once
Para el jueves por la noche el incidente con Dragón había pasado a segundo plano en la mente de Sabo ¿Que era un sentimiento reprimido más en comparación a lo que se le estaba restregando en la cara en aquel momento? No había tocado a la puerta, al final no había reunido el valor necesario, se había pasado los días antes de aquella cena y después de aquel mensaje de texto sobrecargándose a tal grado de trabajo que su cerebro no había tenido tiempo de pensar en otras cosa y su cuerpo exhausto le recompensaba por las noches con un sueño pesado y profundo del que la alarma del celular a penas y conseguía sacarle en las mañana, el agresivo gruñido que dirigía a esta hubiera sido quizá más amenazante de no saber que debía levantarse eh irse de casa antes de que Koala le viera, se había pasado esos días también evitando a la chica, sabía que hablar con ella probablemente le ayudaría a tranquilizarse y pensar las cosas con mayor calma, pero no quería tranquilizarse y no quería pensar las cosas tampoco, en realidad no quería pensar, la cuenta regresiva para lo que se suponía debía ser el día más feliz de su vida le parecía tan eterna como si nunca fuera a llegar... quizá nunca llegara, no se lo merecía... no, tenía que llegar, en cuanto llegara todo estaría mejor se forzaba a creer bobamente, era como si un simple papel pudiera disipar todo lo que estaba mal en su mundo, sabía que no sería así pero se empeñaba en mentirse a sí mismo.
Entre las viejas inseguridades y los amargos recuerdos que poblaban sus escasos minutos libres no quería ni podía pensar en nada más ¿Un romance con su superior? Qué tontería, en las escasas ocasiones que se había encontrado a solas con el padre de su futuro esposo no podía más que preguntarse si el mayor sabía del comportamiento de su hijo, entre el sinsabor de los recuerdos olvidados y la tristeza de las cosas que había conseguido ignorar al menos hasta aquel día no tenia cabeza para pensar en enamorarse de alguien más, si había habido alguna vez algún sentimiento reprimido ahora era incluso más fácil reprimirle, no se iba a convertir en lo que Luffy era ¿En qué clase de mente idiota cabría aquello? además, ya tenía suficiente como estaba para preocuparse por intentar usurpar el lugar de alguien que era claramente mejor que él, el ver a la señorita Emporio (quien había conservado su apellido de soltera mas por imagen que por otro motivo) había hecho cualquier rezago de idea o deseo con el legitimo dueño de la compañía para la que trabajaba hubiera sido masacrada sin piedad. Aquello probablemente le hubiera afectado más de no estar tan cansado que ni siquiera podía sostener su copa de licor adecuadamente, quizá no debió trabajar hasta tarde también el día anterior, o el anterior, o el anterior a ese... o quizá no debió haber hecho caso al maldito mensaje de texto.
Al menos la comida era buena y Luffy parecía tratarle mucho mas cortes frente a su madre, ni siquiera había podido permanecer molesto con él demasiado tiempo, no era su culpa después de todo ¿Cierto? No era como si Luffy le hubiera escogido a él en verdad, debía ser horrible casarte con alguien a quien no quieres y era más que obvio que aunque podían llevarse bien el menor no le quería en verdad, Sabo era el único que realmente había llegado a desarrollar sentimientos verdaderos hacia su prometido ¿Estaba dispuesto a forzar al otro en eso sólo por su egoísmo? ¿Sería demasiado tarde para decir que ya no quería aquello? mirando la alianza en su mano derecha había sonreído un poco, a últimas fechas había tomado la costumbre de hacer girar aquella con su pulgar cuando se hallaba angustiado, se preguntaba si tendría que regresar aquel anillo o podría quedárselo de recuerdo ¿y qué diría cuando alguien le preguntase por él? "oh vaya, que curioso que preguntes, es un recuerdo de cuando una vez casi me caso, que gracioso ¿No?" pero que tontería, no debió haberse desvelado esa noche, y la anterior, y la anterior, y la anterior a esa... o de nuevo quizá simplemente no debía hacer maldito caso a los mensajes de texto anónimos que seguían llegando...
