Escapando de la Jaula por Shano OwO

El antes del después


En un palacio, cercano a las orillas del océano, vivían una familia perteneciente a la nobleza. Ellos no eran como los nobles de otros pueblos, no eran ni arrogantes, egoístas, ni tampoco se quedaban todos sus bienes y riquezas para su beneficio, si no todo lo contrario.

Su pueblo, se encontraba en las mejores condiciones, gracias a la falta de estamentos entre ellos. Todos se ayudaban mutuamente y todos vivían en una situación económica estable, pero no se equivoquen, esto no quiere decir que no se lleven a cabo actividades en el bajo mundo. 

No todas las riquezas y los bienes venían de las cosechas, también provenían del contrabando de las armas, y alianzas tramposas que se rompían con facilidad y llevaban a la guerra. Por esto, el pueblo era famoso por la tecnología que en la guerra demostraban, tanta era su fama que ningún extranjero se aventuraba a profanar sus extensas tierras.

Pero, en las fronteras de este, se extendía el dicho que tanta prosperidad en ese reino, se debía al joven príncipe que allí habitaba. Nadie sabe el porque ni quien fue la persona que desato este relato, pero debió ser una gran figura ya que se extendió por las regiones del oeste como las del este, tanto como las del norte como las del sur. 

Así que en una extraña situación, las regiones se alianzaron en contra de aquel reino, causando que justo el día cuando el joven cumpliera los 15 años, se desatase una sangrienta catástrofe. La avaricia de los guerreros, los llevo a matar a toda la población para un solo y vil objetivo: Llevar cautivo al príncipe. 

Las estrategias de guerra eran fáciles, ir con todo y rodear los alrededores, fácil, sencillo y eficaz pensaron. Pero ninguno se esperaba, que el soldado mas fuerte y supuestamente "fiel" de las fuerzas del norte, traicionara a su nación, y se apoderada del inocente muchacho. 

Encerrándolo en unos inmensos muros de piedra, escondiéndolo de fuerzas enemigas, guardando su suerte, hasta que su imperio este formado.


Dos años después.... 


Un chico de cabellos castaños se montaba en su caballo, a salir en busca de algo, o por lo que había escuchado, de alguien, pero esto ultimo no era seguro. Sus padres, los reyes, lo habían encomendado a una misión, un tanto inútil a su parecer, encontrar algo que se había perdido en la guerra dos años atrás. Como si enserio fuera posible encontrarlo, más debería ser algo valioso, ya que según los informantes del príncipe, muchos guerreros salían en su búsqueda, y se rumoreaba que nunca regresaban. 

Era algo inquietante y misterioso, cosas que le gustaban al joven de ojos cafés, nombrado Miyuki Kazuya. No sabia exactamente lo que había que buscar, ni los padres de este lo sabían, solo lo buscaban por que los otros lo hacían, y si los otros lo hacían debía ser importante. Esa era la mentalidad de los padres de Miyuki 

Cruzo las fronteras del reino del sur, el cual era su hogar, y se dirigió a aquel reino que yacía en ruinas. Solo se encontraba polvo y arena y uno que otro casco o espada. Nada interesante, siguió así por unas cuantas horas más, hasta que encontró al gran castillo, donde seguramente vivían los fallecidos reyes de ese recóndito lugar.

Entro sin ningún pudor o respeto, y empezó a hojear los rincones, siempre en guardia, a veces los campesinos hacían de esos lugares su hogar, y se ponían agresivos por el hambre. 

Subió por unas largas escaleras, que terminaban en una enorme alcoba, adornada con rústicos muebles de robles, y diseñada con los más sofisticados materiales, según se podía ver. 

Tampoco encontró algo interesante en aquel lugar, tal vez podía llevarse algunos de los hermosos muebles, ya que estos ya no se fabricaban. Revisando el escritorio, encontró cartas principalmente dirigidas al rey. Kazuya suspiró con resignación, de nuevo, nada interesante.

En los armariosencontróo pinturas, de delicadas y pareciera que hasta dulces pinceladas. El pintor, ilustro a 3 personas, un hombre, una mujer y un niño, la placa que daba a saber quien era quien estaba ya desgastada por los años. Pero se llegaba a leer, probablemente el nombre de la persona mas joven en el retrato

— Eijun — Pronunció suavemente, deleitandose con la delicadeza de aquel nombre. 

Escucho un ruido a las afueras, probablente alguien que tambien quiera investigar, saltó inmediatamente por la ventana, no le importaba mucho la altura, había saltado distancias más largas que esa. 

Volvio cabalgando a su hogar, y casi de imediato empezó a investigar, lo ocurrido hace un par de años. Por sus buenos contactos, se entero de todo, la causa de la guerra, las armas que se usaban, la alianza de los reinos, la tracion inesperada, también se entero de pistas del supuesto paradero del desaparecido principe.

En estas situaciones se sentia orgulloso de sus camaradas, pero no era momento de concentrarse en eso, era momento de pensar en como encontrar a ese cautivo joven, de no más de 1 mayor que el, que lo habia cautivado solo de verlo en una foto, "Es increible" pensó, lo habia conquistado de solo verlo, y eso que lo habian visitado un centenar de mujeres, pretendiendo ser sus prometidas, volviendolo así, un soltero codiciado.
Con estos pensamientos, una sonrisa algo engreida se formo en su rostro, juro en ese momento, que si el encontraba a ese niño, se casaria con el, tenganlo por seguro. 

Al despertar, alisto los caballos y se emprendio a la busqueda que terminaria tres años después, justo antes de rendirse, al encontrar una inmensa torre, que se veia provocativa para derrumbar. No se equivoco al hacerlo, detras de esos fuertes muros se encontraba lo que tanto habia buscado.

Un joven chico de ojos color oro, delicadas facciones y cabello medio largo por los años, cualquiera podria ver a ese joven, miserable, pulgoso, pero Miyuki lo veia adorable...