Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pequeña Insistencia. por Rey Shoucom

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Liso y de color negro con pequeñas manchas anaranjadas, aquello es lo que veía desde hacia alrededor de media hora, estaba como ausente, no comprendía que me estaba pasando, nunca me había sentido algo así antes, sobre todo por que debería estar enfadado, pues mi estúpido hermano había vuelto a traer a su novia y un par de amigos a casa, siempre que traía visita yo debía estar encerrado en mi habitación, pues los "molestaba" aun que realmente así era, ninguno se sentía a gusto conmigo, lo notaba por su comportamiento frió, por que se solían meterse conmigo o no oponiéndose a la ida de que me marchase. Pero uno de ellos hoy me defendió, se trataba de un viejo amigo de mi hermano que nunca antes había venido a casa ni había escuchado de él.

 

-Antes.-

 

Me encontraba solo en la sala de estar, mal sentado en el sofá con los pies sobre la mesa, echaba una partida con mi nueva consola a mi videojuego favorito, papa y mama estaban trabajando por lo que no volverían a casa hasta la noche y mi hermano salió con los amigos, por otro lado mi hermano y yo habíamos recogida la casa después de hacer los deberes, por lo que nada se interponía, era sin duda el momento ideal de vaguear. Tras un buen rato de jugar y sin querer terminar de jugar, me entro algo de gusanillo, por lo que me incorpore buscando con los pies mis pantuflas sin dejar de mirar la pantalla de la consola, me costó algo ponérmelas, pues se habían escondido por debajo de la mesa, pero no por ello deje de mirar la pantalla ni tampoco lo deje para desplazarme a la cocina, aun que al llegar a ella si deje la consola encima de la encimera para poder abrir la nevera, echando un primer vistazo no había nada que me apeteciese realmente, por lo que fui a mirar en el armario, en ella una bolsa de patatas fritas fue lo que más me llamo la atención, me disponía a alcanzarla cuando el cerrojo de la puerta de la entrada comenzó a girar, era mi hermano sin duda, habían varias voces hablando entre ellas, así que venía con sus amigos, peor la voz que mas destacaba era la de mi hermano, más que nada porque se puso a gritar mi nombre y a darme ordenes por encima de las voces de sus amigos.

 

Masaki: -¡Arata! !Donde estas¡ Ya vas yendo a tu cuarto, traje a unos amigos y no quiero que nos molestes.-

 

Cerré el armario con fuerza con aquel estúpido comentario de mi hermano, me había quitado todas las ganas de comer, siguiendo con mis bruscos modales causados por el enfado, cogí mi consola rápidamente y me dirigí a la sala de estar, claro como el agua se podía ver como estaba enfadado, pues estaba plantado como un sargento mirándolos a todos con odio, los amigos de Masaki y el se estaban sentando en los sofás, entre ellos me saludaron Sumire y mi cuñada Keiko, a las cuales no les devolví el saludo.

 

Arata: -¡Pero de qué vas Masaki! Yo también vivo aquí, no eres quien para enviarme al cuarto. ¿Y que si sois vosotros los que me molestáis a mi?- Dije rabioso.

 

Todos dejaron de hablar para prestar más atención a lo que decía, entre los chicos parecía haber alguien que no conocía hablando sobre mí, pues lo mire de reojo rápidamente cuando me di cuenta que me señalaba mientras hablaba con Isamu, aun que mi objetivo en ese momento era mi hermano, por lo que ignore aquel hecho que me molesto, Masaki sin dudarlo se levanto y me agarro del brazo con fuerza arrastrándome a la puerta de la sala, puse cara de espanto ante tal acción, me había sorprendido la rapidez con la que actuó, a pesar de no ser la primera vez que lo hacía, pero nunca fue tan directo, por alguna razón este día no quiso andarse con rodeos, sentía dolor, me hacía mucho daño, la situación se volvió tensa para todos, miraban expectantes sin decir nada, en ese preciso instante sentía vergüenza, que para mí era peor que el dolor que me causaba al agarrar y tirar de mi brazo, era patético, no podía hacer nada ante la fuerza de mi hermano mayor, como podía defender mis derechos, para ellos solo era un estorbo, un momento de distracción, un objeto de burla.

 

Amigo de Masaki: -¿Por qué no lo dejas? El tiene razón, es también su casa, además que el estaba aquí antes que nosotros. Tenía un rostro serio, pero me daba tranquilidad, me hizo sentir extraño.

 

Mis ojos rojos por las ganas que sentía de llorar se abrieron como platos ¿Quién era ese tipo que me defendía? ¿Acaso me comprendía?

 

Masaki: -Solo es un crió molesto, no tengo ganas que este aquí estorbando con sus jueguecitos.- Dijo con tono desagradable, odiaba cuando hablaba así, me hacía sentir triste, mi propio hermano me odiaba.

