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ROBAR EL PRIMER BESO DE ALGUIEN TIENE SUS CONSECUENCIAS por shiki1221

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Notas del fanfic:

BIEN esto es parte de mi campaña de agradecimientos a kienes me siguen por eso le dedico este fic a faby uchiha q me puso en favoritos desde el primer fanfic q publiq. a los otros 3 q tambien me siguieron desde el principio tambien les dare un fic aunq me gustaria saber de q les gustaria. en fin ESTE FIC VA PARA TI FABY UCHIHA. ya hablamos por el face de q trataba el fic espero q te guste y eso va para todos los q esten leyendolo, espero no decepcionarlos.

Notas del capitulo:

BIEN ESTOY CERCA DE TERMINAR LA SEMANA DE LOS EXAMENES POR LO Q PRONTO ACTUALIZARE "SOY UN JUGUETE DEL DESTINO". este lo comence a escribir hace algun tiempo por lo q solo necesito editar los caps antes de subirlos para evitar (lo mas posible) errores y horrores de ortografia, lo se soy obsesiva U-U pero asi de enserio me tomo mis fics.

los personajes de naruto no son mios son de kishimoto. oero se los estoy robandolos temporalmente para pervertir las mentes de kienes leen. 

CAP 1: LEYENDAS Y SENSACIONES

 

          

 

¿Qué es un vampiro? Los vampiros son aquellos monstruos que se alimentan de la fuerza vital de los seres vivos. Usualmente visten capas de cuello alto y van rondando por la noche, chupando la sangre de los indefensos y desprevenidos humanos. Son seres siniestros y peligrosos que se desplazan entre sus presas, cuya sangre es la fuente de alimento primordial de estos entes sobrenaturales. Sin embargo, ellos, son seres lujuriosos y a pesar de lo letales que son, no dejan de llamar la atención de sus presas, debido a que por naturaleza son sensuales y atrayentes. Son como la cobra rey, que no pierde su belleza a pesar de poseer una boca mortal que de tan sólo una mordida le pone fin a tu vida, al igual que los vampiros.

Alguna vez estos seres fueron humanos, pero fueron convertidos al no completarse la debida ceremonia del difunto o por la mordedura de uno, quedando así en un estado que se debate entre la vida y la muerte, de ahí su nombre de no-muertos, revividos, entre otras menos comunes. Por esta razón su apariencia es pálida, son flacos y altos. Poseen largas y puntiagudas uñas al igual que sus colmillos. Aunque esta apariencia los haga ver débiles, son extremadamente fuertes y rápidos, entre algunas de sus habilidades. Sin contar con su capacidad de adoptar la forma animal que deseen, como lobo, murciélago, menos común pero posible, es que se transformen en gatos, perros, ovejas o caballos e incluso son capaces de volverse niebla. 

La ventaja de la cual dependen los humanos para protegerse de ellos es conocer sus debilidades, al ser criaturas de la noche no pueden andar bajo la luz del sol, ni acercarse a terrenos consagrados como las iglesias. Tampoco pueden entrar a las casas ajenas sin ser invitados, pero una vez que se los invita son libres de entrar y salir del lugar a placer. Ellos no poseen alma, dado que la perdieron durante la transformación, el estado demoniaco o sacrílego que les dio origen, los ubica en una posición desfavorable frente a los símbolos cristianos. El agua bendita y los crucifijos, que pertenecen al reino de Dios, los repelen con gran efectividad. Además, se cuenta que desde…

—Jajaja ¿cómo es que las personas se creen esta basura? —era la pregunta que se hacía un hombre de veinticinco años sentado en el sillón en su sala—Creo que iré a dar una vuelta por el parque —dijo mientras observaba en su ventana como el día acababa de morir—. Esta es una noche realmente bella.

