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Strawhat corporation por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Ah, espero que esta vez no se me vuelve a ir el ritmo, pero al menos ya no estoy enferma… no tanto al menos.

 

Gato gordo, tocare tu naricita mientras duermes para tener un poco más de suerte con eso.

Nueve

 

 

Había mas de 2700 empleados registrados en la nomina de Strawhat corp. y a esos había que añadirle los empleados temporales, comisionaros, eventuales y por honorarios, en resumidas cuentas la probabilidad de que Monkey D. Luffy lograse averiguar con quien se había sucintado el beso de su prometido era demasiado baja, claro que siempre podía ir a la lista que había pedido de los empleados que se habían retirado después de la hora en cuestión, señalar con el dedo al azar y hacer que despidieran al que su suerte señalara, de hecho lo había intentado pero habían surgido algunos problemas con aquel método, el primero era que no podía simplemente basarse en su intuición el 100% de las veces aunque más que eso era que la primera vez que realizara el ejercicio el nombre que había salido era el de Dragón (no podía despedir al dueño de la compañía obviamente) lo cual era imposible y la segunda un empleado de limpieza con más de 60 años... aun en el supuesto de que a su prometido le interesaran los hombres mayores no estaba seguro que tanto... no le hubiera descartado del todo aun así de no ser por que al ir a ver al susodicho personalmente no había sentido ninguna clase de enemistad por parte del trabajador, realmente pensaba que si encaraba al idiota que se había atrevido a tocar lo que era suyo podría de alguna forma reconocerle, aun así eso no había sucedido, eran raras las situaciones en las que su suerte le fallaba pero al parecer aquella era una de esas; cosa que no dejaba de fastidiarle.

Bien podría haber cancelado el compromiso en ese momento también de no haber podido sobrellevar la situación pero de alguna forma no se sentía con ánimos de aquello.

Un beso que ni siquiera había sido iniciado por el rubio no le parecía, en ningún momento, motivo suficiente para dejar aquella por otro lado provechosa alianza, mucho menos considerando que él mismo había hecho cosas mil veces peores que aquella contra los votos de fidelidad pre marital que en tan alta estima parecía tener su prometido hasta el momento, el problema era que aun con ese razonamiento no lograba controlar los terribles celos que le surgían cada que recordaba el incidente, se había pasado gran parte de la noche anterior dándole vueltas al asunto, en nada le había servido la compañía del pecoso que pocos minutos después del chocolate caliente había caído dormido en el sillón misteriosamente, con la taza aun en la mano, ya a la compra del chico se le había informado de su condición, por algo había puesto a un empleado a cuidarle, le sorprendía que no la hubiera presentado con anterioridad (o quizá lo había hecho pero no en su presencia o no tan marcadamente) al parecer aquella no era tan grave pero aun así no se había molestado en despertarle, cuando terminase con su propia taza de chocolate y lo que el pecoso había dejado se había echado al más alto al hombro sin mucha dificultad y cargándole a la cama se había alistado para intentar dormir un poco, sin muchos resultados realmente, apenas lograba conciliar el sueño por un rato y volvía a girar incomodo en la cama, observar el apacible rostro del chico que dormía a su lado le ayudaba al menos a no volverse loco, pero nada más que eso... no recordaba haberse sentido tan incomodo con una situación, ni siquiera cuando se había enterado de la "traición" de Law con el pelirrojo o cuando se enterase de la relación que sus amigos Zoro y Sanji le había ocultado pensando que con lo denso que era en ocasiones no se enteraría, como si su instinto se equivocase alguna vez... no por nada les había puesto a trabajar en conjunto.

Probablemente todo fuera culpa de la maldita declaración que Sabo le había hecho, no podía cerrar los ojos sin ver la obscena escena del rubio murmurándole que lo amaba ¿Por qué lo había hecho? No tenía nada que ganar en absoluto diciéndole aquello, y lo peor es que ni siquiera esperaba ser correspondido pues no le había pedido por su propia respuesta, era un sentimiento egoísta y arbitrario como el amor siempre lo es pero con ese idiota toque de generosidad que el rubio parecía desprender en sus actos, Sabo le amaba pero no pedía ser amado, aquella idea tan ridículamente idiota le hacia sonreír extrañamente feliz, era la primera vez que alguien le decía que le amaba, la mayoría de sus relaciones eran meramente carnales, quizá solo era eso... ¿Alguien más se lo diría alguna vez? al hacerse esa pregunta no podía evitar pensar en cierto pecoso ¿Y qué era lo que sentía él? No era que importara mucho en realidad, pero le hubiera gustado saber.

