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Secret Love por venus

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Notas del fanfic:

Es mi primer V-Hope. No me gusta mucho esta pareja (YoonMin shipper forever), pero como muchas de mis lectoras me transmitieron su ilusión por que escribiera un V-Hope, pues decidí hacerlo para complacerlas.

Notas del capitulo:

Bueno, espero que les guste y disfrutéis de él leyéndolo.

-Muchísimas gracias, que tengas un buen día.

                Tomando el vaso de cartón que contenía su café solo con helado de vainilla de todas las mañanas, Taehyung se despidió con la mano del camarero que siempre lo atendía y salió de la cafetería con pasos lentos. No tenía prisa, ya que, a diferencia de otros días, esa mañana había salido con tiempo de su casa por levantarse más temprano, por lo que, saboreando el delicioso sabor de su café favorito, se dirigió a su trabajo con toda la paciencia del mundo.

                Adoraba esa bebida, adoraba sentir el sabor amargo del café solo, cuyo ardor contrastaba de la manera más deleitable posible con el frío del helado de la dulce vainilla que acababa derritiéndose por el calor y mezclándose con la bebida. Pero había algo que adoraba mucho más, y ese algo era lo que le hacía tener un día bastante optimista y alegre, lo que le hacía estar de un increíble buen humor, con una sincera sonrisa contagiosa dibujada en su rostro.

                Al entrar a la empresa en la que trabajaba y llegar a la planta correspondiente, aún degustando su interminable café, Taehyung caminó hacia su mesa. Su mente estaba intentando organizarse, estructurando las tareas que debía hacer ese día laboral; no obstante, no se encontraba completamente concentrado en ello, pues, con cada metro de menos que faltaba para llegar a su escritorio, su entusiasmo y su curiosidad por encontrarse con aquello que tanto adoraba, eran los protagonistas en su cabeza, logrando que Taehyung dejara todas sus responsabilidades de lado.

                Nada más acercarse a su escritorio, sus ansiosos ojos se enfocaron en un pequeño sobre de color miel que estaba apoyado contra la pantalla del ordenador donde Taehyung trabajaba. Antes de sentarse, echó un vistazo por sus alrededores, buscando a alguna persona que estuviera atenta a su propia reacción cuando leyera la carta. Sin embargo, no encontró a nadie sospechoso, pues los pocos compañeros que ya habían aparecido en la empresa o estaban desayunando en la sala de descanso o ya estaban trabajando en sus respectivos escritorios.

                Soltando un suspiro de derrota, se sentó sobre su cómodo asiento. Cogió la carta y la miró fijamente, pensativo, mientras que con la yema de sus dedos disfrutaba del suave tacto de aquel papel. Sin poder aguantar las ganas que lo devoraban por dentro, abrió el delicado papel con su abrecartas, sacando su contenido impacientemente.

<<You are the hole in my head

You are the space in my bed

You are the silence in between, what I though and what I said

You are nighttime fear

You are the morning when is clear

When it's over, you're the start

You're my head, you're my heart

P.D.: Solo rimaba en inglés, así que en inglés se quedó. Supuse que lo entenderías porque eres una persona bastante inteligente, además de hermosa y maravillosa>>

                No pasaron ni dos nanosegundos y Taehyung ya estaba sonriendo como un completo idiota. Eso era lo que adoraba más que su café favorito, eso era lo que provocaba que cada día de la semana estuviera absurdamente feliz por todo, eso era lo que conseguía que Taehyung tuviera las fuerzas suficientes para asistir al trabajo con una amplia sonrisa en su rostro. Y, a la vez, eso era lo que estaba logrando volverlo tan loco.

                Hacía aproximadamente un mes que se había encontrado, un día cualquiera, con un extraño sobre en su escritorio que contenía algunas frases demasiado bonitas que iban dirigidas hacia él, expresando comprometedores sentimientos que, si Taehyung no se equivocaba, juraba que eran una especie de confesión. Aunque, claro, confesiones anónimas ya que las cartas nunca eran firmadas por nadie.

                Taehyung sentía una intensa necesidad por conocer al autor de esas preciosas epístolas que lo habían engatusado tanto y que lo hacían sentirse querido. Porque, con tantas frases de amor, admiración y éxtasis, evidentemente Taehyung no podía rehuir el hecho de que su corazón se acelerara y su piel se estremeciera al pensar que tal vez una persona lo amaba en las sombras y que esa era su manera de demostrar su afecto.

