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Escape por Daggett

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Nina






Daniel estaba frente al dormitorio de las chicas, aún preguntándose el motivo. Pasaba ambos manos despeinándose el cabello, pensaba que era inútil. El debería estar llamando a una ambulancia, Diego se estaba desangrando.
Se armó de valor y entro. Subió tres pisos por la escalera y toco a la habitación C14.
Una chica de cabello muy corto rubio se asomó, aún limpiándose los ojos y molesta por ser despertada a esa hora.


-¿Daniel?- con mueca de asco…

-si, no se por que estoy aquí, pero Lyle me dijo que viniera por ti…es acerca de Diego, esta malherido en la calle.

-¡¡¿Qué?!!

-y parece que Lyle enloqueció, púes prefiere que vayas tú con él, a que yo llame por ayuda.

-hizo bien, regresa a tú habitación…no digas nada, yo me encargo.


Diego no estaba dispuesto a solo irse a su habitación, había algo muy extraño en todo esto y no había olvidado que hace apenas un rato, Diego lo había lanzado por los aires de forma por demás extraña.


-escucha, niña rara…no me mandes a dormir. Voy a ir contigo donde Diego Y Lyle.


Nina rodó los ojos con fastidio, se acomodó una cobija sobre su bata y de inmediato ambos chicos salieron del edificio rumbo a la salida.






Pasado






Había pasado más de un mes desde que Lyle y Diego hicieron el “pacto de no agresión”. Iban a las mismas clases y sus habitaciones estaban en el mismo edificio. No se hablaban, a veces Diego le sonreía de forma sugerente, pero Lyle no devolvía la sonrisa. Simplemente miraba para otro lado muy confundido.

Lyle venía de pasar el fin de semana con sus padres, ahora su padre estaba más tranquilo después de haberse instalado y no había sido tan frío con su hijo. Su madre le había hablado de que no habría más mudanzas, esta sería la ciudad donde se establecerían.

Lyle subía con mochila al hombro hasta llegar a su piso. Vio salir a Diego con todo su equipaje, por un momento se le apretó el estomago. ¿Acaso se iba?
Al pasar a su lado, Diego le sonrió y Lyle decidió romper la ley del hielo.

-¿te marchas?

-¿te importa?



Lyle se encogió de hombros, pero en realidad le importaba mucho…aunque no sabía por que.

-es solo curiosidad…la verdad me da lo mismo.

-bueno, solo me cambio de edificio, tuve unos problemas con mi compañero.

-se llama Daniel, ¿cierto?

-¿como sabes?

-el me ayudó cuando “accidentalmente” me arrollaste en las escaleras.

-ah.



Diego se sentó en el pasillo y Lyle lo imitó, estaban a pocos centímetros de distancia

-¿y puedo saber el problema?

-el problema es que Daniel mete cada noche a una chica diferente al cuarto y yo tengo que oír y a veces ver el espectáculo.

-debe ser molesto.

-y dime, Lyle… ¿Qué tal tú compañero?


Lyle estaba apunto de responder, cuando el chico rubio de lentes entraba por el pasillo cargado de libros, apenas los saludo con la mano, pues en la boca tenia un cuaderno más pequeño, con algunos esfuerzos entró en la habitación. Lyle sonrió y miró a Diego de nuevo para responder…-es el compañero ideal, si lo comparamos con el tuyo


-¿te hubiese gustado que fuéramos compañeros de cuarto?- Soltaba Diego de repente.

-mmmm quizá…


Diego se levantó, tenia que llegar e instalarse en su nueva habitación, que estaba al otro lado de las instalaciones del colegio, muy lejos de Lyle. –bueno, nos veremos por las clases.


Lyle respondió con la mano y miró como el chico se alejaba, no pudo evitar un sentimiento de vacío al saber que ya no estaba a una puerta de distancia. Lyle sabía perfectamente cuales eran sus sentimientos, el chico le gustaba, pero jamás nunca se atrevería a decírselo. ¿Cuándo comenzó a gustarle? No sabía exactamente, solo sabía que desde aquella noche de la bofetada, su mundo se removió drásticamente.
Al entrar en su habitación, víctor estaba frente al PC, escribía y escaneaba los libros.

