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Strawhat corporation por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Primero que nada pido una gran disculpa por la ausencia no avisada… han sido días un poco ocupados pero espero que pronto pueda volver a escribir un poco más, de momento retomare mis viejos proyectos en lugar de seguir con el listado de nuevas historias a menos que retome un buen ritmo (o que haya alguna idea imperativa de plasmar) muchas gracias por la paciencia y espero que disfruten esta actualización.

Gatito del pan gracias por tu apoyo en esta época de transición y siempre, te amo.

Doce

 

Tres días de vacaciones todo pagadas era lo que se le había concedido a Sabo para poder atender todos los preparativos necesarios para la boda, se había negado como si considerase que esas vacaciones eran la peor idea del mundo, incluso había considerado a suplicarle a Dragón que no se las diera pero tras unos segundos y hablando con Hack (El encargado de recursos humanos con nariz amplia y chata quien era viejo amigo suyo), había accedido a aquella propuesta sin hacer mucho barullo.- Realmente no necesito esos días, además se me amontonara el trabajo, estamos en la época más ocupada…- habíase quejado el rubio amargamente sentado en el cubículo de su amigo y compañero.

-Y por eso Tú y el chico Monkey ya están posponiendo su luna de miel por unos cuantos meses. –Dijo aquel respetable hombre de cabellos canos mientras firmaba los permisos de ausencia, bien sabía que el rubio había estado metiendo horas extras a morir y probablemente hubiera adelantado el trabajo de una semana entera en esos días, Hack bajó sus gafas de lectura y dedicole una larga mirada de arriba a abajo al rubio. -y a ti, jovencito,  parece hacerte bastante falta un buen descaso.- dijo fijándose en lo desgarbado que se veía a últimas fechas el menor y en las bolsas obscuras debajo de sus ojos.

Sabo solo soltó un pesado suspiro antes de que se le pasara su cheque semanal que incluía el valor de aquellos días de vacaciones y un pequeño extra para lo que necesitara que tenía toda la marca de Luffy en el,  el monito había insistido en que tomase una de sus tarjetas de crédito y el ojiazul lo había rechazado sistemáticamente hasta hacer que el joven se olvidase de aquella idea, parecía estar bajo la impresión de que si Sabo tenía el suficiente dinero este podría no ponerlo en ridículo con su atuendo aunque el dinero realmente nunca había sido mucho problema para él, a Sabo también se le había ocurrido que quizá quisiera que usase justo su tarjeta para rastrear al diseñador que Sabo contratase y poder ver y modificar el traje a su antojo, motivo por el que el chico de tez más clara había decidido no recurrir a nadie de la compañía y como no quería recurrir a nadie conocido de Luffy tampoco la primera y única opción que había tenido había sido más que obvia… su amiga Koala.

Si bien  Koala y Luffy habían llegado a conocerse en alguna ocasión sabía que podía confiar en la chica para que no le dijera nada a su prometido si es que Sabo se lo pedía, no era alguien que fuera a dejarse sobornar, el problema más bien residía en que se había estado esforzando a tal punto en evitarla esos días que estaba seguro que la furia de la pelirroja solo se habría acumulado durante ese tiempo, tampoco era que pudiera evitarla por siempre pero bien le valía hacer el intento.

Con resignación se había dirigido al apartamento que compartía con la chica, pensando que la confrontación era inevitable al llegar a este se sorprendió un poco de encontrar la morada vacía, casi había pensado que la muchacha estaría escondiéndose en algún lugar para tenderle una emboscada hasta que viendo a su celular había caído en cuenta de que ese día su compañera tenia entrenamiento de Tennis y después por la tarde iría seguramente con Hack al Kakugyo-ryu, aquella rama del Karate que habían estudiado juntos por un tiempo durante su adolescencia pero que Sabo había dejado de lado cuando entrase a trabajar en forma.

De manera cansada se desplomo en el sillón de la sala cerrando los ojos por un segundo, quizá en verdad no le iría tan mal descansar por unos minutos.

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Los ruidos en la cocina habían hecho que el rubio se despertase, al abrir los ojos lo primero que había notado había sido la penumbra de la habitación, dirigiendo su mirada hacia la ventana más cercana se dio cuenta que el horizonte ya tenía un color azul añil bastante obscuro manchado con un leve toque de naranja cada vez más pálido, el día estaba llegando a su fin y los ruidos en la cocina solo podían significar una cosa, de inmediato su cuerpo comenzó a tensarse mientras lentamente se incorporaba en el sillón.

