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We´re more than friends por Minale

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Notas del capitulo:

En verdad lamento mucho el tiempo que me he tomado en seguir esta historia, tuve muchos problemas porque me di cuenta que iba por el curso equivocado, espero que con este capítulo ya haberlo solucionado y me parece que ha quedado mejor.

A criterio persional, me ha gustado mucho como quedó, y espero que a ustedes igual les guste y sigan leyendo lo que viene. Sobre todo agradezco a aiko shiroyama, realmente este capitulo te lo dedico porque sin tus lindas palabras no me hubiera animado a escribirlo tan rápido y con tantas ganas. Saber que hay gente que disfruta de lo que escribo es genial, en serio <3

Ya las ideas están en orden, y he visto que no me ha tomado mucho escribir, así que ahora que tengo más tiempo libre, espero no tomarme meses, sino semanas en traerles actualizaciones.

Sin más qué decir, disfruten del capitulo, muchas gracias por leerme y espero sus reviews :D

Aunque la noche no había estado tan mal, no consiguió dejar de lado lo que había ocurrido con Kei. Pudo descansar las primeras cuatro horas, dio mil vueltas en su cama pensando la razón por la cual el guitarrista pudo haberse comportado de esa manera, no era algo normal en él, generalmente solía ser calmado y siempre buscando el cómo solucionar todo. Si mal no recordaba, el terco era él, no su compañero de banda y amigo. Aún faltaba media hora para que la alarma de su celular sonara, los minutos se le habían hecho eternos y por más inusual que fuera, estaba ansioso porque el aparato le indicara que debía levantarse apenas comenzara a sonar. Volvió a mirar la pantalla del celular, apenas cinco minutos habían pasado. Apagó la pantalla, dejó el aparato en la mesa de noche a su lado y se quedó mirando al techo. No conseguiría dormir media hora más, eso era seguro, y perder el tiempo solo en la cama carcomiendo su mente no era la mejor opción. Sin pensarlo más, se levantó de una vez a alistarse, ni siquiera tenía apetito para comer algo antes de salir. Se aseguró de tener todo y no olvidar nada, incluso tuvo tiempo de sobra para desactivar la fastidiosa alarma y no tener que escuchar el recordatorio de haberse levantado tan temprano.

Con lo temprano que iba, llegar a las salas de estudio no fue la gran travesía, y como lo había supuesto, ninguno de sus compañeros se había presentado aún. Eso no hizo que la preocupación por el rubio guitarrista disminuyera. Después de dejar las cosas en la sala de producción donde pensaba adelantar algunas cosas, fue a donde la noche anterior habían discutido. El enojo del momento se le había pasado horas atrás, tal vez cuando despertó, aunque aún no pasaba por encima lo sucedido y recordaba perfectamente cada una de las palabras de Kei, en ese momento sólo quería asegurarse de que no siguiera frente a la maldita pantalla. Abrió la puerta de la sala correspondiente y se asomó con cautela, suspirando con alivio al verla completamente vacía, y con todos los instrumentos de producción apagados. Ingresó segundos después para descartar algún rastro de su amigo, y al no ver nada que indicara que estuviera ahí, salió del lugar con un sentimiento más tranquilo. No importaba si se trataba de Kei, tiempo atrás de seguro no estaría calmado con el humor que tanto lo caracterizaba, ni siquiera se hubiera molestado en saber si aún seguía trabajando o no, pero esta vez era diferente. El que el guitarrista significara para yo-ka algo más que sólo un amigo, eso implicaba también el preocuparse porque estuviera bien y dejar de lado, de manera inconsciente, el enojo de la noche anterior.

Una vez de vuelta en el sitio en el que había dejado sus cosas, intentó concentrarse en adelantar lo que tenía en mente, tal vez eso lo tendría distraído y que su mente no se ocupara en pensar una vez más sobre la discusión, no era lo mejor comenzar el día de la misma manera que había acabado el anterior.

