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Utriusque - Ambas ONE - SHOT por Fukushi

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Notas del capitulo:

Hola a todos, ¿como estan?. Este es un pequeño ONE SHOT que realice gracias a la inspiración de una galeria que hubo en mi ciudad natal.

Espero que sea de su total gusto.

Vita y Mors, son de San Martin, gemelas idénticas y sobre todo rubias como el oro.

 

En San Martin, la capital en donde vivimos, son reconocidas por todos; podría decirse que son las "famosas" de la ciudad, por el simple hecho de ser las únicas gemelas nacidas aquí.

 

Desde el primer instante en que las engendramos, han estado juntas. Pero, el amor mutuo no es lo único que las une. Es algo mucho más allá de la hermandad.

 

Es divertido el recordar la primera vez que quisimos retíralas de cuna. Era medianoche del 15 de Marzo de 1990, mi esposo y yo decidimos que era hora de separarlas de cuna; ambas, ya se estaban incomodando mutuamente en la pequeña cuna de madera que Tiago realizo para su nacimiento. Nosotros, sigilosamente y con el mayor de los cuidados; a quitarles las pequeñas mantas amarillas que su tía Leidy, les había regalado días atrás.

 

Las criaturas, al sentir nuestro tacto se quedaron paralizadas. Aprovechando su quietud, intentamos separarlas. Pero, lamentablemente lo que causamos fue algo peor.

 

Las pequeñas niñas, comenzaron a gritar con encarnizamiento, su estruendo fue tal, que los vecinos se quejaron e incluso nos llamaron a la comisaria por "Maltrato a menores". Tiago y yo, al ver la desesperada situación, decidimos dejar que las recién nacidas se abrazaran por esa noche. Intentamos días, semanas, meses, ¡Incluso años! En separarlas.

 

Pero fue en vano.

 

Nunca pensamos que Vita y Mors seguirían haciéndolo hasta el día de hoy.

 

De pequeñas, ellas siempre jugaban solas. Muchos tratamos de conseguirles amigos, de llevarlas a lugares divertidos para compartir y conocer nuevas personas. Las maestras, los vecinos, los compañeros de clase. Todos intentamos acercarnos a ellas. Aun así, no sirvió.

 

Vita y Mors se encontraban siempre entre susurros disimulados, sobre lugares en donde ellas eran bienvenidas y en los que nadie más podría ingresar.

 

Nosotros al observarlas, tan independientes y serias en sus mágicos asuntos, no quisimos interferir. No pusimos mucha atención a aquella extraña situación, era más bien sabido, que a esa edad, cualquiera haría lo mismo.

 

Al llegar a la adolescencia, todos creímos que al ser gemelas, una, en algún momento; quería ser totalmente independiente de la otra. De sobresalir al igual que los demás jóvenes.

 

Pero no.

 

No fue así.

 

La inusual unión entre hermanas se hacia cada vez más fuerte, querían permanecer así...Unidas. Era un vinculo tan recóndito y al igual tan notable, que Tiago ni yo, podríamos fragmentar.

 

Yo, preocupada por la actitud de mis hijas; preferí un díapreguntarles.

 

- Hijas, ¿Por qué no se alistan y salen a caminar?... De seguro habrán chicos que quisieran conocerlas-.

 

Tú crees mamá?". Pero no. La sorpresa que me lleve fue otra.

 

- Solo somos bellas mirándonos la una a la otra. Somos nuestro reflejo... No te preocupes mamá-.

 

Contesto Vita con un placida y envidiable sonrisa. Mors, por el contrario solo callaba y agarraba con fuerza la mano de Vita.

 

Vita al observarla, asiente su cabeza y entre susurros dice.

 

- "Ya es hora"-.

 

Estas, salieron corriendo a su habitación dejándome estupefacta en la cocina. Tiago, al ingresar a la casa escucha las trastornadas risas de las jovencitas antes de ingresar a su habitación. Él, lentamente se acerca a mí y sin dejar de ver la segunda planta comenta.

 

- ¿Que sucedió? -.

 

Decía mi esposo algo extrañado.

 

- No se, creo... Que ahí algo mal en ellas-.

 

- Siempre lo ha habido-.

 

Comento él, con más seriedad de lo acostumbrado.

