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Kurobara no Kishi por Rosenstrauss

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Notas del fanfic:

Una historia sencilla. Amor, mucho amor, mal entendidos y algo de dolor. ¿Ya dije qué hay mucho amor?

El título es una canción de D no hay algo relevante en eso sólo no se me ocurrió algo más, sorry.

Soy una escritora novata, estoy abierta a consejos con tal de mejorar. Disfruten. ~

     

     

     

     

Notas del capitulo:

¿Es popular la pareja de Asagi y Kamijo en el fandom yaoi de jmusic? ¿Quién sería el "uke" y quién el "seme? Dejen sus opiniones lol

Una pequeña introducción.

     

 

Era demasiado débil para enfrentarlo, era demasiado indeciso como para aceptarlo. Aquello era tan difícil que lo desconsolaba. Así se sentía y no era capaz de hacer algo al respecto. No era sencillo saber si esos repentinos sentimientos eran recientes o llevaban ocultos los últimos años y únicamente necesitaron ese “algo” para volverse inesperadamente más fuertes, lo suficiente para ser notados. Una parte de sí mismo le decía que nada tenía sentido que únicamente estaba confundido y un poco más cansado de lo normal. Debía ser eso. Un simple error, una mal interpretación de sus propias emociones. Pero otra parte gritaba con desesperación que estaba enamorado, no existía algún tipo de ciencia o explicación, sólo era eso, se había enamorado. De la persona menos indicada tal vez, pero estaba enamorado y no era culpa suya. El amor es así

¿A quién debía escuchar? ¿Qué era lo correcto?

Los últimos meses habían estado dedicados a su propio descanso, a relajarse, distraerse con sus pasatiempos, recuperarse. Era el plan y al principio todo estaba bien, se sentía maravillosamente a pesar de los problemas que llevaba encima. Hasta que “eso” ocurrió y todo él se convirtió en un cúmulo de confusión y dudas.

Era un viernes por la mañana, un día tranquilo de primavera. Después de desayunar y revisar su correo electrónico tomó sus llaves pensando en ir a pasear solo pero antes de abrir la puerta de su casa su teléfono sonó. Su amigo de años, una de las personas más cercanas y de confianza le estaba invitando a beber junto a otros más en su departamento. La idea sonaba magnifica pues no planeaba algo realmente importante para esa noche y después de semanas de estar en régimen saludable asistiendo diario al gimnasio y durmiendo temprano, algo de diversión y alcohol no le venían mal ni harían algún daño. No obstante, una ligera emoción le embargó haciendo que se dedicará un poco más en su arreglo personal. Cuando se veían generalmente ambos llevaban ropa de lo más casual y cero maquillaje, era una de las ventajas de ser amigos tan cercanos. Ninguno trataba de impresionar al otro o mostrar el personaje que todos conocían en los escenarios. Simplemente eran ellos mismos y era común salir de sus hogares al reunirse con atuendos sencillos y apenas con el cabello cepillado. Pero esa noche era especial y el hombre de cabello azabache quería lucir bien, estaba ansioso por encontrarse con su amigo.

A la hora indicada y haciendo gala de su fuerte sentimiento de puntualidad, se paró frente a la puerta del departamento que ya conocía muy bien para posteriormente tocar y ser recibido por el anfitrión. Para su sorpresa algunos de los otros invitados ya habían llegado también, eran colegas músicos y conocía a la mayoría así que dedicó varios minutos en saludarlos uno a uno sin sentirse incómodo al estar rodeado de tantas personas, otros sujetos llegaron después. Entre ambos amigos las excesivas formalidades eran cosa del pasado, un abrazo afectuoso y un intercambio de sonrisas eran más que suficientes. Las siguientes horas transcurrieron sin muchas novedades, muchos bocadillos y alcohol en cantidades poco sanas eran repartidos entre los asistentes quienes en torno a la amplia sala, conversaban sobre esos temas tan en común. Letras de canciones, giras próximas, anécdotas en conciertos y hasta a cuantas fans de habían llevado a la cama. El anfitrión los escuchaba en silencio; reía, negaba o asentía cada que era necesario pero parecía ajeno a la reunión como tal. En algún momento se disculpó y afirmó sentirse un poco mareado, razón por la cual saldría al balcón para tomar aire. Nadie pareció tomarle mucha importancia y apenas le miraron cuando se levantó esquivando personas y recipientes regados por toda la habitación. Por supuesto su amigo quien prestaba atención a cada uno de sus movimientos se percató de inmediato y con un minuto o menos de diferencia se levantó tras él, preocupado.

El balcón tenía una vista majestuosa de la ciudad que a lo lejos mostraba sus luces nocturnas, la noche era cálida pero un viento fresco iba y venía agradablemente.

—¿Te sientes bien? Te ves pálido.

—Estoy bien Asagi.

No le miró al responderle, con los brazos recargados por encima del barandal color plata fijaba la vista hacía lo que estaba más allá de su edificio.

—Me sorprende que invitaras a tantas personas si ni siquiera les prestas atención, es como si sólo hubieras querido verlos embriagándose en tu alfombra.

