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El inicio de una gran aventura por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Holaaa!! Muchas gracias a todos los que han leído hasta ahora, estoy muy feliz por quienes me comentaron, enserio que me hacen muy feliz. Como dije, aquí está el epilogo... espero que les guste

 

Los personajes no me pertenecen, son del increíble y magnifico Eiichiro Oda-sama.

 

Sin más a leer...

Tenía un muy, muy notable tic en el ojo izquierdo... ¿¡Otra vez estaba sucediendo!?... Que ganas mas enormes de estrangular a alguien, y si era peli-verde, usaba tres kanatas, su sentido de la orientación era nulo y, se llamaba Roronoa Zoro… mucho mejor, o si…

 

“Estúpidos genes” era lo que pensaba el rubio… suspiro, no podía enojarse, son sus amores y así lo quería, no los cambiaría por nada en el mundo.

 

-Cocinero, dame sake –

 

-Oto-chan, dame leche –

 

Ese tic que le había desparecido, volvió… ¿¡Como rayos se veían tan diferentes, pero a la vez eran jodidamente iguales!?

 

 

 

Cinco años habían transcurrido ya, días felices, hermosos y un tanto irritables y peligrosos, habían llenado su vida, era cierto que como toda pareja, tenían peleas, pero gracias a que sabían tragarse su orgullo cuando era necesario, era que estaban ahí, en esos momentos.

 

No podía quejarse de nada (un su poquis), en ese tiempo que llevaba junto a los dos hombres más importantes de su vida, había sido enormemente feliz

 

Los primeros meses, fueron por demás agotadores, y Zoro no ayudaba mucho que digamos, bien… un su poquito, bueno, si lo ayudaba bastante, tampoco no es como si le dejara todo al rubio, pero… ¡es que cambiar pañales no era lo suyo! (eso le quedo claro cuando lo obligaron a hacer de niñero en Water 7, después de rescatar a Robin, antes de que cruzara por la puerta de la justicia, por medio de Enies Lobby)… pero eso sí, ama a su hijo con todo su Kokoro, el rubio se molestaba, aunque luego el peli-verde hacia de las suyas y le quitaba el enojo al cocinero de abordo. (N/A: Y él feliz que se dejaba)

 

Poder presenciar los primeros pasitos de su bebe, las primeras palabras de su niño… “tupio cineo (estúpido cocinero)”… bueno, aunque fue lindo (después de todo eran sus primera palabras), no pudo evitar ese tic en su ojo (Zoro sufrió de abstinencia dos semana… y si que sufrió, pero luego, con sus dotes de seducción, le bajo el enojo al rubio). Sus Nakama trataban a su hijo como si fuera su sobrino, lo mimaban y consentían, aunque no en exceso, ya que no querían que él, adoptara una actitud fastidiosa… bueno, eso hubiera sido fantástico, pero… Zoro nuevamente hizo su aparición. Si, ese hermoso angelito, que con los años literalmente era un Sanji chibi en apariencia… era igual a su Oto-san.

 

Sin sentido de orientación, comía, bebía leche, tomaba una siesta con su padre, veía a su Oto-san entrenar, comía, bebía leche, tomaba otra siesta, comía, bebía leche y luego a dormir… y al otro día la misma rutina. Varias veces ya, habían sufrido de un casi, paro cardiaco, debido a que su niño se había perdido en alguna isla, y luego solo llagaba al barco, muchas horas después eso sí, pero llegaba  (igual que Zoro), y otras veces que simplemente desparecería por un tiempo de la vista de todos y luego solo llegaba a pedir leche, ya que había estado tomando una siesta en los mandarinos de Nami... lo peor era, cuando ambos (Zoro y Haru),  aparecían en la cocina, con la misma actitud y pidiendo su ración de leche/sake, aun que admitía que se sentía un tanto fastidioso (suficiente tenia con el marimo), también tenía que admitir, que tal escena era sumamente hermosa y tierna (de tal palo, tal astilla).

 

Haru, con apariencia idéntica a su Oto-chan, con la personalidad igual a su Oto-san, pero en general un niño muy tranquilo y bien portado, sin mencionar lo inteligente, alegre, simpático (N/A: todo un amorsh)… sin duda la perfecta combinación de ambos.

