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Strawhat corporation por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Hubo muchas teorías interesantes en los comentarios del cap anterior, no puedo decirles cuales son y cuales no son acertadas por que le quitaría la diversión al asunto, pero creo que es momento perfecto para usar una cita que siempre me ah gustado

“Usar la casualidad para meter a los personajes en problemas es genialidad, usarla para sacarlos de ellos es trampa”

Lo que eso signifique lo dejare a su criterio, yo de mientras me despido, como ya se me hizo costumbre pido una disculpa por la tardanza y les agradezco de todo corazón a las personitas que aun sigan esta historia.

Espero que un dia mi gatito sea uno de ellos y que le guste tanto como algunas otras… o que al menos no la odie

Quince

 

Los quince minutos de retraso de Sabo le habían parecido eternos.

Si Luffy alguna vez había estado inseguro de algo en su vida había sido en aquella ocasión; Con su traje sastre gris obscuro, chaleco a rayas y corbata bien anudada estaba más listo para la ocasión que cualquiera en la habitación, más listo claro está que el rubio que no había aparecido por la puerta cuando la  música del órgano comenzara a sonar.

La familia del rubio, sentada en primera fila del lado de “la novia” parecía regodearse ante la situación, se les había dejado por completo al margen de la ceremonia y su invitación había sido mandada únicamente como cortesía con la plena esperanza de que no aparecieran.

Dragón seria quien entregaría a Sabo, no iba haber discusión al respecto.

Una pequeñita encargada de las flores se había acercado a susurrarle al oído que uno de sus amigos había visto a Sabo por los pasillos que daban al jardín de la iglesia ¿Qué exactamente quería decir aquello? Dudaba que Mansherry estuviera mintiendo, ¿Se habría acobardado Sabo? Una leve molestia se había hecho presente en el moreno, bien podría habérselo dicho el día anterior en lugar de dejarle plantado ahí.

Había estado a punto de irle a buscar al jardín él mismo cuando la puerta principal se abriera revelando a su ya casi esposo de pie en el umbral.

Debía admitir que la espera había valido la pena, por unos instantes había pensado que se encontraba en una de las pasarelas organizadas por la compañía, entre el dramatismo de aquel atraso y la tenue luz de la media tarde colándose por los ventanales de colores de la iglesia el color del traje del rubio en la parte más obscura de la iglesia parecía casi negro aunque era el mismo tono de gris que el propio, los acentos en azul resaltando apenas por los brillos satinados mientras las flores que adornaban el sombrero de copa tomaban matices grisáceos y azulados, la leve sombra que el ala del sombrero causaba en el rostro del rubio hacia qué fuera poco discernible la expresión de su rostro fuera  de la misteriosa sonrisa derivada de las sombras.

Le vio tomar el brazo de su padre antes de comenzar a caminar en dirección al altar, con cada paso el corte de aquel saco más tipo gabardina que saco tradicional hacia ondear ligeramente la modificación en su parte trasera que en capas de tela ondulada hacía las veces de cola de novia de manera muy similar a las usadas durante la época victoriana, el tul atado en su brazo izquierdo sin embargo raído y mal cortado hacia un contraste modernista bastante interesante, por lo demás el traje era bastante normal, los mocasines negros eran casi idénticos a los suyos y bajo el chaleco que el rubio a diferencia suya usaba de corte completo hasta rosar con los muslos había una camisa blanca almidonada que en lugar de estar ajustada con corbata lucía un sencillo listón color azul marino a juego con la franja en el sombrero de copa negro.

—Lamento la demora.—Le escucho susurrar al llegar a su lado mientras música cesaba y comenzaba la sencilla ceremonia, simplemente asintió restándole importancia, tomando la mano Sabo de manera gentil para subir juntos los últimos escalones hasta quedar posicionados sobre el podio de oración, justo al final de aquella alfombra roja que ahora adornada por las flores blancas que Manserry había ido  regando daban la impresión de espuma sobre el mar del atardecer.

Cuando las aburridas palabras del sacerdote habían comenzado a fluir el monito había tenido que robar más de una mirada furtiva a la persona con la que estaba uniendo su vida para no caer dormido, en realidad había estado incluso cabeceando hasta escuchar que podía ponerse en pie para decir sus votos, Leo, un chiquillo bastante simpático que siempre peleaba con la adorable Mansherry se había acercado con un cojín blanco sobre el que descansaban las sortijas de matrimonio que hasta el momento su padrino de bodas, Zoro,  había guardado para él, bajo la vigilancia claro de otro de sus amigos en caso de que olvidara donde los había puesto.

