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La mejor oportunidad. por Super Juni0r

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Notas del fanfic:

Mi primer KaiBaek, el primer fic que escribo de mi OTP. Espero que os guste. Lloraría por años si no os gusta¿ Disfruten leyendo.

Despertó por el ruido que estaba haciendo la alarma, fastidiado, alargó la mano para apagarla. Quiso dormir un momento más, pero no logró conseguir sueño. Rendido, se levantó de la cama y fue directo al baño. Se desvistió y se metió a la ducha. No duró mucho, apenas unos pocos minutos y salió. Agarró la toalla que colgaba cerca de la ducha y se la enrolló en la cintura, cogió otra toalla para secarse su cabello azabache y se acercó al lavabo para cepillarse los dientes. Salió del baño y se dirigió al armario. Busco algo que ponerse y eligió una camisa negra holgada y unos 'jeans' azules. Se acercó al espejo que estaba en el armario y se arregló un poco el cabello. Ya arreglado, salió de su cuarto y bajó las escaleras. Se dirigió al comedor y allí encontró a su padre tomando una taza de café mientras leía el periódico.

—Buenos días papá —dijo.

—Buenos días hijo —contestó el padre.

—Buenos días Jongin-ah —dijo una anciana mujer que salía de la puerta de la cocina.

—Bueno días nana -contestó Jongin-. ¿Y madre? —preguntó.

—Se fue temprano al trabajo —respondió el padre. Jongin asintió.

—Siéntate Jongin, toma tu desayuno —dijo la nana.

Jongin se sentó en la silla y comenzó a comer el desayuno que su nana le preparó. Al finalizar de comer, se despidió de su padre y de su nana. Cogió la mochila donde tenía las cosas que iba a llevar ese día, salió de casa y se dirigió al metro, la cual estaba a unos metros lejos de su casa. En la estación habían muchas personas, sea chicos jóvenes, que hombres adultos, los cuales se dirigían a su trabajo. Jongin tenía que esperar allí por cinco minutos para que el tren que debía coger llegara. Los cinco minutos pasaron y el tren llegó, Jongin trató de hacerse espacio para poder entrar, ya que toda la gente empujaba para poder entrar o salir. Jongin, con esfuerzo, consiguió entrar. Las puertas del tren se cerraron y mitad gente se quedó afuera de éste. El camino para llegar a su destino no era tan largo, a sólo tres paradas, contándolas desde donde se subió. Llegó su parada y salió de allí corriendo. Ya afuera, logró respirar aire limpio, terminó de hacerlo y se dirigió a su destino. No tuvo que caminar tanto, ya que desde donde estaba sólo tenía que caminar tres minutos.

Jongin no conocía a nadie en Seúl. Todo para él era nuevo, sólo conocía la calle de su casa a la Universidad y viceversa. Sus padres decidieron mudarse porque a su madre le ofrecieron un trabajo como doctor en el hospital de Seúl hace un mes. Y ya que Jongin tenía que comenzar la Universidad, con sus buenas notas y su pasión por la danza, logró entrar en la Universidad Nacional de Artes de Corea. Iba a comenzar su primer año y tenía miedo. No era muy bueno haciendo amistades ya que era muy tímido con las personas que no conocía bien, en toda su vida sólo ha tenido dos amigos, pero al mudarse tuvo que dejarlos atrás. Tampoco ha llegado a tener novia por su timidez y ahora por ello tenía miedo, miedo de no lograr hacer ningún amigo.

Llegó a la entrada de la Universidad, y aunque si ya la había visto cuando se vino a inscribir, le seguía pareciendo una grande y espectacular Universidad, era lo único bueno de todo eso, estaba yendo a una muy buena institución. Con miedo y el corazón a mil, entró. Sacó de su mochila dos papeles uno tenía escrito las clases que tenía, los nombres de los maestros, la sección de su clase y el código de su casillero y el otro era un mapa. Jongin, leyendo el mapa, trató de entender donde estaba la secretaría y estuvo caminando de un lado para otro sin encontrarla. No sabiendo que más hacer, buscó a alguien que le pudiera ayudar. Para su suerte un chico con lentes, y unos centímetros más bajo que él, estaba yendo por el camino donde estaba.