 

Claro, el pequeño empezaba a desbordar esa pasión por las Katanas, pero también hacia la cocina, de vez en cuando, cuando Zoro dormía su siesta y el pequeño no le apetecía seguir el ejemplo de su Oto-san, así que, a como podía llegaba a la cocina a ayudar a su  rubio Oto-chan, el cual sonreía emocionado.

 

 

 

Sanji se dirigió hacia el frigorífico, de ahí saco una botella de leche, la entibio y sirvió un poco en un vaso, el cual se lo dio a Haru, también saco una botella de sake, para Zoro (obvio). Ambos lo tomaron inmediatamente… si, no los cambiaba, nada de ellos, así eran perfectos.

 

Un estruendo se escucho en la cubierta… los mayores se sobresaltaron, inmediatamente Haru corrió hacia su Oto-chan, el cual lo abrazo y cargo en sus brazos.

 

-Llévalo al camarote –  salió y echo un vistazo a la situación…  Zoro desenfundo a Sandi Kitetsu (tercera mano del demonio) y a Shusui (clara agua otoñal)… no hacía falta que Wado Ichimonji (camino de la armonía) fuera utilizada, otro estruendo se escucho, el peli-verde volteo a ver al rubio desde afuera, indicándole que hiciera lo que le dijo.

 

Sanji salió rápido de la cocina, hacia la dirección que había dicho el espadachín, entro y cerro con llave, se acerco a la cama y deposito al pequeño rubio  en la misma.

 

-Haru amor, quédate aquí en el camarote ¿sí?... tengo que ir a ayudar a tu Oto-san y a tus tíos… cierra por dentro y no le abras la puerta a nadie – el pequeño asintió, le dio un abrazo al rubio mayor el cual correspondió y beso la frente del pequeño.

 

Sanji salió, corrió hacia la cubierta, donde estaban todos sus Nakama tratando de repeler las balas de cañón que iban dirigidas hacia el Thounsand Sunny… un barco de la marina los había interceptado. La nave aguatica se acercaba rápidamente, demasiado rápido incluso, algo muy raro, las balas seguían siendo lanzadas, mientras Luffy las devolvía… bueno no había que temer, eran un grupo de marines nada más. Ellos se habían enfrentado a la Donquixote Family (antes del embarazo de Sanji), y a dos Yunkou (Haru ya había nacido)… un barco de la marina no era nada en comparación.

 

Dicho y hecho, cuando los tuvieron a su alcance, Luffy, Zoro y Sanji abordaron el barco, derrotaron a todos los marines y destruyeron dicha nave (Zoro la partió a la mitad con Sandi Kitetsu), para luego regresar al Sunny. El rubio y el peli-verde fueron hacia el camarote de ambos a por Haru, el cual abrió la puerta rápidamente al escuchar las voces de sus padres, los abrazo a ambos.

 

Sanji fue a preparar el almuerzo, mientras sus Nakama se distraían en sus propios asuntos, Zoro subió a su Gimnasio, le pregunto a su niño si iba a subir, ya que el pequeño ni se mosqueo, pero el niño negó con la cabeza, Haru se fue hacia su habitación (como cosa rara llego luego), Zoro creyó que se iría con Sanji así no lo detuvo. El pequeño tenía un presentimiento, algo que el rubio mayor también tenía, causa por la cual al terminar de preparar la comida llamo a sus Nakama y fue rápido hacia donde estaban Zoro y Haru (según Sanji), su mal presentimiento aumento al ver al peli-verde solo, el cual también se sorprendió ya que creía que el pequeño estaba con su Oto-chan. Trataba de decirse que no era nada, pues muchas veces atrás, el pequeño había desaparecido de su vista y la de Zoro (y sus Nakama), pero era porque estaba tomando una siesta en los mandarinos de Na…

 

-¡¡Oto-san, Oto-chan!! –

 

Ese grito alerto a todos los de la tripulación, en especial al espadachín y cocinero, los cuales se sobresaltaron demasiado al escuchar la vocecita de su Haru, llamándoles, se escuchaba asustado. Como almas que llevaba el diablo, bajaron hacia la cubierta, en donde había un pequeño grupo de marines, los demás de la tripulación no se les acercaban, parecían algo temerosos.

 

Cuando el Sunny estaba siendo atacado por los marines, el grupo que estaba enfrente de los sobrero de paja, se habían acercado bajo agua, en un submarino (cortesía de Vega Punk, el cual había equipado todos los barcos de la marina con un par de dichos vehículos), sin que ninguno de los Mugiwara los notaran, habían subido por la parte trasera del Sunny y atacaron de manera cobarde a los Mugiwara, creyendo que podían hacer que la tripulación pirata más buscada, se rindieran y entregaran (ilusos)… como si algo así, fuera a pasar.

