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Strawhat corporation por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Bueno, pues aquí seguimos y sinceramente aunque ya sé cómo van a acabar las cosas no se cuanto me tome el llegar a ese punto... todo por la culpa del sensual gatito que me dio el final perfecto... pero bueno, ¿Que se le va a hacer? contra un final perfecto no hay muchos argumentos que valgan, menos cuando extienden la historia mas allá de lo que imaginaste en un principio <3

 

 

Cuatro

 

 

Aburrido... así se sentía Ace el viernes por la noche en aquella maldita habitación, llevaba desde el lunes anterior prácticamente aislado del mundo, el bonito celular que se le había proporcionado al día siguiente de que le fuera prometido le mostraba la pantalla azul con blanco con la marca del aparatejo que no se había molestado en cambiar siquiera aunque llevaba ya varios días con aquella cosa, prendiendo y apagando esta en repetidas ocasiones, entrando a veces al área de marcación y poniendo incluso el numero de su casa pero sin atreverse a llamar, ¿Que se suponía que diría? ¿Qué clase de mentiras iba a contar? El celular tenia internet y en la pequeña habitación había una televisión por cable, bien podría haberse construido alguna fantasiosa fabula, pero ¿Qué cosa había mas increíble que ser vendido como un maldito esclavo sexual? seguramente pocas.

 

Menos creíble aun era el que pudiera sentir que extrañaba de alguna forma la presencia de su nuevo captor. ¿Era eso lo que llamaban síndrome de Estocolmo? o quizá simplemente que comparado con las semanas anteriores en posesión del pajarraco rosado que era su corredor de apuestas aquella estancia no le parecía tan mala, después de todo ahí no le hacían ingerir aquellas substancias que le hacían sentir como si se abriera paso por una espesa bruma a cada paso y por lo que había podido notar en cuanto a agresiones estas probablemente se limitasen a la cama... aquella idea le había hecho sonreír amargamente ¿Como jodidos era que eso conseguía parecerle mejor que lo otro? ¿A caso se encontraba mal de sus facultades mentales? No realmente, pero un par de semanas bajo el "entrenamiento" de Doflamingo le había enseñado que podía haber cosas mucho peores de las que aquel niño le había hecho, al menos de momento.

Solo recordar las medidas disciplinarias que había tenido que pasar le hacía doler ligeramente el cuerpo y sonreír de manera torcida, aquel alto rubio con esa retorcida sonrisa le había hecho sufrir cosas que anteriormente no pensaba fueran posibles, desde matarle de hambre hasta los castigos físicos y la tortura psicológica de la constante amenaza a su familia, no contento con aquello antes de trasladarle a aquella habitación que ahora era su "morada" le había narrado, con lujo de detalles, todas aquellas cosas que no llegaría a experimentar cortesía de haber sido comprado antes de terminado su periodo de adiestramiento, si ya el medio ahogarle con la toalla húmeda y el dolor provocado con las agujas bajo las uñas le habían parecido horriblemente crueles no había querido imaginarse aquellas mismas agujas clavándose en sus encías hasta hacer a aquellas sangrara y medio ahogarse en su propia sangre caliente que acabaría por provocarle a su vez el vomito... pensar en ello era suficiente para hacerle sentir ligeramente mareado.

La misma chica pelinegra se había encargado de abastecerle de nuevo de comida todos los días, aun no sabía su nombre real pero Luffy la había llamado “Baby five” no se dirigían la palabra, había ido también un chico moreno de tatuajes en una ocasión a acompañarle, pero el pecoso prefería ignorar a ambos, no iba a entablar conversaciones de amistad con los empleados de Doflamingo, quizá en otras circunstancias lo habría hecho, no ahora.

