Las cosas se habían resuelto ya para nuestra pareja. Helen no solo dejo de fastidiarlos si no que por “recomendación” de su padre fue a terminar sus estudios fuera de la ciudad. No fue ni necesario denunciar a los chicos que acosaban a Owen, ya que los tipos se metieron en otros problemas por su cuenta y acabaron en la correccional. La madre de Owen aceptaba a Ed, los amigos de Ed aceptaban a Owen. En fin, ¿Qué cosa podría salir mal?
Ha pasado algún tiempo desde entonces, a Owen se le dio la oportunidad de inscribirse al siguiente semestre de preparatoria si pasaba los exámenes finales. Había estado estudiando como loco, recibía tutorías y estudiaba por su cuanta con Ed. El castaño por su parte lo ayudaba con gusto, tal vez nunca fue el más listo de la clase pero si le había ido muy bien por lo que le ayudaba con gusto a su niño.
Era una tarde cualquiera en la tienda, Rose y Ed acomodaban mercancía y atendían a los clientes, como el fin de año estaba cerca la tienda atendía muchas personas al día, ambos se cansaban mucho e incluso se ponían algo irritables, lo único que los animaba era cuando Owen los visitaba, lo cual no era tan seguido ya que sus exámenes lo consumían bastante.
-Edgar ¿A caso no te dije que acomodaras lo de esas cajas en el “Otro” estante?- Si Rose llamaba a Ed por su nombre completo y no su diminutivo significaba que en serio estaba molesta. -¿Importa tanto? Es decir, aquí o allá es lo mismo mientras este organizado- Rose estuvo a punto de golpearlo con todo el peso de su ira cuando un aura pacifica y adorable entro por la puerta.
-Hola chicos- Nuestro pequeño albino había llegado muy animado con una enorme sonrisa que hizo que tanto a Ed como a Rose se les fuera el enojo de golpe. –Hola, hoy te vez muy feliz niño- Le saludo Rose con un beso en la mejilla, la chica se había encariñado de él, no era para menos ya que no solo era el novio de su amigo si no que también se habían vuelto buenos amigos ellos dos. –Es que le traigo una buena noticia a Ed- Se acerco al castaño quien intrigado miraba a su novio esperando lo que tenía que decir.
-Pase mis exámenes- Dijo esto mostrándole sus calificaciones finales, no le había ido nada mal, 7 en matemáticas (Porque no se le daban mucho) y ochos y nueves en las demás. El castaño de ojos miel estaba feliz por él, lo abrazo y cargo en brazos. - ¡Felicidades! Esto tenemos que celebrarlo, en cuanto terminemos te llevare al cine y luego a donde tú quieras a comer- Owen se sonrojo levemente por como lo cargo frente a Rose y a algunos clientes que los vieron sorprendidos. –G-gracias, ¿Rose puede venir con nosotros?
-Pues si ella quiere venir- Lo bajo despacio. –Lo siento, pero eso suena a cita y no me gusta ser mal tercio, mejor después cuando vallamos en grupo. –Podríamos invitar a Mark si quieres- Propuso Owen inocentemente haciendo que la peli-rosa se sonrojara y frunciera el ceño. -¿Cuántas veces debo decir que no hay nada entre Mark y yo?
-Vamos Rose, es obvio- Dijo Ed, la chica solo se cruzo de brazos y soltó un suspiro. –Como sea, el punto es que hoy no iré con ustedes, será en otra ocasión- Los tres estaban tan metidos en su conversación que ni se dieron cuenta de que se había formado una larga fila de clientes. –Disculpen ¿Cuándo nos van a atender?- dijo uno de ellos lo que los saco de su mundo. –Oh, lo sentimos, ahora mismo los atenderemos- Rose fue a la caja registradora y Ed a atender a unos clientes que preguntaban por precios, Owen se había quedado solo cuando sintió una mano tras de él tocando su hombro.
-Disculpa ¿Sabes cuánto cuesta esa mochila de allá arriba?- Owen volteo nervioso. –Lo siento, yo no trabajo a…qui- Un chico de cabello negro corto hasta debajo de las orejas y más alto que él lo miraba desde arriba con una sonrisa amable y un aura brillante, sintió un escalofrió al verlo, sus ojos negros no dejaban de observarlo poniéndolo nervioso. –Oh perdona, como estabas charlando con los empleados pensé que trabajabas aquí- Se disculpo gentilmente, el chico dejo de sonreír cundo lo vio directo a los ojos, lo tomo de los hombros y se acerco mucho a su rostro sin dejar de verlo. –¡Tus ojos! son hermosos, nunca vi ese tono de azul antes- Owen se asusto, no estaba tan acostumbrado a que lo tocasen y miraran con tanta confianza, bueno solo Ed quien por cierto ya estaba detrás del chico de cabello negro.
