“Las apariencias no engañan,
las que engañan son las expectativas”
.- Anónimo
Expectativas. Pequeña, pero en realidad no tandiminuta palabra. No cuando puede llegar a ser poderosa en algunos casos, depende como lo veas. Expectativas es algo que todos poseemos, en menor o gran medida, debido a que como dueño de ti mismo, como ser pensante tienes la suficiente capacidad para arbitrarla. Sea que uses la racionalidad o la emocionalidad al permitirle la bienvenida a tu cabeza.
Eliges sumergirte en ella de lleno o solo pones un pie en el agua, cualquiera que sea la decisión no es importante. Porque al final de cuentas ellas terminan rompiéndote y devolviéndote en una sacudida brusca a la realidad, haciéndolo de una manera positiva o negativa para ti. Como sostengo desde el inicio, depende.
Y lo más divertido. ¡Vamos, hay que tratarle de verle el humor a la vida! Es experimentar de primera mano que ciertas leyes o refranes se cumplen aunque no estén tallados en piedra o sean objetos de estudios oficiales. El dicho: “La realidad supera a la ficción”, resulta ser tan cierto como yo creándome una cuenta en Instagram hace unas semanas.
Es decir… ¡Vaya, no me lo vi venir!
A veces te dejan desconcertado, tipo como yo ahora plasmando una mueca extraña en mi rostro con total certeza y si bien la risa quedada de Ji Yong lo confirmaba, no iba a cambiar mi expresión. Difícil llevarlo a cabo teniendo en cuenta que lo más ridículo de la situación es que no era la única cosa bullendo en mi interior, no sabía si reírme o gemir de la frustración porque quiero huir. Emociones que tienen una constante lucha sin impórtales darme algo de paz, tan dispares que me están volviendo un poco loco y tan cambiantes, que ni siquiera tengo permitido desfogarlas, mantenerlas a rayas es la misión siendo honestos.
No es el momento idóneo para hacerlo, no cuando estás en plena clase. Tacha eso, concretamente en una asamblea estudiantil un sábado por la mañana. Obligatoria, por cierto y a la que si hubiese sabido del tema que llevarían, estaría en mi casa fingiendo estar enfermo.
¡¿Cómo acabe aquí?!
Recapitulemos, nuevo año. Por consiguiente, nueva escuela y me las había arreglado junto con Ji Yong para convencer a nuestros padres que estudiáramos en la misma. Todo transcurría normal hasta que llegamos a mitad de año. No pedí mucho, solo aspiré a pasar un año tranquilo, haciendo nuevos amigos y viviendo aventuras con Ji Yong, donde quiera que vayamos siempre sucedían, las llamara o no él.
Definitivamente imaginé escenarios mejores, bajo ni un concepto el que se presentaba frente a mis narices, dejándome completamente avergonzado. Porque, ¿qué en el mundo hacía escuchando clases de educación sexual? Y ni siquiera solo mi salón estaba ahí. ¡No, la directora decidió que era una fantástica idea reunir a todos los grados de la preparatoria! Y como si fuera poco, traer profesionales expertos en el tema. Se agradecía la buena intención, pero… ¡Dios, estar en medio de una marabunta, ya sea de conocidos y extraños, que oían y cuchicheaban a su antojo comentarios inteligentes o estúpidos sobre un tema delicado, pues no cuajaba en ningún lado! ¡Ni de vainas!
-“En el 2008, Corea del Sur firmó la ¨Declaración sobre la orientación Sexual e identidad de género de las Naciones Unidas¨ y en el 2016, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó el nombramiento de un experto independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación de las personas debido a su orientación sexual e identidad de género, siendo nuestro país unos de los votos a favor. Como…. ”
-¡Vamos, hyung! Quita esa cara, esto es por la igualdad- susurró Ji Yong divertido.
-Será bonito y todo el mensaje, pero el contenido- gruñé, en voz baja- ¡El contenido!
No me daba pena el tema en sí, la sexualidad es algo con lo que tenemos que lidiar una vez siendo adolescentes, cuando la garra de los cambios hormonales afectan nuestro cuerpo, donde para algunos era una dicha, la última esperanza de que algunos aspectos de nosotros desaparecieran para siempre- tales como el ansiado estirón para dejar de ser pequeños, una voz más gruesa, etc.-, y para otros, una maldición gracias al famoso acné o los problemas mañaneros en caso de los hombres. Cualquiera que fuera nuestras percepciones o en mi caso, la mía. No importaba. Porque para mí este tipo de tema era de carácter privado, estaba en cada uno informarse sobre ello y ya, no empapelarlo en masa.
Bufé exasperado, aunque entendía las razones por las cuales hacían esto. Nos había tomado 1069 años para aceptar en base a las leyes, las igualdades de derechos para las personas sin tener en cuenta la orientación sexual. Entre ellas, leyes protegieran contra la discriminación, además de aceptar la legalidad del matrimonio entre los del mismo sexo. Sí, esta era la Corea del Sur del 2059. Menos esquematizada, pero con mucho trabajo por hacer. Los índices aceptación habían subido gradualmente con los años, pero todavía había una pequeña oposición y crímenes de odio. Es por eso que buscaban concientizar a la población con programas como este.