-Víctor, vamos al mismo curso y no tenemos tantos deberes.

-no son los deberes, estos libros son fascinantes…quiero escanearlos para leerlos después.

-¿por que mejor no los compras?



El chico se ruborizó…


-¿dije algo malo?

-Lyle…yo soy becado, no tengo para comprar todos estos libros. Si vieras el sacrificio que tuvieron que hacer mis padres para comprarme el PC.


Lyle se conmovió, el podía tener todo lo que quisiera con solo estirar su brazo.


-ah no sabía…
-por favor, Lyle…la gente aquí me trata con desprecio por mi apariencia, no digas que soy becado por que me ira peor.

-no es ninguna vergüenza, estas en el colegio ocupando un lugar que te has ganado a pulso. Más que cualquiera…


Víctor volvió a sonrojarse, apenas musitó un “gracias” muy bajito. Lyle le sonrío y se tumbo en la cama. En verdad su compañero de cuarto no le molestaba, no entendía como los otros lo habían dejado.


Al comenzar la primera clase, Lyle ya estaba sentado en su sitio, junto a Víctor, el había se había echo de otros amigos y trataba de integrar al rubio, aunque no era tarea fácil.
De pronto apareció Diego, iba con una chica rubia de cabello muy corto, ambos se sonreían. Diego la despidió con un beso en la mejilla y entró a la clase. Evidentemente, la chica iba a otro curso, en otro grado. Diego entró y se sentó en su lugar, hasta atrás.

En el receso, Lyle estaba sentando en el pasto del jardín, mirando a Diego fijamente, el estaba varios metros delante con la misma chica. Al parecer se habían echo grandes amigos, aún recordaba sus palabras…” no quiere decir que seamos amigos”

Se enfurruñó, ¿Por qué no quería ser su amigo?...estaba bien, habían empezado mal, si era un poquito sincero, Fue él quien comenzó las agresiones, al parecer Diego nunca olvidaría, dejaron de pelear solo por que no quería problemas, no por algo más. Lyle se sacudió la cabeza con fastidio, no quería pensar más…y menos cuando aquella chica se separaba de Diego dándole un gran abrazo. Ahora se dirigía hacía él. ¡No podía ser! ¿en verdad venía hacía él?. De un salto, Lyle se levantó y casi iba empezar a correr cuando…


-¡¡Lyle!!

Este se volteó sorprendido de que aquella chica supiera su nombre…

-Diego me habló de ti


El rostro de Lyle se iluminó como nunca. -¿En serio?

-si, es que, mira…tengo un problema con una materia y tú tienes de compañero a ese chico, el de lentes.

-¿Víctor?- el rostro de Lyle se apagó de nuevo…solo era por eso. ¿De que otra cosa podía hablarle Diego?


-si, Diego me dijo que ustedes son compañeros de cuarto. Es un chico muy huraño, quise acercarme a él, pero me lo tomó a mal, así que Diego me aconsejó que intervengas por mí. Dile que podría pagarle por su tiempo.

-bueno, le voy a decir…pero no te prometo un resultado positivo.



**********************



Al llegar la noche, Víctor y Lyle estaban acostados, ambos platicaban de cama a cama los sucesos del día. Lyle esperaba el momento exacto de introducir la conversación, pero no hubo ese momento, así que decidió comentarle sin más.


-Víctor, una chica se acercó a mí esta tarde, quiere que le des una tutoría en alguna materia…

-debe ser la misma que se me acercó a mi…la respuesta es no.

-¿Por qué?

-no me confío de nadie, seguro solo quiere burlarse de mi.

-no seas paranoico…además esta dispuesta a pagarte

-no

-vamos, Víctor… tu necesitas el dinero.



El rubio se levantó con una fuerza violenta y se sentó en la cama, su mirada a través de los lentes era de pura rabia.