 

Era cierto. Las gemelas habían enloquecido.

 

Mis sospechas fueron acertadas, el día en que ambas me pidieron confeccionar un vestido para sus dieciocho (18) años, con la condición de que entraran las dos.

 

Yo, aburrida ya de aquel juego de seguir la corriente. Decidí realizarlo. Sin embargo, en el momento en que imaginaba el dichoso día de la verdad, caía en llanto. Mis lagrimales ya no podían seguir brotando aquellas espesas y cansadas lagrimas después de tantos años de crueles mentiras.

 

- Para ya Lauren-.

 

Me decía yo, al observar que el vestido blanco ya casi era terminado.

 

 

 

- Mira mamá, ¿Hay algo más hermoso que dos girasoles deslumbrar juntos?-.

 

Reía Vita al verse dentro del vestido.

 

No obstante, Mors me sonreía enérgica. Sus ojos, a diferencia de los azulejos de Vita se tornaron negros. Ella sabía.

 

Hoy era el día.

 

Yo, ya sin poder resistirlo; cojo bruscamente los hombros de Vita, y antes de poder pronunciar mis lagrimas comienzan a surgir de mis desesperadas cuencas.

 

- ¿Es que no lo ves, vita? ¿Es que no te has visto bien alguna ves?-.

 

- ¿Qué?... ¿Mamá, que te pasa?-.

 

Decía mi hija asustadas por mi repentina reacción.

 

- ¡ESTAS SOLA! ¡SIEMPRE LO HAS ESTADO! ¡MIRATE!-.

 

Al terminar de gritar a mi hija, me postro a sus pies y lloro.

 

- Ya ha llegado... Este es el día de la verdad, mi ser no es capaz de más... dieciocho (18) años esperando esto, ¿¡PARA QUE!?-.

 

Decía yo arrodillada ante Vita.

 

- Es mentira...-.

 

Decía mi hermosa hija aun incrédula.

 

- Verdad que no M... ¿Mors? ¿¡MORS!? ¿Dónde estas?-.

 

Por primera vez en su vida lo había notado. Su hermana, no estaba a su lado. Nadie llenaba la otra manga del vestido blanco.

 

- Mors... ¿Dónde estas?-.

 

Seguía diciendo Vita a la nada.

 

- No esta...-.

 

Dije yo entre sollozos.

 

- Nunca ha estado, Vita...-.

 

No era aquella la forma en la que se lo quería decir, su rostro, igual de pálido que siempre no mostro perturbación.

 

Sus ojos, igual que el mediterráneo; me observaban desde lo alto. Vita, comenzó a quitarse el vestido. Se quito todas sus pertenencias y me las dejo ahí... Al frente mío.

 

Lentamente, comenzó a voltearse y dirigirse a la salida de la habitación. Yo, atónita ante su reacción; me reincorporo trabajosamente y comienzo a seguirla. Estaba a dos (2) metros de distancia de ella.

 

Vita, silenciosamente deambulaba desnuda por toda la casa en busca de su hermana. Su cuerpo, pequeño, pálido y delgado comenzó a tambalearse.

 

Se sentía mareada.

 

- Vita, ven... Ven cariño-.

 

Decía yo, un poco más calmada que unos minutos atrás. Aun así, Vita no me escuchaba. Ignoraba mi voz y seguía caminando torpemente hacia el salón de la casa.

 

Vita se detuvo en seco, observaba algo, toda su atención se estableció en aquel objeto; rápidamente se dirigió hacia la mesa del salón y cogió temblorosamente el papel que una noche antes Tiago y yo habíamos recogido del psiquiátrico.

 

"Vita Abati, Trastorno agudo de la Personalidad, Trastorno agudo del Espectro Autista y Esquizofrenia Paranoide".

 

Más abajo de aquella hoja color hueso se encontraba a escrito a mano por el Dr. Alcalá.

 

"Cree que tiene una hermana gemela desde su nacimiento".

 

Cierro mis ojos e intento no escuchar el pavorido llanto de mi pequeña hija al renacer en este mundo.

 

Notas finales:

Si decean leer más de mis escritos pero Heteros aqui esta mi cuenta: https://www.wattpad.com/user/fukushi :D


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