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Fotografiando A La Noche *ChanBeak* por JoLucke

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Notas del capitulo:

Holaaaa c: 

siento la demora, no puedo decir mucho porque en cualquier momento me descubrirán con la pc DD': 

 

Espero que les guste~

Efímero; Una noche.

Sin pensarlo dos veces, Chanyeol se dio media vuelta, dándole la espalda a aquél chico cara de nena, como él ya le había comenzado a llamar, y así salir sin manchar su honor como “Macho”. Porque a él le gustan las mujeres.

Reprimió aquél calor que empezaba a acumularse en el interior de su pantalón, mientras intentaba disimularla al llegar a su asiento. Bebió con ímpetu directamente de una botella de Soju, esta vez la garganta si le ardió.

 Continuó bebiendo, para así calmar la excitación, que aunque la negaba ahí estaba por haber visto a dos hombres follar. Pero al menos no totalmente cierto. Se había excitado por ver aquél rostro tan… nena de aquél chico, en éxtasis. No podía negarlo… al menos no a sí mismo.

La siguiente media hora pasó entre bebidas, snacks y uno que otro comentario más de parte de sus amigos a cerca de su rubia exnovia.

-¿Quién es tu amigo Channie?- preguntó la chillona voz de unos de los que estaban bebiendo.

-¿Qué?- Miradas cruzadas entre él y aquél chico cara de nena. Una fuerte chispa avivando la llama de excitación que Chanyeol trataba, con todo el autocontrol que tenía, de aplacarla. Todo se fue a la mierda en el momento en que esos orbes caoba se fijaron en los suyos. Maldijo entre dientes para después responder un “No sé quién es”.

-¡Eres cruel!- le respondió el de ojos caoba, haciendo un adorable mohín, la cereza que adornaba el pastel- ¿Por qué no me amas como te amo yo a ti, Channie?

Los ojos de Chanyeol casi se salen de su lugar al escuchar eso. Su voz, sus muecas, esos ojos que irradiaban inocencia pero a la vez trataban de comerlo con lujuria… “// ¡Dios mío! ¿Cómo alguien puede fingir tanta inocencia?//”

-Déjate de bromas… no tengo ni la menor idea de quién eres- Hostilidad. Esa era la palabra que definía el tono de voz que usaba Chanyeol. El otro mejor se sumió en la nueva botella de Soju que habían traído y dejó al par arreglar sus asuntos. Asuntos que ni le interesaba saber. Al menos no ahora que había una delicia de bebida en frente de él.

Chanyeol bajó su vista al baso de Soju y a los snacks, intentando distraer su mente de aquél chico, ojos caoba, cabello de igual color cubierto por un gorrito de lana gris, que no le había visto en el baño, mejillas sonrojadas y sonrisa ladina. El chico estaba sentado en frente de él y lo miraba fijamente. Su mirada parecía traspasarle, como si le desnudara el alma y se viera expuesto ante él y… no le agradaba para nada. Levantó sus ojos para enfrentar el par de caoba, le retaba. Le retaba para que de una vez por todas le dejara de ver.

-¿Se te ofrece algo?- pregunta tajante y el otro solo le responde con una sonrisa. De esas sonrisas en las que muestra su perfecta dentadura blanca, delineada con unos delgados labios rosas, casi rojos. Entonces tuvo que desviar su atención para no ver la causa de ese color.

Su cuerpo dio un ligero brinquito cuando de pronto sintió, en aquella parte intima de él, como algo empezaba a sobar dicho lugar. Su miraba viajó hasta ahí  topándose con un pie sin zapato, restregándose una y otra vez por encima de su pantalón. Sus mejillas adoptaron un ligero color carmín, al que más tarde lo atribuiría al alcohol.

-Ten Channie- le habló uno de los chicos ahí presentes, recordándole que no estaban solos y lo vergonzoso que sería que le descubrieran en una situación así. Como acto de reflejo, Chanyeol se cubrió el lugar junto con el pie del castaño, prestando atención al plato con más snacks que le extendía el otro chico- también que coma tu amigo.

-No es mi amigo- habló soltando un suspiro de resignación. La verdad, estaba frustrado. No tenía ganas de armar una escena con “Este sujeto gay no es mi amigo ni nada” o “dejen de joder”. Simplemente sabía cuándo podía ganar una discusión y esa no la podría ganar- como sea… ten- tomó el plato y, casi, se lo aventó al castaño, quien sonrió inocentemente mientras continuaba moviendo sus pies y al mismo tiempo metía un trozo de carne a su boca. Chanyeol intentó ignorarlo, pero su amiguito no ayudaba mucho.

