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En un mundo donde aun estés tu por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda (?) Si decidieron ver la segunda parte de esta pequeña historia se los agradezco, por favor disfruten

Capitulo 2

Cenicienta

 

Era pasada ya la media noche cuando Ace bajo corriendo del Mobydick, se acababa de enterar de la manera más vergonzosa posible que ninguno de los chicos le había estado jugando ninguna especie de broma, más bien la broma se la había jugado su maldita narcolepsia que le había hecho despertar apenas a aquella deshora, cuando entrase agitado por la puerta del bar y no viera al rubio por ningún lado el alma se le había ido al suelo, aun tenía sus dudas de si aquel chico era en verdad su hermano perdido pero si sabia tanto de él como para imitar su forma de actuar poco le hubiera importado que fuera un farsante

 

Realidad o farsa no le veía en ningún lugar.

 

Quería morirse, el chico seguramente ya se habría marchado hacia varias horas, pensando que Ace le había dejado plantado, es lo que él hubiera hecho después de todo para la hora que era, de igual manera se había introducido en el establecimiento con idiotas esperanzas, si ya estaba ahí al menos podía tomarse un trago.

 

-¿Es usted Ace?- El hombretón tras la barra se había fijado en el deprimido muchacho que se sentase en aquel lugar frente a él, mirando al chicuelo de manera escéptica.

 

- ¿Quien lo pregunta?- el pecoso levanto ligeramente el frente de su sombrero y pidió una cerveza, el alcohol seguramente le ayudaría.

 

-El chico rubio que estaba contigo antes te ah dejado un recado.- dijo el cantinero sirviendo su cerveza junto con un pequeño trozo de papel doblado en dos.

 

"Espérame"

 

La simple palabra parecía mofarse de él, ¿Que tanto se suponía que esperara? ¿Y si ya había regresado, echado un vistazo, visto que Ace no estaba y largándose de ahí de nuevo? la enorme imprecisión de aquella nota le había hecho exasperar terriblemente, comiéndose la cabeza ahora con la duda de si el otro iría a su encuentro de nuevo o no. No queriendo preguntar al cantinero por miedo a parecer un idiota.

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A las 3am Ace ya estaba más borracho que una cuba y el cantinero le había ofrecido en repetidas ocasiones largarse, una habitación, mas bebida y un oído atento ante sus temores de que el rubio al que esperaba no regresaría, era su culpa, lo sabía, era su culpa por no haber estado ahí al anochecer, jodida narcolepsia.

 

En el tiempo que esperaba había observado a la puerta tan insistentemente como si pudiera hacer que el otro entrase a fuerza de miradas, en una ocasión casi había creído que funcionaba, pero el rubio que apenas entrar fuera a dar de bruces al suelo no era al que él esperaba, por no mencionar que iba acompañado ya por otro moreno.

 

Era ya hora de cerrar y el cantinero se preparaba para echar a aquel borracho cuando el susodicho rubio había entrado por la puerta, la tensión del ambiente por un momento había sido demasiado grande, después el ojiazul había sonreído ampliamente para aquellos dos hombres y ofreciendo una disculpa había conseguido llevarse al pecoso hasta la habitación que estaría rentando por un una noche más únicamente.

 

-¿Por qué tardabas tanto?- murmuro el pecoso de manera caprichosa mientras se dejaba recostar en aquella cama sin más, observando al rubio quitarse el sombrero y la gabardina para colgarles en el perchero, su propio sombrero había rodado por la cama hasta una de las almohadas y no había mucha ropa que quitarse, siendo que solo llevaba encima sus botas y shorts negros.

 

-Hubo un imprevisto.- comento el rubio encogiéndose de hombros.-Te hubiese visto antes, pero no contaba que no llegaras antes de las 11.- 

 

El pecoso desvió la mirada del chico que ahora con la camisa azul marino únicamente dejaba ver un poco mejor su figura, que desabrochase los primeros botones de aquella había sido demasiado ¿Seria el alcohol lo que le hacía querer arrancarle aquella prenda solo para poder verle aun mejor?- lo siento, tuve un... imprevisto también.- dijo no queriendo admitir que se había quedado dormido, sentir el peso extra junto a su cuerpo en la cama le hizo devolver su atención a aquel rubio.

 

-¿Ya lo has decidido?- le escucho preguntar mientras sentía aquellas manos enguantadas rosar con su mejilla, los ojos azules sobre el reflejaban aquel cielo que en años no había visto, quien diría que entre cortinas cerradas y maderas viejas le vendría a contemplar ahora, era el cielo de su infancia.

 

-No, aun no.-

 

-¿Que hace falta para que decidas?- la sonrisa triste en el rostro del rubio le había hecho encoger el corazón ligeramente, quizá en aquel ya sabía su respuesta, solo que era demasiado testarudo para admitirla.