Poco rato después ya estaba en compañía de Tatsuya, la buena disposición del batero le ayudaba a tener la mente ocupada. Tampoco tuvieron que esperar mucho a la llegada de los dos miembros faltantes, quienes pasaron frente a la puerta abierta antes de detenerse al verlos en el lugar. Tanto el bajista, como el guitarrista, parecían estar también de muy buen ánimo, la sonrisa de cada uno evidenciaba que segundos antes habían estado riendo, de seguro por alguna tontería. Yo-ka no pudo evitar extrañarse ante el tan buen humor de Kei, ni parecía que la noche anterior le hubiera gritado cuanta grosería se le pasó por la mente, al menos cuando lo saludó no parecía recordarlo.

- ¿Se quedarán aquí? De ser así, Kei y yo estaremos al lado revisando lo que quedó pendiente de anoche.

- ¿Entonces no terminaste anoche? Creí que eras muy capaz de hacerlo.- Era increíble como la molestia de ver a Kei tan tranquilo había acabado con la calma que tenía. Resulta que todo seguía muy latente para él, y a diferencia de lo que su compañero aparentaba, no lo había dejado pasar aún.

-  No, no pude terminarlo, el cansancio terminó por consumirme un rato después. -No quiso hacer mucha referencia al suceso, con el sarcasmo más que claro en las palabras del vocalista era suficiente. - ¿Me acompañas un momento? No quiero hacer otra escena como la de anoche. -Yo-ka arqueó una ceja de inmediato, incrédulo de lo que escuchaba. Ese en definitiva no era el mismo Kei de anoche.

- Y parecía que te había gustado tanto. -Observó al rubio por un momento, escasos segundos antes de suspirar y levantarse de la silla para seguirlo fuera de la sala. Dejó la puerta a medio cerrar, era mejor tratar el tema un poco más en privado, el poco que podían tener en medio pasillo, pero sabía que sus compañeros lo entendían más que bien. - Que sea rápido, estamos retrasados.

- Lo sé, no pienso hacerte perder mucho tiempo. -De nuevo tenía que hacer recurso a sus palabras, y esperaba que esta vez no le fallaran como había sucedido la última vez.- Lamento la manera en que te hablé anoche, ya me he disculpado con Shoya y lo haré con Tatsuya apenas esté todo bien contigo. -No dio tiempo a Yo-ka de responderle, y no se lo permitiría hasta acabar él primero.- He estado muy estresado, y el que ayer nada saliera bien para mí creo que fue el detonante de mi mal humor.

- Estabas hecho una mierda anoche, ganas no me faltaron para golpearte.

- Me hubieras hecho entrar en razón más rápido.

- Es verdad, tal vez estropear un poco ese bonito rostro que tienes te ayudaba a ver lo idiota que estabas siendo.

Kei dejó escapar una ligera risa al escucharlo, la que hizo que Yo-ka sonriera un poco, al parecer la disculpa directa había ido mucho mejor de lo que pensó. Eso era bueno, ya estaba comenzando a ver cómo afrontar mejor al pelirrojo sin hacerlo enojar de más. Yo-ka podía ser del tipo de personas que en un momento estaba bromeando y al siguiente escupiendo fuego por la boca cuando se molestaba. No era completamente fácil de tratar en esos momentos, pero saber cómo tenía sus notables ventajas.

- Lo de anoche, no sólo te lo dije porque Shoya y Tatsuya me lo pidieran. Cuando me comentaron cómo estabas, en verdad me preocupé por ti. Así que la próxima vez, intenta recordar que te quiero en buena salud, realmente no quisiera tener que besarte estando enfermo. - Fingió un gesto de asco, provocando una sonrisa burlona en el guitarrista. No iba a negarlo, ante cualquier risa de Kei no podía sentirse enfadado.

- No te preocupes, no pienso hacerte pasar por algo así, además los hospitales no son muy agradables.

- Entonces cuídate, y déjame a mí ser el terco. - Aprovechó que la sonrisa del guitarrista se acentuó un poco más para dejar un diminuto beso en la mejilla derecha cuando acortó la distancia entre ambos por escasos segundos. - Ve, Shoya te está esperando.