Sentía cada movimiento, como si no hubiese ropa entre las pieles, quemándolos a fuego puro y transformándolos en lava ardiendo que corría por sus venas en lugar de sangre. Jadeo un poco al sentir como el chico con cara de nena, ágilmente, desabrochaba su pantalón y bajaba su bragueta.

-Y dime- le escuchó hablar a una de las chicas- ¿Tienes novia?

Alzo su vista y vio como este le sonreía dulcemente, logrando su sonrojo de parte de la tipa. Pero aun así el chico no detuvo sus movimientos, hasta tener el miembro de Chanyeol afuera del pantalón pero no de la ropa interior, mientras seguía masajeándolo simulando pequeñas embestidas.

-No realmente.

-Jo… pero si eres guapísimo, ¿Cómo es posible que no tengas?- La chica, (La cual Chanyeol había olvidado su nombre) sonrió coqueta mientras se acomodaba el escote, mostrando los grandes dotes de la que era dueña. El chico soltó una risita suave, suave como el canto de un ave al amanecer, que dejaba en claro la hermosa voz que poseía. “// ¿Cómo se escuchará esa voz gimiendo?//” Pensó, para después abofetearse mentalmente por ese tipo de pensamientos “// ¡¡Venga!! Que a mí no me van los hombres//”. Entonces volvía a sentir los masajes del castaño, y su fuerte erección que contradecía por completo lo que decía que era.

-Verá- habló con voz suave, seductora ante los oídos de Chanyeol- lo que pasa es que yo soy gay.

La chica y otras más, que escuchaban su conversación, quedaron petrificadas en sus asientos. Chanyeol también, aunque él ya se lo esperaba. Los chicos simplemente estaban ocupados bebiendo o fumando o comiendo o haciendo cualquier otra cosa, menos escuchar.

-Y-ya veo…- murmuró con notable decepción la chica, mientras se apartaba un poco.

En ese tiempo los masajes del de ojos caoba, no sucumbieron. Por el contrario. Se hicieron más rápidos e intensos. Chanyeol sentía como palpitaba pidiendo con urgencia un poco de atención. El pie del castaño comenzó a jugar con el elástico de su bóxer y es cuando de pronto, mete su pie a hurgar, directamente, la piel que arde en deseo.

Chanyeol, rápidamente baja su camisa hasta cubrir la parte expuesta y de un golpe, se levanta de la mesa.

-Ven conmigo- Su voz es grave, fuerte e impenetrable. El castaño sintió sus pies flanquear un poco al escuchar esa potente voz. No tiene tiempo de ponerse correctamente el zapato, por lo que solo lo mete y este se dobla un poco, siendo incómodo al inicio. Chanyeol lo toma del brazo y lo arrastra con él, no sin antes haber aventado unos cuantos billetes, sin reparar en la cantidad. Probablemente con eso se page la mitad de la cuenta de los 8 chicos que habían ido a beber ahí.

Sin delicadeza caminan por las oscuras calles, iluminadas solo con faroles que los protegían bajo su calidez en esa inmensa ciudad. Llegan a lo que es una especie de callejón sin salida, en donde la oscuridad reinaba a gritos, no era un barrio bajo, por lo que no creía encontrar a algún vagabundo tirado por ahí. No tiene miramientos, cuando, sin delicadeza, estampa la espalda del de ojos caoba en un muro.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunta Chanyeol, arrinconándolo entre una pared y su cuerpo. El chico sonríe coqueto y enarca una ceja, provocándole.

-Estas duro- hace evidente lo evidente. Chanyeol traga duro intentando con todas sus fuerzas no voltearlo y ahí mismo violarlo sin ceremonias. En cambio simplemente ríe.

-Claro, no pensaba que alguien…- su mirada viajó desde sus pies hasta el rostro del de cara de nena, con algo de cinismo brillando en sus orbes. La sonrisa del más bajo se desvanece y ahora solo hay seriedad- como tú se me fuera restregar tan fácilmente.

-Pff- es entonces cuando el chico rompe en risas, logrando que Chanyeol retrocediera un paso- Ya veo… eres el típico “Yo Macho, Mi gustar de mujeres”- imita con voz de cavernícola mientras sus mejillas se inflan simulando un rostro tosco, pero solo consigue una adorable mueca. Chanyeol no piensa que sea adorable, (quizá si, en el fondo) piensa que es el chico más molesto que jamás ha visto. Lo detesta.

-Eso a ti no te tiene que importar- reitera mientras lanza un golpe a la pared, cerca, muy cerca, del rostro del chico cara de nena. Haciéndolo callar.

