"Ahora creo que pensamos bien unos de los otros"
De nuevo hoy, en un cuarto vacío
Escucho las solitarias manecillas del reloj.
Otro día sin importancia termina.
I
A los 27 años es normal haber sufrido por desamor, por sueños rotos y por metas inalcanzables. A esa edad se espera que la madurez haya llegado, ser un hombre con futuro, trabajador y sobretodo, fuerte. Eso y más, es lo que se ha esperado siempre de mí. Sin embargo estoy lleno de miedo. Lo habíamos hablado un par de veces. Dicen que yo era el último en enterarme de las cosas por mi duro carácter, aun cuando soy el líder. Siempre tuve esa convicción de que los iba a proteger para que mi sueño y el suyo se cumpliera.
Miró a Mir, está sentado al fondo con la mirada perdida en la pantalla de su celular, G.O. no ha llegado todavía o al menos no lo veo en la impecable y blanca sala de espera. Caminó y me siento al lado del más joven. Me mira y sus ojos están rojos e hinchados, arruga la nariz. Parece que ha llorado litros y litros. Creo que debo preguntar la razón, sólo que no sé si estoy seguro de querer saberla, pero la veo venir. Aclaro la garganta, y él me mira como un niño pequeño que está lastimado y quiere que su padre le diga “Todo estará bien”.
— Disculpen la demora —, mis palabras se quedan encerradas en mi boca, y ambos miramos como G.O. está al frente de nosotros.
— Hyung… siempre tan tarde —, habla por primera vez Mir, me sorprende su tono de voz tan seco.
— Aquí están —, se escucha una cuarta voz y hacemos una reverencia al notar a nuestro director.
— Buenas tardes — saludamos al mismo tiempo con una reverencia.
— Por favor, dejen esas formalidades, ya llevamos años trabajando juntos.
— Disculpe, dos de nuestros miembros no han llegado — aclaró al notar la ausencia y tratando de cubrir su impuntualidad, después de todo hoy me han dicho que habría una junta.
— No, no, sólo a ustedes los quería ver —, me dice con una sonrisa conciliadora en sus labios.
Asisto y le sigo detrás, G.O. se acerca a su lado y empiezan a hablar. Veo a Mir junto a mí, el ambiente es tenso, aun cuando los hombres delante ríen. Una vez dentro de su oficina, nos sentamos frente a él en su escritorio de madera.
— Seungho, eres el líder, y no puedo estar más orgulloso del trabajo que has hecho a través de los años para que MBLAQ sobresaliera —, empieza felicitándome, lo ha hecho veces anteriores pero esta es diferente, como si me tranquilizara —. G.O. tu voz ha superado las expectativas y siempre supiste demostrar esa potencia y Mir, te hemos visto crecer así como tu grandioso rap, estoy realmente orgulloso de sus logros —, detiene su habla y nos mira con una expresión que no sé descifrar —. Sin embargo dos de los integrantes han decidido tomar caminos diferentes.
Él deja de hablar y lo único que puedo procesar es el asistir de la cabeza de G.O. a mi lado. No sé qué está sucediendo.
— Disculpe, pensé que esos habían sido sólo rumores —, comento mientras en mi cabeza comienzo a atar los hilos de la conversación para que me tenga lógica.
— Al parecer no. Hoy me han llegado los papeles de sus abogados para terminar definitivamente los contratos. Dejando eso de lado, estoy seguro que ellos se los hicieron saber —, nos dice y los chicos a mi lado responden con un seco “Sí” —. Sólo que ahora es totalmente oficial. En unos días daremos un comunicado.
Le miró e intentó tranquilizarme. No sabía nada de esto. No tuve oportunidad de hablar con Joon ni con Cheondung tras el último concierto.
— MBLAQ no desaparecerá, estoy pensando en que ustedes continúen si lo desean así, cómo trío.
En mi mente pasan muchas ideas, y son tantas que el dolor de cabeza que llega es tan fuerte como en años no lo ha sido. Él sigue hablando, veo sus labios moverse, me sorprende la tranquilidad de los dos chicos, no parecen muy sorprendidos a ser verdad.