-¿¡¡Crees que dejare que me humillen solo por que necesito el dinero!!?

-cálmate…no quise decir eso. Yo no le veo lo humillante, eres muy inteligente y ella necesita de ti y bueno, tu puedes sacar ventaja de ello.


Víctor se acostó de nuevo dándole la espalda. Lyle comprendió que el asunto había terminado. Aquella chica que llamaba toda la atención de Diego, ahora era culpable del malentendido con su compañero de cuarto. si…ella era la culpable, se dijo antes de caer dormido.


Al siguiente día, cuando Lyle despertó, su compañero ya no estaba ahí. Suspiró y dispuso arreglarse para el largo día.
En las clases, Víctor no le dirigió la palabra. Lyle tuvo que estar con sus demás compañeros. Hacía el final del día, Lyle estaba sentado de nuevo en el jardín, siempre mirando a la nada. Apenas y pudo reaccionar cuando el chico de cabello azul se sentaba justo frente a él.

-cuando miras así…a la nada…tus ojos…son

-Diego, que quieres.


El chico suspiró…-bueno, quiero saber que te respondió tu compañero, mi amiga necesita en serio que le ayuden.


-ah eso…pues no se pudo, ahora ya ni me habla por eso. En adelante no me pidas favores y menos para tú amiga.

-se llama Nina.

-como sea.

-¿estas molesto?

-si

-¿Por qué?


Lyle entrecerró los ojos, en verdad iba a estallar una bomba…-estoy molesto por que no me gusta ser ignorado, no soy tan bueno para tener tu amistad, ah…pero cuando necesitas algo entonces si consideras hablarme y hasta sentarte junto a mi. ¡¡Vete ya con tu amiga!!



Diego escuchó muy atento la pequeña descarga, al final decidió responder…-si duda, eres alguien peculiar.


Lyle se levantó molesto, no quería romper el pacto y comenzar a insultar. No pudo avanzar, su mano quedó atorada con algo. El chico volteó y vio que aquello que lo detenía era la mano de Diego.


-pensé que no querías mi amistad, recuerda que cuando nos conocimos me trataste de sirviente, no que eso fuera malo, pero lo dijiste en forma despectiva.

-yo…yo…estaba…molesto por ingresar a esta escuela…además, tropezaste conmigo y sin más me dijiste que me quitara.

-evidentemente empezamos mal…si aún quieres, podemos conocernos. Seamos compañeros.


Diego sonrió abiertamente y Lyle devolvió aquella sonrisa. – ¿me regresas mi mano?-. De inmediato Diego le soltó



Ambos se apartaron rumbos a sus dormitorios, ahora estaban muy alejados, que lastima pensaba Lyle, justo ahora que eran compañeros.
Lyle sabía que de ahí no iba a pasar, Diego era “amigo” de la chica, de Nina…pero, con eso se conformaba por ahora, quizá si le conocía mejor se quitaría “aquello” que le inquietaba.


Al llegar a su habitación, Víctor le sonrió, una clara señal de que el enojo había pasado, en verdad el día estaba terminando excelente.




********************



Lyle había dejado a su grupo de amigos, caminaba por los pasillos mirando hacía el jardín, ahí estaban de nuevo. Diego y Nina
Lyle se dedicó a mirarlos, ambos sentados y platicando armoniosamente. Muchas veces sonriendo.


-¿puedes creerlo? Diego y esa chica…

-hola, Daniel.

-de todas las chicas del colegio tenía que tener a la más rara

-¿rara?

-Se dicen cosas de ella, me han dicho que pasan cosas extrañas cuando ella esta cerca.

-rumores.


-no, escucha…tengo una amiga, esa rara y mi amiga se pelearon el año pasado. La pelea terminó con Nina rodando las escaleras. Mi amiga se acercó, pensó que la había matado. Mi amiga jura que Nina pasaba las manos por sus heridas y estas se curaban ¿puedes creerlo?


-la verdad…no. Es muy fantasioso, tal vez tú amiga sea la rara.