 

Amigo de Masaki: -¿Y si se sienta aquí a mi lado y hablamos de ese juego?- Señalando a mi consola. -Es el nuevo Beast Hunter ¿Verdad? Me encanta ese juego.-

 

Mi mente se quedo fuera de combate cuando dijo de hablar juntos, inconscientemente mire mi consola y la escondí tras mía. ¿Por qué sentí vergüenza? Estaba como un animal acorralado por que mi hermano seguía cogiéndome del brazo, solo quería huir, aquel chico seguía siendo amable conmigo, me sonreía como si nada. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? ¿Qué demonios pasaba con todo aquello? ¿Por qué sentía tanta vergüenza al mirarlo? Por un segundo desee que todo fuese como siempre, un par de gritos, quizás algún empujón y quedarme encerrado en mi cuarto en mi habitación.

 

Masaki: -Esta bien, que se quede, pero no quiero tonterías.- Me suelta de malos modos.

 

Aquel chico seguía mirándome con su sonrisa, con la mano me ofrecía un puesto a su lado, pero no podía acercarme a él, sentía algo muy fuerte en mi pecho, y era por su culpa, que era esa sensación, sin duda lo odiaba, me hacía sentir inútil, inferior, estúpido... Salí corriendo a mi cuarto.

 

-Actualidad.-

 

Deslice mi mano por la cama buscando mi consola, abrí su tapa una vez la encontré para seguir la partida y distraerme de todo, pero al colocar los dedos en los controles y mirar la pantalla me hizo recordar al chico volviendo ese estúpida sensación, por lo que acabe lanzando la consola entre mis pies.

 

Arata: -Quiero hablar del juego con el...- Me confesé mientras caían unas lagrimas. -¡No! Quiero hablar del juego con quien sea.- Auto-convenciéndome de ello, aun que sabía que no era así, esa sensación en mi pecho me lo gritaba, yo quería estar a su lado.

 

Ciertamente es que ninguno de mis amigos jugaban a aquel juego, ni tan siquiera conocidos o compañeros de clase, a decir verdad, pocos de ellos tenían consola, una verdadera lástima, pues me gustaba jugar a juegos multijugador u online, en algunas ocasiones conseguía unirme a gremios o hacer amigos, pero rápidamente desaparecían o me echaban, con esos pensamientos conseguí redirigir de algún modo lo que ese chico me hacía sentir, aun que ahora me estaba hundido por mi penosa vida de gamer, pero esa sanación era mucho más conocida para mí, me sentía más a gusto con ella, sabía manejarla mejor, pero empiezo a escuchar como pican la puerta de mi cuarto, miro en su dirección alterado entre la oscuridad incorporándome.

 

Arata: -¿Si?- Pregunto extrañado, que fuera mi hermano era la primera idea, pero él solía entrar sin avisar ¿Quien era en realidad?

 

No podía ser, la figura que asomo era la de aquel chico, aun que pude reconocerlo a duras penas, pues solo distinguía algunos rasgos de su cara por la poca luz que entraba por la puerta que se había quedado entre abierta. ¿Por qué insistía tanto aquel chico? ¿Por qué él quería hablar conmigo? Me sonroje pues la idea de que él quisiera también pasar tiempo conmigo me hacía sentir nervioso.

 

Amigo de Masaki: -Hola, siento molestar ¿Estás bien?

 

Asentí con la cabeza permaneciendo callado, debió verme entre la oscuridad, pues siguió hablando o quizás solamente siguió por qué no resultara más incomoda la situación, porque para mí sí que lo estaba siendo, me puse algo incomodo, no sabía cómo colocarme, estaba realmente inquieto.

 

Amigo de Masaki: -Te dejo aquí mi clave amigo, si me pasas tú la tuya... Podríamos echar unas partidas. ¿Te parece?- Y seguía insistiendo. ¿Pero porque?

 

Se quedo un tiempo parado esperando mi respuesta, pero yo no me moleste en contestarle, me veía incapaz, estaba completamente sonrojado mirando su rostro, deseando que la oscuridad me engullera para desaparecer por siempre.

 

Amigo de Masaki: -Nosotros nos quedaremos un rato mas aquí, si te animas, puedes darme una hojita con la clave antes de irnos y mañana poder echar una partida.- Deja la clave encima de mi escritorio, el cual quedaba al lado de la puerta, cierra esta y se va.

 

-De noche.-

 

Ya se habían ido todos a cenar a algún lado, papa y mama volvieron de trabajar, me dijeron de ir a cenar, pero yo no fui, seguía en mi habitación, tumbado en la cama mirando el techo, papa volvió a ver como estaba, pero le dije que simplemente no tenía hambre que no era nada grave, a lo que él dijo que dejarían un plato para mí, no le engañaba, pero sabía que quería estar asolas, papa era genial, el podía entendernos a todos, ojala yo fuera como él, así podría entender a aquel chico o incluso entenderme a mí. Las manchas anaranjadas ahora eran grises por la poca luz que entraba, pensaba que no fui capaz de darle mi clave, me sentía muy frustrado, perdí la posibilidad de poder jugar con alguien a mi juego preferido, con esa frustración y con la imagen del chico en mi mente acabe durmiéndome sin saber qué historia nos depararía a los dos en el futuro.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).