"Ohana significa familia y tu familia nunca te abandona ni te olvida"
.-Lilo y Stich
Impensable el momento en que reflexionas y caes en cuenta, que solo por conocer a un muchacho he llegado hasta aquí.
Me refiero al ahora, al aquí.
Donde mis pies se mantienen anclados sin moverse ni un centímetro. Dos años de amistad con Ji Yong y acá estamos. Es curioso como a veces sientes que un segundo puede ser eterno o en este caso, un par de años con el agua escurriéndose entre tus dedos. Esa agua cristalina, pura que sigue su camino sin detenerse ni un momento.
Rápido y natural a la vez.
¿De qué otra manera puedes explicar que conocer a tu mejor amigo traería más personas a tu vida?
Y no, no fue malo ampliar tu círculo por una vez. Al contrario aportó un poco más de chispa. Una alienación de luces que solamente brillaba para nosotros. No es que nuestra vida fuese muy buena y no sucediese nada malo. Nadie está libre del peligro, de tener días tristes, cansados o desesperanzadores pero había este halo que no dejaba del todo oscuro nuestro camino. Era una sensación que de alguna manera loca la captabas como protectora hasta el punto de creer que podías luchar contra los dragones, si estos existieran.
Ni siquiera puedes recordar cuántas cosas específicamente han pasado. Llega un momento que dejaste de contar o en su defecto, te acostumbraste.
Es tan asombroso, los lazos que llegas a crear con las personas. Forjas hilos invisibles y firmes. No todos poseen la misma tonalidad y no te refieres al tipo de relación que llevas con ellos, si no a las personalidades que la conforman.
Tengo un círculo con las personas suficientes por ahora.
Quizá algún día se expanda más.
Dos gemelas locas separadas al nacer, Dami y Hye Yoon. Ambas de carácter fuerte, ambiciosas, de gustarle molestar a sus hermanos menores, aunque sus estilos de vestir son completamente distintos. Singularmente una es un poco más sosegada que la otra y solo una de ellas sabe realmente cocinar. ¿La otra? Bueno, un desastre en la cocina. Gustos musicales, iguales en un 90%.
Tres padres que habían entablado perfectamente una amistad, a pesar de tener gustos demasiados distintos. Dos de ellos trabajaban y otra, solo se ocupaba del hogar. Adultos cálidos con los que podías contar para cualquier duda que tuvieras. Estrictos, a su manera, pero con las ganas de sacar a sus hijos adelante.
Y por último, mi mejor amigo. Qué no necesita una lista de cualidades o defectos para presentarlo. Todo lo que necesitaba saber es que era la persona en quien podía confiar incluso con los ojos cerrados. Después de dos años, puedo decir con seguridad que ya nada me sorprende de Ji Yong.
Me gusta pensar que ellos eran mi Ohana.
Pequeña y sencilla, maravillosamente fuerte.
No todos poseeos los mismos vínculos sanguíneos, pero estamos atados. Llegaron tres personas más a mi vida, abrieron sus brazos hacia nosotros y fui afortunado. Ellos son mi familia y al final del día, eso es lo único que importa. Cuando tienes la suerte de encontrar un grupo de gente con la que te entiendes, compartes y vives, no es nada en comparación a otras cosas. Esto vale más y lo aprecia cada día más.
Sonreí imperceptiblemente a mi pensamiento y agradecí al cielo por el regalo.
-Si no tensas bien la cuerda, se te va a caer la caña- escuché a Ji Yong decir.
-Mira quién habla- respondí con sorna.
Irónico que él pronunciara esas palabras. Celebrábamos el Día de los Padres y se decidió hacer un paseo familiar en honor al día. El señor Kwon nos llevó a un campamento fuera de la ciudad.
-¡Hey!- sonó ofendido y yo reí.
-No sabes pescar, Ji.
Era cierto. Ji Yong es un caso perdido en este tema, su padre intentó adiestrarlo. No funcionó, simplemente él era una desastre. Caso contrario, conmigo, aprendí muy bien. Cosa que le dio mucho gusto al señor Kwon, ya casi había abandonado la esperanza de enseñar su deporte favorito a algún hijo de él. Nunca me lo había dicho, pero sé que me consideraba como uno suyo, aunque sea postizo. Aparentemente le salvé de tener un corazón roto.
-¡Lo sé! ¡Encima qué te advierto, hyung! ¡Malagradecido!- aposté que su rostro enmarcaba un puchero.