Al saludar a su futura madre política con un beso en la mejilla que le habría dejado una tremenda marca de labial de no ser porque la modelo usaba únicamente maquillaje indeleble y a prueba de manchas había regresado a la tierra un poco con la idea de que así se veía una persona feliz y segura, el purpureo color de su labial a juego con el color de su cabello estaba aplicado de manera tan perfecta como el resto de su maquillaje, acentuando esa perene sonrisa, el revelador vestido mostraba los prominentes senos de manera provocativa sin llegar a caer en lo vulgar a pesar del escote que llegara hasta el ombligo y a pesar de ser la clase de vestidos sin espalda y bastante ceñidos a la cintura. Sabo no conocía mucho a los modelos de la empresa más que por números; ingresos, honorarios y gastos... aquella mujer tenía algunos de los dígitos más altos que había visto, en cada ramo, y entendía perfectamente porque.
Así que esa era el aura de alguien que se sabía adorado por miles... de alguna manera viendo las kilométricas pestañas de aquella mujer todo parecía pequeño y de alguna forma, al mismo tiempo, bastante infinito, como si las cosas pudieran ser opuestos a la vez en la presencia de personas como ella.
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Cuando Emporio viera al chiquillo que se convertiría en esposo de su retoño no había podido evitar querer saber más de él, sus dos "hombrecitos" en casa eran tan reservados con sus asuntos privados (por no decir que Luffy se había mudado apenas tuviera oportunidad de aquello y casi no les hablaba y que tanto Dragón como ella misma viajaban demasiado por cuestiones de trabajo, pocas veces estando juntos y a solas como para platicar de las cosas triviales de la vida) que ninguno de ellos le había contado mucho del rubio, Ivankov miro al chico con sus hermosos ojos cafés que Luffy había heredado, le escrutinio por unos cuantos segundos atenta antes de sonreír amablemente, a pesar del cabello un poco reseco y las bolsas obscuras bajo los ojos del rubio, a pesar del nudo de la corbata ligeramente hacia la izquierda y la manera casi nerviosa como el chico desviaba la mirada hacia algún punto perdido de la habitación cuando nadie le hablaba, a pesar de la mancha casi imperceptible en el saco gris y el agarre equivocado de la copa de champagne había decidido que aquel chico le agradaba, los ojos expresivos que parecían iluminarse ligeramente cuando Luffy le dirigía la palabra, la sonrisa tímida y el suave sonrojo por palabras susurradas en secreto y la sincera risa cuando la súper modelo hiciera alguna de sus típicas bromas le habían agradado, al menos lo suficiente para darle una oportunidad a pesar de la manera como notaba en la miradas de su propio marido sobre aquel, Emporio Ivankov no era estúpida y podía ver perfectamente las razones por las que su esposo había insistido en aquella pequeña farsa de matrimonio arreglado pero el chico lucia lo suficientemente decente eh inteligente para no meterse en el terreno de una mujer como ella.
No había la característica culpa de un amante en sus facciones y de inseguridad solo podía hablarse de la manera como su cabello parecía obscurecer el área agraviada de su rostro en ocasiones, lo cual no era raro considerando que una marca como aquella era difícil de superar sin ciertos rezagos, ella hubiera muerto antes de permitir que algo dañase su hermoso rostro... ¡O tal vez no! pero era verdad que las marcas y cicatrices en los hombres siempre le habían parecido atractivas así que no hallaba mucho problema en ella, el tatuaje en el rostro de su mismo esposo y la pequeña cicatriz en el pómulo de su retoño le eran, por ejemplo, bastante agradables a la vista, rasgos particulares de ellos, cualquiera podía tener lindos ojos y hasta operarse la nariz o cualquier parte del cuerpo que le gustase, pero una cicatriz era única eh irrepetible, ayudaba a forma carácter.