Eso fue lo último que dijo este hombre, antes de emprender su viaje al parque que más le gustaba, aunque a su vez era el que más lejos se encontraba de su residencia, pero le daba igual, con tal de pasar un rato agradable al aire libre. Las noches eran cálidas a pesar de todo, el verano se hallaba presente, incluso en las brisas tibias que se sentían en la piel cuando salía a algún lugar abierto. Pensando en todos estos beneficios es que aquel atractivo hombre se dirigió a dicho lugar.

 

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En el parque más grande que tenía la ciudad de Konoha se podía apreciar, el más hermoso atardecer. Era el sitio preferido de los jóvenes para confesarse, ya que contaban los rumores urbanos que si lo hacían allí tendrían mejores posibilidades de ser correspondido. La tarde podía dar el aspecto de ser el más romántico y cursi lugar sobre la Tierra, pero la noche era otra historia y eran otros los mitos urbanos que rondaban. En contraposición a la tarde, el anochecer era de lo más aterrador en aquel sitio, siempre que el viento ondeaba las hojas de los árboles, hacían sentir a quien pasara que era acechado por alguna entidad sin buenas intenciones.

Una chica de trece años de pelo castaño atado al estilo chino en dos moñitos, de nombre Ten Ten, caminaba por el sendero que atravesaba justo por la mitad de aquel, desde hacía unas horas, tenebroso parque. La joven iba con tranquilidad dándoselas de ser una mujer que podía contra cualquier cosa, además de ser una escéptica, ella no creía en los cuentos de fantasmas que le contaron de aquel lugar. Según su criterio, lo más peligroso allí serían los pervertidos, pero siendo una autoproclamada experta en armas, ese no era un problema serio para ella.

De camino por ese parque se encontró con un chico de su misma edad, sentado en una banca a pocos metros suyo y la mirada de ese chico pareció atravesarle el alma. Se sintió sonrojada, al ver que alguien tan guapo como aquel desconocido, la mirara a ella que era tan sólo una muchacha normal sin ningún atractivo femenino que la hiciera destacar.

—Eres una chica en verdad muy hermosa —dijo con una voz tan melodiosa, que se sentía que estuviera escuchando un piano en lugar de la voz del muchacho. La chica se sonrojó aún más, cuando luego de aquella frase comenzó a acercarse caminando elegantemente hasta ella.

No lograba decir nada por la emoción de, por primera vez en su vida, ser considerada bella. Cuando ya lo tuvo a tan sólo centímetros de su rostro, toda la emoción que antes sintió se esfumó al ver como de la boca de ese chico asomaban dos blancos y filosos colmillos. La cara de Ten Ten se transformó en auténtico pánico al ver eso; la castaña comenzó a forcejear, pero no era fuerte físicamente por eso lo compensaba con el uso de armas, las cuales no alcanzaba y dudaba poder hacerlo por el miedo. Empezó a gritar por ayuda, para ver si alguien se apiadaba, pero en ese horario sería muy raro encontrar a alguien por allí y más aún encontrar a alguien que fuera un buen samaritano.

—Grita todo lo que desees, nadie vendrá a ayudarte, ahora quédate quieta mientras tomo mi cena —susurró en voz baja que pese a ser peligroso también resultaba atrayente. Se acercaba respirando entrecortado, al cuello de su víctima, cuando ya podía sentir la sangre bombeándose por las venas de la castaña fue que tuvo que apartarse repentinamente para esquivar una piedra que fue lanzada a su cabeza.

—¡¿Quién se atreve a enfrentarme?! —gritó enojado por la cena interrumpida.

—Yo —contestó el chico recién llegado que no era más que un adolescente de unos catorce años—. ¿Tienes algún problema con eso bastardo pervertido?

—Eres alguien muy valiente o todo un idiota al tratar de enfrentarte a alguien tan superior como yo —le contestó el vampiro sonriendo arrogantemente, algo que no le duro mucho, cuando sintió que su cara era golpeada por una mochila bastante pesada.

Aprovechando de que estaba distraído, por el enojo que presentaba aquel vampiro, la chica se soltó de su agarre y se fue corriendo. Mientras gritaba a los cuatro vientos: ¡¡¿Por qué todos los chicos guapos son raros y gay?!! BUAAAAAAAAA. Al poco tiempo se perdió de vista.

