timeoTestificado [TT] empezó a molestar a golgothaTerror [GT] a las 14:23
TT: Amigo.
TT: Acabo de finalizar la aplicación guay de la que te hablé hace tiempo.
TT: Esta lista para colocarse en funcionamiento en cuanto me salga de la polla, y te aseguró, molara.
TT: Los algoritmos serán indistinguibles.
TT: Con más de dos millones de frases directas de mi neuro - sistema.
TT: Vas a cagarte en los pantalones en cuanto lo veas.
TT: Como sea.
TT: ¿Dónde te has metido?
TT: Mientras tú estás en “no-se-ni-una-mierda”, he avanzado en varios proyectos.
TT: Tengo un nuevo brobot para ti, con un nuevo sistema integrado.
TT: Va a ser realmente difícil que vuelvas a romperlo. Tiene una carga extra de uranio para cualquier emergencia.
TT: Pero sí.
TT: No se sí de pronto te ha dado por querer algo de soledad.
TT: Esta bien si ahora tienes un caso de fatiga Strider.
TT: Puedo comprender que quieras escabullirte durante unos días, sin la compañía de tu fabuloso amigo cool.
TT: Eso está genial.
TT: Pero quisiera saber sí mis suposiciones son correctas.
TT: He encontrado varios comics que tal vez te gustaría hojear.
TT: La historia va de gilipolleces sin sentido y diálogos estúpidos, con un montón de niñatos retrasados en ella.
TT: Algunos de ellos resultan increíbles.
TT: ¿recuerdas el comic que dijiste que debía leer, o dispararías a mis bolas?
TT: Pues he echado un vistazo.
TT: Es una completa mierda.
TT: No pierdas el tiempo leyendo esa basura, y dígnate a responder de una vez.
TT: No usaré la máquina de auto-respuesta hasta saber dónde coño has metido el culo.
timeoTestificado [TT] dejó de molestar a golgothaTerror [GT] a las 14:47
Hay un chico sentado en el ordenador, observando detenidamente la pantalla encendida. Hace un par de horas que se ha despojado de sus preciadas gafas oscuras, pues no son su objeto favorito para estar frente a ese cacharro en medio de la noche. Obstruye su vista, aunque no puede negar que resultan dar una impresión excepcionalmente guay. Justo como todo lo que hace.
Tú eres ese chico. Tu nombre es Dirk.
A pesar de tus muchos intentos para mantener la calma, las cosas resultan terminando preocupándote incluso más. Tu mejor amigo, golgothaTerror, ha desaparecido, abandonándote en el pesterchum y dejando en el aire estupendos diálogos que tú has comenzado. Un sinfín de letras fantásticas desperdiciadas en el maldito y cojonudo ciber espacio.
Sin embargo, albergas la esperanza de que su cadáver no esté en algún sitio lejano, entre malezas y mierda de animales. Aun esperas que responda tus mensajes, con su típica forma de escritura un tanto demasiado retro, llena de su personalidad aventurera. Esa personalidad que tanto te gustaba.
Estuviste pensando durante mucho tiempo y elegiste aprovechar el tiempo de forma fructífera. Has avanzado a tal rapidez, que estás a unos cuentos pasos de terminar la máquina de auto-respuesta. Destinada a responder conversaciones en tu ausencia, sin que alguno de tus compañeros se dé cuenta.
Deseas que sea capaz de engañar a golgothaTerror. Quieres picarlo y molestarlo con ella, y sobre todo, dejar caer insinuaciones un tanto indecorosas a su afable persona. Te encanta ver esas reacciones lentas y torpes en sus líneas, aunque es un hecho que jamás admitirías en voz alta.
Al final, la noche termina sin ninguna respuesta. Como las trece noches anteriores. Piensas en escribir a Roxy, e incluso recurrir a Jane, pero después de meditar un poco, rechazas aquella idea. Posiblemente resulte sea una mala idea. Sobre todo si descubres que tú eres al único al que tu amigo no responde.
¿Hiciste algo para ganar su odio? Honestamente, no estás seguro de la respuesta.
Gilipollas, despabila, necesitas recorrer un largo camino hacia la escuela. No puedes permitirte llegar tarde. Sería una verdadera mierda, aunque tampoco tienes muchas ganas e asistir. Quieres pasar de las tareas, de los trabajos y del simple hecho de leer.
Tus ojos están irritados, no en vano, pues has pasado toda la noche leyendo las mismas líneas que tú escribiste. No puedes evitar pensar que de alguna manera, esto puede representar el final de una amistad tan grandiosa, con un chico tan cool como tú de por medio. Tu paciencia se está terminando.
La escuela comienza, ni siquiera has podido toparte con tu par de amigas. Quizá sea el augurio de un mal día, como todos los anteriores al no recibir respuesta de color verde. Maldices, pero te limitas a tomar asiento en tu sitio correspondiente. Hay gente murmurando, correteando y chillando unos momentos antes de que entre el profesor.
No obstante, resulta una sorpresa inesperada que un chico que nunca habías visto entre detrás del docente. Tocándole los talones. Cabello oscuro, piel ligeramente bronceada y unas gafas de marco delgado es lo más destacable. Nada fuera de lo usual, solo alguien común y corriente. Su ropa, algo fuera de lugar, destaca entre las prendas predilectas de la mayoría de los estudiantes. Te sorprende que use pantalones cortos, tan poco agradables a la vista.
Decides pasar de él, y dedicar tu atención en el móvil que descansa sobre tu pupitre. Nada, golgothaTerror permanece desconectado. Tu mal humor aumenta conforme avanza el tiempo, ya no te interesa la clase y mucho menos la llegada de ese inesperado estudiante. Deseas estar en tu dormitorio, trabajando en proyectos mecánicos o en rimas de la hostia. Sin embargo, eso permanece en los límites de lo imposible en este momento.
Giras el rostro hacía la izquierda, el estúpido niño nuevo te está observando. Analizando quizá, las inusuales y asombrosas gafas oscuras que llevas. Te gusta la atención, pero esa mirada incrédula resulta incómoda. Ni siquiera lo habías notado sentado a tu lado, en un pupitre anteriormente vacío.
Quieres lanzar un comentario irónico, tal vez hiriente y malvado, pero reprimes los impulsos de comportante como un imbécil sin escrúpulos. El rollo de chico antipático no va contigo, aunque tampoco disfrutes de la actividad social con tanto anhelo.
Enarcas una ceja, y un par de ojos verdes se iluminan. Él muchacho sonríe, jugueteando con un lápiz mordisqueado que lleva entre los dedos. Lo imaginas llevándose aquel objeto a la boca, e inevitablemente, te ves obligado a desviar la mirada.
Esos pensamientos no van contigo, ni siquiera cuando el muchacho esta bueno y eres un gay proclamado.
Intentas olvidarte de su presencia, pero tus intentos son en vano. Presientes que dirá algo incluso antes de que lo haga:
-Hey- te llama, con una sonrisita tonta y deslumbrante.
-Hey-respondes, y son todas las palabras que se dirigen mutuamente por el resto del día.