La cena había estado bien, sus chicos habían degustado, por no decir devorado, el total de los platillos que había por probar y Emporio había sonreído bastante divertida al ver que el rubio no se quedaba atrás en cuestión de apetito comparado con su hombrecitos a pesar de los modales ligeramente más refinados, aunque perfectamente podía imaginarlo comer igual que su Luffy cuando iba a las raras cenas familiares en casa, no le costaría adaptarse.
-Así que, la pregunta realmente importante aquí supongo que será ¿Quién va a diseñar sus atuendos para la boda?- pregunto la peli morada mas emocionada con ese tema que el de la comida que al final estaba segura acabaría siendo completamente diferente a lo que habían probado y que solo era una formalidad que su hijo había querido aprovechar para tener una excusa de comer hasta reventar, el Baratie después de todo era de los mejores restaurantes y desde que se fusionara con el arte culinario del Newkama que Emporio había encontrado en una de sus giras mundiales no había hecho más que mejorar.
- Eso ya está decidido.- Había dicho su pequeño Luffy ganándose una mirada de reproche por parte de el padre de este que seguramente Iva-chan había sido la única en notar, el sentido de competitividad entre padre eh hijo en aquella familia no era realmente nada nuevo para ella después de todo pero su esposo tampoco pondría protesta en un evento público, eso era sabido.
-¿Incluso el de Sabo? por que imagino que no le dejaras usar ese horrible traje gris Mmmfufufu- Había dicho picando un poco solo por mera diversión, colocando una de sus manos bajo la pronunciada barbilla, angulosa que acababa en una redondeada protuberancia y que Luffy por suerte no había heredado, después de todo no cualquiera podía lucir aquella hermosa barbilla como lo hacia la modelo.
El menor había soltado una alegre y escandalosa risa mientras el rubio se sonrojaba ligeramente, por unos segundos Sabo casi había olvidado del ramo de la compañía para la que trabajaba... que estúpido.
-Si, incluso la de Sabo, espera y veras, será algo espectacular.- Había dicho el chico con aquel brillo especial en los ojos de cuando algo le entusiasmaba especialmente.
-En realidad mi atuendo aun no está decidido.- La voz del rubio se había hecho escuchar de tal manera que sus palabras habían causado un silencio sepulcral, tras la leve sorpresa sin embargo ante la objeción de parte de quien menos se esperaba Iva-chan no había podido evitar sonreír divertida mientras el monito miraba a su prometido enfadado, una leve expectativa en los ojos de Dragón que parecía ser el único que más o menos esperase algo así ya.- No es que no me guste la idea de usar algo que te agrade Luffy, pero sabes que me gustan las cosas un poco mas... tradicionales y no me parece adecuado que veas lo que usare antes de la boda...- murmuro el rubio en un tono amable pero firme mientras les traían el postre.
Por primera vez en la noche el monito no presto atención a la comida.
Luffy estaba boquiabierto, no podía ser que lo que estaba escuchando fuera verdad, tenía todo planeado en cuanto a los atuendos y aunque había dejado que el rubio jugara a tomar las decisiones en cosas intrascendentes como las invitaciones y una que otra decoración que al final acabaría cambiando si no le gustaba en realidad el monito ya tenía toda la visión planeada, desde la recepción, los arreglos, la cristalería, incluso el menú y su presentación, no dejaría que Sabo lo arruinara, con el rebuscado gusto que tenia era capaz de llegar en un traje blanco de rayón y eso jamás se lo perdonaría, antes que lo dejase plantado en el juzgado.
La maldita testarudez que probablemente rivalizaría con la suya le preocupaba en verdad, Luffy conocía lo suficiente a su prometido para saber que iba en serio.- Sabo eso no es más que una superstición estúpida...-
-Aun así...-
-No es como si realmente fueras a usar un vestido de novia.- había insistido, cortando cualquier argumento del otro, por mucho que bromeara con aquello no iba a hacer que usara un vestido en público aunque admitía que el atuendo que se había planteado para el rubio se salía ligeramente de lo tradicional.