—Pero ¿qué le pasa a esa chica? —preguntó desconcertado el vampiro adolescente sin entender que ocurría.

—Es que le das miedo —contestó el mayor sin dejar de verlo.

—Eso ya lo sé, soy un vampiro después de todo, debe tenerme miedo al igual que cualquier insignificante humano como tú —lo señaló con el dedo.

—No, te tiene miedo porque esta traumada —respondió con desinterés.

—¿Traumada? ¿Qué quieres decir con eso? —la curiosidad que tenía lo hizo preguntar, a pesar de querer fingir desinterés.

—Verás, ella es compañera mía en el club de teatro y un día nuestro maestro nos dijo que interpretáramos una obra. Todas las chicas votaron por hacer “Crepúsculo” — el mayor hizo un gesto de total asco al recordarlo.

—¿Interpretaron esa historia de vampiros marica? —el de dientes filosos, cambio su expresión a una de enojo, por pensar en esa película.

—De hecho, no, todos estaban muy traumados después de uno de los ensayos para hacerlo, yo falté ese día así que no vi lo que pasó —comentó con alivio el humano—, pero de sólo imaginarme lo que me contaron siento terror.

—¿Así? ¿Qué fue? ¿Qué fue eso tan terrible? —el interés se hizo palpable en su voz.

—No sé si eres de mi escuela o si los conozcas o no, pero el maestro de teatro es un tipo bien raro y feo llamado Gai y él se supone que iba a ayudar a un alumno a mejorar su actuación antes de las horas de ensayo, pero… —el rostro de chico de catorce años mostraba horror.

—Pero ¿qué? —sintió una ansiedad por saber que pasó. Era como llegar al final de una gran novela de misterio.

—El alumno que estaba con él se llamaba Rock Lee, era igual de raro que el sensei tenía un corto de hongo en el pelo, ojos enormes medio raros y siempre vestía de verde. Pero ese día no lo hizo, se puso la ropa que sería de Edward Cullen mientras que el sensei usaba la ropa de “Drácula”.

—Ah o sea con la capa de cuello largo y toda la cosa ¿no?

—Sí, así es, pero lo aterrador y el por qué las chicas y chicos que estuvieron ese día allí le temen tanto a los que usan cosplay de vampiro como tú… —lo señaló dándole a entender que eso era lo que asustó a Ten Ten.

—Esto no es cosplay, soy un vampiro de verdad, imbécil —replicó con molestia.

—Eres uno de esos fanáticos extremistas, ya veo —suspiró resignado, al saber que ese “niño” era uno de esos que de verdad se creen vampiros.

—Bueno, pero ¿qué paso acaso esos dos? ¿No sólo se vistieron de vampiros, sino que también lo eran? —cuestionó con emoción retomada.

—Ojalá hubiese sido eso, lo que vieron fue peor… ellos… ellos estaban, me cuesta tanto decirlo —tartamudeó y se atragantó en lo que decía.

—Ya anda, dímelo —exigió con ansiedad de saber la verdad.

—Lo siento niño, pero si los conocieras sabrías que esa pobre gente de teatro perdió toda su inocencia con esa imagen que jamás se olvidarán.

—Deja el dramatismo y el misterio. Dime de una vez que sucedió.

—Esos dos estaban… —soltó con todo el aire que retenía— Teniendo sexo.

—¿Ehh? —caída estilo anime por parte del vampiro— ¿Eso es todo?

—¿Ves? Te dije que no lo entenderías —dijo frunciendo el ceño y luego añadió—. Maldito precoz, si los conocieras sabrías lo que sintieron esos pobres infelices. Ninguno de club de teatro tenemos más de catorce años, se arruinaron sus futuras vidas amorosas por esa horrenda imagen.

—No es para tanto —de repente cambio la expresión de su cara—. En vista de que gracias a ti me quedé sin comida, tú te convertirás ahora en mi cena.