-bueno, se dicen más cosas de ella, pero en fin…el problema no es nuestro, es de Diego



Daniel estaba por irse, pero Lyle le detuvo…-hablando de rumores, dime por que Diego se cambió de cuarto.


-no me aguantó el ritmo-. Guiñándole un ojo de forma lasciva….


Lyle era quien se marchaba ahora, pero Daniel no lo permitió…-Dime, ¿es cierto que tú compañero de cuarto es un triste becado?


Lyle observó de manera severa a Daniel…-es un orgullo, el merece estar aquí, al contrario de algunos zánganos.


Daniel hizo un puchero y se llevó la mano al corazón en una actitud por demás falsa.



Los días siguieron pasando y llegó otro fin de semana. Lyle había recibido una llamada telefónica, sus padres estarían muy ocupados para ir por él. Su mamá prometió recompensarlo.
Al llegar a su habitación, Víctor hacía sus maletas, sus padres lo estaban esperando.

-Lyle, puedes…venir a mi casa, aunque esta es muy modesta y…

-no te preocupes…estoy acostumbrado. Quizá después vaya a tú casa.


Lyle pasó varias horas acostado después de la partida de Víctor. Decidió dar una vuelta por ahí.

Al estar de nuevo por los pasillos, miró a la misma dirección de siempre, Diego y Nina. Ya hasta parecían parte del decorado del jardín. Esta vez decidió acercarse…. Ahora eran compañeros ¿verdad?
La pareja al percatarse de la llegada de Lyle, enmudecieron y esto fue evidente para Lyle. Nunca en su vida se había sentido tan incomodo.

-vamos, chicos…por mi no se detengan.

-¿de hablas?-. Decía Diego dedicándole una sonrisa.

-nada, no debí interrumpir.

-no lo haces-. Dijo Nina, quien parecía un poco divertida con la situación.



Lyle comenzó a avanzar, Diego y Nina se miraron sonrientes, Diego le guiño un ojo a la chica para después levantarse y alcanzar a Lyle.

-hey, Lyle…veo que tampoco saldrás este fin de semana. Ven con nosotros…

Lyle se detuvo, volvió sus pasos para mirar a Diego…-¿con Nina?...


-por supuesto, ya veras te agradará…

-no, estoy atrasado con algunas cosas…gracias de todas formas.


Lyle se sentía tan estúpido. Construyendo ilusiones donde no las había, se maldijo por no ir con Víctor. Ahora se sentía tan solo. Evidentemente, para él, Diego solo le invitaba por lastima. Se lo estaba pasando muy bien con la chica. ¿para que lo quería él? Si, era lastima.


Estuvo otro par de horas acostado en su cama, cuando tocaron a la puerta…con mucha pereza se levantó para abrirla.

-¿que quieres?

-¿otra vez nos tratamos de forma agresiva?

-Diego, por favor…

-vamos, que haces aquí… ¿comemos juntos?

-no quiero hacer mal tercio.

-¿de que hablas?

-de Nina…quizá quieran estar solos.

-Nina esta ocupada…

-claro, si no que harías aquí.

-empieza a sonar como un reclamo.


Lyle estuvo a punto de arrojarle la puerta en las narices, pero se arrepintió. Salió aceptando su propuesta. Más sin embargo, el trayecto a la cafetería fue silencioso. Diego trataba se hacer conversación pero Lyle solo contestaba con algún monosílabo. Ya estando sentados, ordenaron la comida.


-¿sabes?...soy la oveja negra de mi familia. Mi mamá no me soporta, ya te habrás dado cuenta.


Lyle se dio cuenta, aquel día donde la mujer ni se despedía de su hijo.-bueno, soy hijo único- respondió Lyle…-papá espera mucho de mi, aunque ya no se que hacer para agradarle.
Ahora lo podía ver, no eran tan diferentes. Diego le confiaba algo íntimo y Lyle respondió de la misma forma. Lyle abandonó toda esperanza de “otra cosa” con Diego. Decidió ser su amigo…eso estaría bien. Diego ya tenia a Nina, así se que conformaba con la amistad. Quizá uno de estos días el conocería a alguien…quizá.