 

Aunque la mañana posterior al último encuentro con el chiquillo aquel le había dicho que "Le sacaría a pasear" cuando tuviera tiempo si se portaba bien, parecía ser que no había tenido tiempo toda aquella semana pues el pecoso se sentía cual mascota abandonada, encendiendo una vez más el celular había ido a la agenda de contactos que contenía solo uno de momento "Luffy" el nombre de aquel mocoso malcriado que le había comprado parecía mofarse de él desde la pantalla de aquel aparato ¿Por qué le había dado su número de teléfono? quizá el ver aquel contacto era el otro motivo por el que no se atrevía a usar aquel celular aun, sentía como si su primera llamada debiera ser a aquel más que a su familia, por más que intentaba adivinar la lógica tras aquello no la encontraba ¿El menor esperaba que le llamase en algún momento? no, no pensaba que fuera aquello, mucho más factible le era pensar que el chico quizá llamaría la próxima vez antes de ir, para que estuviera "limpio y listo" después de todo no veía otro motivo posible a su llamada si es que esta llegaba a suceder.

Si las heridas de su cuerpo habían tenido un tiempo relativamente decente para descansar eh ir sanando no pasaba así lo mismo con su confundida mente, cada día comprendía menos la situación en la que estaba y como debía reaccionar ante ella.


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Viernes por la noche y él aun estaba en la oficina, de reojo miro al reloj de la pared, las 12:26 en punto, quitándose los lentes de lectura que portaba Sabo masajeo el puente de su nariz y coloco aquellas gafas sobre su escritorio, echando su cuerpo hacia atrás en el reclinable de su asiento de una manera bastante cansada, la mayoría de los empleados se habían ido a casa hacia horas pero él prefería trabajar hasta tarde en vez de tener que ir el sábado, aunque al paso que iba probablemente sería lo mismo.

Soltando un suspiro hecho una mirada a las cuentas que había estado revisando, algo no cuadraba ahí y estaba casi seguro que algo tenía que ver con el absurdo banquete de "bienvenida" que el hijo de su jefe había insistido en organizar para los nuevos modelos de la compañía a pesar de estar justo en medio de organizar el desfile del siguiente jueves, entre las campañas publicitarias, los ajustes para los slots televisivos, la propaganda de la nueva línea y las malditas ideas de Luffy para la noche de develación de los nuevos talentos (una más cara que la siguiente) no veía como se había dejado convencer de meter en el presupuesto también aquella bienvenida informal... o quizá si sabia COMO se había dejado convencer pero tampoco era que le gustase aquello.


Y es que no era tanto que él se dejase convencer de hacer las cosas o no si no más bien que no había sido capaz de disuadir realmente al otro de no hacerlo, pues cuando el moreno le había sonreído de aquella manera seductora y susurrado que si quería convencerle de algo "sabia" la forma de hacerlo el tono de voz ajeno había sido lo suficientemente claro a lo que se refería y el simplemente no iba a hacer aquello en el trabajo, por muy morboso y tentador que resultase, no, simplemente no iba a prestarse a aquellos juegos en la oficina y el moreno estaba consciente de ello y se aprovechaba de eso.

No le importaba que hubiera prometido comprarle el almuerzo de toda la semana siguiente a manera de disculpa, no estaba seguro que esas malditas horas extra valieran lo mismo que unos almuerzos en los que igualmente tendría que soportar los jugueteos eh insinuaciones de aquel mocoso y es que desde que el lunes por la noche fuera anunciado su compromiso públicamente a los medios el chico parecía haberse vuelto aun más descarado, poco había importado que al anuncio no se hubiera presentado el susodicho y que tuviera que haber hecho frente a la prensa él solo, o casi, pues su fututo "suegro" solo se había limitado a establecer de manera formal aquel compromiso y después no había hecho más comentarios, había sido el rubio quien sonriendo tan amablemente como le había sido posible respondiera a todas las preguntas algo indiscretas de la prensa.

Sinceramente no estaba muy seguro si había sido mejor aquello de estar frente a la prensa solo o no pues cuando le preguntase al chico lo que había estado haciendo y el por qué no había contestado el celular la respuesta que había recibido no le había gustado mucho, aquel "atendiendo las necesidades que mi futuro esposo despierta y después no quiere calmar" no le había hecho la mínima gracia y mucho menos con aquella sonrisa cínica con la que había sido acompañado.

