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Arrebatos por satsuki_

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Notas del fanfic:

Distintas y pequeñas historias de las voces principales de NU'EST, nuestro dúo BaekMin. Como verán, son drabbles de Baekho y Minhyun, ninguna historia tiene conexión con la otra al menos que yo lo avise. 

Notas del capitulo:

Disfruten.

Cuando lo vio por primera desde la ventana de su casa, supo que era la primera persona de la que se flechaba en su vida.

Baekho tenía tan solo catorce años y jamás se había enamorado. Todos sus compañeros de curso le habían hablado de esa niña en la que tenían sus ojos puestos, pero él jamás había sentido eso hacia ninguna persona, hasta que lo vio a él.

Baekho sabía que no era correcto que te gustara alguien de su mismo sexo, por lo cual, luego de esa primera mirada que le dio a su nuevo vecino, se dijo internamente que tendría que ser la primera y última mirada que tenía que darle. No importaba que fuera hermoso, tuviera un aura especial o una mirada de zorrito dulce que lo había hipnotizado, nada de eso importaba, tendría que convencerse que en determinado momento de su vida él también le comentaría a sus amigos su interés por una joven.

Lo bueno era que ese joven no se había aparecido en su colegio, algo genial, porque no estaba seguro qué podría hacer si lo veía frecuentemente en su colegio. Así, era definitivamente más fácil olvidarse de él.

***
Y lo impensado pasó. Baekho había temido todos sus catorce años que ese chico con el que se había flechado fuera a su escuela, pero eso no pasó hasta sus avanzados quince años, donde un día estaba mirando hacia su cuaderno en concentración cuando de pronto su profesora pidió atención para recibir al nuevo alumno.

Baekho quiso pensar que su mente le había estado jugando trucos extraños, pero no, el chico estaba ahí e iba a ser su nuevo compañero de clases. Y como si las cosas no fueran ya increíbles, el chico decidió sentarse en el puesto vacío que había delante suyo, como si no hubieran habido más puestos disponibles. Suerte o maldición, pensó viendo la delgada figura del otro delante suyo, disfrutando de todo lo que podía ver desde esa posición, intentando recordarse que no debía mirar pero decidiendo que no era nada malo ya que simplemente estaba mirando hacia adelante para poner atención.

—Hey, soy Minhyun—Baekho oyó de pronto, mirando hacia arriba encontrándose con esos ojos de zorro a menos de medio metro. El chico lo estaba mirando con una sonrisa agradable y amistosa.

Minhyun era hermoso, no podía describir lo hermoso que era. Sí, sí podía. Si le habían capturado sus ojos desde un comienzo a una larga distancia, ahora estaba estúpidamente hechizado. Minhyun tenía que dejar de mirarlo o iba a hacer algo estúpido. Aunque...no, tenía autocontrol.

—Soy Minhyun—repitió el chico y Baekho lo continuó mirando intentando que se viera en su rostro una expresión seria y poco amigable, al final tenía que alejar al chico, no provocar que este quisiera seguir intentando o siquiera pensando que había una posibilidad de interactuar en el futuro.

Baekho vio que el chico se daba vuelta luego de unos segundos más, pero no sin antes ladear su rostro, suspirar y luego volver a mirar hacia adelante.

"Idiota, nadie va a juzgarte. Nadie se va a dar cuenta.", se dijo, maldiciéndose internamente por haber perdido una buena oportunidad. Pero no podía porque si dejaba que Minhyun entrara a su vida, querría todo o nada, y todo estaba completamente prohibido, era incorrecto, así que tenía que dejarlo ir.

Baekho estuvo mirando hacia adelante el resto de la clase, observando solamente la espalda de Minhyun, suspirando de vez en cuando. Estaba entre enojado y triste, había dejado que su razonamiento le ganara y de ahora en adelante tendría que ser así, ignorar a Minhyun, Minhyun...

**

—¡Hey! ¿Puedo sentarme aquí?—preguntó y Baekho levantó la vista esperando ver a ese rostro. Esa voz jamás la había olvidado, era él, hablándole nuevamente luego de muchos meses.

Baekho trató de no demostrar que estaba teniendo un momento de debilidad y confusión. No sabía si lo estaba haciendo correctamente porque la sonrisa de Minhyun era perturbadora, tan tranquila y amigable pese a lo que había pasado hace meses.

Todos los días lo veía al entrar y Minhyun nunca lo había mirado, era mejor, pero aún así ahora, viendo a Minhyun tan amigable, se preguntaba si el otro se había dado cuenta de que cada oportunidad que tenía lo miraba, que aunque lo había rechazado con la indiferencia, su corazón no podía rechazarlo ni sus ojos menos.

Baekho no miró más a Minhyun y esperó que este se cansara y se fuera, pero Minhyun suspiró y lo siguiente que vio fue que se sentó a su lado, a una distancia que podía considerarse prudente.

—Si no respondes entonces simplemente me sentaré—dijo y Baekho abrió los ojos de par en par. Claro, era un lugar del colegio en el que todos podían estar, pero había tanto espacio que parecía fuera de lugar que Minhyun hubiera decidido sentarse a su lado.

—Estoy esperando a mis amigos—mintió. No quería hablarle, pero Minhyun no le había dado alternativa.

