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S(he) por Mi-tan

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Notas del fanfic:

Hace media hora, en una limpieza del escritorio de mi pc, encontre una carpeta llena de fanfics. Algunos los considere lo suficientemente descentes para quererles publicar (creo, aun tengo oportunidad de arrepentirme!!).

Bueno, soy nueva en esto. He escrito desde siempre pero nunca con alguna intención de que alguien (aparte de mi) lo leyera. Acepto sugerencias y amistades uvu(?.

Notas del capitulo:

Quizá sea un poco dificíl de seguir el hilo, en el capitulo 2 se entenderá mejor (¿...creo?)

Los ojos azules de Kurapika se posaron en Gon, luego en Killua y luego en Gon otra vez. Que los muchachos le sonrieran "dulcemente" no tranquilizaba sus nervios para nada, pero tampoco estaba seguro de como negarse sin que ello acarreará otra idea ''novedosa'' más del par.

- Muchachos, yo creo que...

- ¡Animo, Kurapika! – le interrumpió Killua. Después de todo, de él había sido el plan.

Kurapika volvió a balancear su mirada: Gon, Killua, Gon. Realmente esperaba que el pelinegro saltara en cualquier minuto negándose a colaborar en la idea... pero nada. No se libraría de ellos hasta que dijera que sí.

¿Qué atormentaba tanto su mente? Todo había sucedido esa misma mañana, hace menos de media hora atrás.

 

 

 

Aunque Leorio y él llevaban ya cinco meses y algo saliendo (en un grado de compromiso que podía considerarse serio), la cita que habían estado planeado desde hace dos semanas se había cancelado en un abrir y cerrar de ojos: Un médico del hospital en donde Leorio trabajaba se había ausentado y este era el único en la ciudad que lo podía remplazar. Habían casos urgentes, así que si se negaba, algunos pacientes podían morir.

- Debes ir. - hablo firmemente Kurapika cuando Leorio le explicó la situación. - Es tu trabajo después de todo. – se encogió de hombros con resignación.

Leorio se preguntó si ese era uno de los momentos en los cuales, en las parejas comunes y corrientes, cuando la mujer decía "Haz lo que quieras" significaba rotundamente un "Despídete de mi si eliges mal la opción". Sin embargo, Kurapika estaba apacible como siempre, no era una trampa de un novio controlador.

- ¿Estás seguro? No podremos salir hasta dentro de dos meses más, sabes que tengo turnos que cumplir los fines de semana por cosas de la universidad y de aquí a que encontremos otra reserva en ese hotel que tanto t...

- Leorio, es tu trabajo. - repitió Kurapika, sonriendo ligeramente para tranquilizar al mayor. - Ya tendremos más oportunidades para salir cuando estés titulado ¿no?

Leorio abrió los ojos sorprendido. Se acercó a Kurapika atónito por sus palabras y pese a la evidente vergüenza del rubio, que trataba de disimular no demasiado bien, ninguno aparto su mirada. Leorio asintió a lo dicho por el de menor altura, sin decir una palabra, y sujeto el rostro de este, enfrascado en una profunda ternura por las palabras que acababa de decir. Estaban a segundos de darse un apasionado beso cuando Killua les interrumpió: 

- ¡Aww! ¡Se proyectan a futuro! ¡Ne, Gon, ven a ver! - grito desde el umbral de la puerta, afilando su gatuna y pervertida mirada en los dos. En voz más baja, añadió: - Cuidado, que las entre las paredes se puede escuchar...

Kurapika se apartó violentamente y preso del pánico y la vergüenza, trató de dar una inútil explicación. Había sido buena idea cuando hace dos años atrás habían decidido volver a vivir los cuatro juntos, pero ahora que Leorio y Kurapika eran pareja (y hacían cosas de pareja), era necesario que cada quién volviera a tomar su espacio personal. Eso pensaban los mayores, porque Gon no se daba por aludido y Killua parecía disfrutar de la situación.