Le sorprendió el cambio en Yo-ka con tan solo sus palabras, pero se notaba menos molesto, y esperaba que en el transcurso del día esas bromas se mantuvieran o incluso incrementaran, en verdad no quería volver a verlo molesto por su causa. Desde la vez que se besaron por primera vez, esta hubiera sido la segunda vez que lo había enfadar por su culpa, algo que había comenzado a molestarle.

Una vez todo resulto con el pelirrojo, el hablar con Tatsuya y disculparse también con él fue cosa más sencilla, con lo carismático que era el batero, el asunto fue olvidado en seguida. Tan pronto como terminó de hablar, retomó su camino junto al bajista hacia la sala en la que estarían terminando lo que dejó pendiente. Por su parte, Yo-ka volvió junto a Tatsuya para seguir avanzando lo que llevaban ya trabajado.

Ya con los ánimos de los cuatro estando en su completa normalidad, los pendientes del día se finalizaron sin mayor atraso. Cuando todos se lo proponían, lograban avanzar en adelantar lo que les hiciera falta, estando a nada del próximo lanzamiento, cualquier momento valía oro con tal de no retrasarse de nuevo. Junto a la satisfacción de haber podido salir adelante con todo lo del día, se sumaron los típicos acercamientos que entre Yo-ka y Kei siempre habían, tampoco las bromas pasaron desapercibidas, sobre todo en un momento libre que compartieron en el que Kei comentó haber hecho desaparecer el estrés y mal humor con una noche bastante buena; no era necesario entrar en detalles para saber a lo que se refería.

Los días siguieron transcurriendo con total naturalidad, los preparativos para el nuevo lanzamiento ya estaban listos, las confirmaciones de tiendas de promoción y donde serían los conciertos estaba por igual más que revisado. Todo parecía estar en orden y el regreso al contacto con los fans no se hizo esperar. Las fechas de la gira llegaron en un abrir y cerrar de ojos, no eran demasiadas, pero tampoco sería algo corto, tal vez moderado para no quedar exhaustos. Aún con todo el ajetreo que implicaba el ir de un lado a otro, el vocalista supo encontrar los momentos adecuados para coquetear con el guitarrista, cosa que al rubio no le molestaba en lo absoluto, más bien lo disfrutaba y se mostraba con la misma intención. Yo-ka se había vuelto más descarado con él, a fin de cuentas si ya le había dicho que le gustaba, ¿Qué más daba ser más notorio? Aún no tenía una respuesta certera sobre lo que Kei sentía, pero mientras este no le pusiera un alto, no desaprovecharía la oportunidad para llamar su atención.

Entre las fechas de los conciertos, había dos días seguidos para poder descansar un poco entre tanto movimiento, y aunque estaba la opción de quedarse en la habitación del hotel en la que estaban, ninguno de los cuatro músicos optó por esa posibilidad. Estando en lugares diferentes cada cierto tiempo, no parecía mala idea el conocer un poco más, era otra de las partes emocionantes que se vivía en las giras. Estando en Kyūshū, en la prefectura de Miyazaki, había muchos sitios a los cuales ir sin importar cuántas veces ya hubieran estado ahí. El plan principal para aquel día era recorrer las calles de la ciudad de Miyazaki los cuatro juntos, aunque después de almorzar, decidieron dividirse e ir a diferentes sitios según los intereses de cada uno.

Yo-ka vio ese momento como otra oportunidad para estar a solas con Kei, y no la iba a dejar pasar. Así que lo que comenzó como un simple recorrido por varios lugares que les llamaba la atención, terminó siendo una segunda cita, más improvisada que la primera, sin planeamiento alguno y de la cual el rubio era consciente esta vez desde el inicio. El vocal ya no tenía nada que perder, así que plantearle la idea apenas estuvieron solos no le fue nada difícil, menos aún cuando Kei aceptó sin pensarlo demasiado. La idea no era conocerse más, después de tantos años amistad, sería simplemente una tontería, prefirieron mejor solo pasar tiempo juntos, compartir un rato que no tenían desde hacía tiempo y en el que las circunstancias eran muy diferentes esa vez en particular.