 

Subiendo una mano hasta el rostro de Sabo acaricio aquella cicatriz que el fuego había marcado en el rostro de su hermano, que ironía, ahora él era el fuego, pero él jamás le dañaría, poco a poco por el rosado contorno ligeramente rugoso sus dedos delinearon hasta la base del pómulo ajeno y fue ahí donde la mano enguantada tomo la suya, quería tocar aquella mano directamente pero casi estaba seguro que si el rubio les cubría era por algo, el rose de los labios de su hermano sobre sus dedos nuevamente le había hecho estremecer.

 

Levantándose por mero instinto Ace busco los labios ajenos con los propios, ya fuera su hermano o no aquel hombre era demasiado, demasiado con aquellos suaves besos a sus manos, como si temiera ir más allá, el no lo temía, haría lo que quisiera, siempre había sido así. Vivía para no arrepentirse de nada.

 

La mente de Sabo había quedado en blanco por un segundo, sin saber cómo responder ante aquel contacto, el suave y delicado sabor de los labios ajenos era intoxicante, pero para cuando había querido probar mas de aquel este ya se había esfumado, dejando apenas una leve estela de calor en sus labios, la sonrisa perezosa que el pecoso le dedicase no había dudado en responderla.

 

-Ace...  ¿puedo pedirte algo?- el pecoso había asentido, recostándose por completo en la cama de nuevo mientras acariciaba la mejilla ajena.- Muéstrame mas... quiero ver más de ese fuego...- Sabo casi sentía que estaba pidiendo por algo obsceno, pero tenía demasiadas dudas, demasiada curiosidad, demasiada hambre por saber todo aquello que ya no conocía de quien fuera su hermano, el niño al que había conocido antes se había transformado en aquel hombre que ahora en su cama le había dado un beso, de no haber sido tan idiota se hubiera abalanzado sobre el hambrientamente a comerle la boca de la misma manera que lo había imaginado antes en ocasiones más pasionales que emotivas, pero ahora la curiosidad le ganaba a la pasión, quería saber más de aquel hombre y de todas las sutiles diferencias con el niño que había conocido, quería conocer aquel fuego que observaba en la mirada ajena, no solo el físico.

 

El pecoso había asentido nuevamente, sentándose en la cama de manera tranquila, sabía exactamente lo que quería mostrarle al rubio, concentrándose un poco había comenzado a formar pequeñas partículas de energía que quedaban suspendidas por un momento en la habitación y después se disolvían en el mismo aire, consumiendo el oxigeno de aquel cuarto en pequeñas dosis como un montón de luciérnagas mas o menos mortales, era una variación mucho más débil de uno de sus ataques favoritos, aun recordaba lo difícil que había sido dominarlo, pero ahora incluso con el alcohol en su sistema conseguía hacerlo bastante bien, la miraba embelesada del rubio que reflejaba aquellos astros perenes le hacía sentirse orgulloso del control que había ganado con el tiempo sobre aquellos poderes.   

 

-Te has vuelto tan impresionante Ace...- escucho al otro murmurar mientras aquellas luciérnagas de fuego iban muriendo.- Aunque supongo que realmente siempre lo fuiste.-

 

-Gracias...- susurro antes de sentir aquellos ávidos ojos sobre él mismo atrapándole de nuevo, casi podía sentir que todas aquellas diminutas llamas habían ido a parar a aquella ardiente mirada que exigía ser sentida.

 

-Muéstrame más.- susurro el rubio de manera demandante y Ace no pudo evitar reír ligeramente.

 

-No.-

 

-¿No?-

 

-No te mostrare nada más hasta que tú hagas lo mismo.-

 

El rubio mordió su labio suavemente, no sabiendo que podría querer el moreno de él.- ¿Que se supone que te muestre?-

 

-Quítate la ropa.-

 

La risa que llenara la habitación había sido bastante agradable -En verdad eres un pervertido.- comento el rubio pero viendo que el otro solo sonreía como toda respuesta entendió que aquel hablaba enserio.- Me quedare con mis pantalones.- dijo el chico de manera seria antes de comenzar a sacarse las botas primero, deshaciéndose después del cinturón, los guantes y la camiseta azul marino, dejando su torso tan desnudo como el de su amigo que le observaba tan embelesado como aquel había hecho unos momentos antes.

 

La clara piel no parecía tener muestras de tantas cicatrices nuevas como abría esperado, una en el antebrazo derecho, otra sobre el hombro izquierdo que bajaba por la espalda, pero estas no le interesaban tanto, solo aquel cuerpo bien moldeado aunque no tan esculpido como el propio retenía su atención, era fino a la vez que masculino, extraño pero no por ello menos deseable, si acaso al contrario. - Te mostrare algo mas entonces...- murmuro el pelinegro antes de hacer al otro recostarse en la cama, comenzando a besarle de nuevo de manera parsimoniosa y lenta, profundizando en aquel contacto al sentir la lengua ajena sobre la propia boca.