-Oh, lo siento ¿Necesito darte tiempo para que te escondas?- escucho la voz un poco fría de la mujer a la que más temía en el mundo que con un plato en la mano se había dirigido a paso tranquilo hasta su lado, sentándose en el sillón cómodamente antes de pasarle un plato con varios emparedados.

Sabo observo aquel plato por unos momentos, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo, trago en seco y se relamió los labios de forma casi nerviosa hasta escuchar a la castaña suspirar.- No están envenenados Sabo.- el aludido volteo a verla por unos instantes y asintió antes de comenzar a comer lentamente, hasta el momento realmente no había notado que tanta hambre tenía, los emparedados de jamón con queso amarillo y sin mostaza estaban cortados a manera triangular y sin orilla, casi parecían comprados en alguna tienda de autoservicio pero el rubio sabía que eran hechos a mano, tras el primer bocado había engullido los siguientes como si fuera el primer alimento que comía en días, relamiéndose los dedos cuando terminara de devorar aquella comida hecha a su medida, con todos sus gustos y disgustos respetados a la perfección mientras la muchacha esperaba pacientemente a que terminase de comer, con los brazos cruzados y las mejillas infladas pues a pesar de su enojo era más la preocupación que sentía por su amigo en aquel instante, no era normal que el ojiazul le evitara de manera tan metódica como lo había hecho aquellos últimos días, era más que obvio para la muchacha que algo iba lo suficientemente mal para que tratase de ocultárselo.- Sabo…-

El aludido había enderezado la posición como impulsado por un resorte, mirando a la chica con una sonrisa levemente nerviosa - ¿S-sí..?- tartamudeó jugueteando con sus pulgares entre ellos mientras intentaba no pensar en ninguna idea demasiado ridícula como saltar por la ventana o algo parecido.

La castaña comenzando a impacientarse por la actitud del contrario cuando en ningún momento le había hecho nada malo aunque el otro bien se lo mereciera había tenido que recurrir a tomar ambas mejillas del chico y estirarlas hasta que este comenzara a quejarse sonoramente.-¡Ah!¡No!¡Ya Koala!- dijo con algo de dificultad, sobando sus mejillas cuando por fin quedasen libres, ahora bastante sonrosadas por los pellizcos que la muchacha diera a sus cachetes.- ¡Lo siento! ¿Ok?- se disculpó sobando sus mejillas y mirando a la chica entre molesto y encaprichado, no quería ser regañado aunque sabía por completo que lo merecía.

-Realmente eres un caso imposible Sabo, ¿Qué voy a hacer contigo?-

-En verdad lo lamento.- Murmuro el chico un poco más bajo y preocupado, haciendo que la castaña soltase un suave suspiro.

-¿Qué es lo que te pasa Sabo? No me habías evitado así desde…- intento hacer memoria pero de alguna manera no lograba recordar una ocasión anterior, en realidad la mayoría de sus discusiones consistían en cosas intrascendentales como quien se había comido el ultimo flan del refrigerador o el último paquete de galletas en la alacena.-Bueno, el punto es que no es algo normal.- dijo la chica sentada en el sillón con ambos pies sobre este de manera que sus rodillas quedaban apegadas a su propio pecho y sus manos sobre estas, su cabeza ladeada en espera de una respuesta.

-Yo…- Sabo observo a su mejor amiga por un largo rato, se preguntaba a veces si de haber tenido a alguien como ella cuando más joven las cosas no habrían resultado un poco diferentes.- No sé bien como decirlo.- dijo bajando la mirada al plato vacío, dejando aquel sobre la mesita de centro mientras intentaba buscar una explicación a su propio comportamiento de esos días.- Supongo que pensé que si simplemente lo ignoraba las cosas se arreglarían por si mismas.-

-Ese día que me pediste que te recogiera…-

El rubio sonrió, no había forma de despistar a su amiga, probablemente le conociera incluso mejor de lo que se conocía el mismo.- Luffy está engañándome.- No había necesitado voltear para saber la cara que había puesto la chica, si bien no era ajena al mundo real siempre solía creer lo mejor de la gente como regla inicial por lo que le sorprendía un poco lo que Sabo acababa de confesarle, más aun por ser la primera vez que tenía conocimiento de aquello ¿no estaban a punto de casarse?