-Aun así.- en aquella ocasión no se había preocupado por siquiera explicar sus razonamientos, ya sabía que su opinión poco contaba en la organización de aquel evento por mucho que Dragón le mandase los correos a él en lugar de a Luffy, Sabo sabía que si algo emocionaba al monito eran las fiestas y era más que obvio que aprovecharía esa ocasión en grande, claro que lo dejaría hacer lo que se le viniera en gana... en la mayoría de las cosas.
El menor soltó un leve gruñido, no podía creerse que fueran a discutir por algo así.- Vamos Sabo, te veras mejor si dejas que coordine nuestros atuendos, tampoco es como si fuéramos a casarnos por la iglesia.- murmuro intentando no sonar tan molesto como en realidad estaba.
-Lo sé, pero prefiero escoger al menos esto.- murmuro sonriendo un poco ante la cara entre molesta y asombrada de su prometido, cruzándose de brazos mientras veía al cerebro del otro trabajar un poco extra, sabía que Luffy tenía razón y probablemente se viera mucho mejor con cualquier cosa que él le escogiera pero en verdad aquello era algo entre un capricho y una venganza, había decidido seguir con aquello a pesar de todo pero no quería decir que fuera a ser tan dócil como antes, aun no lo veía con sus propios ojos, aun podía mentirse diciendo que el otro lo dejaría una vez estuvieran casados pero sabía que no era verdad y aquel capricho era su idiota manera de vengarse, una idiotez que estaba disfrutando de momento al menos. Porque tampoco iba a dejarle el camino libre a cualquier otro, seguiría con aquel matrimonio hasta el final, ya lo había decidido.
-Heeeehaw...- la extraña risa había cortado la discusión.- Déjalo hacer lo que quiera mugiwara-voy, también es su día.- había intercedido la modelo bastante divertida mientras Luffy la había mirado primero boquiabierto y después indignado, no habiéndole dirigido la palabra a nadie más de nuevo hasta que se acabara una doble ración de postre.
Sabo había sonreído extrañamente agradecido por la intervención de la peli morada aunque ahora tenía un problema más ¿Que se suponía que iba a usar para su boda? quizá debió pensar un poquito mejor aquella venganza...
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Dolido... Si, o quizá no... Ace no estaba realmente muy seguro de como sentirse después de la plática que había tenido con el pequeño monito, pero al menos después de esta se había atrevido a llamar a su familia de nuevo, Rouge había llorado tanto que no estaba seguro que lo hubiera escuchado del todo pero al menos no le había colgado como Dadan cuando no había querido que la escuchase sollozar por decirle que las extrañaba o alguna otra cosa, realmente había sido agradable hablar con ellas, saber que no le habían olvidado tan pronto y que estaban bien le hacía sentir un poco menos solo aunque tampoco hablar con ellas le había servido para aclarar sus sentimientos "Hey Rouge ¿Cómo supiese que estabas enamorada?" la chica al otro lado de la línea se había quedado tan callada que Ace enseguida le había dicho que lo olvidara, era una tontería después de todo, quizá si estaba calendo en alguna especie de síndrome de Estocolmo después de todo, aun después de escuchar las cosas que había escuchado de boca del menor se le había entregado por primera vez voluntariamente, ¿Era tan idiota su cabeza para no saber cuando alguien estaba jugando con él? Por extraño que pareciera no sentía que Luffy le hubiera mentido en ningún momento.... él ya sabía que iba a casarse, solo que no entendía muy bien sus motivos aun.