-Me importa eso- señala el bulto oculto debajo de su camisa- mira, iré al punto –suspira y después continua- Traigo ganas, traes ganas. Entonces… ¿Por qué no hacemos un trato equitativo y nos libramos de una vez por todas?

Chanyeol se mordió el labio, intentando no pensar en que estaba considerando esa idea.

No. Definitivamente él no se acostaría jamás con otro hombre. No importaba lo tanto que le llamara la atención ese cara de nena.

>> ¿Qué dices?- El más alto, le miró con ironía para después alejarse un par de pasos lejos del más pequeño. Es cuando el otro, sin previo aviso, se avienta hacia él enrollando sus piernas alrededor de la cintura del alto, sus manos se aferran fuertemente a la nuca y tira un poco de su cabello para sostenerse y no caer. Sus labios se hunden en los ajenos, descubriendo que encajaban a la perfección. La lengua del de ojos caoba invade la cavidad del alto y devora la lengua, succiona labios y muerde. Un beso ardiente, que de inmediato le pega a Chanyeol, su entrepierna comienza a palpitar nuevamente, mucho más al sentir la presión del cuerpo ajeno en su amiguito. Siente como el cuerpo más pequeño, comienza a resbalar y le toma del trasero para sostenerlo y mantenerlo en donde está. Siente su miembro palpitar más fuerte con aquella caricia, los pedazos redondos de carne eran simplemente perfectos, comenzó con un ligero apretón para después mallugarlos sin consideración. Porque no puede negar lo placentero que es sentir esa suave y redonda piel, aun debajo del pantalón que le enmarcaba tan bien. Escucha el sonoro gemidito del menor (Asume que es menor por su estatura, descubriendo más tarde que no es así) y es ahogado entre lenguas que danzan al compás de una melodía impuesta por ambos, sin dejar los masajes. El castaño comienza con un vaivén restregando su trasero en la entrepierna del más alto, logrando que esta empezara a palpitar exigiendo liberarse. Los movimientos pélvicos son lentos al inicio, pero poco a poco comienzan a agarrar velocidad, Chanyeol gruñe cuando siente no poder aguantar más y marcar ahí mismo el hermoso cuerpo del chico cara de nena que le hacía sumirse en éxtasis sin siquiera tocarse directamente. Y hacerlo suyo. Y hacerlo gritar, gemir, delirar. Y Ver sus ojos caoba nublados por el placer. Y Ver su cuerpo brillar por el sudor y su cabello castaño pegado en su frente.

De pronto hace mucho calor.

El menor se separa alejando sus labios y dejando un hilito de saliva uniendo aun sus labios. Chanyeol gruñe por haber detenido la acción y el de ojos caoba ríe dulcemente. Aun ahí podía aparentar total inocencia. Si alguien los viera y el menor dijera que estaba abusando de él, Chanyeol aparecería en primera fila de las noticias, y con letras grandes diría: Depravado intenta abusar de una criatura inocente.

>> ¿Entonces qué dices?

*

*

*

*

*

Chanyeol no es consciente de cuándo, cómo ni por qué, terminó en un hotel. Solo sabe que no es capaz de aguantar la tentación de mordisquear aquella piel lechosa que le llamaba a gritos ser profanada. Desciende por el cuello nívea del más bajo, succionando la piel a su paso. Marquitas rojas empiezan a aparecer y saben que mañana serían moretones de posesión, y a ninguno le molesta. Pronto la ropa queda en algún lugar de la habitación, o quizá en el pasillo, no son conscientes ni les interesa saber. El pecho desnudo del castaño sube y baja a un ritmo acelerado, mientras que sus manos se enredan en las hebras negras del más alto.

Y gime. Gime cuando siente la lengua de Channie rodear uno de sus pezones, para después succionarlo fuertemente. En verdad Channie fue una excelente presa.

Sus pantalones han volado, al igual que su ropa interior dejándolo a la total merced de aquél tipo alto. Sus piernas se abren descaradamente, contradiciendo totalmente su mirada inocente. Entonces Chanyeol sabe que el chico es un excelente actor. Y se coloca entre sus piernas encajando a la perfección.

Es autocontrol, para no profanarlo brutalmente, porque aun con toda la lujuria que tiene y las ganas, teme lastimarlo. Siente las delicadas uñas del más bajo en su espalda, a la altura de los omoplatos, (donde está aquél tatuaje con un kanji Japonés, del que ahora no recuerda ni su significado) arañándole. Siente arder su cuerpo y tiene ganas de tirársele encima y hacerlo suyo, por al menos esa noche. Chanyeol, (a diferencia del de ojos caoba que está completamente desnudo), aún lleva sus jeans Levi y solo su torso está desnudo, pues su camisa ha volado al igual que la ropa del menor y ha desaparecido en alguna parte.