-¿Se te ofrece algo?- Su tono de voz serio y algo molesto hizo que voltease, soltó a Owen y sonrió un poco sínico. –Solo le preguntaba al chico por esa mochila, pero si tú eres el empleado supongo que es a ti a quien debí preguntar. –Así es- A Ed no le gusto nada la forma en que le sonrió aquel chico. –Bueno, la quiero ¿Podrías bajarla del estante para mí? -Claro, Owen ayúdame por favor- Ed paso a su lado y tomo a Owen llevándoselo con él, bajo la mochila del estante y se la entrego. –Aquí tienes, paga en la caja- El chico tomo la mochila sin dejar de ver a Owen con una sonrisa tierna que inquietaba mucho al albino.
-Gracias, y a ti también aunque no trabajes aquí ¿Cómo te llamas?- Owen aunque se sentía incomodo estaba a punto de contestar cuando Ed lo interrumpió. –Bueno amor, ¿Por qué no vas a alistarte para nuestra ¨cita¨ de hoy? Yo te recogeré en tu casa después del trabajo- Ed casi sacaba a Owen a la fuerza de allí, claro con gentileza pero era más que obvio que no quería que hablase con ese chico más tiempo. Al final Owen se fue, no sin antes recibir un beso en los labios de parte del castaño.
Al volver a la tienda vio que el chico seguía viéndolo con esa estúpida sonrisa angelical que para él era más que obvio que era fingida. –Ya te atenderán en un momento, lo siento pero con esto de las fiestas la tienda se llena mucho- Ed intentaba mantener la cordura, después de todo estaba en su trabajo y no podía tratar mal a un cliente. –No te preocupes por eso, dime ¿Ese chico es tu novio? Ten cuidado, podrían robártelo si te descuidas- Ya no le quedaban dudas, odiaba a ese tipo.
Tarde que temprano Rose lo atendió y se fue de la tienda no sin antes dedicarle a Ed una sonrisa desafiante. Ed moría de coraje por dentro y Rose lo noto. –Hombre tranquilízate- le pidió en vano. -¿Cómo? ¿Acaso no lo viste? Ese tipo es un sínico ¿Qué se cree? ¿Qué puede llegar y coquetear con ¨mi¨ novio frente a mi?- Rose intentaba no reírse, Ed celoso se miraba tierno, sobre todo cuando fruncía el ceño. –Escucha, ¿De qué te preocupas? Owen te ama a ti, no se dejara impresionar tan fácil por otro tipo, deberías pensar en eso en lugar de morir de celos. Rose tenía razón, como siempre, no tenia caso, las cosas ya estaban bastante bien como para volver a complicarse de nuevo.
El turno de Ed termino y aunque cansado, corrió a casa para ducharse y arreglarse, luego fue a casa de Owen para recogerlo. Toco a la puerta y le abrió su madre. –Hola Edgar, tiempo sin verte, pasa, Owen aun se está arreglando- Le invito gentilmente. –Gracias, ¿Cómo ha estado?- Paso y se sentaron en la sala. –Muy bien, sobre todo ahora que Owen volverá a la escuela después de las vacaciones de invierno, estoy segura que fue gracias a ti que tomo confianza para volver. Tengo que agradecerte que lo cuides tanto, no sé qué sería de él sin ti- La madre del chico apreciaba mucho a Ed, sabía que gracias a él Owen se sentía más fuerte y capaz de hacer las cosas. –No diga eso, usted también lo ha animado bastante.
-Gracias Ed- Los dos se callaron cuando escucharon a Owen bajar por las escaleras, Ed lo vio y se quedo boquiabierto, llevaba un abrigo azul con botones negros y unos pantalones negros algo ajustados que le sentaban de maravilla. Mientras Ed intentaba disimular frente a la madre de Owen, este se sonrojo, pues conocía esa mirada de Ed.