—Sueña, Tonto —rodó los ojos al ver a ese niño intentar ser amenazador.

—No sabes los poderes que yo poseo, tengo la habilidad de hipnotizar a la gente para que obedezcan mi voluntad —lo miró fijamente a los ojos, pero para desgracia del pequeño no pasaba nada.

—Se ve que no te funciona. Mejor vete a tu casa niño, deben estar preocupados de que no regreses —le habló como una persona responsable.

—Yo estoy solo, nadie me espera en casa —dijo en voz muy baja, agachando la mirada, por lo que no se dio cuenta cuando el otro chico se le acercó tanto.

—Un niño tan lindo como tú no debería estar llorando.

—Yo no estoy llo... —cuando levantó la mirada, furioso por lo dicho de él, se llevó la sorpresa que el chico de catorce años estaba besándolo dulcemente. Se permitió perderse unos momentos en aquel contacto tan casto.

—Ya me tengo que ir —dijo el mayor separándose—. No juegues a los vampiros por esta zona te podrías encontrar con algún pervertido. Adiós.

—Espera… —pero era demasiado tarde, el joven vampiro se dio cuenta que ese chico misterioso ya se había ido— Ese fue mi primer beso —susurró solitariamente antes de desaparecer de aquel parque.

 

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Habían pasado cuatro años desde aquel encuentro y actualmente en el vagón de un tren que, como siempre llevaba una gran cantidad de personas (como era de esperarse en ese horario), viajaban tres personas algo… llamativas. Los que destacaban pese a la gran muchedumbre, eran dos azabaches y un rubio, el mayor de ellos se llamaba Itachi Uchiha un joven muy atractivo, bien formado de veintiún años, cabello negro al igual que sus ojos, debajo de los cuales tenía unas ojeras marcadas que no arruinaban para nada su atractivo rostro, piel blanca sin llegar a ser pálido, se dirigía a la universidad. Iba acompañado por su mejor amigo, Deidara Uzumaki, un bello joven rubio pelo largo de ojos azules, al que las personas solían confundir con una mujer demasiadas veces para su gusto. Junto a ellos iba el hermano menor de Itachi: Uchiha Sasuke. Un guapo azabache con reflejos azulados piel blanca al igual que su hermano y ojos ónix. Este joven, se encontraba en serios problemas. Otra vez le estaba sucediendo lo mismo que desde hacía tres meses.

 

Sasuke

 

Ahí estaba de nuevo esa voz misteriosa que sólo oía él, y que sólo susurraba su nombre de manera ronca y erótica. Pero si sentir que se estaba volviendo un esquizofrénico no era suficiente, debía agregarle el hecho de sentir como era tocado. Sus pensamientos eran un total caos debido a lo que estaba viviendo en ese momento.

 

¡Maldición! Ya no me queda ningún lugar seguro, y eso que hoy parecía ser un buen día, no había sentido aquella extraña presencia en todo el día. Pensar que llegué a considerar un lugar repleto de gente un lugar donde hallar calma, cuando respirar es tan difícil al igual que moverse, por todos los que están amontonados como ganado. Esto no sería así de no ser por... bueno no sé qué exactamente, pero sí sé qué hace unos meses que cuando me encontraba solo en mi habitación oía una voz.

A veces tuve el impulso de ir y pedir ayuda a mi hermano Itachi, pese a ir en contra de todos mis principios, ya que, por lo general, yo soluciono mis problemas por mí mismo, pero esto me supera con creces. No puedo consultárselo a mis amigos ni conocidos, ni siquiera a mi hermano porque: ¿qué les podría decir? ¿Tengo a un acosador pervertido persiguiéndome? Ah y me olvidé de mencionar que es invisible. De seguro se ríen de mí y se burlan hasta el día de mi muerte, eso no, ni pensarlo. Además, yo mismo me burlaría de quien fuese que me contara esto y no lo creería posible de no ser porque me está sucediendo a mí.