Después de eso, pasó un mes. Diego y Lyle se había hecho los mejores amigos. Muchas veces, Lyle no dormía pensando en Diego. Si tan solo el lo quisiera de otra forma, pero Diego no daba señales. Muchas veces le dolía verlo con Nina, pero nunca le dijo nada. Tampoco se mostraba grosero con la chica, después de todo nadie tenía la culpa, eran sus tontos sentimientos.
Daniel varías veces le sorprendió mirando a la perejita, así que Lyle decidió dejar de mirarlos. Además no le hacía bien.


Al finalizar las clases del día, Nina esperaba a Diego afuera. Este, apenas sonaba el timbre, corría hacía la chica y ambos se iban. Lyle nunca los había visto dándose un beso de amor o abrazados muy sugerentemente. Notó que eran los miércoles cuando ella iba por él y se perdían.


Otro día, en la biblioteca, Diego se acercó a Lyle y se sentó junto a él…-hola, parece que estas muy ocupado.

-ya estoy por terminar.

-que bien, quiero platicar contigo…


Lyle reía por dentro, se sentía tan bien, cuando Diego lo buscaba, cuando quería estar con él. Siempre hablaban de los fríos que a veces resultaban sus padres, otras veces hablaban de situaciones escolares. Un buen día Lyle se aventuró a preguntar…- ¿Nina es tú novia?- . Diego le miró con cautela, para luego responder…-¿a que viene eso?


Lyle se encogió de hombros, no quería mostrarse muy interesado, aunque se moría por saber. Llegó otro miércoles y con ello una de las famosas citas secretas con Nina. Esta vez decidió seguirlos. Se sentía tan mal, invadiendo de esa forma su privacidad, pero en verdad quería saber. Quería tener la certeza y deja se soñar. Los siguió hasta un lugar alejado, donde había salones abandonados, sin duda un lugar prohibido para los alumnos.

Observó como la pareja se metía en uno de ellos. Lyle decidió esperar un momento antes de acercarse. Cuando lo hizo, escuchó algunas voces detrás de la puerta…


-¿estas seguro?-. Reconociendo la voz de Nina…

-por supuesto…quiero sentir.

-jajaja, que romántico eres Diego.

-anda ya, hagámoslo. Estoy ansioso, ha sido una larga semana.



Lyle quien solo podía escuchar, tenía un nudo en la garganta. ¿Quería una prueba? Ya la tenía, nuevamente se maldijo por ser tan imbécil, era evidente que ellos eran pareja. Más sin embargo, quería una prueba más, entreabrió un poco la puerta y los vio. Ambos abrazados de forma muy íntima, mantenían los ojos cerrados. El chico le tenía puesto sus fuertes brazos alrededor de la chica, mientras ella le sostenía el rostro con amas manos.
Lyle ni siquiera abrió la boca de sorpresa, ni siquiera ahogó un grito. Ya se lo esperaba, más sin embargo, a pesar del autocontrol, no pudo evitar que una lagrima le resbalara por el rostro. Al tratar de irse, no se fijo y tropezó con algún escombro y cayó al piso, el ruido fue muy fuerte, seguro lo habían escuchado hasta en china.

Diego y Nina se separaron…Lyle corrió todo lo rápido que pudo, pero Diego logró verlo. Lyle no detuvo hasta llegó al frente de su cuarto. El pasillo estaba desabitado y no quería entrar y que Víctor lo viera en ese estado. Su espalda recargada en la pared mientras se abrazaba a sus rodillas, comenzó a llorar de forma silenciosa, hasta que escuchó aquella voz.


-¿que pasa, Lyle? ¿Por que lloras?

-por que me entere que cancelaron Buffy…- sonriendo de forma amarga.


Diego sonrió y se sentó junto de él…-yo sé que eras tú, nos estabas mirando.


-yo…este….


-no es mi novia


La afirmación hizo que Lyle le mirara, por un lado se sentía feliz, pero por otro…eso no significada nada, ¿por que de pronto le soltaba una explicación? Cuando el le pregunto no quiso responder.