-Se nos hará tarde, vámonos- Dijo el de ojos azules tomando a Ed de la mano y llevándoselo de casa. Caminaron por la calle que ya estaba obscura, habían decidido ir al cine y después a cenar a algún restaurante. Llegaron justo a tiempo, aunque la sala estaba casi bacía se sentaron en la última fila donde no había nadie y se dispusieron a ver la película. En medio de todo Owen tomo la mano de Ed sin verlo a la cara, este luego la soltó cosa que desconcertó al albino pero de inmediato el de ojos miel pasó su brazo sobre sus hombros y lo acerco a él. El clima era frio en esa época, pero junto a Ed todo era cálido, Owen se sentía feliz de tenerlo a su lado, ya no odiaba el invierno.
Hubo un momento en que ya no ponían atención a la película, Ed beso a Owen despacio en la obscuridad, fue un beso lento pero sensual, metió su lengua en la boca del más joven saboreándolo, este hacia un esfuerzo por no soltar ni un solo gemido leve de placer, los besos de Ed le encantaban, lo besaba de tal forma que todo se perdía y sentía que quedaba sumergido en el espacio donde no había nada más que ellos dos.
Una de las manos de Ed recorrió su pierna despacio haciéndole estremecer. -¿Qué haces? Aquí no- Dijo Owen en un susurro leve, no es que no quisiera pero era un lugar público y había algo de gente alrededor. –Tranquilo, solo un poco- Lo siguió acariciando, Owen cubría su boca, no podía evitar gemir y no quería que lo escuchara nadie. Paso un rato en que Ed solo lo besaba y acariciaba despacio, ni siquiera se dieron cuenta que la película acabo hasta que se encendieron las luces, se separaron de golpe sonrojados y viendo que nadie los mirara. Habían tenido suerte, nadie se percato de lo que hacían, Ed comenzó a reír. –No es graciosos, pudieron darse cuenta. –Pero no paso, anda ¿No te gusto?- Las palabras de Ed lo sonrojaron más de lo que estaba. –ya se acabo la película, vámonos- Sin esperar su respuesta se levanto de su asiento y se dirigió a la salida, Ed lo siguió aun con una sonrisa en el rostro.
-¿A dónde quieres ir a comer?- Le pregunto el castaño pero el albino no respondió. -¿Qué pasa Owen?- De nuevo hubo silencio, Ed lo detuvo pero este no lo miraba al rostro. -¿Y si vamos a tu casa?- Propuso tímidamente el más joven. – ¡Cla-claro!- Dijo Ed al entender la indirecta de Owen. Se apresuraron a llegar, en cuanto abrieron la puerta y entraron Owen se lanzo a besar a Ed quien se sorprendió bastante por la acción de su niño. Entre besos llegaron al sofá y se tiraron en el quedando Owen sobre Ed. Se separaron del beso cuando les falto el aire, hace mucho no se besaban así.
-Estás muy animado niño- Dijo Ed en tono pícaro, el albino se sonrojo y frunció el ceño pero esto no le importo al de ojos miel, se acerco a él y comenzó a desvestirlo empezando por su chaqueta. –Es solo que no lo hemos hecho hace mucho… tú has sido demasiado gentil conmigo…- Esas palabras fueron suficientes para Ed, ahora sí que no tendría limites. –Con que así te sientes, ya veo, en ese caso no seré gentil contigo hoy- Le dijo al oído mientras lamia su cuello y le quitaba la chaqueta, luego lo mordió algo fuerte dejándole marcas en el cuello y los hombros. El de ojos azules gemía por el dolor pero le gustaba, deseaba que siguiera mordiéndole. –Tonto, si dejas marcas mi madre las verá- Seguía quitándole la camisa y luego quitándose él la ropa de sobre la cintura. –Ese no es mi problema, ya verás tu que le dices- Continuo recorriendo su cuerpo con su lengua, llego a sus pezones y los lamio y mordisqueo haciendo que el albino soltase gemidos de placer. Movió a Owen para quitarse los pantalones mientras Owen se quitaba los suyos.
-¿Intentas seducirme niño? Eso es jugar sucio, sabes que me gustan tus piernas- Ed cada vez se contenía menos lo que pensaba. -¡ED! No digas esas cosas, es vergonzoso. –No más que lo que haremos- Lo hizo sentarse sobre el de espaldas mientras Ed se recostaba en el sofá. –Ed… ¿Qué quisiste decir con que aremos cosas más vergonzosas? - Owen sentía que todo en si ya era vergonzoso ¿Qué podría serlo más? -Ya verás- Comenzó a acariciar su trasero lentamente con sus manos de forma pervertida. - ¡¿Pero que de…?! ¡Ed!- La forma y el lugar donde lo toco le sorprendió. -¿Vas a decirme que no te gusta? Pero si tu cuerpo me dice todo lo contrario.
