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¿Quién tiene más garras? por Hikari Namikase

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son creacion de Fujimaki Tadatoshi.

Notas del capitulo:

ME CAGO EN TODO. :@@@@

Hola-.- Ya habia escrito TODO y la muy hija de fruta de la pagina me salio con que no tenia acceso a este tipo de actividades y me elimino TODO! Y como idiota yo no lo guarde antes.

EN FIN.

Tengo dias pensando en esta historia. Y como vi que la historia que escribi de Kagamine tuvo bastante aceptacion decidi crear esto.

Y es que pensar en un Aomine con orejitas y cola de gato me hace babear infinitamente>.<

Espero que sea de su agrado.

Sin mas, aqui el capitulo.

*Se va a tomar un té para relajar su mala leche por la pagina¬¬ y a esperar los resultados de su arduo esfuerzo(8* (en realidad estuve toda la tarde escribiendo esto, para que se borrara, estoy muy triste ya que no quedo tan genial como el original :c espero que aun asi les guste. 

Gracias.

"En otras noticias, un científico y un medico dan a conocer uno de los experimentos más extraños y enfermos de la historia. Esta información puede resultar algo inquietante, escuche bajo su propia responsabilidad.

Estos dos sujetos, por varios años han estado trabajando en un laboratorio secreto tratando de crear una nueva especie. Un nuevo hibrido. Pero no cualquier clase de hibrido. Estos dos desquiciados hombres han mezclado células de donceles, mujeres y gatos, tratando de juntarlos para poder crear un nuevo "humano" que tenga la capacidad de engendrar y que también contenga con las características típicas de un gato. Su cola y sus orejas. Aquí las palabra del científico...

No es algo de lo que las personas deban sorprenderse, mucho menos asustarse. Pero como es bien sabido, todos le temen a lo que no conocen.

Por eso entendemos su desconcierto ante este nuevo descubrimiento. Debo afirmar que jamás se ha utilizado, dañado ni psicológica ni mentalmente, a ningún animal, mujer o doncel. Todo este experimento ha sido llevado a cabo por medio de células.

Para los que se preguntan si el experimento ha funcionado, debo informar con bastante gozo que afirmativamente nuestro esfuerzo e investigación durante estos años ha dado frutos. Podemos decir con certeza que contamos con una nueva clase de hibrido, que es mitad gato y mitad doncel, y una mujer también.

Puede que muchas personas tomen a mal nuestro trabajo y les parezca repugnante. Pero mi colega y yo estamos seguros de que cuando conozcan esta nueva especie, simplemente terminaran enamorándose como nosotros lo hicimos. Es un ser sumamente adorable y perfecto.

Hemos realizado todo esto con el fin de poder crear una criatura por demás adorable y sobre todo, sana, inteligente e independiente. Los gatos son uno de los animales que más rápido aprende a adaptarse a las adversidades, por lo tal decidimos hacer todo esto.

Estas son una de las imágenes de los nuevos híbridos.

Gracias por vernos, traeremos más detalles después de los comerciales."


Kagami Taiga, con dos años de edad no entendía absolutamente nada de lo que esa mujer hablaba en la televisión, él solo podía ver con confusión como un adorable niño y niña aparecían en la tele, que aparentemente tenían su edad, pero que tenían unas lindas orejas y cola, iguales a las de un gato.

Rio ante la hermosura que presentaba dicha criatura y aplaudió entusiasmado.

¿Quién iba a pensar que después de unos años un hibrido de esa clase llegaría a su vida para poner todo de cabeza?

 

Ahora, 16 años después.

Kagami Taiga, un muchacho totalmente diferente, alto, de 1.90, cabello rojizo oscuro, que conforme llegaba a las puntas se hacía aún más oscuro, llegando casi al negro. Unos ojos grandes, llamativos y totalmente expresivos de color rojo, que combinaban perfectamente con su cabello y su bronceada piel. Sobre estos unas extrañas y bastantes peculiares cejas se situaban, eran bastante grandes, que incluso se partían a la mitad, dándole un toque gracioso y hasta algo intimidante. Pero no por ello le quitaban lo atractivo.

Su cuerpo era atlético y marcado, fruto del arduo ejercicio que realizaba día a día entrenado su amado basquetbol, y su entrenamiento personal en el gimnasio.