Y heme aquí, de nuevo comienza mi pesadilla con el pervertido invisible, desde que comencé a sentir su “presencia”, las cosas se dan con regularidad. Siento un escalofrío en mi espalda, un toque demasiado obsceno en mi trasero y me volteo rogando que sea algún pasajero para poder golpearlo y me doy cuenta de que no. Maldición es de nuevo aquella cosa, siento como si delineara cada músculo de mis glúteos, las caricias y los apretones no se detienen, pongo mi rostro más serio mientras más me toca en un intento de que no se note lo que está pasando.      

 

Sasuke

 

Muerdo mi propio labio inferior para acallar un gemido al oír como esa voz pareciera deleitarse al decir mi nombre, como si saboreara cada letra del mismo. Miro a mi alrededor y no estoy frente a un depravado común, sólo hay algunas mujeres mayores y hombres bien vestidos viendo sus relojes como si intentaran controlar el tiempo.

¿Estaré a la puerta de un manicomio? Esto es por demás raro sentir caricias en todo el cuerpo, cuando nadie me toca. Al principio sólo me sucedía cuando estaba solo en mi casa, luego cuando me duchaba, pero con el paso del tiempo comenzó a hacerse más… morboso. Sucedía en lugares públicos y con gente presente, durante mis clases o incluso cuando conversaba con alguien. Siento como si realmente fuese una mano grande y fuerte que me toca mi miembro, a veces, pero más mis nalgas como si desease esa parte de mí. Y cuando me baño es cuando su tacto pareciese ser real, me siento su juguete, sea lo que sea, me toca a su antojo a veces con un ritmo marcado, otras no, siempre varía y no puedo controlarlo, odio las cosas fuera de mi control y entendimiento.

 

 Sasuke

 

Estoy seguro de que es la voz de un hombre, pero yo no soy homosexual

 

Sasuke

 

Odio está condenada situación me hace sentir indefenso, no me gusta, pero pese a las negativas a mi cuerpo parece no molestarle demasiado, porque siento ligeras ráfagas de excitación cuando sucede y eso está mal. Algún ser intangible no puede ponerme tan caliente, pero aun así trago duro mientras siento mi temperatura corporal elevarse. Miro discretamente mi pantalón y veo como un pequeño bulto se asoma por el mismo y lo cubro con mi chaqueta lo más rápido posible para que nadie lo vea.

 

 

Sasuke se movió lo más rápido que le permitieron sus piernas una vez que descendió de tren, todo para llegar al baño de la universidad sin ser percibido y arreglar su “pequeño” problema en la entrepierna. Corrió con suerte, no había casi personas cerca, por lo que contaba con la ventaja de desplazarse sin ser visto. Tuvo que masturbarse sin tener ninguna imagen mental, sólo lo hacía imaginándose como debería ser la apariencia de la “persona” dueña de aquella voz que siempre lo calentaba de la manera más lujuriosa. Una vez logrado su objetivo, se dirigió hasta su salón correspondiente para tomar las clases del día.

Finalizado el día escolar, Uchiha fue interceptado por sus amigos, unos chicos de dieciocho años al igual que él. El primero Suigetsu de cabellos blancos, ojos violetas y su rasgo más destacable sus dientes de piraña. La segunda Karin, una chica muy atractiva de cabellera rojiza, piel blanca, a la que no se le veían los ojos con claridad por los anteojos que usaba y Juugo un chico alto de pelo anaranjado, bronceado, normalmente muy tranquilo, pero cuando se enojaba era alguien de cuidado.

Aunque todos ellos pertenecieran a otras carreras, siempre hallaban tiempo para pasarlo los cuatro juntos, ya que eran amigos desde hacía mucho tiempo. La amistad entre estos se dio por la convivencia obligatoria que tenían, dado que los amigos de Itachi eran los hermanos mayores de los amigos de Sasuke. Quisieran o no, tuvieron que convivir en esas noches donde sus hermanos se iban de fiesta y los dejaban juntos con una niñera, por precaución, aunque a la pobre niñera de turno, entre los cuatro le hacían la vida imposible hasta la renuncia.