 

Estaba celoso, no quería que nadie tocara lo que era suyo.... no quería que alguien más pudiera arrebatarle esa estúpida declaración que era solo para él apenas cuando se la habían obsequiado. Porque Luffy no sabía si estaba enamorado pero sabía que no le gustaba que tocasen lo suyo, era posesivo con sus pertenencias y para bien o para mal en aquellos meses había llegado a considerar al rubio como una de ellas, que no hubiera papeleo de compra no hacia ninguna diferencia.


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Que el pequeño estuviera en su oficina antes de que él mismo hubiera llegado le había sorprendido, mas aun al ver las bolsas de color purpureo bajo los ojos cafés del más joven, al parecer Sabo no había sido el único que se pasara la noche pensando las cosas de mas, extrañamente aquello le había hecho sonreír un poco.- No tuviste una buena noche.- dijo en lo que no era una pregunta, haciendo que Luffy levantase la vista de los papeles que había estado revisando, el chico tenía su propia oficina pero si estaba ahí era obvio que no era precisamente para decir buenos días, probablemente quisiera preguntarle de nuevo por el incidente de la noche anterior, aquel era probablemente el peor escenario pero ya lo había contemplado, aquella noche Sabo habíasela pasado pensando largo y tendido acerca de lo que debía hacer y aunque su corazón seguía siendo un remolino su mente nunca había estado más clara.- te preparare un café.- de nuevo aquello no había sido una pregunta, él necesitaba un poco de cafeína y el menor probablemente también.

-No me gusta el café, es demasiado amargo.- murmuro el chico regresando su vista a los papeles que revisaba, el otro debía saber por qué estaba ahí pero no parecía tener prisa por decirlo.

-Tampoco los rubios son tu tipo, y aquí estamos.- el menor no le había volteado a verle pero Sabo pudo claramente escuchar el leve chasqueo de molestia con la lengua ante su comentario.- El mío te gustara.- dijo dejando sus cosas en el lugar de siempre antes de salir hacia la pequeña cocineta donde los empleados de aquel departamento se preparaban el café y calentaban su comida cuando era necesario.

Tras calentar el agua en la tetera preparo dos tazas de café soluble y dio un sorbo a la propia sintiendo la mezcla dulce y caliente relajarle un poco antes de preparar la del menor con un poco mas de azúcar y un tanto de leche, probándola a su vez para asegurarse del sabor antes de regresar a su propia oficina donde pudo encontrar a un levemente exasperado pelinegro con la mitad de las hojas que había estado revisando en la cesta de la basura.- ¿Algún problema?- se había aventurado a preguntar pasándole su taza de café al menor antes de dar un nuevo sorbo a la propia, mirando al más joven titubear antes de dar un pequeño sorbo a aquella mezcla que se le ofrecía, al final había decidido hacerlo.

-Si, no encuentro al desgraciado al que tengo que despedir.- escucho al pequeño articular entre dientes antes de lanzarle una mirada acusadora que habría tenido un mayor efecto de no ser porque el más bajo había alternado aquella con otro sorbo a la taza de café con leche antes de quedarse viendo a aquella ultima como si no se decidiera si odiarla o tomarse todo el contenido de unos cuantos tragos.

-No tienes que despedir a nadie.- comento el ojiazul tras soltar un pequeño suspiro, colocándose junto a la silla que era suya pero que el otro ocupaba en aquel momento, a aquella distancia podía distinguir el listado de empleados que se habían quedado la noche anterior hasta la hora en la que ellos había estado ahí, no había pensado que el menor pudiera tomarle tanta importancia al asunto, aquello le hacía sentir ligeramente culpable de nuevo, no era una sensación agradable en definitiva pero le reforzaba que lo que había decidido era lo correcto.- No se volverá a repetir Luffy...- dejando su taza sobre la mesa se había inclinado lo suficiente para rosar los labios del menor castamente.- lamento haberte hecho pasar por esto, en verdad.- la leve mueca de sorpresa que había puesto el pequeño ante aquel beso le había hecho trazar una suave sonrisa en sus facciones, le agradaba no ser el único que podía desorientarse ante las muestras publicas de afecto.- A menos que quieras lo contrario me gustaría hacer esto de nuevo.- la ceja alzada por parte del pequeño solo le había hecho sonreír un tanto más, tomando la mano del más joven le había llevado a sus labios para besarla suavemente.- Monkey D. Luffy ¿Querrías casarte conmigo?-

-Tsk- la manera algo brusca como el chiquillo había retirado su mano casi le había hecho soltar una leve risa, mas aun al estar acompañada del adorable sonrojo en las mejillas de su prometido.-Eso no es algo que la esposa pregunte.- le había escuchado reclamarle, pasándose después una mano por el cabello nerviosamente, era curioso ver a aquel chico tan seguro de sí mismo nervioso por algo.- Ya estamos comprometidos, no es necesarios que digas ese tipo de cosas.- la sonrisa del ojiazul le había hecho sentir aun mas incomodo, a pesar de la diferencia de experiencia en ciertos ámbitos y la diferencia de edad era en verdad la primera vez que el menor se sentía más expuesto y más joven que su prometido.