Luffy tomo del cojincillo aquella pequeña alianza de oro blanco escarchado, el escarchado le había agradado por recordarle a una constelación rebosante de estrellas y aunque quizá no lo pensara más allá de la simpleza de su estética agradable sentía que había sido la elección indicada. — Con este anillo juro mi lazo eterno a ti, Sabo, para dar de mi todo para protegerte, cuidarte y procurarte en las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separé. ¿Aceptas este compromiso? —

La mirada resoluta y la sonrisa amplia mientras esperaba con el corazón casi desbocado a que el otro abriera la boca solo parecía ponerle aún más nervioso de lo que ya había estado antes de que llegara, aun podía arrepentirse, hasta que hablara aun podía arrepentirse.—Acepto. —

Un peso enorme se desvaneció de los hombros de Luffy, por fin colocando el anillo en el dedo de su ahora esposo sonrió de manera tan esplendorosa y tierna que incluso había logrado hacer que el rubio sintiera su pulso acelerarse.—Con este anillo te tomo por compañero y esposo.—

Apenas pudiera sentir la sortija en su dedo anular el rubio había alzado su mano, acercándola hasta sus labios para besarla con suma devoción antes de tomar la gemela de aquel cojincillo, tomando la mano de su casi esposo.— Con este anillo símbolo de amor interminable juro mi fidelidad y entrega  a ti, Luffy, durante este día y el resto de mis días, para amarte y respetarte, complacerte y procurarte en la salud y la enfermedad hasta que la muerte nos separe ¿Aceptas este compromiso? — Por unos momentos había sido el momento del moreno a titubear.

Luffy había omitido deliberadamente varias partes de los votos para hacerlos un poco más fáciles de decir, no quería después de todo comprometerse a algo que no estaba seguro poder cumplir pero tenía que ir Sabo y recordarle todas esas cosas de fidelidad y respeto, ¿Realmente quería algo así?

Los segundos parecían alargarse prontamente, como si el tiempo corriera en paralelo demasiado rápido y demasiado lento a la vez.

Ahora estaba en él la decisión, un último suspiro abandono los labios del más bajo mientras dedicaba una larga mirada a Sabo, una palabra, una palabra suya era todo lo que tomaría para sellar aquel trato para siempre, aún estaba a tiempo de salir corriendo y escapar de ahí, aún estaba a tiempo de arrepentirse, aún estaba a tiempo de volver a las andadas y decidir que aquello era una equivocación.

—Acepto. — a pesar de todo aquel pensamiento la palabra había abandonado sus labios con facilidad tras considerar todas las infinitas posibilidades, Sabo era agradable, apuesto, servicial y de carácter ameno, ¿De qué podía arrepentirse? Una vez cumpliera con sus funciones en la cama seguro todo estadía mejor.

—Con este anillo te tomo por compañero y esposo.—

—Si alguien se opone a este matrimonio hable ahora o calle para siempre. — Escuchó al viejo cura decir tras de que Sabo hubiera deslizado aquel anillo por su dedo y después de unos instantes de silencio había resultado más que obvio que nadie reclamaría. — Muy bien, si nadie tiene nada que decir en este día ante los ojos de los hombres y de Dios yo los declaro unidos para vivir en igualdad de condiciones como compañeros eternos en este mundo y el mundo por venir. — tras una pequeña pausa no mayor a tres segundos en los que los novios simplemente habían sostenido sus manos y sus miradas una sonrisa se había dibujado en los viejos labios del sacerdote. —Pueden besarse. —

El rose de sus labios tras recibir la señal ínfima y ultima de que la ceremonia estaba consumada había sido dulce y casi inocente, apenas un casto beso antes de que la sala prorrumpiera en vítores y el pequeño monito tomara el brazo del rubio para echarse a correr en dirección a la puerta, el mundo había comenzado a revolotear después de aquello, los invitados confundidos no habían sabido si salir a tomar las fotografías de después de la ceremonia o esperar, los medios que habían sido admitidos a la ceremonia estaban igual de perplejos y de todas las personas asistentes parecía ser que solo los mas allegado al monito hubieran esperado aquello, era como una extraña huida sin sentido, aquella impulsividad eh imprudencia había hecho a Sabo soltar una alegre risotada, su sombrero había salido volando a media carrera pero en ningún momento ninguno de los dos había volteado atrás con mínima intención de recuperarlo, bajar las escaleras casi saltando y de tres en tres parecía más natural que respirar y aquel extraño escape solo había terminado cuando en el jardín del templo Luffy le hubiera tacleado contra el césped, acorralándole en la hierba debajo de su cuerpo, con la respiración de ambos hecha un chaos y sus mejillas enrojecidas por el esfuerzo del improvisado maratón y la euforia del momento.