—Y bien Sasuke, ¿qué harás esta noche? —preguntó alegremente el de dientes filosos.

—¿Dormir? —le respondió aburrido como si fuese lo más obvio del mundo.

—¡Claro que no harás eso! —exclamó enojado el de pelo blanco.

—Si es cierto Sasuke-kun, hoy es Halloween debemos hacer travesuras kukuku —lo que se estuviera imaginando la pelirroja, era muy diferente a las bromas de lanzar papel higiénico a las casas.

—Sasuke si no deseas salir, podemos reunirnos en tu casa y ver películas de terror —aportó su idea en tono calmo el de pelo naranja.

—Me gusta más eso que la idea de ir a una ridícula fiesta de disfraces —declaró Uchiha, sabiendo que muchos de sus compañeros, tenían esos planes.

—Bien, en tu casa a las diez de la noche —dijo feliz la de lentes para ser afirmado con la cabeza por los otros dos.

El menor de los Uchiha sólo pensaba que tendría mejor suerte ocultando su problema con aquella entidad estando en su casa. Si salía a algún lugar, lo más probable era que lo trataran de pervertido o acosador por excitarse sin motivo aparente. Aunque tuviese una muy buena razón para hacerlo, pero que, a su vez, sería igual de buena para considerarlo un demente. Suspiró sin saber que esperar exactamente esa noche.

Eran las diez de la noche y en la casa de los Uchiha había una batalla de miradas. Se encontraban dos grupos; Cinco personas en un lado, Itachi, Deidara, Yahiko un chico de pelo naranja, alto, con varios piercings en su cara, Kisame un hombre alto de cabellos bastantes azulados como su piel y dientes filosos, Sasori un pelirrojo de piel blanca como la de su hermanita. Y cuatro en el otro lado, donde estaban Sasuke, Juugo hermano menor de “Pain” como a Yahiko le gustaba hacerse llamar, Suigetsu hermano menor de Kisame y Karin, la hermana de Sasori. Ambos bandos estaban debatiéndose el derecho de permanecer en aquella casa, ya que, como buenos hermanos, no se les daba bien compartir.

—¡Qué no! ¡Nosotros nos quedamos, ustedes se largan ancianos! —reclamó molesta Karin.

—Nosotros somos sus hermanos mayores, por lo tanto, nosotros mandamos —afirmó Pain tratando de convencer a los menores.

—Olvídenlo, somos de mayor edad. ¡Vamos a la universidad por todos los cielos! —gritó Suigetsu con total indignación.

—Pero esta es mi casa —replicó enojado Itachi.

—También es mi casa que no se te olvide nii-san —reclamó Sasuke.

—¿Por qué no nos divertimos todos juntos? —cuestionó inocentemente Deidara.

—¡NO! —le gritaron todos a coro.

—Pero si todos son hermanos, podríamos pasarla bien juntos —insistió Deidara algo cohibido por los gritos a su persona.

—Los viejos como Itachi no saben lo que es divertido —dijo con burla Sasuke.

—Mira quien vino a hablar, el burro hablando de orejas —contestó molesto el azabache mayor, fulminando a su hermanito con los ojos.

—¿Ves? Tienes que dejar de hablar de tus anormales orejas, nii-san —una sonrisa prepotente, adornaba la cara del menor, al ver como se molestaba su hermano.

—Mocosos, ustedes no aguantarían nuestra diversión —ahora se entrometió Kisame con la autoridad de hermano mayor dándoles a entender que los consideraban demasiado pequeños para lo que ellos hacían.

—¡Qué no! Pruébanos —retó Suigetsu a su familiar.

—Como quieran, pero se arrepentirán —se encogió de hombros Pain, sin ánimos de prestarse para una pelea como los demás.

—Entonces juguemos a verdad o castigo —levantó la mano el único de ojos azules del grupo para llamar la atención y proponer su idea.

—¿Por qué ese juego? —cuestionó Karin.