-P-pero… ¿Luffy? ¿Él sabe que lo sabes? ¿Y la boda? ¿Qué piensas hacer?-

-No es algo nuevo. Lo supe desde siempre pero no había pensado que tuviera tanta importancia hasta ahora… o quizá sí, pero podía ignorarlo de alguna manera pensando que lo dejaría en cuanto estuviéramos casados pero ¿Y si no es así?- La sorpresa de la chica no había hecho más que aumentar, la sonrisa del rubio tornándose un tanto nostálgica, de alguna manera el no ser el único que supiera de la situación le había quitado un enorme peso de encima.- Y pienso continuar con la boda, no voy a dejar las cosas así como así.-

Koala se había quedado callada por un momento, simplemente no se creía lo que estaba escuchando, si ella hubiera sido a la que estuvieran engañando no se habría quedado tan tranquila y mucho menos hubiera seguido saliendo con aquella persona, claro que estaba segura que su querida Robín nunca la traicionaría pero eso era un tema completamente aparte, aunque también estaba aquel otro pequeño detalle.- Sachan, ¿En verdad te gusta tanto el tipo?-

La pregunta más aquel apodo un poco infantil había hecho que Sabo se sonrojase bastante, asintiendo sin voltear a ver a la joven o solo se sonrojaría aún más.- Creo que no solo me gusta…- Confeso un tanto más bajo de lo necesario pero con completa convicción.

-Entonces supongo que no queda más que dar lo mejor de ti ¿No?-

El chico levanto la vista para encontrarse con los ojos de la castaña que le veían con preocupación y aliento en mismas cantidades, sin poder evitarlo sonrió ligeramente.

-Uhn, ¿Qué haría yo sin ti Kochii?-

La castaña rio un poco por ese mote cariñoso, sabía que su amigo no se dejaría vencer tan fácilmente a pesar de sus inseguridades. -¿Aun tienes miedo de que vean tus cicatrices?-

-umm… quizá, aunque no es eso lo que me preocupa de momento.-

Koala parpadeo un par de veces, honestamente curiosa.- ¿Qué es lo que te preocupa?-

-Creo que necesitaré un vestido.- dijo a manera de broma mientras se hundía ligeramente en el sillón antes de explicarle a la chica su otro predicamento.

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Ace se había quedado viendo al celular por un buen rato, había pasado varios días contemplando sus alternativas cuidadosamente antes de tomar la decisión que había alcanzado, entre sus sentimientos y aquella invitación que desde la mesita de centro se mofaba de él vistosamente no estaba muy seguro exactamente qué hacer, la hermosa caligrafía en tinta dorada destello con suavidad mientras el moreno le tomo de la mesa con su mano libre, leyendo los nombres de “Monkey D. Luffy y Sabo” varias veces, pasando su pulgar por el relieve de aquella caligrafía mientras con su otra mano marcaba por fin aquel número que había estado contemplando llamar durante casi toda la semana.

El teléfono había sido contestado con prematura prontitud, como si la persona recibiendo aquella llamada la hubiera estado esperando durante un largo tiempo.- ¿Sabes? Creo que aceptare tu propuesta después de todo.- comento el pecoso de manera absorta y casi distraída, dejando la invitación caer de su mano a la mesa nuevamente, ni siquiera se había molestado en abrir el sobre, aquella había sido una cruel burla por parte del pequeño monito ¿Había sido aquello alguna forma de mostrarle su lugar? Si era así había funcionado de maravilla.

-Me alegra que lo hallas reconsiderado.- La voz de Trafalgar al otro lado del auricular sonaba perfectamente satisfecha eh irónica, era verdad que seguramente se alegraba, sin despedirse siquiera Ace colgó la llamada la lanzo el celular al sillón entre molesto y desesperado. No podía creer su propia estupidez, de verdad que no podía.

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Continuara.

Notas finales:

Se que fue un poco corto, lo siento pero digamos que abarca lo que tiene que abarcar, como siempre muchas gracias por leer y los comentarios son bienvenidos <3 y aunque no estoy segura cuando será la siguiente actualización de nuevo agradezco su paciencia.

Todo mi amor para el gato <3


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