-Nina y yo compartimos algo, es algo especial…pero no es nada que tú imagines.

-ya Diego, no tienes que darme explicaciones.

-¿entonces por que lloras?

-hombre, ya te lo dije, cancelaron Buffy justo cuando destruyeron el pueblo, yo quería ver más.

-jajaja, Lyle eres genial.

-no te burles de mí.


Diego le sonrió de forma tierna, pasó sus manos por el rostro de Lyle, limpiando las lágrimas. –no me burlo, pero quiero que sepas la verdad. Como el verdadero amigo que eres... mereces saber…

Lyle le miró interrogante, y Diego le pidió silencio con la mirada. Diego nuevamente llevó su mano cerca del rostro del otro chico, Lyle cerró los ojos para entregarse al contacto. Sintió como Diego le tocaba el rostro, era una caricia suave, como nunca había sentido. Luego sintió como la sensación viajaba a su cabello y de nuevo bajo al rostro.

-abre los ojos- pidió Diego

Lyle los abrió, seguía sintiendo la caricia, pero la mano de Diego no lo tacaba, nunca lo había tocado, más sin embargo Lyle podía sentirlo. ¿¡¡Como podía ser esto!!?


-¡¡Diego!!...como…

-magia, te lo dije una vez…

-pero…

-bueno, tanto como magia no…es algo que puedo hacer, desde niño. Mi hermano también podía, pero el lo perdió, yo en cambio aún lo tengo.

-ahora comprendo. Esas botellas también las podías mover sin tocarlas.

-así es, por eso me reúno con Nina, ella es como yo…



Lyle no podía creerlo, pero lo veía…Diego podía hacer tales cosas. pero luego recordó aquello que lo estaba molestando.- ¿y por que la abrazabas…?
Diego sonrió y eso aumentó el enojo de Lyle…-pues, ella es aún mas especial, ella puede curar.

-¿Cómo?

-ella puede curar heridas, dolores. Con solo el poder de un abrazo. Yo me corte el dedo a propósito y ella me curó...mira-. Mostrando el dedo sin ningún rasguño.

-¿esperas que me crea eso?

-te acabo de mostrar lo que puedo hacer yo…debes creerme.

-cuando te conocí, hace seis meses, pensé que eras raro, pero esto…


Diego sonrió para responder…-yo pensé que eras un arrogante, estamos a mano.

Lyle dio un codazo a Diego y se levantó, por hoy había sido mucha información.


-tengo que hacer mis deberes, hasta luego…

-Lyle, mañana te llevaré con Nina y veras…


Lyle no respondió y entró. Su compañero como siempre estaba enfrascado dentro de su PC. Él se aventó de nuevo en la cama a pensar. Diego no se estaba burlando, lo había visto. ¿Esas cosas eran posibles? ¿Estaría volviéndose loco?
Cerró los ojos para dormir, quizá en un rato estaría en la pesadilla recurrente donde entraba desnudo a clase.











Presente.





Nina y Daniel estaban frente al portón. La chica ahogó un grito al ver la cantidad de sangre. Lyle se levantó de nuevo para mirara a Nina con suplica.

-deprisa Nina…se muere


La chica cerró los ojos para concentrarse. De inmediato se elevó y cruzó para de nuevo descender. Todo ante la mirada atónita de Diego.



-apártate, Lyle…déjame tratar.


De forma lastimera, Lyle dejó de abrazar al chico. Observó su ropa manchada por la sangre de Diego. Si el moría no podría vivir más. Tantos planes venidos abajo, eso no era justo. Ellos deberían estar ahora huyendo y haciendo planes.
Nina se acercó al piso, levantó a Diego y este dio un horrible quejido. La chica le tomó con un brazo, la otra mano la posó en su mejilla, una escena muy similar que Lyle había visto antes.

-esperemos que funcione, nunca lo he intentado de esta forma, estas heridas son graves.

-inténtalo, Nina…¡¡por favor!!

 

 

 


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