-“……Hemos ido evolucionando a pasos pequeños y lo continuaremos haciendo, es por ellos que para mí es un honor y una suerte el contar entre los invitados a la experta de las Naciones Unidas, la señora Kim Bo-mi. ¡Aplausos por favor! ”
Inmediatamente nos levantamos en señal de respeto y acatamos las palabras de la directora.
-¡Hey! Es algo bueno y …
Ji Yong se arrimó a mí susurrante entre la algarabía y no pude reprimir el impulso de rodar los ojos, debí suponer que él no dejaría la conversación inconclusa. Estuve a punto de fastidiarle con ello cuando noté que mordía sus labios y su cara se volvió tímida, la sombra de indecisión en sus ojos reforzaban la batalla interna que llevaba a cabo. Enarqué una ceja intrigado y eso fue suficiente para que Ji Yong tomara algo seguridad, notando alivio en él y atreviéndose terminar la oración.
-Ayuda con algunas dudas que tengo.
-¿Dudas?
-Ya sabes, la parte negativa de ser adolescentes.
Sus mejillas se tiñeron de un suave rosas. ¡Por supuesto que sabía de lo que hablaba! Sin embargo cuando me fijé en su mirada comprendí exactamente a dónde quería llegar y jadeé un minúsculo segundo, no descolgando la mandíbula por puro milagro, y con los ojos desmesurados, negando la cabeza levemente ante la propuesta.
-¡Ah, no! Desde que ya te digo que lo olvides- indiqué entre dientes, asegurándome que solo él me escuchara.
-Pero…
-No y es no, Ji Yong.
-Una doble negación es una afirmación, hyung- replicó ingenioso.
-Ni te atrevas hacerte el listillo conmigo, ¿estás loco?
Rasqué mi nuca nervioso, procurando no sonrojarme.
-Me da cosas hablarlo con mi padre.
-¿Y conmigo, no? ¡Já!
-Algo, pero contigo tengo más confianza.
-Mira, Ji. Obviaré que acabas de romperle el corazón a tu padre, básicamente dices que no confías en él.
Hacerlo sentir culpable provocaría que desistiera en la idea, era un buen plan.
-No, eso no funcionará conmigo.
-“Gracias estudiantes por la cálida bienvenida para Bo-mi, todos pueden tomar asiento. Ahora ella dirá unas palabras”
Ahora todo estaba en silencio y agradecí mentalmente la oportuna intervención de la directora, sonreí ampliamente por mi buena suerte.
-“Espero crear una jornada significativa con ustedes para tratar este tema con responsabilidad y aplomo, agradezco que todos se muestren respetuosos con esto. Más adelante habilitaremos una sesión de preguntas para que los estudiantes expresen sus inquietudes, no sean tímidos. Daremos las respuestas correspondientes. Gracias por su apoyo.”
Una nueva ola de aplausos prorrumpió en el gimnasio y por costumbre volteé a ver a Ji Yong, no debí hacerlo. El brillo de esos orbes chocolates no auguraba nada bueno, ni siquiera esa sonrisa ladina.
-¿Qué?- inquirí, pretendiendo inocencia.
-Aceptas conversar conmigo o seré el primer en levantar la mano en la sesión de preguntas y nombrarte a ti como el culpable.
Yep, esto era malo.
-No te atrevas- mascullé.
-Sabes que soy capaz.
-Lo sé.
-No escaparás porque me pegaré como garrapata y si logras hacerlo, la seguridad de la escuela te encontrará. Mira- dio una mirada suplicante- Prometo que solo una vez en la vida te haré esas preguntas y de ahí, nunca más. Nunca.
El mocoso se las sabía todas, decía completamente la verdad. Triste era mi caso, estaba acorralado.
-¡Já!
-¡Hyung, la directora volverá hablar!-levantó su mentón, señalando el podio. Se le podía ver, arreglando el micrófono- Te sugiero una respuesta rápida.
Sabía que tenía la batalla perdida desde que la idea se coló por la mente de Ji Yong, no debí alentarlo y era tarde para lamentaciones. Incluso si no hubiese existido la sesión de preguntas, él seguiría insistiendo hasta salirse con la suya. Era muy cabezota, solo estaba prolongando la aceptación de lo inevitable. Así que tendría que tragarme mi vergüenza.
-Bien, ganas.
-¡Sí!- Ji Yong hizo un gesto de victoria con su brazo derecho- Te daría un abrazo, pero no es el momento.
-Ni tampoco lo quiero- expuse hosco.
-¡Aguafiestas!
-¿En serio, Ji?- entorné los ojos, él hizo un signo de paz, levantando las palmas de su mano rápidamente- Prométeme que solo será una vez.
-¡Lo será! Eres el mejor, hyung.
-Pueden tomar asiento, siguiendo el cronograma de actividades….
-Espera por la paliza en la casa del árbol- susurré.
-Nunca lo hiciste en estos dos años.
Tenía razón nuevamente. ¡Rayos!
La voz de la directora se me hacía lejana mientras hablaba porque solo pensaba en el lío que me acababa de meter Ji Yong. ¡Las cosas que uno hacía por los amigos!