—D-disculpa —dijo en voz baja cuando chico pasó por su lado, por suerte que le escuchó, se paró y con una sonrisa le preguntó: —¿Sí?

—Ehm... ¿me p-podrías decir d-dónde está la secretaría? —preguntó tartamudeando.

—Claro —respondió aún con una sonrisa—. Puedes venir conmigo, en tanto, yo también voy hacia allí.

—Oh, e-está bien. Gracias.

—Por cierto, mi nombre es Kim Junmyeon, estoy en el cuarto año de Teatro ¿y tú? —preguntó sonriendo.

—Jongin, Kim Jongin, primer año de Danza —contestó un poco más relajado y sin tartamudear.

—Mucho gusto Jongin-ah, espero que estés cómodo aquí —dijo el mayor.

—Igual y gracias.

Los dos, mientras se dirigían a la secretaría, lograron establecer una conversación. Para Jongin le fue fácil poder hablar con Junmyeon, parecía que lo conocía desde hace tiempo, y también gracias a la sonrisa del mayor, ya que demostraba mucha confianza.

Llegaron a la secretaría y tuvieron que separarse, ya que Junmyeon tenía que hablar con el director. Jongin se despidió de él y se acercó hasta una mujer, de unos treinta o más años, que estaba tecleando algo en la computadora. La mujer dejó de hacer lo que estaba haciendo, para dirigir toda su atención hacia Jongin.

—¿Deseas algo? —preguntó con una sonrisa de lado.

—Ehm, sí. Hace una semana vine a inscribirme e hice todo lo que me pidieron, pero me dijeron que faltaba que firmara un papel, pero como ya estaban muy ocupados con otras cosas de otros estudiantes, me pidieron que éste día viniera aquí y que firmara esos papeles —contestó Jongin.

—Entendido, ¿me puedes decir cómo te llamas cariño? —Jongin se estremeció al escuchar la palabra "cariño" salir de los labios de la mujer—. Kim Jongin —respondió.

—Kim Jongin —dijo mientras tecleaba—. Aquí, en efecto, tienes que firmar el típico contrato que te dice que si alguien está interesado en tus cualidades, a pesar de todo, tienes que continuar con tus estudios u otros cosas. Espera un momento, iré a buscarlo cariño -se levantó de su puesto y se dirigió a la puerta que estaba al lado de la oficina del director.

Jongin se volvió a estremecer cuando la mujer le llamó "cariño". En ese momento, Junmyeon salió de la oficina del director y se dirigió hacia Jongin.

—¿Has resuelto todo? —preguntó con la misma sonrisa de antes.

—Aún no, la secretaria fue a traer un contrato que tengo que firmar —respondió.

—Ah, el contrato. Mmm... ten cuidado con la señora Moon, es... cómo decirlo sin sonar mal... una que busca acción con hombres más jóvenes que ella —dijo con tranquilidad.

Jongin abrió los ojos hasta donde pudo, sorprendido por tal información—. ¿Cómo sabes eso? —preguntó.

—Una vez la estaba ayudando con unos papeles, cuando sentí que me tocaron el trasero. Me volteé a ver quién era y sólo me encontré con ella que estaba sonriendo como maníaca —se rió—. Pero no sólo a mí, muchos otros chicos han llegado a contar historias símiles.

—Oh... —dijo sólo Jongin. En ese momento la señora Moon se acercó donde los chicos con una carpeta azul en manos: —Buenos días Junmyeon —dijo la mujer con la misma sonrisa de lado.

—Buenos días señora Moon —contestó de la misma forma.

— Oh, por favor Junmyeon, no soy tan vieja para que me digas señora, apenas voy a cumplir treinta ocho años —dijo en tono triste.