En cuanto a su personalidad, Taiga era la persona con el corazón más grande y bondadoso sobre la faz de la tierra. Decir que era amable, era poco. Siempre que estaba a su alcance ayudar a sus amigos, e incluso a desconocidos, él lo hacía. “Una buena acción siempre me hace feliz, y mucho más feliz me hace ver las sonrisas de las personas a las cuales ayudo”, era la típica frase del pelirrojo. Era bastante alegre y algo hiperactivo, su actitud y gran corazón lograba cautivar a cualquiera que se diera el tiempo de conocerlo bien. Haciéndolos caer sin remedio a sus pies. Pero es que él era tan jodidamente bueno y amable que era imposible no quererlo.

Aunque no para todos era de su agrado. Como buenos envidiosos que suelen ser los humanos, no podían aceptar todo el cariño que el tigre recibía de toda la población femenina y hasta masculina. Era absurdo que un muchacho con su tosca apariencia, recibiera la atención que él recibía.

Por eso muchas veces se había topado con personas que lo criticaban, inventaban rumores y hasta lo odiaban. Pero eso a Kagami le venía importando un verdadero pepino. “Que les den”. Era lo que siempre decía, él siempre había sido consciente que no importaba lo que una persona hiciera, siempre terminarían por criticarla. Por eso los insultos no surtían efecto en él.

Aunque mentiría si dijera que en algún momento no lograron hacer que este se deprimiera y pensara que lo que hacía estaba mal. Por fortuna se dio cuenta de que lo que él hacía, mientras lo hiciera feliz, no tenía por qué importarle lo que los demás dijeran, y siguió con su actitud alegre y bondadosa de siempre.

A pesar de tener una actitud tan alegre y vivaz, el círculo de amigos de Taiga era pequeño. Conformado solo por 5 personas, obviamente solo amigos reales. Esos 5 “dementes” como él solía llamarlos, eran las personas más maravillosas que se había podido topar en la vida. De ser necesario, confiaría su vida a ellos, y ellos igual a él.

Y con uno de esos 5 se encontraba en ese momento. Kise Ryouta, un chico rubio, bastante alegre, hiperactivo, pero sobre todo dulce y de buen corazón al igual que él. Kise había sido su mejor amigo desde que tenía memoria. A pesar de las adversidades y de los bastantes problemas que habían atravesado a lo largo de su vida, ellos seguían siendo amigos a pesar de todo.

Pero aquello no era lo realmente importante de todo. La situación en la que se encontraban ahora, lo que sus ojos miraban, era lo realmente importante. Suspiro, mientras una gota de sudor bajaba por su mejilla.

-Entonces… Tus hermanas… ¿Simplemente llegaron con él y te dijeron que era tu regalo de navidad?-La ceja del pelirrojo tembló debido a la molestia, el rubio soltó un suspiro igualmente enojado y frustrado, asintiendo a la pregunta del pelirrojo.-¡¿Qué tan estúpidas pueden llegar a ser?!

-¡Yo también estoy igual de enojado e impactado! No tengo ni la más mínima idea de qué demonios estaban pensado. Se nota que no me conocen en lo absoluto.-El suspiro lleno de irritación del rubio hizo suspirar también al pelirrojo.

Observo al pequeño entre las piernas de Kise. Las muy idiotas hermanas del rubio le habían regalado un hibrido. ¡Un hibrido! ¡Como si la pobre criatura fuera un maldito juguete!

Está de más decir que Kagami era un fiel defensor de dichas “criaturas”, que para él eran humanos al igual que los demás. Aquellas angelicales criaturas que habían sido creadas hace bastantes años, sufrían de bastantes maltratos a pesar el tiempo.

Muchas personas se habían negado a aceptarlos en su vida cotidiana, y en la sociedad, alegando que eran unos fenómenos. Humillándolos, maltratándolos y tratándolos como unos simples objetos. Como mascotas.

Él y Kise eran miembros de la asociación en contra del maltrato a los híbridos. Su buen corazón los había llevado irremediablemente a unirse a dicha asociación, cuando su cerebro fue consciente de lo que pasaba a su alrededor no lo dudaron ni un segundo.

Y ahora, que las muy idiotas de las hermanas de su mejor amigo llegaran con semejante “regalo” los hacia a ambos estallar en rabia.

