Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El principe de andromeda por Alexiel Gremory

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No era mucho tiempo en el que tarde para llegar hasta el edificio, por suerte había terminado por perderlo. Saco la llave de mi bolsillo y cuando por fin había entrado al departamento, pensando que no había nadie, me dejo caer apoyando mi espalda contra la puerta. Aún sigo cansado, mi rostro debe estar rojo y mi corazón no para de latir acelerado por todo lo que había pasado además debo estar sudando, ni siquiera recuerdo la última vez que hice ejercicio. Cuando veo que de la cocina se aproximan mi primo y mis tres amigos: Ezequiel, Matías y Adrián, justo ahora tenían que aparecen estos malditos en el peor momento, mirándome con una cara de asombro.

- ¿Qué te paso? ¿Por qué estas todo desprolijo? – pregunto mi primo, Gabriel que era el que estaba más cerca mío viéndome en mi estado actual.

- es que decidí venir en autobús –

- ¿y eso que tiene que ver? Aun no son las 7 de la tarde como para que este abaratados – dijo Nicolás con una sonrisa que no me gustaba para nada.

- además la escuela está cerca como para venir en autobús –

- es que no quería venir caminando – cada vez me ponían más nervioso como si no tuviera suficiente con todo lo que paso ahora tengo que responderles a estos idiotas.

La puerta se abre de repente y hace que yo me caiga al piso de cara.

- ¿Dónde está Dante? Acabo de verlo corriendo hasta aquí – era la voz de mi papa. Lo que me faltaba, este estúpido que no aparecía nunca ahora esta acá y además me hiso comer el piso por la fuerza con la que abrió la puerta.

- acá abajo, infeliz – digo elevando el tono haciendo que agachara la cabeza y me viera tirado en el suelo mientras él los otros cuatro se estaban riendo.

- perdón no te había visto – ayudándome a levantar. Con mí papa tengo buena relación, nos hablamos de esa manera entre ambos. Sin recibir repercusiones por lo que le había dicho.

Cuando por fin me habían terminado de ponerme de pie, me mira de arriba abajo como si pudiera hacerlo.

- ¿Qué te sucedió? – volvió a pregunta mi papa

- nada, ¿Por qué lo dices? – pongo mi mejor cara y trato de disimular lo que es imposible y menos con los tres malditos que dicen ser mis amigos que están para retrucarme todo.

- será porque estas todo desarreglado – dijo Matías para mirarme más de cerca.

- ¿ustedes no deberían estar en la escuela? ¿Por qué están aquí para joderme la vida? – ya me están fastidiando a mas no poder.

- no les hables así, vinieron a ver cómo te fue en tu primer día – contesto mi primo defendiendo a mis ¨amigos¨.

- nosotros empezaremos las clases mañana – Adrián era el que me respondió esta vez.

- al parecer no te costó mucho adaptarte ¿no? – Matías es el que volvió a indagar

- ¿Por qué lo dices? – me ponen nervioso.

- por el chupón que tenes en el cuello – corriendo con su mano mi cabeza hacia el costado y dejando a la vista mi cuello. Era de esperarse que lo tuviera, solo que lo pase por alto.

- ahora ya se lo que estuviste haciendo, por eso te estaba siguiendo ese chico –

- ¿Qué chico? – estos van a sacar cualquier conclusión.

- lo estaba persiguiendo un chico hace un par de cuadras – al parecer vio todo lo que paso, esto va para peor.

- mira Dante, no te conocía hacia –

- estuviste jugando con una mujer ajena – dijo mi padre poniéndome la mano en el hombre como señal de que estuviese orgulloso, no me jodas.

-  váyanse a la mierda, eres el menos indicado para decir eso  –

Estaba a punto de irme y dejar a todos hablando solos pero justo en ese momento la puerta se vuelve a abrir, listo ya está. Solamente faltaba mi tía y éramos todos.

- Dante, hay un chico que quiere hablar contigo – para que hable.

- con permiso – dando un paso quedando en frente a la puerta, era Sebastián el que estaba allí con la cabeza agachada.

El resto me miraba atónito de lo que estaba pasando, perfecto solo me faltaba este tipo aquí para empeorar las cosas. ¿Es que no se cansó de perseguirme? Deben estar imaginando que vino con intensión de golpearme aunque el que quisiera golpearlo fuera yo, mira todo el embrollo en él me ha metido toda esa situación.

- está bien, vamos a hablar en privado – haciendo una señal para que me siguiese hasta mi cuarto.

En el pasillo pase por delante de un espejo mirándome como había quedado. Mi camisa se encontraba toda arrugada con uno de los botones desabrochado dejando a la mista lo delgado que era mi cuerpo, la cortaba estaba floja y mi pelo que es de color negro todo revoloteado. Mire mi cuello y comprobé que me había dejado una marca de tamaña considerable a un par de centímetros de la oreja.

Entro en mi habitación y detrás mío Sebastián me seguía. Mis cosas seguían empacadas dentro de cajas, no tuve la oportunidad aun de poder arreglar todo, solo estaba mi cama, el escritorio y la silla.

- siéntate – me obedeció y se sentó en la silla cuando yo estaba parado alado de la puerta. Levanto la cabeza pudiéndolo mirar a los ojos al fin, eran de color verde claros. Para ser la primera vez que los veía me parecían hermoso, me quede unos segundos embobado cuando comenzó a hablarme.