Siente su miembro palpitar dolorosamente bajo sus jeans. Pero aún no es el momento. Aun quiere torturar al cuerpo que arde en lujuria y se retuerce bajo él. Comienza con un vaivén, frotando la tela de su pantalón sobre el miembro, totalmente erecto, del chico. Provocando sonoros gemidos, que comienzan suaves y se van haciendo agudos. Ve como aprieta los labios y después se los muerde tratando de controlar sus gemidos, haciendo sangrar un poco su labio por la fuerza no controlada. Chanyeol sonríe satisfecho. Su pelvis empieza a moverse con más rapidez y brusquedad robando suspiros, gemidos y delirios del menor.

-¡Oh dios!- grita en éxtasis el chico, retorciéndose y al mismo tiempo, atrayéndole a él. Sus labios se unen en un beso exigente, que Chanyeol no tarda en corresponder. Los dedos del menor jalan con fuerza las hebras negras del mayor atrayéndolo más a su boca, mientras que con la otra mano lucha con la molesta prenda para, que una vez por todas, deshacerse de ella. La mano de Chanyeol lo detiene y sonríe mientras que con los dientes estira el labio inferior ajeno, mordisqueándolo y abusando de él en todo momento. El de ojos caoba frunce su ceño e infla los cachetes, haciendo un adorable aegyo y Chanyeol no es capaz de detener un mordisco en uno de sus mofletes -P-por favor…- ruega. Ruega por atención, porque se siente arder y si no le aplacan quedará en cenizas.

Chanyeol suelta un suspiro y se incorpora un poco, para bajar la bragueta de su pantalón y desabrocharle. Pero no se los quita. Cuando tiene un buen polvo, así sea el más excitante y bueno, él jamás se quita los pantalones, nunca se desnuda completamente. Jamás. Y esa no era la excepción. Solo bajó un poco su bóxer y el pantalón, para dejar libre su potente erección.

El castaño traga duro al ver lo grande que es el miembro contrario. Su cuerpo vibra cuando siente la mirada felina, de cazador, sobre su cuerpo. Ahora mismo se siente la presa delicada, que en cualquier momento caerá en las garras de su depredador. Esta vez él no es el depredador sino que es la presa. Y le excita saberlo, porque por primera vez esta por experimentar ser sometido.

-Chupa- Chanyeol mete de lleno, dos dedos en la cavidad del castaño. Sorprendido comienza a lamerlos hasta lubricarlos por completo. Entonces los saca y los dirige a la entrada del menor.

Chanyeol jamás había tenido sexo con ningún otro hombre, no sabía que era lo que tenía que hacer, ni cómo actuar, ni qué pensar. Simplemente dejó que su instinto le guiara, quizá si le trataba con la delicadeza con la que se debe de tratar a una mujer, todo saldría bien y no le lastimaría. Un dedo profana el interior que arde del chico. Hace movimientos circulares dentro y pronto otro se une, abre y cierra los dedos simulando tijeras, para dilatarlo.

-No es necesario… q-que me prepares…- entre gime y habla, deteniendo los movimientos del más alto- sabes muy bien lo que estaba haciendo en el baño de aquél bar… así que.

Chanyeol entonces se siente estúpido. Baja su mirada hasta su erección y la toma en manos, mientras saca sus dedos de aquél lugar, para seguidamente guiar su miembro hasta ahí y sin ceremonias, comienza a meterlo. Es estrecho esfínter que recibe y solo ha entrado la coronilla y se siente venir con solo eso. Escucha el gritillo del castaño, le mira, mira sus manos que quieren desgarrar la sábana, mira su espalda arqueada, sus labios abiertos y sus ojos fuertemente cerrados.  Es de una estocada que mete la mitad de su miembro. Un grito de dolor y placer combinados, del de ojos caoba, resuena por toda la habitación. Chanyeol mira las lágrimas que comienzan a salir de los ojos caoba y las succiona con besos. Toma las manos del menor, que están fuertemente agarradas a la blanca sábana, y las lleva a su cuello para que se sostenga. El chico capta el mensaje y se aferra a la fuerte espalda.

Son vaivenes, estocadas y penetraciones los que llevan el ritmo de los gemidos del castaño. Chanyeol aprieta sus ojos fuertemente, disfrutando de cada estocada, siente su miembro palpitar dentro del cuerpo pequeño. Sigue sin meterlo por completo, porque sabe que lo lastimará y no quiere eso, aunque eso signifique sacrificar un poco más de placer.