-Está de más decirte que lo cuides y lo protejas Kise. Sabes perfectamente que hay muchas personas que no son como tú y como yo. Que no respetan a los híbridos y te van a joder la vida.-El pelirrojo acerco su mano y acaricio la melena celeste de la pequeña criatura que se encontraba acurrucada entre las piernas de su rubio amigo.

Ambos sonrieron enternecidos la ver como el pequeño se encogía aún mas, pegándose al cuerpo de su “dueño” buscando su calor y moviendo su cola de un lado a otro alegremente.

-¡No tienes idea de lo impresionado que estaba cuando abrieron la caja en donde lo traían! ¡Casi me rompe el corazón cuando vi sus ojos! ¡Lo hubieras visto Kagamicchi! ¡Él estaba tan asustado!-Al rubio se le encogió nuevamente el corazón al recordar los ojos aguados del pequeño peli celeste cuando la tapa de la caja donde lo llevaban, como una vil mascota, fue retirada. Rechino los dientes ante el recuerdo y la estupidez de sus hermanas.-En cierta forma me alegra que me lo hayan regalado a mí. No quiero imaginarme lo que le hubiera paso si ellas se hubieran quedado con él.

Kagami frunció el ceño y observo de nueva cuenta al pequeño. Era un bebé. No aparentaba más de 1 año, su cabello era celeste, al igual que las orejitas que sobre salían en su cabeza y su cola que aún se movía levemente entre sus sueños. Su piel era blanca como la nieva, sumamente hermosa, dándole un toque aún más angelical. Y sus ojos, que por el momento se encontraban cerrados, eran también de un puro y dulce color azul celeste como un cielo hermoso y despejado.

Kagami veía a esas criaturas como un ser humano, porque lo eran. ¿Qué no los hacia serlo? ¿Las orejas y la cola? ¡Qué absurdez! Ellos pensaban, tenían un corazón, sentían, respiraban, eran seres inteligentes al igual que los demás “humanos”. Merecían ser tratados con respeto al igual que todos. Por eso ellos peleaban con tanto fervor porque sus derechos fueran aprobados.

¿Qué daño podía causar una criatura tan adorable como esa? ¿Un aruñón? Rio ante su pensamiento y volvió a acariciar la cabeza del pequeño.

-Sé que contigo estará bien Kise.-Se levantó levente de su lugar y tomo su chaqueta dirigiéndose a la salida.-Me tengo que ir, mañana hay instituto y se está haciendo tarde. ¿Te veo después?

-Claro que si… Ten cuidado al regresar a casa por favor. Avísame cuando llegues.-El pelirrojo le dedico una resplandeciente sonrisa y asintió.-¿No te vas a despedir de Kurokocchi?

-¿Kurokocchi? ¿Ese será su nombre?-Taiga regreso sobre sus pasos y acaricio las orejitas del pequeño suavemente, complaciéndose al ver que este ronroneaba ligeramente y movía su colita de un lado a otro sumamente feliz. Provocando que Kise tuviera un derrame y Kagami riera aún más fuerte.-No te lo vayas a violar Kise.

-¡¡KAGAMICCHI!! ¡Pero que estupideces estas diciendo!

-Ya, ya… Cuida de él Kise. Y pórtate bien.-El rubio hizo un puchero sumamente adorable haciendo reír nuevamente a su amigo, el cual le dedico una última sonrisa y levanto la mano en despedida.

-¡No olvides avisarme cuando llegues!-El grito mortificado y molesto del rubio lo hicieron reír.

-¡Si mamá!-Escucho un reclamo de parte del rubio, cerró la puerta con seguro y se encamino a su casa, colocándose el gorro de su chaqueta y metiendo sus manos en esta, tratando de contrarrestar el frio que hacia esa noche.

Caminaba tranquilamente por las calles, pero siempre manteniéndose alerta en lo que ocurría a su alrededor. A pesar de ser un barrio tranquilo, uno nunca podía saber cuándo podría pasarle algo.

Cuando estaba a punto de doblar en una esquina para llegar a su casa, unos gritos y un llanto bastante desgarrador lo hicieron detener sus pasos. Como siempre su buen corazón salía a flote.

-¡Mira nada más lo que tenemos aquí! ¿No es lindo?

-¡Pero qué cosa tan más apetecible!