                A pesar de tener veintiséis años, se le hacía imposible evitar el hecho de que, cada vez que leía esos curiosos escritos, se sintiera como un niño pequeño irremediablemente emocionado y enamorado que adoraba tener un admirador secreto que le enviara cartas de amor diariamente.

                Suspirando largamente con una tonta sonrisa asomándose por sus labios, Taehyung guardó la carta entre las muchas otras que había recibido, en ese cajón de su escritorio que se había convertido única y exclusivamente en el hogar de aquellas confesiones.

                Sin poder quitarse de la cabeza, no solo las hermosas frases que su chico secreto le dedicaba, sino también las terribles ansias que lo asfixiaban por saber quién era su amado; Taehyung encendió su ordenador y comenzó a hacer su trabajo.

                Tras unas cuantas horas tecleando y contestando llamadas sin parar, se tomó una pequeña pausa y se dirigió a la sala de descanso. Al llegar, se sirvió un café para renovar sus energías y se sentó al lado de uno de sus amigos, que estaba leyendo un periódico en la gran mesa de la habitación mientras se comía un pastel.

-Hoseok, otra carta -dijo Taehyung con una tonta sonrisa en su rostro, suspirando como una típica colegiala enamorada.

-Todos los días me dices lo mismo -respondió su compañero, desviando la mirada del periódico hacia él.

-Ya, lo sé, pero es que no tengo a nadie con quien hablar de ese chico misterioso -su rostro se ruborizó, aún sin perder aquella bonita sonrisa entusiasmada- Necesito saber quién es Hoseokkie, de verdad, necesito conocerlo y ponerle cara a mi admirador.

-¿Y por qué estás tan seguro de que es un hombre? -preguntó Hoseok alzando una ceja.

-Porque mi instinto me lo dice, tonto -le enseñó la lengua, como un niño pequeño travieso.

-Taehyungie, que seas homosexual no significa que todos a tu alrededor lo sean.

-Lo sé, pero al igual que las niñas, yo también sueño con mi príncipe, y el autor de los escritos es mi príncipe.

-¿Y si algún día lo conoces? ¿Y si no es como te imaginabas? ¿Y si te decepciona? -preguntó su amigo y compañero de trabajo, suspirando y acariciando sus cabellos castaños con afecto.

-No creo que sea así hyung -Taehyung, cerrando los ojos, acercó su cabeza hacia las dulces caricias que el mayor le estaba regalando, disfrutando del tacto y relajándose- Es tan romántico Hoseokkie. El simple hecho de que me envíe casi todos los días cartas escribiéndome cosas bonitas, hace que lo adore, que ya esté loco por él, porque con ese detalle me muestra gran parte de su personalidad, y, lo más importante, me muestra que me quiere realmente.

-Si tan cursi es significa que es más feo que el culo peludo de mi padre.

-Va, no seas tonto hyung, déjame ilusionarme por una vez en mi vida -hizo un adorable puchero, logrando que Hoseok quitara su rostro serio y riera suavemente, besando su mejilla.

-Vale, lo siento, lo siento -dijo levantándose y terminando su pastel- Vuelvo al trabajo que voy un poco atrasado, ¿nos vemos a la salida?

                Taehyung asintió ante la pregunta, siguiendo a su amigo con la mirada hasta que salió de la sala de descanso. Terminó su café y, tras escuchar un poco de música con su teléfono móvil para despejar y ordenar su mente, se levantó de la silla y regresó a su escritorio, finalizando su pausa.

                A las dos y media recogió sus cosas y se dirigió a la mesa de Hoseok, que no estaba muy lejos de la suya. Fue en el instituto cuando lo había conocido, y, desde entonces, se habían hecho inseparables. Apreciaba a Hoseok como su mejor amigo, como su hermano, incluso podía apreciarlo como su madre. Taehyung se consideraba bastante afortunado de tenerlo como amigo, porque, sabía que, sin él, no hubiera logrado llegar a dónde en ese mismo instante estaba: con un buen piso en el centro de la ciudad, con un buen trabajo para el que se había formado, y con una buena relación con su familia. Reconocía que estaría eternamente en deuda con Hoseok, a pesar de que este ni tuviera constancia de ello.