Ambos rieron por un breve instante para llegar a un curioso silencio. Los dos amigos se dedicaron a observar, sólo observar. No era un silencio incómodo pero sí bastante inusual en ambos, entre ellos no podían dejar de hablar. Pero dicha situación no fue eterna y por fin el rubio fue quien cuestionó al otro.

—¿Y tú cómo estás? ¿Has obedecido al médico?

—En ocasiones lo hago, pero me he sentido mejor si te soy honesto. Descansar ayuda mucho. Pero insisto que hay algo mal en ti Kamijo, dime qué pasa.

-Sólo estoy cansado, los últimos meses he estado viajando tanto que por fin mi cuerpo siente las consecuencias. Debí esperar un poco antes de traer aquí a todos estos ebrios.

Una nueva risa simultanea antes de retornar al silencio que lograba que las voces y risas del interior fueran muy audibles, era diferente a otras cientos de reuniones que habían mantenido en el pasado, definitivamente existía algo distinto esa noche, pero saberlo era quizá imposible. Asagi y Kamijo eran amigos de años, desde la primera vez que cruzaron palabras surgió una evidente química entre los dos cantantes que derivó en una cercanía de esas que ocurren contadas veces en la vida. Tenían tanto en común que no dejaban de verse como hermanos separados al nacer o algo similar. Cuando comenzaron a volverse realmente populares desarrollaron una rivalidad amistosa, los dos querían ser los mejores y al ser tan perfeccionistas y decididos se acrecentaba tal sentimiento. Sin embargo la amistad se fortalecía en lugar de decaer. La pasaban bien juntos por lo que salían a beber y conversar cada que existía tiempo libre.

Era maravilloso.

—¿Cómo piensas echarlos? Estarán muy decepcionados cuando les digas que deben irse en medio de una fiesta tan buena.

Asagi preguntó con una sonrisa burlona mientras palmeaba un poco la espalda de su compañero, quien sólo atinó a suspirar y reír en lo bajo. Era una buena pregunta.

—Los dejaré un poco más, estarán tan borrachos que no sabrán ni quiénes son, así que pediré taxis y sólo los ponemos en ellos para que los lleven a sus casas. Y luego iré a dormir por una semana.

—Buen plan.

Kamijo llevó la mirada hasta el rostro del azabache, apretando un poco los labios y entre cerrando los ojos como dos ligeras ranuras. Asagi tratando de disimular el nerviosismo que eso comenzaba a provocarle, sacó su teléfono móvil fingiendo haber recibido un mensaje.

—¿Mh?

—Creí que no llevabas maquillaje fuera del trabajo.

Era eso. Kamijo no estaba equivocado, Asagi jamás llevaba maquillaje cuando estaba en casa o con amigos fuera del escenario. No es que no le gustara, realmente estaba muy acostumbrado a usarlo y al no estar su maquilladora disponible las 24 horas del día los siete días de la semana, había aprendido a hacerlo él mismo con resultados bastante decentes. Pero esa noche había decidido maquillarse un poco en el rostro y mucho en los ojos. No llevaba lentillas de algún color esos sí eran exclusivos del trabajo ya que le provocaban irritación y prefería relajarse en lugar de colocarse gotas cada diez minutos, el resto era más sencillo. Avergonzado y nervioso, inhaló con fuerza.

—Sólo quería usarlo, no es nada en especial.

—Pues te ves bien, siempre me ha gustado como luces así.

Las comisuras de sus labios se elevaron en una involuntaria sonrisa, Asagi estaba realmente feliz por ese simple comentario. No era la primera vez que Kamijo le halagaba de alguna manera, entre ellos un comportamiento natural y común era hacerse cumplidos. “Eres muy lindo” “Te ves guapo” “Eso te queda bien” eran frases que formaban el vocabulario utilizado entre ellos, pero como casi todo esa noche. . . existía algo diferente, por lo menos para Asagi era así.

—¿Lo crees? Gracias.

Ya no hubo silencio o risas, Kamijo sorprendió a Asagi con una nueva pregunta lanzada tan a la ligera que parecía peligrosa y casi aterradora. Al de cabello oscuro se le formó un nudo en el estómago y sintió su corazón salirse de su lugar, pensó que gritaría de la sorpresa y echaría a correr pero en lugar de eso se mantuvo quieto, estático, observando con los ojos muy abiertos a un tranquilo Kamijo. No esperaba eso. Nunca en la vida. Jamás.

— Asagi, ¿me dejarías besarte?

— ¿Cómo. . .?

 

Sí, todo comenzó esa noche. Una maldición.

 

     
Notas finales:

Es mi primer fan fic así que espero sean amables y pacientes conmigo (_ _) quiero mejorar y regalarles una historia que de verdad les guste y los obsesione para revisar diario si hay actualización, como tanto me ha pasado con muchas historias aquí en amoryaoi.

Asagi y Kamijo son mis vocalistas favoritos y AMO la amistad que tienen <3 por eso decidí crear una pequeña historia homo sobre ellos lol pero con un poquito de drama de por medio ya que las cosas super cursis y sencillas no me gustan mucho.

Si creen que merece un review por favor háganlo con confianza. Me haría muy feliz.

Ya saben, si creen que algo debe mejorar o algo debo dejar de hacer me avisan >///<

 

Gracias por leer y comentar. Besitos de vampiro para todos (?)

     

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