 

La saliva del moreno resultaba caliente y espesa de manera muy diferente a la normal, el mero contacto con esta era abrumador, su sensación era tan fuera de cualquier cosa que hubiera experimentado que no había tardado en comenzar a succionar los labios y la lengua del azabache de manera ambiciosa, deseando mas de aquella, la sonrisa en los labios ajenos cuando este se separase un poco había estado conectada a su propia boca por un hilo de aquella espesa saliva que el rubio no había aguantado a lamer, pero aquello no había sido nada comparado con la sensación de las manos del pecoso sobre su piel desnuda soltando pequeñas chispas que le hacían erizar los vellos de la piel.

 

Era la sensación ardiente de estar cerca de una hoguera sin quemarte, cuando el moreno bajase por los costados de su cuerpo el rubio se había arqueado inconscientemente del placer, aquello se sentía demasiado bien, tanto que en ningún momento había notado cuando el otro comenzara a desvestirle hasta que aquel había hablado.- te eh enseñado algo mas, ahora es tiempo de que lo hagas tu...- le escucho decir antes de sentir como le arrancaban la ropa con prontitud.

 

-haa... Ace...- el ronco jadeo que había dado al notar como su cuerpo ya había reaccionado mas allá de sus expectativas no había sido nada comparado al profundo gemido de sentir aquella boca caliente y húmeda engullirle por completo para logar que la ya naciente excitación entre sus piernas se le convirtiera en una erección en toda forma, si aquello seguía por ese mismo camino las cosas acabarían un poco mal, pero Ace no parecía querer detenerse y su boca se le antojaba al rubio tal paraíso que no se habría atrevido a decirle que lo hiciera.-Mierda, no sabia... que tu poder... pudiera usarse de esta forma...- Tampoco Ace lo había sabido hasta ese entonces.

 

Cuando el rubio se le corriera en la boca se había bebido cada parte de aquella esencia, relamiéndose los labios antes de subir hasta el rostro del otro y besarle de nuevo, mucho más lujurioso que antes.- Ahora es tu turno Sabo...- la primera vez que el pecoso llamaba su nombre y era justo para aquello, pero no había dudado, desabrochando el cinturón del moreno había colado una de sus manos en la ropa interior del otro para acariciar la notoria erección del moreno dócilmente.

 

-Siempre me gustaste ¿Sabias?-

 

La sonrisa en los labios del pecoso mientras se deshacía de su propia ropa al tiempo que dejaba que su hermano atendiera un poco su miembro había sido más que sensual.- Yo siempre te ame.- confeso sin pena alguna el pelinegro antes de empujar al otro para que se recostase en la cama, acariciando el miembro ajeno hasta lograr que aquel se empalmase de nuevo. -Siempre te ame Sabo.-

 

Aquellas palabras colgaban como tapices en la habitación mientras arrodillándose sobre el regazo del rubio acomodaba la ya otra vez excitada hombría de su hermano entre sus nalgas con cuidado, dejando que le penetrase de aquella manera un poco dolorosa, su cuerpo era fuego, no podía sufrir ningún daño y ya ardía por diferentes motivos, de manera diferente, había esperado por años, no quería esperar más.

 

Empalándose a si mismo comenzó a subir y bajar con un ritmo más que frenético, dejándose caer antes de volver a surgir sobre el miembro ajeno, las manos aferradas fuertemente en sus muslos ayudándole a seguir aquel desbocado ritmo mientras el cuarto se llenaba de gemidos y olor a sexo, polvo, sudor y semen pues ninguno de los dos había tardado en correrse, uno dentro y el otro sobre el regazo ajeno.

 

-Yo también te ame siempre.-

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Los susurros de dos cuerpos amándose ahora eran parte del recuerdo de nuevo, quizá algún día en otro tiempo aparte volverían a encontrarse, pero ahora solo eran recuerdos.

 

La mañana había venido a disipar la bruma junto con la magia de los sueños y mientras Ace se vestía a solas se preguntaba si la noche anterior no habría sido solo una jugarreta de su mente tras la borrachera.

 

No, no lo había sido, cual zapatilla de cristal olvidada después del baile un guante de piel marrón se mofaba de él desde el costado de la cama.

 

Quizá no volvieran a verse, la vida en el mar nunca había sido cosa segura, pero quedaba la esperanza... la esperanza de que quizá algún día, en alguna isla anónima, por coincidencia, volvieran a encontrarse.

 

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Fin. 

Notas finales:

Pues nada, espero que les haya gustado, la idea iba a ser solo un drable de cómo Ace se negaba a reconocer que Sabo era Sabo en base a como se veía de niño en contraste con su yo adulto, así que ya de inicio no debían haber sido más de 500 palabras, pero me ah salido esto al final XD

 Muchas gracias a quienes tomaran el tiempo de leerla y los comentarios son bien apreciados, gracias.

 

P.D. Gatito te amo aunque nunca me leas u.u por eso solo te mereces una notita y no dos.


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