Ahí y en esas circunstancias se habían besado de nuevo. Como si intentaran sofocar el poco aliento que les quedaba en un necesitado y demandante beso, la lengua del moreno había irrumpido en la boca del rubio que le había recibido gustosa y con prontitud, comenzando a saludarse y reconocerse cual si fuera la primera vez que se besaban, no se había separado hasta que el carraspeo de alguien aclarándose la garganta a su lado les hubiera interrumpido.

—Muy hermoso momento pero aun debemos tomar las fotografías eh ir a la recepción tortolitos. —el tono casi burlesco había venido del fotógrafo a cargo de la sesión, Ussop parecía más que nada divertido por ver el cabello de los chicos alborotado y sus ropas medio sudadas hechas un pequeño desastre, no así los encargados de producción y maquillaje.

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Las fotografías habían sido soberbias, aunque Luffy solo había podido ver un pequeño adelanto en la cámara digital de su amigo estas tenia tal presencia y poder que hasta para Luffy hubiera sido difícil cuestionarse que las dos personas en esas tomas no se amaban, besos, mimos, tomas donde se miraban uno al otro, tomando sus manos, besando sus dedos, sonrisas sinceras y miradas tiernas abundaban entre las tomas, no esperaba menos de su equipo de producción y habían terminado tan pronto que seguramente llegarían a muy buen tiempo a la recepción, todo ese tedio y protocolo por fin valdría la pena, moría de hambre, ah, ahora recordaba lo que había faltado, debía haber ordenado que se sirvieran refrigerios en la limusina que los llevaría de la iglesia hasta el salón de eventos.

Caminaron tomados de las manos, el breve recorrido en la limusina había sido extrañamente silencioso, de alguna manera cierta tensión podía sentirse creciendo en el ambiente, algo que ninguno de los dos había esperado, el moreno estaba ansioso y emocionado por llegar a la recepción, el rubio por su parte estaba mucho más distraído pensando en lo que pasaría después de ella como para concentrarse en cualquier otra cosa.

Cuando se esfumasen los vapores de euforia y decisión que habían envuelto la ceremonia había sucedido para Sabo que un leve mareo comenzaba a asaltarle, la recepción seguramente estaría llena de gente y actividades que no le dejarían pensar en ello por más que quisiera pero ahí en el silencio del transporte le era imposible pensar en otra cosa.

Después de la recepción y al llegar al apartamento del menor seria su primera vez.

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El rubio no estaba por ningún lado, quizá debió investigar bien su nombre en vez de asumirlo, cuando después de preguntar por Sanji se le señalase a aquel modelo delgado de piernas largas y cejas rizadas Ace había caído en cuenta de su error. ¿Cómo iba a encontrar a una sola persona en una fiesta tan enorme si ni siquiera conocía su nombre? El destino era una cosa graciosa. El que nunca había gustado de los chicos realmente estaba ahora ahí en la boda de su… lo que fuera que Luffy fuese de él buscando a una persona que no había visto más que por televisión y con la que había hablado por casualidad, si sería idiota, era casi seguro que no lo volvería a ver.

Nadie que Ace conociera estaba ahí, ni siquiera Kid estaba por ningún lado, después de entrar al salón el pelirrojo se le había perdido entre la multitud, tocaría a regresar solo a casa, se había quitado el collar rastreador en el apartamento con la llave que Law le diera, nadie notaria su ausencia hasta que la chica que hacia la limpieza se diera cuenta que no había consumido su cena, quizá aún estaba a tiempo de volver.

Parado en medio de un montón de extraños bien vestidos Ace se sentía tan perdido como un islote vagabundo, la bebida ere buena, no recordaba los nombres de la mitad de las bebidas que le habían ofrecido pero todas sabían bien, solía enorgullecerse de tener una buena resistencia al alcohol pero para cuando escucho que los novios habían llegado estaba seguro que comenzaba a sobrepasar aquella resistencia, sus mejillas ya se sentían levemente calientes y aunque aún no estaba mareado seguramente comenzaría a quedarse dormido si no consumía ningún alimento, su narcolepsia siempre le atacaba con mayor fuerza cuando ingería grandes cantidades de alcohol y nada de comida, por fortuna en cuanto llegasen los novios había sido anunciado el banquete, habiendo perdido el interés por ver a la tal “Sabo” ni siquiera había corrido a la entrada como la mitad de la prensa y los invitados hicieran, solo se había sentado a la primera mesa que encontrara, la más alejada de la pieza central donde se sentarían Luffy y su nueva esposa, quitando de una bandeja que pasaba lo que había pensado sería una nueva bebida para encontrarse con una ensalada con frutos secos y nueces ¿Cómo había sucedido eso? Ah, ya. La cena estaba siendo servida.