Jugueteando con sus lentes el rubio observaba a su vez la sencilla alianza plateada en su dedo anular, el delgado aro de metal ocultaba en su parte interior la piedrecilla incrustada de manera tan discreta que no molestaba en lo absoluto al usarle, cuando el chiquillo le había ofrecido aquel detalle el día anterior apenas había dudado ligeramente en aceptarlo, claro que no había esperado que el menor se le declarase melosamente como en las películas viejas o los videos de internet y este no lo había hecho, la entrega de la cajita negra que contenía aquel anillo había sido tan casual que el rubio no había entendido lo que sucedía hasta abrir aquella, con un simple "Ah, había olvidado que tenia esto para ti" se le había entregado aquella discreta joya justo en medio de la improvisada fiesta de ese día, ante la mirada de todos y de nadie, porque si bien algún curioso seguramente había prestado atención el chico no había puesto especial interés a hacer notar el acto, no había habido anuncio especial alguno, la fiesta no era para ellos después de todo y aunque algunos de los modelos que había estado atentos al acto le habían felicitado la cosa había sido tan discreta como aquel anillo que ahora portaba en su dedo anular.

-¿Así que ahora si es oficial?- Había escuchado a uno de los amigos del menor preguntar a este mientras Sabo aun no despegaba la vista de la pequeña joya dentro de su caja -¿Cual has escogido al final?- el chico que al levantar la vista había podido reconocer como Sanji le sonreía amablemente mientras intentaba ver dentro de la cajita que el otro rubio sostenía con las manos ligeramente tensas -oh, le has hecho caso al marimo idiota.- le había escuchado decir evidentemente desilusionado antes de murmurar que la que él había sugerido hubiera lucido muchísimo mejor a lo cual parecía haberse desatado una especie de guerra de insultos entre aquel chico de las curiosas cejas y el susodicho "marimo" que al parecer había ayudado a escoger aquella alianza, las risas de su prometido ante aquello eran realmente lo único que recordaba después de aquello pues para bajarse el susto había bebido un poco más de la cuenta y la noche parecía un borrón en su mente, entre aperitivos, copas y charlas intrascendentes el único otro acontecimiento de la noche que recordaba claramente había sido el suave beso que el menor le robase frente a la puerta de su apartamento al dejarle en su casa aquella noche.

Extrañamente lo único que podía pensar al recordar todo aquello era que realmente extrañaría turnarse a cocinar con su compañera de piso, por que por lo que sabía el moreno podía incendiar la cocina si ponía un pie en ella para otra cosa que no fuera devorar su contenido.


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Viernes, ya era viernes y Luffy se hallaba solo en su apartamento al este de la cuidad, bastante entrada estaba la noche pero no era el trabajo lo que le mantenía despierto, más bien que, como nunca, intentaba pensar las cosas antes de hacerlas. 

Dos semanas hasta el día de su boda, no le preocupaba tanto aquella como el que haría con su nuevo juguetito después de esa inminente unión.

Ace le había pedido su libertad y quizá se la daría, pero aun faltaban dos semanas para su boda y planeaba divertirse a lo lindo con el pecoso durante aquel tiempo ¿Sería aquel breve tiempo el suficiente para desquitar la pequeña fortuna que había gastado en él? no creía que fuera así, pero mientras que estando técnicamente soltero no veía nada malo a tener con quien desquitar sus ganas se suponía que una vez casados el rubio cumpliría con aquellas necesidades ¿Pero y si este no podía satisfacerle? si no había visitado en aquella semana al otro moreno era más por el bien de este que por qué no quisiera, la última ocasión habíale hecho sangrar ligeramente y aunque solía hacer lo que se le viniera en gana el doctor le había indicado expresamente que el muchacho de las pecas necesitaba recuperarse y guardar reposo y estaba seguro que aquel no obtendría ni una cosa ni la otra si se le ocurría hacerle nuevas visitas. 