-Supongo que tienes razón, pero quería decirlo, ¿Sabes? Esta parte de ti... no es del todo mala, creo que me gusta.- el menor había bufado ante aquel último comentario, haciendo que el más alto solo sonriera un poco más, era exasperante para el menor sentirse de aquella manera, quizá en verdad debía cancelar aquel estúpido compromiso, como era posible que un inexperto aburrido como el rubio le estuviera haciendo sentir como... bueno, como lo que técnicamente era, una persona más joven y probablemente inmadura.


-¿Y crees que se me olvidara así como así?-

-No, se que no, pero prometí que te lo compensaría, si no lo eh hecho aun dime lo que necesito hacer.- Luffy no estaba seguro que le molestaba mas, si la completa seriedad de aquella propuesta o que se sintiera mal por pensar siquiera aprovecharse de ella, las cosas también, estaba seguro, no iba a ir tan fácil para el mismo, porque si su futuro esposo se estaba ofreciendo a compensarle por una falta mucho menor a las que el mismo había cometido hasta el instante aquello le colocaba en clara desventaja, de pronto aun si se ponía a pensar que la situación era diferente ya no se convencía ni siquiera a sí mismo.

-Ya pensare en algo.- murmuro haciendo una pelotilla con el resto de la lista de empleados y tirándola a la basura para desquitar un poco de su frustración mientras se hacía para atrás en el asiento reclinable, con el rubio inclinado de esa manera aun tan cerca de él no le había sido difícil estirar su mano hasta la nuca del otro y atraerle en un beso mas privado y profundo, acariciando con su lengua el labio inferior del más alto para encontrarse con la grata sorpresa de que aquel le consentía el acceso al instante, dejando que sus lenguas se encontrasen en un húmedo beso antes de soltar al otro, observándole separarse con un discreto sonrojo y una mueca levemente nerviosa pero evidente deseo en los ojos, si, suponía que el mayor no le era del todo indiferente después de todo.- ah estado bien...- susurro sonriendo con más seguridad y tranquilidad de la que pensaba hubiera podido recuperar tan rápidamente, haciendo que ahora el rubio fuera quien le mirara sin entender bien.- Tu café, ah estado bueno después de todo.-


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-Déjame ayudarte.- murmuro el ojigris al otro lado de la puerta, desde la mirilla interior sus facciones lucían aun un poco mas graciosas que viéndole en persona, no había hecho ruido como para que el otro supiera que estaba ahí pero de alguna forma lo había sabido, tragando un poco pesado Ace se había debatido unos segundos entre abrir la puerta o no.


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Incomodo.

Sabo no podría haber encontrado una palabra mejor para describir como se había sentido aquel día al ir a la oficina de su jefe a recoger la papelería que había dejado tirada en la vergonzosa huida llevada a cabo la noche anterior en aquel mismo lugar, el rubio se reprendía mentalmente por el color que estaba seguro tomaba su rostro de manera contraria a sus propios deseos cuando el mayor le entregase los documentos en la mano, mirando directamente a los ojos del más alto con una seguridad que realmente no sentía, la hosquedad del trato ajeno correspondiéndose con la seriedad del propio, los ojos parecían reflejar lo que no se dirían en el mismo silencio cuando sin intercambio alguno de palabras el rubio regresara a su propia oficina ¿Como era que iba a sobrevivir a la cena del jueves? ¿Cómo era que iba a sobrevivir a la boda? ¿Cómo iba a sobrevivir al trabajo de ahí en adelante? Porque la opción de pedir su traslado a otra área había sido una que cruzase su mente fugazmente pero que había sido desechada tan rápido como llegase, le gustaba su trabajo y no lo dejaría por una situación que NO iba a repetirse, así como tampoco dejaría a su prometido o cambiaria su vida en pro de un incierto y un capricho, porque estaba seguro que él no podía ser otra cosa que un capricho para el mayor, bueno que dicen que la manzana nunca cae demasiado lejos del árbol.