—Estoy seguro que hay cosas que quieren ocultar de nosotros. Son los hermanitos pequeños, así que seguro han hecho algunas travesuras que no quieren que se enteren sus hermanos mayores ¿no? —comentó de manera pícara el rubio.

—Me parece una buena oportunidad de descubrir los secretos de nuestros pequeños —dijo el Uchiha mayor con toda la intención de fastidiar—, o reírnos a su costa.

Una vez organizados, decidieron usar una botella para determinar quién haría una pregunta o desafío y quien debía responder o llevar a cabo el reto, dependiendo si te apuntaba la boca de la botella o el fondo de la misma. Estuvieron jugando por al menos dos horas, en las que las risas y las burlas para ambos grupos no pararon, ya que se enteraron de cosas muy graciosas.

Una de ellas que Sasori usaba muñecas inflables, que a Pain le interesaba el sadomasoquismo, pero una de las más desconcertantes, pero algo predecibles fue que Deidara e Itachi habían tenido sexo, alguna vez que no determinaron y en la que no explicitaron nada de lo ocurrido. Por fin luego de regaños a los “hermanitos” por haber confesado cosas que estos preferían siguieran secretas. Como que Karin dejo de ser virgen, cosa que Sasori no paso por alto, jurando matar al infeliz que la tocó, que Suigetsu fue el que perdió la espada favorita de Kisame en una apuesta, lo que explicaba la desaparición de la misma. Finalmente llegó el turno de Sasuke quien eligió castigo, ya que su “verdugo” era Deidara, a quien no creía capaz de pensar en algún castigo demasiado terrible... pero se equivocó.

 

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En el parque más grande de Konoha donde se rumoreaban tantas leyendas urbanas, se encontraba el grupo completo, todos observando divertidos al más joven de los Uchiha por el reto que debía afrontar. Estaba usando un vestido blanco de bodas al estilo occidental, dejaba los hombros al descubierto, haciendo que el vestido comenzara ajustado desde el pecho al torso delineando su silueta hasta la cintura, en donde el vestido tenía una falda esponjosa que sólo llegaba hasta medio muslo por delante y con cola larga por detrás. Hasta tenía zapatos de tacón blancos que hacían juego y unos guantes largos del mismo color que le llegaban hasta los codos.

—¡Los odio a todos! —susurró entre dientes con una vena hinchada en su frente.

—Pero te ves hermoso, tonto hermano menor —comentó el mayor aguantando la risa.

—Muy bien, basta de charlas, que ahora toca completar el desafío —habló repentinamente el rubio de pelo largo, aplaudiendo para llamar la atención de todos—. Recuerda que aceptaste cumplir la leyenda urbana que dice que si dices el antiguo juramento vendrá el vampiro a llevarte como su esposa.

—Puras idioteces, no sé ni por que eligieron esto para desafío, lo haré en un abrir y cerrar de ojos —con total seguridad recitó la estrofa que, según se decía, llamaba al vampiro hasta su mujer destinada.      

 

 

OH SEÑOR QUE GOBIERNAS LA OSCURIDAD

 

BEBE DE MI SANGRE SIN PIEDAD

 

VEN Y TOMA MI VIRGINIDAD

 

Y HAZME TUYO POR LA ETERNIDAD.

 

 

Los árboles se agitaban ante el viento frío que soplaba repentinamente, mientras el grupo de jóvenes aguardaba que ocurriera algo de la leyenda. Ese parque era conocido por ser un centro de cosas inexplicables y posiblemente sobrenaturales. Esa noche, seguramente serían sorprendidos por uno de los mitos más antiguos y a la vez famosos del mundo. 

 

 

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ…..

Notas finales:

bien si llegaron hasta aki me sentire muy feliz porq significa q a pesar de ser un cliche lo del vampiro les ha interesado aunq sea un poco.

Bueno tambien keria saber si estan confundida/os si es asi logre mi objetivo de q el fic no sea demasiado predecible. espero sus reviews para saber q les parecio.

kieren el conti? les interesa ver lo q sigue? 

hasta la proxima janne n_n. 


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