Owen se limito a soltar suspiros y gemidos, pronto ya no lo soportaría, quería que siguiera tocándolo pero no le diría eso, era vergonzoso. Ed se levanto un poco y le mostro a Owen tres de sus dedos los cuales le metió a la boca sin pedirle permiso para que los llenara de saliva, cuando estaban listos tiro al albino boca abajo y le quito la ropa interior para penetrarlo con un dedo de forma rápida. – ¡Ahh! Ten cuidado- Le pidió el albino pero Ed continuo metiendo otro dedo más y moviéndolos dentro de él, metió un tercer dedo y simulo penetración alcanzando su punto de placer. – Ahhh~ Ed~ espe…- Gimió el de ojos azules. –Es aquí ¿Verdad? Es aquí donde más te gusta- Toco más allí mientras Owen se moría de desesperación, deseaba que Ed lo hiciera de una vez. –Deja de jugar, solo hazlo- Le pidió al castaño. –Mmm, así que ya estás listo, bien- se acomodo frente a su entrada y lo penetro de una sola estocada haciendo que el más joven soltase un gemido fuerte. -¡AHHH! Ngh… duele, no tenias que hacerlo tan rápido.
-Perdona, pero yo tampoco puedo contenerme por tanto- Lo dijo al mismo tiempo que comenzaba a embestirlo con fuerza tocando su punto de placer haciéndole estremecer con cada golpe que le daba allí. –Mmm~ ma-más… por favor- Suplicaba Owen, para el castaño eso era demasiado, escucharlo suplicar por más, no podía negársele. Lo tomo de las caderas y lo sentó sobre sus piernas. –Si quieres que se sienta mejor hazlo tu también- Le dijo en un tono excitado y ronco al oído. El pequeño le obedeció y comenzó a auto penetrarse. –Eres cruel, se que dije que no fueras tan gentil…p-pero… ahh….
Ed acariciaba su cuerpo sin dejar de embestirlo, besaba su nuca con ternura mientras pellizcaba sus pezones con ambas manos y luego las bajaba a sus piernas y las abría más. –No es que sea cruel, es solo que quiero tenerte todo para mí, quiero poseerte completamente y hacerte sonrojar de vergüenza- Y sin duda lo lograba, el albino estaba completamente rojo y con una fina capa de sudor en el cuerpo. –Voltéame…quiero verte…- Le pidió Owen, el castaño no dudo un segundo y lo giro penetrándolo de nuevo mientras se besaban con locura, se abrazaron y se movían con más fuerza. –Nhg… a-allí, más fuerte- Para Ed era como una fantasía el que Owen pidiese por más, sus ojos azules se nublaban por el placer, en serio lo amaba, amaba todo de él y estaba feliz de que fuese suyo. Lo envistió con más fuerza y sin detenerse, pronto el albino se corrió en medio de ambos seguido por Ed que lo hizo dentro de él. – ¡AHHH! ED~
Sintió como su esencia lo llenaba por dentro mientras arqueaba su cuerpo. Ed lo tomo en brazos y se tiro con él al sofá, ambos respirando agitados y sintiendo el desesperado latir del corazón del otro. Cuando se calmaron se dieron un beso de buenas noches, Ed tomo una manta que tenía cerca y se cubrieron con ella. Beso su frente, sus mejillas y sus ojos, lo lleno de mimos y lo acurruco en sus brazos mientras sentía la respiración de Owen hasta quedarse dormido. –Te amo Owen, te amo de verdad- Dijo mientras él también se quedaba dormido.
“Sintió que despertaba de un profundo sueño encontrándose con la nada del espacio, perdido y a la deriva en un bote salvavidas. Creía estar solo pero pronto vio a un chico sentado a su lado. Su cabello era blanco como la luna y sus ojos obscuros y profundos como el espacio pero reflejando a las lejanas estrellas. Este lo volteo a ver con una sonrisa mientras tomaba su mano y el polvo espacial comenzaba a caer como una nevada de invierno. –Este no es el final si no el inicio de nuestro viaje- Le dijo Owen con una sonrisa mientras el de ojos miel le correspondía con otra. –Lo sé, aun nos queda camino por recorrer”