—Sí, lo siento —contestó riendo Junmyeon.

—Ten cariño —dijo dirigiéndose hacia Jongin—. Éste es el contrato que tienes que firmar —le entregó un papel.

Jongin cogió el papel y comenzó a leer algún que otro parágrafo. Mientras leía, otro chico llegó a la secretaría.

—¡Buenas a todos! —gritó el recién llegado.

Jongin, por curiosidad, dejó de leer el contrato y levantó su vista del papel. Al levantar la mirada se encontró con un chico de cabello castaño, un poco más bajo que él, una sonrisa que hacía que sus ojos formaran medias lunas y también muy bien parecido.

— Que lindo —pensó Jongin. Sorprendido, Jongin sacudió su cabeza para alejar ese pensamiento. Pero en serio, el chico era muy lindo, volvió a pensar.

—Buenas para ti también, Baekhyun —habló Junmyeon.

—Que lindo volver a verte Baekhyunee —dijo en un tono meloso la señora Moon.

—Hola Junmyeon, el placer es mío señorita Moon —contestó, todavía con su sonrisa.

— Baekhyun, lindo nombre, como él —volvió a pensar Jongin. Otra vez sorprendido por lo que pensó, dejó de ver al castaño y se concentró en su lectura.

—¿Deseas algo Baekhyunee? —preguntó con el mismo tono de antes la señora Moon.

—Nada de importante, sólo vine a saludarla señorita Moon —contestó.

—¡Ay! Siempre tan hermoso Baekhyunee —dijo avergonzada.

—Bueno, ya vine a saludar, me voy a mi clase antes de que comience y que el ogro aka profesor Lee, se enoje. Adiós señorita Moon, un placer volverla a ver, adiós Junmyeon, adi...

—Me voy contigo, Baekhyun —le interrumpió Junmyeon.

—¡Claro, vamos!

Jongin, quien se había dicho que debía de leer el contrato, no había quitado la vista de Baekhyun. El aura de Baekhyun era toda arcoíris y eso le había atraído a Jongin. Por un momento pensó que Baekhyun lo iba a saludar, pero Junmyeon interrumpió en ese momento. Antes de que los dos mayores se fueran, Junmyeon se volteó a verlo y lo saludó, Jongin le devolvió el saludo. El menor, en vez de regresar a leer el papel, siguió pensando en Baekhyun y en su hermosa sonrisa y hubiera seguido así, si la señora Moon no le hubiera interrumpido.

—¿Está todo bien cariño? —preguntó.

—¿Eh? Oh, sí —contestó.

Firmó el papel, que no terminó de leer, y se despidió de la señora Moon, la cual, cree él, le guiñó el ojo. Asustado por ello, salió de allí lo más rápido que pudo.

Ya fuera de allí, volvió a ver el mapa que había guardado en su mochila cuando se encontró con Junmyeon y trató de encontrar el camino para llegar a su clase. Tenía menos de veintiséis minutos para que su primera clase comenzara y pensaba que ese tiempo no era suficiente para él que, con sólo tratar de encontrar la secretaría, se perdió y estuvo andando vueltas y vueltas en el mismo lugar. Estuvo caminando por unos minutos, cuando encontró una clase que estaba siendo regañada por el profesor, en realidad sólo estaba discutiendo con un alumno.

—¡Señorito Byun! ¡Guarde silencio y siéntese! —gritó el profesor y todos los alumnos comenzaron a reír.

—Pero que aburrido que es profesor Lee —dijo el chico riendo.

Jongin reconoció esa voz, aunque si sólo la escuchó por unos pocos minutos, pero supo que era el mismo chico que vio en la secretaría, Baekhyun. Jongin se quedó viendo, como embobado, otra vez, al castaño y hubiera seguido así si no fuera porque en ese momento sintió que algo le tocó el hombro. Despertó de su ensueño y se giró a ver lo que le había tocado, se encontró con un chico más o menos de su misma altura, cabello rubio y tenía una cara muy seria.