Luffy había llegado al apartamento aquella noche tal como lo prometiera, incluso antes quizá, cuando había escuchado la puerta del frente abrirse y visto como el menor entraba por ella quitándose las sandalias que hacían buen juego al atuendo informal que llevaba no había podido evitar responder aquella enorme sonrisa que parecía iluminar el rostro ajeno por completo, como si aquel estuviera hecho para sonreír y ninguna otra cosa.-Bienvenido.- Le había saludado desde el recibidor, jugando con las mangas largas de aquella playera que le resbalaba un poco por el hombro derecho y cubría su cuerpo hasta debajo de la pelvis donde podían verse los jeans ajustados color mezclilla clara, una de las prendas que le había seleccionado el más joven.
-Gracias ¿Te molesta el cabello, debería llevarte a cortarlo?- había preguntado el aludido haciendo que el mayor voltease a ver hacia arriba como si realmente pudiera ver su propia cabeza, cayendo en cuenta que había tenido el cabello recogido en la parte de arriba con una liga en un aspecto que seguramente habría resultado gracioso, como una palmera, había estado tan nervioso tras los mensajes que no solo se había cambiado de ropa si no que se había olvidado por completo de soltarse de nuevo el cabello que recogiera para que no les estovara mientras se arreglaba.
-N...no... solo olvide que lo tenía así...- murmuro quitándose la liga del cabello para dejar los negros mechones enmarcar su rostro de nuevo, viendo al otro sonreír divertido se había acomodado la corta melena tan bien como le era posible sin verse en un espejo.
-Así que había algo de lo que querías hablar conmigo.- viendo como el chico había ido a sentarse al sillón de dos plazas en la sala el pecoso le había seguido, quedándose de pie al no estar muy seguro si debía sentarse al lado del chiquillo o en el sillón del frente, el menor había sido bastante directo aunque en realidad no esperaba menos.
-Supongo, no es nada importante en realidad.- había mentido intentando relajarse, por alguna razón estaba más nervioso que antes de hacer una gran apuesta incluso, por alguna razón sentía que se estaba jugando todo en aquella charla.- ¿Realmente vas a casarte?-
El menor le había mirado levantando una ceja, sonriendo un poco a pesar de su confusión.- Si, ¿Hay algún motivo por el que no debería hacerlo?-
-¿Es bonita? ¿La amas?- había soltado aquello rápido para no arrepentirse, las preguntas había hecho al pecoso sonrojarse, fijando su mirada en sus pies desnudos hasta que viera, antes de sentir, al otro tomarle por la cintura y atraerlo, haciendo que se sentase sobre sus piernas.
-¿Estas celoso Ace?- la sonrisa de Luffy y su cercanía solo le habían hecho sonrojar aun mas, ¿Celoso? ¿Por qué debería de estarlo? Aunque una parte de su cerebro le decía que quizá el otro tenía razón....- No tienes por qué estarlo, eres mucho más hermoso que Sabo, créeme.- le había escuchado decir mientras sentía una de las manos del más joven subir por su espalda y hasta acariciar su cabello, no era eso lo que quería pero ¿Qué era lo que quería?
-¿Por qué me compraste a mi? - murmuro ignorando la extrañeza de aquel nombre, Sabo ¿Seria alguna abreviación? ¿Sabrina? ¿Isabela? ¿Sa...boko? bien no importaba, solo le faltaba un rostro para hacer juego con el nombre.
-Por que eras lo más hermoso que había visto en mi vida y tenias que ser mío.- había escuchado al otro decir cerca de su cuello antes de besar este, causándole un leve escalofrió, con sus piernas a cada lado de las del menor y su cuerpo tan cerca no había tardado demasiado en sentir un calor mas allá de la vergüenza comenzar a apoderarse de su cuerpo, era como si su ser comenzara a acostumbrarse y reaccionará instintivamente a los roces del más joven.