Incluso sonreír se siente extraño ahora
Todo se siente vacío.
¿Qué hago?, ¿Qué hago?, ¿Qué hago?
II
Alzo mis brazos, mientras los huesos de mi espalda truenan. Ha sido un día largo, al fin terminamos de grabar, esa especie de tortura finalizó. Nunca sentí un lugar tan incómodo como en aquellos momentos. La cabina se había vuelto melancólica, el productor no había hablado más que lo necesario.
Miré con dolor como la situación cambió de manera radical, hacia menos de un año atrás, era difícil poder mantener la atención cuando Mir saltaba de un lado a otro con Joon, molestando a G.O. quien cómo siempre sabía mantener la cordura y al final terminaba riendo. Hacía un año yo era en cambio más calmo a los primeros años, éramos lejos de unos niños, ya no me veía en la necesidad de controlarlo todo, ellos habían enseñándome a mantenerme más relajado y ser incluso más espontaneo.
— ¿Hyung, estás aun despierto? —, escucho la voz de Mir al otro lado de la puerta —. Seungho-Hyung, oye…
— Déjalo Mir, debe estar muy cansado vayamos tú y yo —, interviene en voz baja G.O. y pude distinguir sus pasos alejándose para luego escuchar la puerta principal cerrarse.
Cosas como el ritual de ir a cenar tras finalizar la grabación la desean mantener, pero no estoy de ánimo. Desde hace meses que no tengo mucha motivación de hacer algo que no sea bailar y saciar mi frustración, incluso cuando me he vuelto a lastimar las costillas. He destruido mis dedos al tocar con una fuerza absurda el piano. Las cuerdas vocales me quemaban en momentos cuando sentía como dejaba fluir la desesperación. Lo único que creo que me dejó, fue mi pasión por la música.
Miro al otro lado de la habitación, hay una cama vacía a un metro de distancia. Esta pulcramente tendida, lleva meses así.
Sin una palabra, tú me dejaste,
Mi corazón confió mucho en ti pero sólo se rompió
Sigo adolorido.
III
Veo la hoja frente a la pequeña mesa en el medio de la sala, es la última canción que falta para grabar, me han dicho que haga los últimos ajustes. No estoy de humor, me siento agotado pero Mir se ha visto un poco más compuesto tras referirme que la ha escrito y quiere que le dé mi punto de vista.
La casa está silenciosa sin nadie en ella y comienzo la lectura. Me sorprende la capacidad con la que este chico ha avanzado, sus letras son más maduras, es brutalmente honesto. Puedo leer su corazón en ella.
Lo sé, siempre supe que Mir estaba de alguna forma más allegado a Joon que cualquiera de nosotros pero hasta ahora comienzo a darme cuenta que quizá estaba equivocado, fue unilateral. Entiendo ese sentimiento, querer tanto a alguien y luego darte cuenta que sólo has sido tú el único en ello. Tomo un lapicero y comienzo agregar elementos.
Me encamino al teclado y una melodía recorre mis cerebro, empiezo a transcribirla. Comienzo a cantar con esa letra en mis manos. Una hora después puedo darme el lujo de decir que he compuesto la melodía.
Con los dedos adoloridos entró al baño para darme una ducha y dormir. Bajo las gotas la canción se expone a mí. Y luego de semanas su rostro viene a mi mente, sus ojos peculiarmente oscuros, su piel pálida. Respiró agitadamente y me da asco pensar en su existencia. Me siento traicionado, lleno de rabia y sé que si estuviera frente a mí, escupiría las palabras más venenosas que conozco.
Porque confié en ti, más que en cualquier otra persona.
Mis cicatrices son aún mayores.
Tú ni siquiera dijiste "Lo siento".
IV
Hoy es el último día de grabación. Llevamos dos meses trabajando en su composición. Aquella canción a la que logre ponerle la melodía tiene ya su nombre y será el sencillo, Mirror, G.O. fue quien eligió el nombre, ha dicho que la letra le recuerda un sentimiento que ha tenido repetidamente estos últimos meses. Mirarse al espejo y preguntarse si alguien al otro lado puede verlo. Ver su miseria.