No importaba que tan rápido latiera su corazón con la mera presencia de su superior y la sensación de su calor corporal aumentando ante la imponente presencia, aquello no eran más que las reacciones de un colegial con un amor de secundaria y el no era más un colegial, necesitaba demostrar que podía controlarse, tenía una promesa que honrar y además... no iba a abandonar un amor perfectamente sano por algo moralmente incorrecto como un amorío con su superior, porque no había forma de que Dragón dejase algún día dejase a su esposa la súper modelo Emporio solo por un mocoso como él, el ojiazul no era ningún estúpido para pensar que si se arriesgaba las cosas resultarían bien, quizá en alguna otra época, solo le hubiera gustado que su cuerpo escuchara esas razones también, así no tendría que limpiarse las manos en el pantalón tras regresar a su oficina.

 

Y Sabo que pensaba haber su etapa de enamoramientos incómodos y estúpidos con su profesor de de educación física en la preparatoria y toda la mala experiencia que aquello había acarreado… definitivamente no iba a repetir lo de Hakuryo ahora.

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Ace no estaba seguro porque le había dejado pasar, de verdad que no estaba seguro, viéndole sentado en el sillón de enfrente con las piernas cruzadas, los brazos tras el respaldo y aquella actitud tan absurdamente prepotente como si el dueño de la casa fuera él y no el pecoso aquel ultimo no podía dejar de sentirse ligeramente irritado, los moretones que lucía el otro moreno en su rostro no le removían la conciencia en lo mas mínimo, siempre había pensado que era deber de un hombre llevar sus heridas con dignidad, tampoco pensaba que el otro no se hubiera ganado aquellos golpes después de todo, estrés aparte la manera de hablar de aquel sujeto le parecía por demás desagradable, no se explicaba cómo era que le había dejado pasar al apartamento.

tras un par de minutos en silencio en los que ambos no habían hecho más que mirarse el ojeroso se había reacomodado en el sillón, inclinando su cuerpo al frente mientras colocaba sus piernas separadas, los codos sobre cada rodilla y sus manos con los dedos entrelazados haciendo que las letras de los tatuajes que portaba en cada uno de ellos se repitieran a sí mismas.- Así que Ace...- a aquel intento de conversación el aludido solo había alzado una ceja, con los brazos cruzados mirando al ojigris expectante, lo que fuera que el otro tuviera para decirle esperaba que lo dijera rápido por que francamente la mera presencia del sujeto no le hacía sentir precisamente a gusto.- es bastante claro que no soy de tu agrado y tampoco tu del mío, ¿Por qué no vamos directo al punto?- el pecoso soltó un suspiro, se alegraba vagamente de que las cosas estuvieran claras entre los dos.

-Entonces tra-como-te-llames... ¿Que se supone que ganas tu con ayudarme?- la sonrisa de medio lado que había esbozado aquel sujeto ante su pregunta poco le había gustado 

-Si la caridad te desagrada siempre puedo inventarme un motivo.- Ace no creía un pizca de aquello pero los motivos del tatuado resultaban ser de poca importancia, mas aun sabiéndolos dudaba que hubiera llegado a confiar en él del todo así que no dijo nada.- Siempre podrías rechazar mi oferta, eventualmente Luffy se cansara de ti, estoy seguro... aunque que tanto tarde eso no podemos estar seguros, puede que sea en unas semanas o podrían ser años.- sosteniendo la mirada de aquel sujeto mientras este mantenía su sonrisa casi podía sentir un escalofrió recorrerle el cuerpo, Ace no estaba seguro de poder soportar años en aquella situación aunque técnicamente debía haber estado resignado a que aquello fuera una situación de por vida.

- ¿Como estas tan seguro de ello?- El brillo en los plateados orbes ajenos había sido casi el mismo que el de un metal precioso, era como si hubiera estado esperando aquella pregunta con todo su ser durante aquellos largos minutos.

-Bueno, es más que obvio, porque yo era su juguetito anterior.-

 

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continuara

Notas finales:

Sé que tarde un poco (yo siento que tarde años) pero andaba enferma y cuando me enfermo escribo un párrafo y me siento realizada XD espero no se hayan olvidado de mi u.u muchas gracias a quien aun lea esta historia y los comentarios ya saben que los amo  <3

Y si, Sabo salió con un maestro alguna vez :3 nunca se ah acostado con nadie pero eso no quiere decir que no tuviera algún novi@ antes~

p.d. Gato tu sabes quien fue su novio, alguien que te gusta mucho aunque me dio pena poner su nombre directamente no sé porque, pero sabes que te amo y pensé en ti al escogerlo.


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