- quería pedirte per- levante la mano para que se detuviera de hablar.

- espera un minuto – abrí la puerta encontrándome a los tres tarados tratando de escuchar.

- ¿se les perdió algo? – son tan predecibles.

- no –

- váyanse entonces porque les voy a partear el culo– después de esa amenaza se fueron rápido, ya estaba hirviendo y ganas no me faltan para golpearlos. Cerré la puerta volviéndolo a mirar a la cara.

- ¿me decías? –

- lamento por lo que te hice hoy, no fue a propósito -

- si se nota, me dejaste una marca en el cuello que todo el mundo vio –

- ya te pedí disculpas, es que no pude controlarme – por si acaso no voy a pedir explicaciones de ese comentario, a propósito:

- ¿Cómo fue que mi tía te dejo entrar? –

- vestimos el mismo uniforma así que se dio cuenta que pertenecíamos a la misma escuela y que tenía que devolverte un libro que te habías olvidado en clase –

- buena idea – al parecer no era tonto por lo que había dicho, bueno tampoco podía presentarse diciendo ¨hola yo soy el que el hizo un chupón a su sobrino vine a terminar el trabajo¨.

- creo que hubiese preferido que me encontrarse a que haber terminado en todo esto –

- lamento haberte salvado entonces –

- la cosa no fue que me salvaste como tú decís sino que fue porque me mordiste el cuello –

- me habían advertido que molestaban a los que eran nuevos en la escuela y vi como esos chicos te estaban siguiendo y decidí ir a ayudarte –

- no sé cuál de los dos eran más sospechosos – quisiera recostarme y dormir pero debo resolver todo esto.

- creo que no nos hemos presentado aún – se pone de pie extendiéndome la mano y sonriéndome.

- mi nombre es Sebastián Robledo –

- si ya lo sé, lo escuche mientras pasaban lista. Yo soy Dante Vallejos – correspondiendo a su saludo, ahora ya nos conocíamos por así decirlo. –

- por cierto, se está haciendo tarde. Ya es hora de que me valla yendo – mientras sacaba su celular y observaba la hora.

- bajare a abrirte la puerta – abrí la puerta y me dirija al living en donde se encontraban todos sentados esperándome.

- parece que no murió ninguno de los dos –

 - ¿porque debería morir uno de los dos? – pregunto lo incredulamente sin entender porque tal comentario. 

- nada no les hagas caso. Él ya se está yendo –

- espera, nosotros también nos iremos –

- bien, vamos que les abriré la puerta –

- adiós, mucho gusto en conocerlos – terminaron de despedirse todos y salimos.

- vuelvan cuando quieran – los despidió mi tía. Espero que Sebastián no se lo tome enserio y aparezca aquí todos los días aunque no es mala idea. Vete olvidando de eso, ¿Qué clase de pensamientos tengo?

Caminamos en silencio hasta el ascensor en donde estábamos un poco apretados ya que éramos cinco dentro de ese diminuto espacio, lo último que quiero es estar de nuevo tan aprisionado con otra persona por el momento.

-y a todo esto ¿a qué has venido? – pregunto Ezequiel aun dudoso.

- vine a entregarle un libro que se había olvidado en clase – contesto lo más natural posible para no causarme mas problemas.

- pudiste habérselo entregado mañana –

- a propósito ¿Dónde está el libro? –

- en donde no te da el sol lo va a estar – conteste furioso a Matías, ya me tenían todos cansados.

- está bien no te enojes –

Terminamos de bajar, caminando a la salida con la llave en la mano abro la puerta saliendo uno detrás del otro siendo Sebastián el primero.

- este… yo vivo a un par de cuadras de aquí si no te molesta ¿puedo pasarte a buscar mañana para ir a la escuela? –

- no tengo ningún problema –

- bien, adiós. Hasta mañana – termino de despedirse y se fue caminando un tanto apresurado viendo cómo se alejaba. Los otros tres seguían esperándome.

- seguramente aquel hermoso chico fue responsable de esa marca ¿no? –

- después el gay es uno, pareciera que fueras tu que quisiera ser mordido por el –

- jajajaja claro, estuviste a la defensiva todo el tiempo –

- no pudimos hablar nada – me decía Matías, era cierto. El poco tiempo que estuvimos juntos fuera para hacerme un interrogatorio de todo lo que había pasado.

- ya tendremos más tiempo. A propósito ¿me pareció raro que no hayan venido las otras dos con ustedes? –

- ella dijeron que tenían cosas que hacer en todo caso vendrían solas –

- uff solamente faltaban ellas dos para cerrar el cuento – Julia y Sofía son otras de mis amigas que también estaban preocupadas por mi nuevo comienzo, aunque si hubieran estado aquí hubiera sido todo mucho peor.

- jajaja tienes razón. Bueno nos vemos, trata de no violar a tu amiguito nuevo – me dijo Adrián guillándome el ojo.

- aquí el único que hubiese violado a alguien hubieras sido tú, gordo – terminando por cerrar la puerta de golpe casi en sus narices para que se fueran de una vez por todas.  

Para ser mi primer día fue muy agitado. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).