 

Los jóvenes (estúpidos), sabían de la existencia de Haru, al igual que todos los de la marina, por lo cual no atacaron directamente a los Mugiwara, sino que buscaron sigilosamente al pequeño, y de manera totalmente cobarde, lo capturaron y ahora, ahí enfrente de sus padres y sus tíos, lo sostenían por el cuello mientras otro de los marines le apuntaba con un arma en la cabeza, y les decía con altanería y aires de superioridad a los de la tripulación, que se rindieran si no querían que algo desafortunado le sucediera al pequeño.

 

-Acaban de firmar sus sentencias de muerte – hablaron al unisonó Zoro y Sanji, de los cuales desprendía un aura totalmente oscura y siniestra, sus ojos brillaban de un intenso carmín, sus sonrisas eran totalmente sádicas y endemoniadas (a cierto grupo de marines se les mojaron los pantalones del miedo) – Nadie toca a nuestro bebe – dijeron con voz de ultratumba, sus Nakama los veían al momento que se alejaban de ellos de forma prudente, jamás… jamás los habían visto tan enojados y endemoniados (ahí, iba a correr mucha sangre)… los marines ya podían darse por muertos.

 

Todo sucedió demasiado rápido, bueno… solo se sabe que los marines ahora recorren la Red Line en miles de pedazos.

 

El pequeño Haru abrazo a sus papis, no pudo evitar asustarse ante la situación, no todos los días un marine te sujeta por el cuello mientras otro te apunta con un arma en la cabeza.

 

-¿Estás bien, amor? ¿No te hicieron daño? – Sanji revisaba a su bebe, tratando de encontrar alguna herida.

 

-Estoy bien Oto-chan – el pequeño sonrió y el rubio mayor suspiro aliviado – lo siento… sentí que algo feo pasaría y me fui a mi habitación – el pequeño se entristeció – no quería preocuparlos.

 

-Tranquilo Haru, no tienes porque disculparte… pero a la próxima vez, y ojala no haya una, que sientas algo parecido no te alejes, al contrario, quédate cerca de mi o de tu Oto-chan ¿está bien? – Zoro acaricio los cabellos del pequeño, sonrió con ternura (algo muy común en él, cuando se trata de sus dos rubios amores).

 

-¡Sí! – respondió con una sonrisa, de esas que les encantan a sus padres.

 

Los demás de la tripulación se acercaron a abrazar al pequeño rubio, el cual ya se le había pasado el susto, gracias a las palabras y abrazos de sus papis.

 

-¡Fiesta! – grito un sonriente Luffy, si, había que celebrar que nada malo había sucedido.

 

 

 

Eran las ocho de la noche, el ambiente en el Sunny estaba muy alegre, Brook cantaba a todo pulmón, seguido de Usopp, Chopper y Luffy, mientras Franky  entretenía a Haru, dándoles un paseo en sus hombros mientras hablaba como robot, el pequeño sonreirá y gritaba enormemente emocionado, ya que esa emoción hacia los robots la compartía con sus tíos (Luffy, Usopp y Chopper). Nami y Robin, hablaban y sonreirán mientras veían al  retoño de sus Nakama tan emocionado.

 

-¿Estás segura Robin? – había escuchado lo que su Nakama peli-negra le había dicho, no estaba muy segura, ya que ella no había notado nada.

 

-Si – sonrió.

 

 

 

Alejados de sus Nakama, exactamente en la parte trasera del Thounsand Sunny, se encontraban Zoro y Sanji… el peli-verde tenia acorralado al rubio contra la pared, mientras lo sujetaba de la cintura y besaba sus labios, con mucho placer, Sanji estaba abrazado al cuello de Zoro… ese momento era solo de ellos, estaban absortos en su mundo de caricias y besos… se separaron por falta de oxigeno, se vieron a los ojos por unos segundos, sonrieron, de esas sonrisas donde se expresaban todo lo que sentían, amor, felicidad, alegría… lujuria y deseo.

 

-Zoro… quiero hacerte una pregunta ¿Puedo? – estaba un poco dudoso la verdad, no tenia porque… pero aun así no podía evitarlo.