-¿Solo me has comprado a mi?-
-Si...-
Luffy le gustaba, había sido demasiado poco el tiempo que se conocieran y las circunstancias no habían sido las mejores pero podía decir que le gustaba, el cosquilleo en su estomago cada que el otro chico le tocaba no era imaginario, estaba seguro, pero aun así no se veía en una relación que incluyera engañar a otra persona, no quería hacerlo aunque sabía que no era su elección realmente, no en aquel momento y no en aquellas circunstancias.- Me gustas...- murmuro sintiendo más que viendo al otro sonreír antes de rosar sus labios, correspondiendo a aquel suave beso de manera tranquila, sintiendo al otro separarse apenas unos segundos después.
-También me gustas Ace, por algo estas aquí... - le escucho susurrar al separarse y no pudo evitar morderse los labios, de alguna manera sabia que las cosas se complicarían cada vez mas.- Me gustas más de lo que nadie me ah gustado alguna vez.-
-¿Pero...?- Las palabras del menor le sonaban a excusa y aun así le habían hecho sonreír de alguna forma.
-Pero ya había hecho una promesa, yo no rompo mis promesas.-
-Supongo que la fidelidad no era parte de esa promesa.-
El menor torció su sonrisa ligeramente, afianzando su agarre en la cintura del pecoso.-No, no lo era.- murmuró antes de apresar los labios del mayor en un beso mucho más profundo y demandante, había pasado el tiempo de la dulzura... de cierta forma.
Entre los brazos de aquel muchacho cualquier dulce tomaba un cierto regusto acerbo, como aquel pesado aliento que te deja el chocolate en la boca, por muy dulce que sea es imposible dejar de notar su naturaleza amarga, su "relación" si es que a aquello podía llamársele una relación era tal cual, ya fuera que le agradase o no estar con el menor carecía de importancia porque mientras hubiera alguien más a quien estuviera afectando siempre se sentiría culpable, probablemente incluso más ahora que en cierta forma comenzaba a disfrutar de aquello.
Las caricias bajo la playera no se habían hecho esperar más, el delicioso roce de la piel bajo la tela le había hecho comenzar a suspirar, aun así había empujado al menor de manera un poco mas brusca de lo que pretendía, poniéndose en pie de nuevo y mirándole directamente a los ojos con la cara tan roja que los puntitos del rostro del mayor parecían haber tomado un tono marrón obscuro, la expresión de incertidumbre del mas bajo sin embargo le había hecho sonreír de alguna manera, desviando un poco la mirada comenzó a desabrochar su propio pantalón, bajando aquel y deshaciéndose del junto con la ropa interior ante la ambienta mirada del más joven quedando solo con la camiseta larga que alcanzaba a cubrir su cuerpo de manera un poco precaria por la misma excitación que comenzaba a desacomodarle la ropa notoriamente.
Cuando Luffy intentara quitarle aquella camisa el pecoso había negado un poco antes de volver a sentarse en sus piernas en la misma posición de antes, sintiendo directamente bajo sus glúteos desnudos la excitación ajena, colando sus manos entre ambos cuerpos para desabrochar los pesqueros que llevaba puestos el menor y sacar de entre la ropa interior de aquella ya endurecida hombría, dejando que aquella se frotara contra su propia excitación causándole un placentero escalofrió y un profundo gemido que no se había molestado en disimular, cuando sintiera las manos del más joven tomar cada uno de sus glúteos y separarlos mientras le hacía alzar el cuerpo se había dejado hacer sin protesta, sintiendo la punta de aquel miembro en su entrada sin prepararen aquel momento había comenzado a sentir un poco de miedo, quizá debió haberse pensado las cosas mejor, aun con la leve humedad del preseminal en la punta del fallo del monito cuando aquel comenzara a empujar no había podido evitar estrecharse y tensarse mucho más de lo que había esperado.
