenar? Solo a su novio y lo peor era que lo arrastraba en sus locuras
-pero Tetsuro hace mucho calor para entrenar porque mejor nos quedamos en casa y disfrutamos un helado juntos- el menor sabía perfectamente cómo ganarse a su novio y tal vez solo tal vez podría evitar que fueran a esa tortura que llama entrenamiento, kuroo aun abrazando a su novio lo miro hizo una sonrisa picara y le susurro – podrías hacer algo más divertido- tensando al instante al “rubio” separándose con un leve sonrojo y susurrando un – dame 5 minutos y vamos- dejando solo al mayor puede que kenma supiera como contentarlo pero él sabía cómo ganarle al menor.