Ni siquiera me giré a verlo, él tenía razón de todas formas, debía concentrarme en la pesca. Estábamos en un bote mediano los únicos tres hombres de la familia y seguro que el señor Kwon se divertía de nuestra conversación. A pesar que se hallaba al otro extremo del bote, él de seguro nos escuchaba. No nos hallábamos, precisamente, conversando en voz baja
-Jiyongie, por favor- bufé.
Evidentemente no le creía.
-¡Aish!- luego bajó su timbre de voz y evolucionó a uno de preocupación- ¿Estás bien, hyung? Te noté pensativo.
-Sí- encogí mis hombros, hablándole en el mismo tono- ¿Por qué no lo iba a estar?
-Es el Día de los Padres.
-¿Si recuerdas qué en la mañana les di claveles a tus padres, no?- enarqué una ceja y volteé mi rostro.
La tradición de mi país decía que en este día conmemorativo debíamos obsequiar claveles a nuestros progenitores. Obviamente por considerarles como mi familia, los incluí.
-Sí. Estuve ahí, Seung- Ji Yong rodó los ojos- Sabes a lo que me refiero.
-¿Mi padre?
-Exacto o el tema P, como me gusta llamarle- susurró contenido.
-¿Hasta le creaste un código?- reí- ¡Qué ocurrencias las tuyas, Ji!
-Sí. Soy genial, lo sé- respondió monótono y luego serio- Seung Hyun, no trates de evadir el tema.
-¡No lo estoy evadiendo!
-¡Ajá!
Ji Yong se cruzó de brazos y fijé mi mirada, él estaba dando importancia de más.
-Es verdad.
-Perfecto. ¡Cuéntame, más!-hizo un ademán con su cabeza sin perder la postura en la que se hallaba.
-Bueno, ¿qué quieres que te cuente? Ya sabes la historia.
-¡Por supuesto!
-¿Entonces?
-¡Hyung!
Entornó los ojos, irritado.
Continué manteniendo el perfil bajo de la conversación.
-He tenido quince años para acostumbrarme a su ausencia- admití normal, ya ni quiera me afectaba- Cuando abandonas a alguien lo haces sin mirar atrás y él lo hizo. Fue su decisión. Nunca lo conocí, entonces… nada.
Por eso valoraba a mi madre más en estas fechas, aunque era ridículo que se la homenajearía por un día porque los padres se deberían apreciar todo los días de tu vida. Mi madre es un ejemplo de buena mujer, aguerrida y que en ningún momento se pasó lamentándose el no tener una pareja sentimental o que nosotros no tuviéramos una figura patriarcal. Concisamente, ella se estableció metas y prioridades con orgullo. Para ella nosotros somos su fortaleza, la razón por la cual se siente triplemente bendecida y lo única que ella necesita.
Cierto, hubo un tiempo que extrañé tener un padre cuando era más pequeño. No obstante es cosa del pasado. No vale torturarse por eso.
-¿Hablas en serio, hyung?- escéptico Ji Yong inquirió.
-Lo hago. Para mi es suficiente tener a Hye Yoon, por más que me vuelva loco y a mi madre- tomé una pausa, siguiendo hablando en tono bajo- Además, también les tengo a ustedes- observé que Ji Yong comenzó a distender una sonrisa en su rostro, dejando de cruzar los brazos- Tus padres, Dami y tú son…
-Tu Ohana- Ji Yong completó por mí sonriendo gigantemente.
Abrí los ojos como plato de la fuerte impresión.
¿Cómo sabía…?
Tal vez tendría que rectificar que Ji Yong aun poseía la capacidad de alucinarme un poco.
-Te encanta Lilo y Stich, hyung- explicó fácilmente.
Y yo solo prorrumpí en risas alegres, contagiándole a él.
-Cierto. Cierto- plácido le confirmé- Y a ti, Hey Arnold.
-¡Hey cabeza de balón!
Ji Yong sobradamente buscó picarme diciendo la frase famosa del programa.
-¡Hey frente de balón!
Contra-ataqué sin reparos. Él abrió la boca pasmado, no se esperó mi ingeniosa ofensiva. Silbé en signo de victoria.
-Hagamos un trato, nunca vuelves a decir esa frase y yo tampoco lo haré, ¿hecho?- se acercó a mí, cubriendo con su mano parte de su boca, dándonos un aspecto confidencial- ¿Qué dices?