-Shhh... tranquilo Ace... relaja tu cuerpo...- murmuro el más joven comenzando a estimular al mayor con una de sus manos mientras le rodeaba con el otro brazo para que no se moviera demasiado, sabía que el chico aun no estaba lo suficientemente acostumbrado a aquello para tomarlo sin prepararle pero la manera como se le estaba ofreciendo era tan obscenamente deliciosa que no había podido evitar desesperarse un poco y quererle de una buena vez, al sentir al pecoso relajarse un poco comenzó a hacerle bajar por la extensión de su miembro, sintiendo aquellas estrechas paredes envolverle de manera casi dolorosa, palpitando contra toda su extensión cuando por fin lograse acomodarle por completo.
-Nhh... Lu...- Ace había mordido sus labios para intentar no quejarse demasiado, la manera como el otro intentaba distraerle del dolor que poco a poco le iba abriendo le hacía de alguna manera comenzar a desear por más de este mismo, entremezclando las sensaciones masoquistas de dolor y placer al sentir el grueso miembro que le llenara cuando quieto sobre el regazo ajeno el menor continuara masturbándole un rato mas antes de buscar sus labios, envolviéndole en un demandante y húmedo beso sin hacer que se moviera aun, el más alto no había comenzado a removerse hasta sentir el orgasmo más cerca de lo que esperaba.- Lu... ba... basta...- murmuro intentando advertir al otro, sintiendo como aquel solo aumentaba el ritmo de aquellas atenciones, haciéndole derramarse sobre su mano mientras apretaba con fuerza aquel intruso en su interior, su propio cuerpo embriagado por el doloroso placer haciendo que su mismo interior comenzara a humedecerse ligeramente entre el preseminal que el pequeño derramaba dentro y el propio sudor y humedad que su cuerpo comenzaba a exudar con la excitación, haciendo que el miembro del menor comenzara a resbalar con mayor facilidad cuando aquel por fin comenzara a moverse.
El golpeteo constante contra su interior mucho más sensible que antes del orgasmo aunado a las suaves caricias que el menor aun no había detenido en su flácida hombría le había hecho empalmarse de nuevo antes de lo que esperaba, escuchando los gruñidos del más joven corresponderse con sus descarados gemidos cuando comenzara a entrar y salir con mayor fuerza y fluidez en cada movimiento, unos segundos después ya se hallaban besándose de nuevo, Luffy dejando en paz la erección del mayor y mandando descargas de masoquista placer en cada envestida que guiaba con sus manos en las caderas del pecoso mientras aquel se aferraba al cuello del monito ahogándose en el húmedo degustar de la lengua ajena, sintiendo la húmeda esencia llenarle por completo después de unos momentos más con el sonido de su respiración agitada y el húmedo choque de sus cuerpos haciéndose más evidente hasta que el menor le había detenido por completo empalándole con fuerza mientras sostenía sus caderas en aquel lugar, aun tras haber perdido la estimulación en su miembro el pecoso había acabado por correrse de nuevo, manchando la ropa de ambos más que antes y exprimiendo en su interior hasta la última gota de la semilla ajena por la fuerza con la que se habían contraído sus paredes tras el segundo orgasmo.
Le hubiera gustado que el menor pasara la noche con el después de aquello pero el chico se había excusado diciendo que no había traído nada que ponerse para el día siguiente en el trabajo y ya había usado la ropa que tenia ahí para emergencias, Ace no era quien hacia la colada y tras ver como habían quedado sus ropas casi había dado gracias por ello.-Realmente me gustas más que nadie...- había escuchado al menor murmurar y sin poder evitarlo había sonreído sabiendo que de alguna manera era verdad ¿Le gustaba a él el menor lo suficiente para decir lo mismo? no estaba seguro que solo se tratase de gustar, pero por el bien de su corazón y su ya culpable conciencia prefería no adentrarse en esos detalles de momento al menos.
Le dolía saber que no era lo suficiente como para hacer que el otro rompiera una promesa de matrimonio ¿Quién era esa persona tan importante como para que no lo hiciera? ¿O era la palabra del joven más importante que cualquier sentimiento?
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Continuara