-¡¡Madre mía!!- grita el castaño cuando siente que Channie ha dado en su punto dulce. Este inmediatamente se da cuenta y vuelve a tocar una y otra vez aquél lugar robando palabras y ruegos, combinados con gemidos de éxtasis. Él mismo siente delirar, cuando ese cuerpo se acopla tan bien al suyo. Pero la experiencia y su orgullo (lo que le queda) de hombre le exigen esperar hasta el final. Toma entere su mano el miembro completamente duro del chico y comienza a masturbarlo, recibiendo palabras de “Oh dios” “Eres t-tan bueno…” y “Más… más” de parte del menor.

Entonces todo explota.

El castaño arquea la espalda y entierra sus uñas en los hombros del más alto. Grita. Grita una palabra en un idioma que no es coreano. Es chino. Chanyeol no alcanza a entender el significado de aquella palabra pues está distorsionada por el gemido que suelta. Siente el líquido caliente del chico en ambos abdómenes, manchándolos. Siente su miembro ser apretado exquisitamente en el interior del chico. Toma sus caderas y sube una pierna en su hombro, para después embestir con más rapidez, el castaño gime, no deja de gemir. Chanyeol siente como por sus venas corre lava ardiendo, siente su miembro palpitar rogando para liberarse. Tras un par de embestidas el pelinegro suelta su semilla en el interior del chico. Este gime y cae agotado, relajando al fin la espalda cuando siente toda la semilla del más alto dentro de él. Chanyeol deja salir hasta la última gota de su esencia y sale con cuidado. Siente algo palpitar dentro de él cuando ve la estrecha entrada derramar un poco de su semilla. Es la lujuria que palpita en su interior.

-Eres mucho más bueno de lo que pensé- dice el castaño, mientras ve como el más alto mete su miembro en su bóxer y después abrocha su pantalón.

-La habitación está pagada para toda la noche. –Responde mientras se abrocha la camisa que llevaba puesta- Disfrútala.

Termina de abrocharse la camisa y se pone los zapatos.

-¿Te vas?- le detiene antes de que este saliera. Chanyeol siente una mano en su brazo, no se gira, no se quiere girar, porque sabe que el menor se anda desnudo y sabe que le volverá a tomar.

-No  comparto cama con nadie- y sin más se suelta y sale de la habitación. Nadie le sigue.

*

*

*

*

*

Los pasillos de la universidad jamás le parecieron más monótonos ni grises. Tenía tantas ganas de quedarse en casa y dormir, pero justamente hoy tenía que haber 3 exámenes del primer parcial.

-¿Escuchaste?- Chanyeol nunca fue de los que escuchan las conversaciones de los demás, mucho menos las conversaciones de las mujeres. Había aprendido hace tiempo que las conversaciones de las mujeres podrían causar trauma que seguirá post mortem y él realmente no quería quedar traumado de por vida. Pero en ese momento hacía fila para un macacino y las chicas de atrás hablaban demasiado alto para ser cuchicheos.

-Sí ¿Quién no? –Le respondía entre cuchicheos otra chica- dicen que es muy guapo.

-Eso ya lo veremos- decía otra chica y las tres gritaban emocionadas.

Al fin su turno. Pagó el café y unas galletas saladas, para después salir de ahí. Se dirigía a su clase de Aritmética, la primera clase que tenía en la mañana. Estaba cansado, pero satisfecho. Arlen, una chica que no paraba de coquetearle, se acercó a saludarlo, acompañándolo a su clase, pues la compartían, mientras charlaba. Bostezó un par de veces mientras escuchaba una plática de manicura, pedicura y facial, que la chica le daba e ignoraba olímpicamente los bostezos del pelinegro.

-¿Qué dices?

-¿A qué?

-A la cita- Chanyeol reparó en que no había prestado atención a nada de lo que le hablaba. La chica era muy linda y tenía un excelente cuerpo, pero su boca opacaba todo los dones que poseía por naturaleza.

-No gracias.

-Pero Channie- hace aegyo y a Chanyeol solo se le viene a la cabeza el recuerdo del rostro del chico cara de nena haciendo aegyo.

Sus ojos se abrieron como platos al ver la figura que pasó a su lado, viendo su espalda cubierta por una camisa de algodón con cuadros negros y franjas blancas. Esa silueta la había visto antes.  Ignoró a la chica y camino siguiendo aquella figura, que dio vuelta para entrar en el salón en donde él iba a tomar la clase de aritmética.

-Oye- habló deteniéndose en el umbral de la puerta. El chico dio un pequeño brinquito y se giró lentamente dejando ver ese rostro de nena que había llamado la atención de Chanyeol.


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