-Hyung, ¿nos vamos ya o aún no has terminado? -preguntó sentándose en el borde de la mesa y contemplando cómo trabajaba.

-Me falta un poco -dijo Hoseok con la mirada fija en la pantalla del ordenador- Coge las llaves del coche y espérame allí.

                Obediente como siempre, Taehyung abrió el maletín de su amigo y se dispuso a buscar las llaves. Se detuvo cuando, de repente, descubrió un tocho de sobres de color miel, del mismo tipo que su admirador secreto usaba para las cartas. Un poco extrañado y sin saber exactamente qué pensar sobre ello, Taehyung encontró las llaves y se alejó.

                Una vez entró en el coche de su amigo, Taehyung no se pudo contener y comenzó a rebuscar por todo el vehículo algún rastro de sobres o de cartas. A lo mejor su admirador secreto no era solo suyo, sino que también le enviaba cartas de amor a Hoseok y a saber a quién más. Eso pensó, hasta que probó sobre su mano los numerosos bolígrafos que estaban guardados en la guantera y uno de ellos coincidió con el que las cartas estaban escritas.

                ¿Y si era Hoseok su admirador secreto? ¿Y si su amigo estaba enamorado de él?

                Para ser sincero, Hoseok era una persona maravillosa, aparentando ser serio, despectivo y arisco, pero resultando ser en el fondo una persona risueña, bromista, que siempre mostraba sus dientes de caballo en una bonita sonrisa sincera. Además, tenía una piel tostada bastante suave, unos ojos radiantes que lo conmovían, una nariz puntiaguda que le gustaba mucho, un cabello oscuro y lacio que adoraba acariciar.

                Nunca había pensado así de su amigo, porque nunca se había fijado de esa manera en él. Ni siquiera cuando se conocieron, a Taehyung se le pasó por la cabeza lo guapo y atractivo que Hoseok era, la increíble personalidad que poseía imposible de encontrar el cualquier otra persona. Simplemente lo consideró como un buen colega desde el principio.

                Y, ahí se encontraba, pensando lo verdaderamente perfecto que era Hoseok mientras que todos sus sentidos se embriagaban con el aroma que su amigo siempre emanaba, que estaba impregnado en su coche y que en ese instante entraba por sus fosas nasales nublando su mente.

-Hola de nuevo, siento haber tardado -Hoseok entró en el coche, haciendo que saltara del susto y se sonrojara fuertemente. Se sentía como si su amigo hubiera descubierto sus extraños pensamientos sobre él, aunque no tuviera el poder de leer la mente.

-No pasa nada -murmuró, mirándolo fijamente- Hyung, ¿eres tú el de las cartas? -a veces Taehyung podía ser muy directo, como en ese caso.

-¿Qué? Por supuesto que no, ¿por qué preguntas eso? -con la vista fija en la carretera, Hoseok frunció el ceño.

-Porque casualmente tienes los mismos sobres de las cartas que recibo y el mismo bolígrafo con el que están escritas.

-Que sepas que esos sobres y esos bolígrafos son del trabajo, y que todo el mundo, incluso tú, los tienen -comenzó a reír fuertemente.

                Taehyung hizo un adorable puchero, sintiéndose ciertamente decepcionado por la respuesta. En realidad le había hecho ilusión que hubiera sido Hoseok su admirador secreto, porque, ahora que lo pensaba, era una maravillosa persona con la que le gustaría tener una relación seria, ya que sabía que Hoseok lo trataría y lo cuidaría como un valioso tesoro.

                A pesar de que nunca se hubiera planteado el que Hoseok le gustase, en ese mismo instante, el solo imaginárselo provocaba que su corazón latiera con más fuerza y rapidez de lo normal, y que su piel se erizase de la emoción y el entusiasmo. Tal vez, en el fondo realmente sintiera algo por su amigo, solo que nunca se había dado cuenta de ello o le había atemorizado reconocerlo en el pasado.

                Cuando Hoseok llegó al edificio en el que vivía y aparcó frente a él, Taehyung lo volvió a mirar, tal vez suplicante.

-¿Me prometes que no eres tú el de las cartas hyung? -preguntó en voz baja, temeroso.

-Que no, pesado, deja ya de darle vueltas al asunto -Hoseok lo miró, con su rostro serio e impasible de siempre.