Extendió su palma.
-Por mí, no hay problema- correspondí el gesto en un apretón- Un placer en hacer negocios.
-Lo mismo digo.
Ji Yong volvió a su posición original y ambos sonreímos, satisfechos.
Iba a agradecer su preocupación cuando la caña empezó halar. Nos miramos al mismo tiempo y nos pusimos manos a la obra.
-¡Oh, por Dios pescaste!- saltó de la silla emocionado.
-¡Lo sé, lo sé!- me paré contento, tratando de tirar la caña hacia mí- Y no, no quiero ayuda.
Pujaba con fuerza para no dejarme vencer.
-¡Pero, hyung! ¡¿Y si te caes?!- gritó.
Para entonces, el señor Kwon se había acercado hacia donde estábamos.
-¿En serio, me estás deseando mal?- entrecerré los ojos por un segundo- ¡Qué falta de confianza, eh! Olvídalo, quiero hacerlo, si podré.
-¡Papá, dile algo!- gimió Ji Yong.
-Él va a poder, no te preocupes hijo- concilió el señor Kwon orgulloso, aunque también atento si debía intervenir- Hay que animar a Seung Hyun, mejor.
-¿Ves?- pronuncié entre dientes, seguía tensionando la caña, sin rendirme- Gracias, señor Kwon.
-OK. Entonces, ¿hyung si puedes?- pronunció con duda.
-¡Muchas gracias!- sarcástico contesté- ¡Vamos, un poco más!
Hablé con el pez sin importarme parecer un desequilibrado mental.
-¡Fighting! ¡Fighting! ¡Fighting!- Ji Yong animó junto con su padre coreando.
-¡Más que vale que atrapes el pescado, mocoso! ¡Necesito hacer una dieta nutritiva esta semana!- escuché el vocifero de Hye Yoong.
¡¡Tan linda mi hermanita como siempre!!
Evidentemente los gritos de Ji Yong alertaron a la familia desde el muelle. Sentí gotas de sudor acumularse por mi frente, debido al esfuerzo.
-¡Haz de cuenta que estás pescando un pez tan debilucho como mi hermanito!- Dami emitió su opinión gritando.
-¡Noona!- Ji Yong gritó insultado mientras yo me reía- ¡Papá, mira como me ataca!
-Dami, no molestes a tu hermano- gritó un poco más mesurado.
-¡Pero dije la verdad!
-¡Vamos, hijo! ¡Fighting!- mi madre animó.
-¡¡Sí, Seung!! ¡¡Solo falta poco!!- la última en manifestarse fue la señora Kwon.
Sonreí y continué con mi lucha.
En algún punto, la algarabía de infundirme ánimo por parte de los demás, me perdí entre las palabras. Hablaban al mismo tiempo que no entendía algunas cosas que pronunciaban y pese a eso, igual continuaba feliz. Tomé un respiro y me concentré.
1…2…3
¡Pez fuera del agua!
-¡Sí!- grité jadeando en el suelo.
-¡Lo hiciste, hyung!
-Es una hermosa pieza de 5 kilos, Seung. ¡Felicidades!- palmeó mi hombro el señor Kwon.
-¡Para algo tenías que servir, mocoso!- Hye Yoon daba saltitos- Ahora podré hacer mi dieta en paz.
-¡Al final no era tan flacucho como el pequeñajo, pero no impora!- Dami gritó conforme.
-¡Felicidades, hijo!
-¡Después nos dices qué decides hacer con el pescado!- la señora Kwon sonriendo alzó la voz lo suficiente- Ahora, vengan a comer.
-Gracias- susurré- Bien. Empaquetemos esto y vamos a comer.
-Suena un plan perfecto, Seung.
-Coincido con mi hijo- el señor Kwon levantó el pescado, llevándolo a la parte trasera del bote- ¡Bien hecho!
-Al final no me caí, Ji.
-¡No sé cómo pudiste con tremenda cosa!- Ji Yong rió entre dientes.
-Ya sabes, los experimentados tenemos conocimientos valiosos- bromeé.
-¡Claro!- me siguió el juego y extendió la mano para ayudarme a levantarme.
Acepté la oferta y rápido volví a estar de pie. Nos sonreímos mientras escuchaba algunos gritos de Hye Yoon y Dami.
Sí. Esta es mi Ohana.
Y amo a mi Ohana.