—Oh, hablas—sonrió Minhyun y Baekho volvió a su expresión dura.—Ya estaba pensando que eras mudo. Oh, no, en realidad sé que hablas, y demasiado, no entiendo por qué te costaba tanto hablarme. Esperaré entonces hasta que lleguen tus amigos.

Baekho quería alzar la ceja porque Minhyun parecía no tenerle miedo y era entre raro y divertido. Lo odiaba y lo amaba. Minhyun estaba haciendo que las cosas fueran difíciles. No quería tomarlo en cuenta, pero Minhyun no hacía más que esa fuera una tarea complicada.

"Idiota, aléjate. Hazlo más sencillo."

Y cuando Minhyun no se movió ningún centímetro luego de casi diez minutos, Baekho decidió levantarse e irse, con eso tal vez Minhyun comprendiera que no lo quería cerca.

**

Y cuando cumplió dieciséis las cosas se complicaron aún más. Minhyun parecía querer estar en todo, aparecer en todo lados, hacerse presente y hacerle saber que no se iba a dar por vencido. Baekho comenzó a preguntarse si Minhyun tenía sentimientos por él, si había experimentado lo mismo al verlo, porque Minhyun definitivamente estaba haciéndole saber que estaba observándolo. Cuando sus miradas se encontraban, Minhyun le daba una sonrisa entre tierna y maligna, como si disfrutara de sus reacciones, como si supiera que no había odio pero un deseo escondido. ¿Es que era demasiado obvio y transparente con sus sentimientos? ¿Era así de maligno para disfrutar de su sufrimiento?

Un día estaba en el camarín arreglándose, cuando de pronto Minhyun se anunció y se rió cuando Baekho intentó cubrirse con la polera que aún no se había puesto, diciendo un "no veré nada que no haya visto antes". Minhyun definitivamente estaba haciendo las cosas apropósito para hacer que terminara viéndose débil y lo encarara, pero Baekho no estaba dispuesto a ceder, a hablar y terminar confesando todos esos sentimientos que eran raros y poco comunes entre chicos. Si Minhyun quería algo tendría que resignarse, porque si no le había hablado a los quince, ahora a sus dieciséis, mucho menos lo haría.

***

A sus diecisiete, Baekho estaba considerando si unirse a un grupo de chicos malos. Siempre había querido hacerlo porque era una cosa de chicos populares y geniales, pero al mismo tiempo estaba seguro que no le iba a traer ningún tipo de satisfacción y probablemente iba a terminar alejando a todos sus amigos. Pero a veces su grupo era un tanto aburrido y no compartían sus placeres, como el cigarro. Ahora podía por fin tener un tiempo a solas para prender uno.

—Un terrible vicio—oyó Baekho, viendo que Minhyun se sentaba a su lado.

—No es tu asunto—respondió. Minhyun siempre hacía un monólogo cuando se acercaba a él, pero hoy Baekho no estaba con el ánimo para aguantar un Minhyun que no se cansaba de hablar pese a que nadie le contestaba.

—Me gusta tu voz, es agradable que esté dirigida hacia a mí.

—Si no estuvieras buscando que me harte y te termine de hablar por cansacio, no ocuparía para nada mi voz contigo—contestó un tanto molesto de escuchar que la voz animada de Minhyun no cambiaba. ¿No se daba cuenta que no estaba de ánimo y esta vez era sincero con sus emociones?

—Ah, entonces sabes mi propósito, ¿por qué no lo haces más simple entonces?

—Porque no sé cuál es el fin...no lo tengo demasiado claro.

—Demasiado...

—No lo tengo claro para nada.

—No, no, no lo tienes demasiado claro—enfatizó el "demasiado".—Tal vez pueda ayudar a aclarar tu mente.

—No necesito tu ayuda en ningún sentido—contestó con seriedad o tratando de oírse lo más serio posible porque Minhyun lo estaba asustando. ¿Iba a confesarse o algo así? ¿Iba a decir algo raro para que no hubiera duda de la tensión sexual que había?

—Ummm, odio besar a los hombres pasados a cigarro.

—¿Qué?—Baekho abrió los ojos de par en par, mirando al otro con sorpresa.

—¡Mira, tu cigarro se prendió solo!—señaló Minhyun el cigarro apagado que Baekho tenía en la mano y Baekho miró su cigarro y al levantar la vista para observar al otro con confusión, vio que Minhyun estaba tan cerca que no pudo reaccionar cuando los labios del otro estaban finalmente sobre los suyos.

Baekho quería rechazar ese contacto, pero habían sido casi dos años queriendo sentirlo así de cerca, esos ojos mirándolo solo a él y esos labios tocándolo de esa manera, así que una vez sus labios hicieron contacto, Baekho dejó que Minhyun profundizara el beso y ayudó un poco.

Cuando ambos se separaron luego de varios segundos, Minhyun lucía una expresión satisfecha.

—Sabes muy bien—se mordió el labio entre coqueta y seductoramente.—Ahora sí puedes fumar. Espero que nuestra próxima vez sea en un lugar un poco más romántico—rió y se levantó.

Baekho vio la delgada figura del otro desaparecer en la distancia y lo único que pudo hacer fue tocarse los labios una y otra vez preguntándose internamente si todo lo que había sucedido era verdadero, pero sí podía serlo porque siempre había sabido que Minhyun era algo raro.

 

[Fin]


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