No pasaron a más que algunos besos, el vocalista tenía muy presente lo que Kei le había mencionado sobre no sentirse seguro y no quería presionarlo. Esa segunda cita tardó en llegar, pero la habían disfrutado tanto que valió la espera, así que no veía nada de malo el esperar un poco más y tan solo dejar que las cosas se fueran dando por sí solas. Además, el guitarrista se mostraba más interesado en disfrutar esos momentos juntos, así como los gestos de cariño entre ambos.

Y así pareció ser el resto de tiempo que la gira de promoción le tomó. Fue un completo éxito, todo lo que la banda había planeado salió justo como se acordó, alguno que otro inconveniente en ciertas presentaciones, pero nada que no pudieran solucionar en el momento y lograr un concierto enérgico de principio a fin. El regreso a Tokyo era necesario para todos, incluidos los miembros del staff, se notaba en todo el equipo el cansancio y las ansias de unos buenos días para descansar, dejar de lado cualquier mínimo rastro de estrés aún presente y calmar la mente para lo que venía después, incluso de lo que acababa de terminar. Resultaba también ser el momento apropiado para ver a la familia o amigos con quienes durante algunos meses no era posible tener una conversación decente.

Acordaron para cierta noche el verse antes de volver a entrar en trabajo de estudio, sin tener que hablar nada respectivo a la banda, solo de los cuatro para estar un poco más enterados de lo que acontecía en la vida privada de cada uno, hasta donde se podía saber, por supuesto. Quedaron de verse en el apartamento de Kei, con algunas cervezas y algo de cenar era más que suficiente para acompañar la conversación que no parecía ser de un par de horas, sino muchas más durante esa noche.

- Entonces irías a una sala techada, ¿No es así? - Yo-ka estaba medio recostado en el sofá donde se había sentado, apoyando un codo en el asiento acolchonado mientras con la mano libre sujetaba su segunda cerveza, la que no iba más allá de un cuarto vacía. A su lado, sentado en el mismo sofá, Shoya fumaba un cigarro sin apuro, prestando atención en la conversación que Tatsuya mantenía con el vocal. No aportaba nada a lo que charlaban al no parecerle de suma importancia, tan solo un tema que salió a flote de la nada, seguro dentro de poco lo dejarían de lado para volver a otro más interesante.

- Ya lo he hecho antes, en invierno. Aún con la nieve, tengo los impulsos por ir un rato a jugar baloncesto. ¿Cuándo vendrás conmigo? Podemos ir todos alguna vez. - Tatsuya estaba sentado justo al frente de Yo-ka en el sofá de enfrente,  igualmente dando caladas a un cigarro que ya llevaba consumido hasta la mitad.

- Serán ustedes dos, Shoya y yo les animamos desde la gradería. - Añadió el rubio con diversión, estando frente al bajista, con una pierna cruzada sobre la otra y la espalda contra el respaldo, el codo lo tenía apoyado igualmente en el respaldo y la cabeza contra su mano, para mayor comodidad.

- Kei-chan y yo nos encargaremos de animarlos, así será. - Finalizó el bajista con un tono risueño en su voz, no porque estuviera ebrio o algo similar, sino para seguir las palabras del guitarrista de manera graciosa. Con eso logró las risas de los otros tres, resultándole satisfactorio el ver que podían llevarse tan bien con tal facilidad.

- Bueno, ¿Quieren un poco más? Sobró bastante aún. - Ofreció Kei, recibiendo una negativa que lo llevó a levantarse para comenzar a recoger todo de una vez y comenzar a llevarlo a la cocina. Y no fue el único, la ayuda de sus compañeros no se hizo esperar demasiado. No era mucho por hacer, guardar los sobros y lavar las pocas cosas que habían usado era todo.

- Ya tenemos un plan para la próxima vez. Que no falten las animadoras. - Volvió a recordar el vocal con la ironía más evidente que nunca, la sonrisa en su rostro tampoco ayudaba a ocultar sus intenciones de bromear.