Pero ya era viernes y comenzaba a antojársele desquitar las tensiones de la semana con alguien, por breves momentos había pensado en su prometido, a tan solo dos semanas de la boda estaba casi seguro que no sería tan difícil de convencer, a pesar de la mueca apenada cuando le diera la sortija de compromiso la noche anterior y el que solo hubiera guardado la cajita con esta en su bolsillo en ese momento, aquel día le había visto usarla y cuando le condujera a su apartamento tras la fiesta había estado seguro que de haberlo presionado un poco aquel habría cedido, no le había reclamado después de todo mientras subieran las escaleras que alargase su mano al frente y le acariciara las piernas y el trasero de manera furtiva pero descarada y lo que pretendiera ser un suave beso de despedida había pronto escalado a un contacto mucho más profundo donde había podido saborear el alcohol en la boca ajena. Pero él no era de los que se aprovechas de la situación para faltar a su palabra ¿Que tanto le costaba esperar dos semanas más si ya llevaban así un par de meses?

Había considerado también hacerle una breve visita a Law, pero tras pensar en los celos que el ojigris había parecido mostrar en su último encuentro desecho esa idea rápidamente, lo cual en verdad solo le dejaba una opción, solo se tenía a sí mismo para complacerse esa noche.

 

No era algo que soliera hacer pues casi siempre había tenido ahí a otros para hacerse cargo de sus necesidades, pero tampoco era que le acomplejase tanto, no era como si fuera alguna cosa del otro mundo, solo en casa y con la iluminación a media luz había comenzado a rosar su propia hombría por encima de la tela de los pantalones, sintiendo aquella despertar bajo su mano desabrocho su ropa cuando comenzase a sentir las prendas más ajustadas de lo necesario, liberando su erecto miembro de aquella prisión de tela había comenzado a acariciar la extensión de su falo de forma un poco lenta al inicio, pensando en el cuerpo de los chicos que había poseído antes y de aquellos que no por igual, con la imagen y la fantasía de algún encuentro furtivo haciéndole ponerse a tono había comenzado a aumentar el ritmo de su masturbación con la idea de estar dentro de alguno de sus amantes, casi pudiendo ver el cuerpo desnudo del pecoso pasearse en su habitación junto con el de su prometido con aquel andar gatuno característico de las rameras, acercándose a él para tocarle y besarle y entregarse como putas necesitadas a todos sus antojos... si, aquello habría estado bien, tener a ambos desnudos en la misma habitación ofreciéndosele y compitiendo para satisfacerle…

La respiración entrecortada del menor llenaba el silencio de la habitación de la misma manera que aquel liquido semitraslucido había llenado su mano al correrse pensando en aquellos chicos actuando de esa manera tan impropia en ambos, sonriendo un poco mientras se tumbaba sobre el sillón sin importarle demasiado si manchaba las tapicería con su esencia había contemplado por un segundo la idea de hacer realidad aquella fantasía, pero mientras que uno de aquellos chicos no tenía otra opción que aceptar todos y cada uno de sus caprichos el otro no estaba muy seguro poder convéncelo, joder que primero tenía que follarselo para empezar.

Un par de semanas, un par de semanas y sabría justamente de lo que se estaba perdiendo, podía aguantar, ¿No? eso esperaba.

En definitiva no dejaría ir a ningún lado al pecoso por lo pronto, ya lo reevaluaría después de su boda, y quizá mañana fuera a hacerle una pequeña visita, después de todo ya habían pasado varios días, mas le valía estar preparado para lo que tenía en mente para él.

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Continuara

 

Notas finales:

Pues no ah habido mucha acción en esta oración, pensemos en esto mas como un capitulo de enlace, muchas gracias por leer y los comentarios son bienvenidos, no vemos en la próxima visita de Lu a nuestro querido pecoso <3

 

Para el gatito del pan si alguna vez lee esto espero le guste, le daré muchos besitos con mimosidad incluida y puede que un poco de pan, pero solo un poco.

 


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