- ¿¡Quieres dejar de espiar lo que hacemos?! - le gritó Leorio, aventando un tazón que estaba en el mueble detrás de ambos. Killua lo evadió ágilmente y se marchó.

A lo lejos, se escuchó a Gon gritar:
- ¿¡Quieres dejar de espiar lo que Leorio y Kurapika hacen?!

- ¡Pero si es como televisión por cable, pero sin que te cobren dinero! ¡Ni siquiera lo hubieran notado si yo no...!

- ¡Ya basta, Killua! - le reprendió a lo lejos el ojicafe.

Los mayores rieron ligeramente por la hermandad inquebrantable de los pequeños, sin guardar las distancias, volviendo a acercarse otra vez.

- Ese era mío... - comento Kurapika, apuntando el tazón hecho trisas a unos metros de ambos. Leorio apoyo el brazo a centímetros de la cabeza del rubio, acorralándolo contra la pared.

- Te lo pagaré. - susurró sensual -. ¿En qué estábamos?

- Ve a tu trabajo, Leorio. - le evadió Kurapika, pasando por debajo del brazo de este y caminando hacía al salón.

Leorio bufó reprimidamente y Kurapika rió, rodeando con un brazo a Killua y con el otro a Gon, en algo que ninguno de los menores comprendió hasta que el rubio volvió a hablar:

- Tienes una familia que mantener, así que trae el pan a la mesa. - bromeó en un tono totalmente convincente. Gon los miró emocionado, haciéndose mentalmente la imagen de mamá Kurapika y Leorio papá. Killua en cambio, puso los ojos en blanco, molestó aún por la reciente reprimenda de su compañero hace minutos atrás.

Leorio sonrió ligeramente y acomodó su corbata una vez más, tomando con su mano disponible su fiel maletín.

- ¿Estás seguro que no quieres que mejor vayamos a la cena que teníamos progra...?

- Vete. - ordenó el Kuruta empujándolo fuera del departamento y luego apoyándose en la puerta, para que en cualquier caso, Leorio no pudiera entrar. Cabizbajo, suspiro. Los pasos a la distancia le indicaron que el mayor se había marchado en realidad.

Kurapika mantuvo la mirada fija en sus pies unos minutos. Cuando alzó la mirada, Killua y Gon lo miraban preocupados.

- ¡Rioleo hizo llorar a Kurapika! - gritó Killua molesto y de cierta manera infantil.

- Ya basta, Killua, no estás ayudando en nada -. habló Gon tranquila pero firmemente, acariciando el brazo de Kurapika. - No llores, Kurapika. Hay otros hoteles que no son tan exclusivos pero que igualmente son bastante...

- ¡No estoy llorando! -. e excuso rápidamente el rubio. Sin embargo, se quedo bastante rato en silencio, apoyado en la puerta, siendo consolado sin ninguna razón por Gon. Al final, medio sonriendo, murmuro: - Supongo que si quería ir a esa cita con él...

Killua y Gon intercambiaron miradas aun preocupados sin que el rubio lo llegase a notar.

-No es que quisiera que me rogara. Está bien, solo estoy siendo desconsiderado, lo sé. ¿Quieren ir por un helado? Iré por mi billetera... – anunció. Sin embargo, Killua, que siempre era el más emocionado por ese tipo de ofertas, se paro frente al rubio con una mirada de real seriedad.

- ¿Realmente vas a dejar las cosas así, Kurapika? - le encaró, fastidiado.

- ¿De que estás hablando, Killua? -. preguntó Gon. Killua le ignoró. Kurapika trató de pasar por el lado del peliblanco, pero este se lo impidió otra vez.

- Kurapika, ambos lo sabemos. Es obvio, no puedes dejarte quedar como el tonto entre los dos. - siseó Killua. El rubio aparto la mirada, avergonzado. Gon la balanceo entre ambos, sin entender lo que Killua estaba tratando de decir.

- ¿Chicos, porque están discut...?

- Leorio se está viendo con otra persona, Gon.


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