- Oh, espera, ¿Te nos unirás al grupo? - El rubio parecía bastante serio a lo que decía, pero el contener la risa por sus propias eliminaba esa seriedad, aún estando de espaldas a todos mientras ordenaba lo que faltaba.

La risa de los demás no se hizo esperar, aunque fuera leve, no dejaba de ser agradable oírlos reír en grupo. En unos segundos, mientras las risas se calmaban, Shoya miró al baterista, haciendo un ligero movimiento de cabeza en dirección a la puerta del departamento, gesto que el pelinegro entendió de inmediato. Ya más calmado, Tatsuya se acercó a Kei, palmeándole el hombro cuando estuvo a su lado y así explicarle que, junto a Shoya, ya se retiraba de la reunión. No era tan tarde, el reloj de la cocina marcaba la 1:34 am, pero era mejor ir a descansar si se tenían planes para el día siguiente.

El guitarrista dejó lo que hacía para despedir a sus amigos, por igual lo hizo el vocal que por el momento no mostraba intenciones de irse, tal vez lo haría en un rato. Los acompañó hasta la puerta, con un abrazo a cada uno y un par de palmadas en la espalda los dejó marcharse, cerrando después y así dirigirse de vuelta la cocina. No pasó desapercibido el que su gato, quien los había acompañado gran parte de la velada recostado en el asiento de una de las sillas del comedor, no muy lejos de la sala, también tomaba camino a su respectivo sitio para dormir, dentro de su habitación. Yo-ka se había entretenido esos escasos minutos con su celular, el cual guardó apenas se percató de la vuelta del rubio.

- ¿Shoya iba a llevar a Tatsuya?

- Al revés, era Tatsuya quien iba de conductor designado esta noche. - El tono gracioso en las palabras del guitarrista provocaron una ligera risa en el vocal, quien se acercó a abrazarlo por la espalda cuando había vuelto a ordenar lo mínimo que le faltaba. Lo miró de reojo con una notable sonrisa, acabando pronto de acomodar los últimos platos y así llevar sus manos a los antebrazos del vocal, repartiendo suaves caricias. - Supongo que aún no te vas, ¿Cierto? Porque hasta Buri ya se retiró a dormir.

- Cierto, ¿O ya me quieres fuera también?

- Te iba a ofrecer volver al sofá, pero ya que tienes planes de irte pronto, ni modo. - Se encogió de hombros con diversión, mirando de reojo al pelirrojo, sintiendo ese abrazo aún más fuerte cuando se acercó a hablarle al oído.

- Hoy andas más gracioso de lo normal, me parece a mí. - Murmuró al oído del guitarrista, depositando un notable beso en el cuello de éste. - Vamos, no pienso desaprovechar este rato a solas contigo.

El beso en el cuello no había sido problema, se había sentido bien y claro que le había gustado, así como sentirse entre los brazos de Yo-ka. Pero parecía estar un poco en desventaja al no tener mejor acceso al vocal más que a sus brazos. Queriendo tener más oportunidad, se volteó frente al otro para abrazarlo y poder mirarlo a la vez, con un gesto sonriente que iba más allá de ser solo una sonrisa amistosa. Yo-ka había iniciado un juego y Kei estaba más que dispuesto a continuarlo.

Sin soltarlo, comenzó a caminar en dirección a la sala, estando aun abrazado al vocal y empujándolo con su cuerpo como una manera de guiarlo y no tener que apartarse de él ni dejar de sostenerle la mirada. En su mente no había nada más que el rostro del pelirrojo, sin embargo, el sonido de un objeto vibrando sobre la mesa de la sala lo sacó de ese trance, deteniendo sus pasos y voltear a ver hacía donde se producía el sonido. ¿Una llamada a estas horas de la noche? No, el aparato dejó de vibrar demasiado pronto para que así fuera. Tenía que haber sido un mensaje, y realmente esperaba que ese no fuera el caso.