Algo bueno.

Algo bueno en toda la maldita noche, aunque fuera solo lechuga, aderezo y hierbas comunes arregladas de manera fina para Ace era lo primero bueno de la noche, el resto de la comida había sido aún mejor.

Plato tras plato, tras plato cada platillo era más bueno que el anterior, pollo en salsa de champiñones, carne posh con jengibre, fettucini Alfredo con trufas, costillas asadas, patatas fritas con condimentos que en la vida había probado, calamares tan suaves como malvavisco, lo único que no había querido probar había sido el sashimi de pez globo, llamadle supersticioso pero con su suerte a últimas fechas no iba a correr el riesgo.

El alma se le fue al suelo cuando entre plato y plato, entre la pila que ya cubría gran parte de la mesa que los comensales poco a poco le habían dejado para el solo amablemente había podido vislumbrar una llamativa cabellera purpura, la reconocía y esperaba no estuviera en lo correcto—¡Heehaw! ¡Valla apetito querido!¡Tú debes ser amigo de mi chico Luffy! — La súper modelo que Ace algunas veces había llegado a ver en las revistas de Dadan y que hacía poco el monito le había dicho era su madre estaba sentada a su mesa, trago con algo de dificultad el enorme trozo de carne en salsa búfalo que llenaba su boca en aquel momento y le miro levemente espantado ¿La señora sabría quién era él? Dudaba que fuera así.

—Algo así… le conozco hace poco en realidad. — se aventuró a decirle, limpiándose la boca y poniéndose derecho, por algún motivo la dama en elegante vestido rojo y perfecto maquillaje le hacía recordar las lecciones de buenos modales que una de sus vecinas en el barrio le había enseñado en alguna ocasión, cuando comenzara a salir con White Bay, también esa manera de colocar su mano bajo el mentón y sonreírle como si supiera todos sus secretos le recordaba un poco a esa chica. — No sé si pudiera decirse que somos amigos, pero…— no le habían preguntado nada, ¿Por qué estaba abriendo la boca así? Quizá era efecto del alcohol. — pero supongo que le quiero… un poco, un poco quizá. — Escaneo el salón como si Luffy fuera a salir de debajo de unas mesas por hablar de él, quien sabe, con lo loco que estaba ese monito. — Él es… un chico problemático, pero creo que lo que siento por él es de verdad… —

—¿Fufufufu, un chico enamorado de mi Luffy-boy? No recuerdo haberte visto en la iglesia—

Las mejillas del pecoso se colorearon de inmediato, definitivamente estaba hablando de más, el sonrojo le había subido prácticamente hasta la frente y estaba seguro que ya no era solo el alcohol, —Estuve ahí… solo no estuve ahí… no quería arruinarlo para él, no importa lo que sienta, de cualquier forma ¿O si? — Comenzó a comer de nuevo con más calma, seguramente un poco de comida lograría llenarle ese extraño vacío que comenzaba a sentir.

—¿Y que es lo que haces aquí entonces? —Curioso, sabía que su Lu-boy tenía varios admiradores entre la compañía y la prensa pera a este nunca lo había visto y eso que se conocía a todos los chicos con los que su retoño alguna vez se hubiera liado, sabía que ninguno de ellos causaría un alboroto en la fiesta pero a este no lo conocía y eso que ella conocía a todo el mundo en aquel lugar, podía reconocer a un colado a kilómetros, ya se había deshecho de aquel pelirrojo extraño y ahora iba por su acompañante, pero había algo diferente en este chico, de alguna manera parecía conocer genuinamente a su Luffy, y si no parecía ser que podía llevarse bien al menos.

—Umm… ¿Comer? — No entendía la pregunta precisamente pero su respuesta parecía haberle causado gracia a Emporio que le sonreía con los ojos, de la forma que solo las modelos profesionales saben hacer.

—Ufufufufu supongo que eso está bien ¿Seguirás comiendo por mucho tiempo? —

—Solo hasta que la comida se acabe. —

Aquello genuinamente le había causado gracia a la modelo.—Mi chico, es un buffet, la comida no va a terminarse. —

Cuanto mejor, porque parecía que no importaba cuando comía el vacío no se iba. — Entonces supongo que me quedaré hasta el pastel… o quizá hasta un poco antes…— Antes había querido ver a Sabo, después quería haber visto a ese misterioso rubio que había conocido en la iglesia, ahora no estaba seguro de lo que quería. — ¿La esposa de Luffy es bonita? — Aun sentía un poco de curiosidad por verle, pero no sabía si hacerlo o no.