Él está cómo ido, lo he visto un par de veces llorar sentado en uno de los sillones viejos donde se sentaba horas a platicar con Thunder. Mir no es diferente, a veces intenta subirle el ánimo a G.O. con sus bromas pero sus ojos no pueden más que revelar lo triste que se siente, extraña mucho a Joon. Yo en cambio me he mostrado más irascible.
— Tu turno, Seungho —, me habla el productor, sacándome de mis cavilaciones.
Entró al cuarto, la última parte y terminaremos de grabar. Ellos me observan, sentados aún en el sillón y con notables ojeras. Veo el micrófono y me coloco los audífonos, miró por última vez la letra frente al atril.
Comienzo a cantar, intentó con todas mis fuerzas mantener la perfección, las notas y los tiempos deben ser exactos. Aprieto mis dedos y la palma empieza a arder. La música para y desconcertado me fijó en el productor.
— Sé que amas que todo sea perfecto, pero necesito más emoción, no me basta ni le basta a nadie con una voz linda. Siente la canción —, me dice y respiró profundamente.
La música empieza y me concentro en sentir las notas en mi cabeza, a mi turno dejó salir la voz y me quedó callado tras un par de frases.
— Lo haré de nuevo —, aclaro cuando todos me miran con una expresión confundida.
Dejé de ser un artista para convertirme en un producto, no quiero serlo, pero tengo miedo de sentir la canción, porque sé el grado de daño que tengo en mí. Me debato unos segundos en sí debería hacerlo y conectarme con mis emociones, llevo meses evadiéndome. Miró a través del cristal, ellos han hecho su mayor esfuerzo.
Nuevamente la música resuena y me dejó ser libre, a pesar de todo, queriendo hacerlo, aunque lo traté. Maldita sea. Empiezo a cantar y un dolor descomunal me revienta el pecho. Alzó mi mirada y puedo casi verle. Mi corazón late tan rápido, siento su presencia aquí y me quiero sacar la piel para no pensar en él, pero es tarde, lo estoy haciendo. Y al fin estoy llorando.
En frente del espejo, ¿te ves a ti mismo?
Incluso si pretendes que nada está mal,
Pensarás en ello.
V
Tras el incidente en la cabina, nadie dijo nada. Recuerdo haber salido con los pies arrastrando y mirando fijamente el suelo, el productor me felicito con un toque amargo y nadie dijo nada de regreso a la casa.
Desde ese día hasta dos semanas luego, me he mantenido al marguen de tocar el tema. Volví a colocar mis murallas, y cerrar de golpe el dolor, cómo quien tapa el flujo del agua con un dedo. Ellos no se han atrevido tampoco a preguntar, supongo que tienen miedo a que estalle en cólera como suelo hacerlo. Me conozco y sé que ellos me conocen bien.
Este día ambos saldrán a ver a sus respectivas familias. Yo he mentido, a ellos y a mi familia, diciendo que no podía, no explique más. Otra vez la casa se quedará silente aunque me he sentido extrañamente cómodo con el silencio, escuchar las voces de mis compañeros me resulta estresante, porque traen recuerdos.
Se despiden rápidamente con un movimiento de manos y la puerta se cierra de golpe. Caminó a mi habitación, en el espejo veo mi reflejo, he bajado varios kilos, al fin ya no está esa molesta “pancita de bebé”. Me acerco y lo primero que noto es el vació del lugar. Él y su molesta voz ya están lejos. Ya no veo sus marcas en mi pecho, y en mis ojos puedo apreciar nada, cómo si hubiera un vacío ahí, creciendo muy rápidamente.
Me aborda a mí su recuerdo, y me pregunto qué tanto pensara en mí, en el tú y yo que solíamos tener.
Me preocupe por ti más que por cualquier otra persona,
Duele tanto, ¿Qué hago?
No, Pretendo estar bien sin ti.
VI
Recibí una llamada de una vieja amiga, hemos hablado un par de horas. Me ha platicado sobre su futuro esposo, su voz suena llena de esperanza. Dice que eso es amor, que lo sabe porque ve la vida de otra manera.