 

-Claro, dime – le sonrió para que se relajara, ya que había notado la tensión en el cuerpo de su rubio amor.

 

-¿Qué piensas de que Haru tengo un hermanito? – vio como el peli-verde abrió  su ojo sorprendido (N/A: ¡hahaha su ojo!… es que me da risa… okay no me hagan casoL), el cuerpo  del rubio se volvió a tensar, pesaban los segundos, minutos y el espadachín no decía nada - ¿No quieres? – No respondió – ¿por lo menos puedes decir algo? – dijo un poco asustado de que Zoro realmente no quisiera.

 

-Lo siento - reacciono -  es solo que no me esperaba que dijeras eso – se rasco el cuello y se separo del rubio dándole la espalda, el cocinero se entristeció por la actitud del peli-verde.

 

-¿Entonces realmente no quieres? –

 

El espadachín se estremeció, la voz de Sanji se escuchaba tan triste y vacía… suspiro, se dio mil bofetadas mentales, dio la vuelta y se acerco al rubio, lo sujeto de la cintura y le planto un beso intenso, demandante y deseoso. Se separaron, sujeto el mentón de Sanji con una mano y lo obligo a que lo viera a los ojos (ya que al momento de separarse del beso, este volteo el rostro).

 

-Claro que quiero – le sonrió con ternura, el cocinero abrió los ojos sorprendido, luego también sonrió – no quise que pensaras que no quería… es solo que, hace mucho que yo también lo he estado pensando y cuando preguntaste, mi mente voló, visualice imágenes de ti con otro bebe en tu vientre, luego en tus brazos mientras yo jugaba con Haru… me desconecte porque me emocione por tu pregunta.

 

-¿Lo dices enserio? – lagrimas bajaban por sus mejillas, Zoro era tan tierno cuando se lo proponía (N/A: ¡Kyaaah Marimo!).

 

-Si – sonrió, limpio las lágrimas del rubio y beso sus ojos y labios con ternura – Claro que quiero otro bebe –

 

-¡Genial!... ¡Te amo Zoro! –

 

-Te amo Sanji –

 

-¡Ah!  Por cierto – lo abrazo por el cuello y le susurro al odio – estoy en cinta – se alejo, sonrió… Zoro tenía cara de tonto, bueno, sonreía como tonto -¡Vamos a tener otro bebe, amor!

 

El peli-verde se aferro a su cintura, abrazándolo con fuerza pero suavemente, Sanji le acababa de dar la tercera mejor noticia de toda su vida… ¿Tercera?... la primera fue cuando, cuando el rubio le dijo que lo ama, la segunda cuando le dijo que tendrían  a Haru y pues, la tercera, esta… que tendrían otro bebe.

 

Luego de un rato bien meloso, decidieron que le dirían a sus Nakama, caminaron  hacia donde estaban todos… los cuales al enterarse los felicitaron muy alegremente, ellos también estaban felices, ya que tendrían otro sobrino o sobrina.

 

-Te lo dije Nami – que bien se sentía tener la razón.

 

-Pues tenias razón Robin –

 

Sanji volteo a verlas, sin duda a la morena no se le escapa una, de hecho, lo supo mucho antes de que el rubio se diera cuenta.

 

Haru estaba feliz, ya que tendría un hermanito (o hermanita… aunque pregunto de donde venían los bebes, a lo que espadachín y cocinero evadieron la pregunta, Olímpicamente) y claro no se diga Zoro, y por supuesto Sanji… ¿Qué más le podían pedir a la vida? Tenían una hermosa familia… los cuales los apoyaban incondicionalmente, como debe de ser.

 

Si, sin duda sus vidas son maravillosas, cada decisión y acción los habían llevado a donde se encuentran en ese momento, y si pudieran cambiar algo de su pasado, absolutamente no lo harían, porque sus vidas eran perfectas, así como estaban ahora…

 

 

 

Y LA AVENTURA CONTINUA, SOLO QUE ESTA VEZ, LA FELICIDAD SE HA DUPLICADO.

Notas finales:

Y ahí está, ahora si ya finalizo, muchas gracias por haber leído y por favor déjenme un reiw… saber que opinan acerca de mi fic me hace muy, muy feliz. es muchisimo mas corto en comparacion con la historia, pero espero que si les haya gustado

 

Andrea2000, espero que haya respondido tus dudas, trate de hacerlo lo mejor posible, ojala si te haya gustado.


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