- Creí haberlo apagado… - Se quejó en voz alta, más para sí mismo que para el contrario. Se vio forzado a soltarlo del abrazo y adelantarse para revisar el celular; de tratarse de un mensaje, ya sabía bien de quien provenía. Confirmó sus sospechas al revisar el buzón y tan solo leer el nombre del contacto. Seguido de un suspiro, se dejó caer sentado en el sofá antes de comenzar a responder con rapidez. Claro que tenía prisa, no quería tener más interrupciones.

- ¿Sucede algo? - El vocal lo había alcanzado escasos segundos después, tomando asiento a su lado.

- Nada, solo una molesta interrupción. - Respondió sin más, terminando de enviar el mensaje de respuesta entre tanto. Se aseguró de bajar el volumen del celular y lo dejó de nuevo sobre la mesa, ahora si devolviendo toda la atención al pelirrojo. - ¿Perdimos el ambiente que teníamos?

- Hmm… - Yo-ka le miraba con un gesto pensativo, tan solo por unos segundos sintió esa mirada antes de que el vocal sonriera con un deje de picardía. Sin decir nada más, se tomó toda la libertad de sentarse sobre su cadera a horcajadas, frente al guitarrista, apoyando ambas manos en el respaldo del sofá al inclinar el torso hacia el rubio, quien había tenido que recostarse un poco contra el respaldo ante la cercanía. - No me parece que sea algo muy difícil de retomar.

Si la interrupción que habían tenido por el celular de Kei no era algo para preocuparse, darse ese derecho a estar más cerca del de cabellos rubios no parecía tampoco ser mala idea, mucho menos cuando el guitarrista llevó las manos a los costados de Yo-ka, mirándolo además con una sonrisa que mostraba rotunda complicidad, y una clara respuesta afirmativa a las últimas palabras del pelirrojo.

- Inclusive, lo podemos mejorar. - Como había mencionado Yo-ka, no parecía que a Kei le hubiera costado volver a sentir ese ambiente coqueto que anteriormente habían logrado. Después de esa frase, el vocal lo tuvo bastante claro, pero con el siguiente beso que el guitarrista depositaría en sus labios no había manera de estar equivocado. El rubio había eliminado cualquier espacio que aún existiera entre ellos al acercar el cuerpo del otro lo suficiente para tener al alcance sus labios y poder besarlo.

En un principio, el contacto sería suave y con cariño, no tuvo que esperar mucho a ser correspondido de la misma manera, decidiéndose entonces por prolongar un poco más el beso. No era la primera vez que sentía el sabor de aquellos labios, varias veces antes se había percatado del gran gusto que tenía por probar sus labios contra los ajenos, mas esta vez en particular era consciente de no poder, más bien de no querer detenerse. A cada segundo solo quería más y más de ello, provocando que el beso se fuera tornando más apasionado, intercambiando la suavidad por un aumento de intensidad. Tal vez el hecho de estar completamente solos, sin tener que preocuparse por absolutamente nada y disfrutar del momento a cuanto antojo quisiera, eran factores que le ayudaban a dejarse caer más en el deseo por esa boca.

 No supo el momento exacto en el que una de las manos de Yo-ka se movió desde donde estaba apoyada hacia su abdomen, exactamente debajo de su camisa, en un tacto que muy lejos de ser incómodo, le resultaba muy agradable. Sus manos, estando en los costados del otro, comenzaron a moverse lentamente hacia arriba, y luego hacia abajo, en suaves caricias que acompañaban el beso. El pelirrojo terminó por finalizar el contacto unos segundos después, mas no detuvo las caricias en el abdomen del guitarrista, admiró por un momento aquel gesto confuso del contrario, haciéndole sonreír antes de volver a acercarse y retomar los besos, no en los labios, sino en el mentón y de ahí comenzó a bajar hacia el cuello, provocando al otro echar la cabeza ligeramente hacia atrás para darle más espacio.