—¡¿Esposa?! Dulce chico, es verdad que quizá aún no sean tan comunes los matrimonios del mismo sexo pero no por ello tienes porque referirte a Sabo como una chica, es un poco grosero. —

Ace había parpadeado un par de veces, de pronto parte de su mundo había caído roto entre los platos de comida que se apilaban en la mesa, rodando por el mantel y cayendo para  perderse entre las mesas y la gente que iba y venía, no sabía exactamente que era pero sentía que era un algo importante que ya no estaba, como cuando el código de barras de un producto viejo en el escaparate comienza a borrarse y ya no puedes escanearlo. —Disculpe, creo que tengo que ir al baño. —

Era una pobre excusa, de pronto era como si ese extraño vacío se hubiera llenado y ahora tuviera que vaciarse de nuevo.

—Ace…—

Volteó, al escuchar su nombre volteó por mera inercia, porque obviamente si llaman tu nombre lo normal es voltear pero la voz que hubiera reconocido en cualquier lugar ya le había advertido que no le gustaría lo que encontrara. —Luffy…—

—Viniste. — El tono extrañamente esperanzado del mocoso le irritaba, era como si lo hubiera estado esperando. ¿Por qué lo esperaría a él? Idiota, no tenía que creer en esa sonrisa que le decía que estaba tan feliz de verlo como si se acabara de casar con él.

—Ya me iba. — alcanzo a decir cuando sintió el agarre en su brazo jalándole al interior de los baños, sin perder tiempo encerrando a ambos en uno de los cubículos tan espacioso que bien podría haber sido el baño de su departamento, se notaba que el dinero no era impedimento alguno para aquel chico, bien debía habérselo sabido desde que lo había comprado. —Luffy ya…—

No alcanzo a decir nada más, los labios del menor sobre los suyos se lo impidieron, la manera dulce como le besaba parecía casi necesitada y al momento de separarse el chico no le había permitido alejarse ni un poco, sosteniendo el rostro de Ace entre sus manos se había quedado tan cerca de sus labios que aun podía sentir su respiración contra el rostro. —Voy a extrañarte bastante estos días pero no te preocupes, en menos de una semana volveré, ¿Está bien, cierto? —

Era imposible, no, tenía que estar soñándose la situación, ¿No había dicho Luffy que le dejaría ir cuando estuviera casado? ¿Por qué le pedía eso? ¿Por qué se lo pedía como si realmente tuviera una opción. Inclinándose al frente roso sus labios con los del menor por toda respuesta, separándose tras un pequeño y tranquilo beso, quería irse, debía recordarse que ahora ese chico estaba casado. — Tu esposo…—

—Está bien, iré a verle después. — los labios en su cuello comenzaban a hacerlo suspirar, si, estaba bien… no, esperen, no estaba bien, ¿Qué estaba haciendo? Las manos del menor comenzaban a colarse debajo de su camisa, acariciándolo suavemente.

No podía ser… Luffy no podía estar pensando en tirárselo ahí en los baños del salón de su propia boda…

—Quería ir a verte ayer pero esto también está bien, no esperaba que vinieras, me hace tan feliz que lo hicieras, creo que vas a hacerme mucha falta estos días. —

Había sido un error, definitivamente Ace no debió haber ido.

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Continuara.

Notas finales:

Y bueeeeeeeno, no se quien se halla esperado eso, ¿Alguien se lo esperaba?

Este capítulo es uno de esos “puntos fijos” en la historia, quizá a nadie le importe pero normalmente decido el final desde un inicio y una serie de situaciones o puntos fijos que tienen que pasar si o si para poder llegar a un desenlace más o menos lógico. No se si eso aclara alguna duda o solo les deje mas confusos pero sentía la necesidad de decirlo.

Muchas gracias por leer y los comentarios son mas que bien recibidos, espero poder dejar de tardar tanto para las actualizaciones pero si no sepan que ya solo queda, aproximadamente, la mitad de la historia, si esa historia será el mismo número de capítulos que la primera mitad o menos eso si no lo puedo saber XD pero ya estamos entrando en el “nudo” así que las cosas solo se pondrán… “mejores”

Gatito gordo, no juegues con los nudos que después me los enmarañas todos y los protagonistas ya no saben cómo salir del embrollo.


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