-Pues qué pena, la verdad -añadió Taehyung cogiendo su maletín y bajándose del coche.

-¡Espera! -exclamó su amigo también bajando del vehículo- ¿Qué has dicho?

-Nada, no he dicho nada. Como no eres tú el que me manda las cartas, no te importa.

-Vale, vale -Hoseok cerró los ojos, soltando un pesado suspiro- Sí, soy yo el de las cartas, ¿contento?

                Los ojos de Taehyung radiaron de la emoción, y su corazón, por primera vez en toda su vida, comenzó a intentar superar el récord del número de latidos por segundo. Con un montón de inesperados y repentinos sentimientos desconocidos golpeando su pecho, caminó lentamente hacia Hoseok, mirándolo con sorpresa y, sobre todo, ilusión y esperanza.

-¿E-En serio hyung? E-Eres mi admirador s-secreto, y-yo te gusto -dijo completamente atónito- ¿P-Por qué no m-me lo habías dicho?

-¿De verdad pensabas que era yo el de las cartas? -preguntó, abriendo los ojos y mirándolo con enfado y frialdad. Taehyung negó, deteniendo sus pasos ante el comportamiento de su amigo- ¡Pues por eso mismo! Tú nunca te has fijado en mí, y después de tantos años, era imposible que sintieras algo más que amistad. Por eso no te dije nada de que estaba enamorado de ti, porque sabía que me ibas a rechazar. Empecé a escribirte las cartas para ver tu reacción, para intentar conquistarte de alguna forma aunque no supieras quién era.

-Pero, con todas las cosas que te confesaba cuando recibía las cartas, sabías perfectamente que habías logrado conquistarme, ¿por qué no te atreviste a decirme, si me veías cada día deseoso de conocer a aquella persona que me había hipnotizado y me había vuelto loco de amor?

-Dime, Taehyung, ¿hubieras correspondido mis sentimientos? ¿Si te hubiera pedido ser mi pareja hubieras aceptado?

-Si te soy sincero Hoseokkie, no -respondió con firmeza- Pero me he dado cuenta de que eres una persona increíble, que cuida de mí, que se preocupa por mí, que siempre está a mi lado. ¿Qué mejor persona que tú hay? Reconozco que nunca me he fijado en ti, eso lo sabes, sabes que solo te he visto como un amigo. Hasta ahora. Ahora que lo pienso, verme en una relación de pareja contigo no estaría mal, porque sé que me tratarás tan bien como merezco, sé que me harás sentir muy querido y sé que serás un novio increíble.

-¡No puedes decir eso Taehyung! -exclamó Hoseok agachándose, tirándose del pelo para controlar su frustración y con los ojos aguados de la impotencia- ¡Yo no te gusto!

-O tal vez sí, solo que no me había dado cuenta hasta descubrir que tú sientes lo mismo -una vez se hubo acercado, se agachó frente a él y le acarició las manos- Hyung, intentémoslo. El príncipe de mis sueños me dedica frases bonitas para enamorarme, el príncipe de mis sueños me hace reír todo el tiempo por tonterías, el príncipe de mis sueños me cuida en cada momento, el príncipe de mis sueños me hace estar feliz de verdad. ¿No es suficiente hyung? ¿No es suficiente para saber que, aunque no me hubiera dado cuenta y no hubiera conocido tu nombre, realmente estaba enamorado de ti?

                Hoseok lo miró fijamente, con un par de lágrimas escapando de sus ojos. Taehyung lo notaba, notaba la inseguridad y el dolor en su rostro, lo conocía a la perfección y sabía que tenía miedo de que le rompiera el corazón.

-Sabes que yo nunca podría mentirte, ni hacerte daño, Hoseokkie -Taehyung le acarició la mejilla, rompiendo la distancia entre ambos rostros y besándolo con ternura y pasión, amor y frenesí, delicadeza y desesperación.

                El amor no tiene por qué surgir desde un primer encuentro. El amor puede surgir en cualquier momento, cuando realmente llegas a saber que la otra persona lo daría todo por ti y que te quiere de verdad. Taehyung sabía que el corazón de Hoseok late por y para él, y, por ello, acababa de descubrir que el suyo propio, late por y para Hoseok.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y si es así, no olvidéis dejar vuestros reviews! Nos leemos pronto.


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