Tras terminar la llamada, pienso en sus palabras. Yo llegue también a ver la vida de otra manera en algún punto. Fui un iluso.
Me recuesto en el sillón, la espalda me duele y encuentro en una posición cierto confort al dolor. Comienzo a vagar por mis recuerdos, la mente es poderosa, en un pasado que no existe, ella me trae su esencia a mi presencia. Siento sus sedosos cabellos contra mi piel expuesta, su mano sostener la mía con timidez, con cuidado abro los ojos y me veo a mi mismo en una época vieja, la luz entrando por la ventana y el silencio que compartíamos.
— Gracias por ayudarme con la coreografía hoy — dice con cierta inocencia que me eriza la piel.
— Dije que iba a protegerte, ¿lo recuerdas?
— No creo que ayudar sea proteger —, comienza a decir con la voz risueña —, pero siempre me has ayudado en todo, ¿por qué?
— El primer día que nos conocimos te veías delgado e indefenso. Prometí que te iba a proteger contra todo…
— Ahora soy más alto que tú y tengo más músculos.
— Sí pero hay cosas que no cambian, aún sigues yendo a pedirme que te haga de comer o buscas refugio en mi cama cuando tienes miedo.
— Lo sé — contesta con alegría, a través de mis ojos puedo notar su sonrojo.
Vuelvo a la realidad con sólo cerrar de nuevo los ojos, la oscuridad y el vacío siguen presentes. Sonrió con ironía, soy patético. A nadie nunca le abrí mi corazón del modo en que él lo logró, nunca me deje tan expuesto y supongo que no lo volveré a hacer.
Lo estoy haciendo bien, como si estuviera feliz.
La gente a mi alrededor pregunta por ti.
No lo sé pero estoy seguro que,
Tú también lo estás haciendo bien.
VII
Los he escuchado está tarde mientras creían que seguía dormido. Mir hablaba en voz baja, y pastosa, como si le costara admitir que le duele, pero ha dicho que me estoy mintiendo tan bien, que incluso llegó a pensar en un momento que realmente la partida de nuestros miembros no me ha interesado. Entonces pensé en detener esa absurda conversación, yo tenía que seguir con la frente en alto pero G.O. lo ha definido en exactas palabras, “Es deplorable”, dijo.
— Ellos lo saben — admito en voz baja, con esa afirmación me quedé recargado sobre la puerta.
Respiró dándome fuerza, no quiero pensar en ello. Salgo y ambos se lanzan miradas nerviosas, pero decido actuar normal. Hablar del tema es darle importancia.
— ¿Han desayunado ya? No quiero que se desmayen en el ensayo —, digo con la voz seria, regresando a mi estado de engañosa calma.
— Sí, dejamos un poco para ti —, me explica el más joven.
— Vayan a terminar lo que les falta por hacer, nos vamos en media hora. Y Mir —, le hablo al verlo caminar a mi lado, me mira confundido —, péinate bien, pareces un caballo.
— Hyung, no seas grosero — me contesta con un puchero y sale de la cocina más animado, todos hemos reído, incluso yo que lo hago para parecer feliz.
Dos horas luego de ensayar, tomamos un corto descanso.
— Seungho-hyung, he hablado con Mir, si volvemos a presentar las viejas canciones creo que… —, duda un momento, aun cuando le observo directamente —, bien, cantaré las partes de Joon y tú podrías cantar las de Cheondung.
Hay un silencio extraño, Mir comienza acercarse lentamente y sigo sin apartar mi mirada de G.O. estoy procesando las cosas.
— Está bien por mí —, contesto con simpleza, sacándole lo incomodo al asunto y giro sobre mis talones para tomar mi botella de agua.
— ¿Has hablado con él? — pregunta Mir sinceramente preocupado, parpadeo un par de veces y tengo tantas ganas de darle un golpe —. Tú eras el más cercano a él.
— No, no sé nada de él —, le digo tajantemente —. No debemos interesarnos por personas que son inservibles ya. Él ha elegido su camino como solista y lo único de lo que debemos preocuparnos es que no interfiera en nosotros.
Mi respuesta los ha dejado callados, y el silencio me empieza a ahogar.