Despierto asustado, apenas puedo respirar y el pecho me duele por lo fuerte que late mi corazón, es terrible tener pesadillas... sobre todo cuando sabes que son reales... ha pasado tanto tiempo y aún hoy tu recuerdo no me deja en paz.
Que espantoso saberse culpable de un crimen aterrador e imperdonable como el que yo cometí... debería irme directo al infierno por permitir que tu piel de porcelana se manchara de rojo...
Te advertí que no te enamoraras de mí, supongo que la advertencia llego demasiado tarde... ya me amabas... y yo no quería reconocer que también sentía lo mismo... me fue imposible resistirme a quererte cuando me mirabas con tus ojos azul profundo , los mismo que ignoraban al resto, pero que cuando se fijaban en mí solo irradiaban calor... ese calor que llegó al fondo de mi alma... ese calor que creí que tendría para siempre.
Todavía recuerdo tus ojos llorosos, cuando te grité que me dejaras en paz, hasta yo me sorprendí de la frialdad de mi voz cuando te dije que no te amaba, que nosotros sólo éramos amantes... que yo solo te utilizaba; ni siquiera en ese maldito momento pude expresar algo en mi maldita cara.
Para mí todo era un juego, contigo fue diferente, con nadie me había involucrado tanto, incluso involucre mi corazón y esto me aterró... y no encontré nada mejor que desquitarme... desquitarme contigo, herirte por hacer que sintiera algo por ti... y lo logré... frente a mis ojos te rompiste como una figura de cristal y en ese momento me sentí como la ola que choca violenta contra la roca hasta destruirla...
Las consecuencias de mi acto profano y mentiroso fue el peor castigo... yo te destruí a ti, pero tú también lo hiciste conmigo... esa misma tarde me escupiste de vuelta todo mi veneno...
Todo ha pasado, la vida continua a pesar de mi dolor, a pesar de mi culpa, a pesar de mi estupidez...
Luego de dejarte herido, vagué por la ciudad, era un día agradable y mirando el mar, comprendí mi error y lo estúpido que había sido... la respuesta a todo era tan simple, tan sencilla y yo ni siquiera había pensado en ella... yo te amaba, tú me amabas y estábamos juntos ¿qué más necesitaba? La revelación me hizo correr a tu casa... correr a tus brazos para confesarte que te adoraba... pero tú habías decidido otra cosa... dejar radicalmente mi vida... me arrancaste de tu ser como si fuera un tumor...
Llegué a tu casa a buscar el amor y sólo encontré... tu cadáver... oh Eiji ¡qué castigo más grande me diste!... ¿cómo pudiste hacerme eso?...
Como podré olvidar la imagen sangrienta de tu cuerpo en esa bañera de agua roja... tu piel... la piel de tus muñecas por donde se te escapó la vida... y también la mía.
Las pesadillas desde ese día no se han detenido, a veces sólo sueño contigo... sueño con tiempos mejores o con un futuro imposible, a veces siento tu voz que me llama... una voz llena de vida y amor; incluso ahora, esta noche, siento tu aliento en mi oído y susurras
- te amo Syusuke... –
Cierro los ojos para tratar de mantener la ilusión, pero mi mente me traiciona y vuelvo a ver tu cuerpo... tu hermoso cuerpo en esa bañera, tu rostro y tus ojos sin vida y las lágrimas mojan mi rostro... ni siquiera pude despedirme de ti... ni siquiera pude decirte que te amo... Me levantó de la cama, miro por la ventana, la ciudad duerme, todo igual y tú me abandonaste en este infierno, lleno de seres vacíos.
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