Si Yo-ka se estaba tomando tales libertades, que en lo absoluto le molestaban, ¿Por qué él no podía hacer lo mismo? Tenía unas inmensas ganas de hacerle sentir lo mismo que él en ese momento, y no quiso pensarlo mucho cuando llevó sus manos por debajo del abrigo y la camisa del pelirrojo, dándose  el gusto de palpar la piel del torso con sus propias manos. No pasó de lejos el trabajado abdomen del  contrario, pero era un detalle que ya bien conocía, así que no perdió demasiado tiempo en acariciar esa zona, prefirió seguir hacia la espalda, haciendo que las prendas superiores subieran un poco por igual; sería más fácil acariciarlo sin las prendas, por supuesto. Con la idea en la cabeza, y mientras Yo-ka le robaba suspiros con aquellos hambrientos besos que recibía aún en el cuello, alejó sus manos de la espalda y las llevó al pecho, bajando la cremallera del abrigo sin demasiada dificultad para poder quitárselo segundos después. Ni se molestó por saber dónde cayó la prenda.

El rubio estaba completamente sumergido en lo que habían comenzado y estaba seguro en qué iban a terminar, la idea no le desagradaba en lo absoluto, comenzaba a sentir ansias por tener más de su amigo, más que un abrazo, una caricia, un beso, quería mucho más y tanto su mente como su cuerpo habían comenzado a aclamar por ello, no podía evitarlo. Cuando Yo-ka se reincorporó al verse despojado del abrigo, Kei bajó un poco la cabeza para poder mirarlo mejor, levantando los brazos para ayudar al vocal a que le quitara la camisa.

- Siempre me ha gustado la manera en que vistes… Pero, sinceramente, te prefiero desnudo ahora.

- ¿Algún motivo en especial para preferirme así?

- Quiero ver cada una de las marcas que pienso dejarte. Tu bello cuerpo no saldrá intacto de esto…

- Me encanta cómo piensas, Yo-ka… - La sola idea se le antojó perfecta, sabía exactamente a lo que el pelirrojo se refería y lo quería, lo deseaba con fuerza. No se había dado cuenta hasta ahora, pero todas las veces que el vocal se había acercado a abrazarlo, o besar su mejilla como solía hacerlo con total naturalidad, se había quedado con las ganas de más, y ahora era el momento perfecto para reclamar por cada vez que no pudo obtener lo que, sin saberlo, había estado deseando.

Ante la sonrisa imborrable del guitarrista, Yo-ka no se dio a esperar más, inclinándose hacia el pecho del rubio y comenzar a besarlo, no con tanta hambre como lo había hecho en el cuello, donde seguro dejó alguna que otra marca, pero si con la suficiente dedicación para volver a escuchar algunos suspiros. Las manos del rubio volvieron a su cuerpo tan pronto como inició los besos, sintió levantar su camisa y su espalda más al descubierto, estremeciéndose con el roce de las uñas del guitarrista en su piel. Que las tuviera largas no era novedad, pero a diferencia de las caricias de minutos anteriores, estas eran más prominentes y hasta incitadoras. Kei sabía muy bien cómo seguirle el juego, al menos hasta ahora.

Todo apuntaba a que aquella noche sería de aún más goce para ambos. Kei estaba embelesado con la habilidad de Yo-ka para besar no solo sus labios, sino también su cuerpo. Todo él estaba realmente perdido en el pelirrojo, hasta que cometió el gran error de desviar su mirada por milésimas de segundo hacia la mesa de enfrente, donde no pudo evitar mirar su celular y recordar el mensaje que anteriormente había recibido. Aunque su vista regresó a lo que el vocal hacía en su pecho, muy cerca de uno de sus pezones, queriendo volver a ese momento en el que el placer comenzaba a jugar su parte, no logró que los muchos pensamientos de inseguridad sobre lo que hacía abandonaran su mente.

" SMS: Runa-chan d72;d72;

d72;d72; Kei-chan, ¿Te lo estás pasando bien?

Después me cuentas qué tal ha ido la velada.

Te quiero, cariño "

- Mh, Yo-ka, espera… Espera…

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Les gusta como va la historia? Espero que si porque aún falta un poco más para darla por concluída.

Espero recibir comentarios de su parte, que al final son la mayor motivación para seguir escribiendo. 

¡Muchas gracias por leer! Y nos vemos en la siguiente actualización ;D 


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