-Sería buena idea llevárnoslo, ¿no creen? Podríamos hacerlo entrar en calor…

-Si nos lo llevamos podríamos venderlo a un muy buen precio…

Los comentarios, más las risotadas de aquellos sujetos no hizo más que hacer correr la sangre de Kagami a una velocidad casi irreal por su sistema. La ira se había apoderado de él.

Se volteo y camino a pasos apurados, viendo por entre las piernas de los sujetos que al que molestaban era un pequeño niño que se empujaba a si mismo contra la pared tratando de huir, pero al parecer el miedo no lo dejaban, el pobre hasta temblaba.

Cuando observo como uno de los sujetos se agachaba para darle un golpe al pequeño corrió en su dirección y acertó un fuerte puñetazo en la cara del sujeto cuando este se iba incorporando en su lugar.

-¡¡HIJO DE PUTA!!

Los insultos, gritos y golpes solo fueron en aumento en el momento en que Kagami se plantó frente a los sujetos que amenazaban e intimidaban al infante.

A pesar de ser una persona pacifica, Kagami sabía perfectamente cómo defenderse. Era un experto en las artes marciales mixtas, y si a ello le agregabas su innato instinto bestial, obtenías una gran combinación de ira que arremetía contra ti sin compasión alguna.

Aunque el fuera bueno, 3 contra 1 era simplemente algo difícil de llevar. Por eso cuando cayó al suelo, los sujetos sonrieron con suficiencia, a su parecer él no iba a levantarse. Pero la sonrisa desapareció de su rostro y se convirtió en una mueca de terror al ver como dicho pelirrojo se levantaba, escupía la sangre que se había acumulado en su boca, dejándole el típico sabor metálico que tanto odiaba. Y sonreía de una manera espeluznante hacia ellos, provocándoles un pánico tremendo.

Los sujetos soltaron un grito y salieron corriendo inmediatamente del lugar como pudieron. Por su parte Taiga controlo su rabia y se volvió en su lugar para buscar con la mirada al pequeño que había defendido.

Grande fue su sorpresa cuando no lo vio por ningún lado. Afino su vista, para poder adaptarse a la falta de luz y agudizo su oído para tratar de ubicarlo. Se movió unos pasos y vio al pequeño detrás de un contenedor de basura, temblando de miedo, llorando incontrolablemente.

-¿Estas bien pequeño? Los tipos malos ya se fueron, puedes salir… ¿Sabes dónde están tus padres?-El menor estaba paralizado en su lugar, había sentido tanto miedo que simplemente no podía responder. Y Kagami se sentía algo culpable, seguramente su actitud bestial lo habían terminado de espantar.-¡Hey pequeño! Todo está bien ahora puedes salir.

Un maullido hizo que Kagami se quedara tieso en su lugar, y observara con algo de pánico como el pequeño salía de su escondite y revelaba esas inconfundibles orejas de gato y su cola, que caían tristemente en su cabeza y en el suelo.

Su corazón se rompió en mil pedazos al ver el estado tan deplorable en el que el pequeño se encontraba. A saber cuántas cosas el pequeño habría sufrido. Aparentaba tener 2 años, que en realidad solo eran 2 meses de su existencia real.

Levanto su mano para poder tocar al niño y examinarlo, pero al ver como este maullaba de nuevo y se alejaba con pánico, bajo de inmediato su mano.

-Tranquilo, todo va a estar bien, ¿ok?

Para terminar de romper su corazón, el menor levanto lentamente su mirada, dejando ver sus ojos que a pesar de estar llorosos, se podía distinguir el hermoso color zafiro que estos poseían, pero que para tristeza del mayor solo transmitían, miedo, pánico y mucha soledad.

Sin tener una idea de que hacer o cómo actuar, ya que el pequeño al parecer no aceptaba muy bien del todo su presencia, decidió llamar a la única persona que sabía que podía ayudarlo en este momento.

 

-Kise ayúdame…

Notas finales:

Gracias a las personas que se tomaron las molestias en leer. Espero que les haya gustado.

¿Medio fumado? Tal vez(8 pero no estoy muy completa, asi que es lo que hay.

Espero que de verdad les guste, y si es asi, les pido que me lo hagan saber con un rw.

Gracias por leer :D

¡Hasta la proxima!


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