—¿S-sí? ¿d-deseas algo? —preguntó Jongin, un poco intimidado por su mirada.

—Eso te lo pregunto a ti. ¿Estás perdido o algo? —preguntó el extraño. En ese momento Jongin se recordó lo que estaba haciendo antes de quedarse parado viendo como idiota a Baekhyun—. E-estoy buscando la clase 1-A —respondió Jongin.

—¿Danza? —Jongin asintió—. Pues estás muy lejos de ese lugar. Te acompaño, yo también voy hacia allí —dijo.

—G-gracias.

Los dos chicos emprendieron camino. Jongin se sentía incomodo con el chico y más que en su rostro no mostraba ninguna señal de alegría, simplemente estaba serio. Agarró fuerza y dijo: —J-Jongin —el chico se giró a verlo cuando habló—. Me llamo Kim Jongin.

El aún desconocido se le quedó viendo por unos momentos y poco después dijo: —Sehun, Oh Sehun.

Después de ese comienzo, los dos comenzaron a hablar más hasta llegar a su clase. Los dos decidieron sentarse juntos y mientras esperaban que el profesor llegara, continuaron hablando de muchas cosas, descubrieron que tenían mucho en común, aparte de su amor por la danza. Jongin le contó que era nuevo en Seúl, que apenas se había mudado hace un mes y muchas otras cosas más, Sehun por lo consiguiente, habló cosas de él. Hubieran seguido así, pero el profesor entró al aula. Se presentó a los nuevos alumnos y comenzaron la clase. Después de dos horas seguidas de Historia, llegó la hora del almuerzo. Todos los alumnos se dirigieron hacia la cafetería de la institución. Sehun le pidió a Jongin que almorzaran juntos y éste último aceptó gustosamente.

Jongin quedó sorprendido con la cafetería, era muy grande, seguro que allí entraban todos los alumnos de la Universidad.

—Que grande —susurró Jongin.

—Lo es, pero no lo suficiente para que todos entren —habló Sehun.

—¿Cómo? Pero si es muy grande —volvió a decir Jongin.

—Todos los alumnos que ves, son sólo del primer año y del segundo año, los del tercero al quinto año almuerzan después de nosotros —explicó Sehun—. Pero no sé el porqué.

—Ah —Jongin estaba curioso por algo y le preguntó a Sehun que cuál era la clase donde estuvo antes cuando se encontraron—. Pues era el tercer año de Música —respondió.

—Eso significa que no lo veré —pensó Jongin—. ¿Por qué? —preguntó el rubio.

—Por nada, sólo curiosidad —contestó.

Los dos cogieron su almuerzo y se sentaron en una mesa que ya estaba ocupada por otros tres chicos. Jongin se puso a pensar del porqué estaba tan interesado en Baekhyun, era imposible que le gustara un chico cuando era heterosexual, aunque si en su vida ha tenido sólo dos amigos, los cuales han sido hombres y ninguna novia, estaba seguro que era hetero, pero ahora en serio, apenas vio a Baekhyun comenzó a dudar mucho. Nunca se había interesado en ningún hombre, pero Baekhyun si que le interesaba mucho. Jongin pensó en la sonrisa de Baekhyun, en su risa, en su voz.

—¿Sucede algo? —preguntó Sehun.

—¿Q-qué? Ehm... estoy bien —respondió.

—¿Seguro? —volvió a preguntar.

—¿Por qué? —respondió Jongin con una pregunta.

—Es que estabas sonriendo demasiado, parecía una sonrisa de enamorado. ¿Quién fue la afortunada?

—No estoy enamorado —o al menos eso pienso ㅡdijo Jongin.

—Claro, como digas —dijo en un tono sarcástico Sehun.

Lo que dijo Sehun le puso confuso, pero supo que tenía razón. Baekhyun le gustaba y ahora no miraba la hora de volver a verle otra vez.

Sehun estaba yendo hacia su casillero cuando alguien gritó su nombre. Se giró para ver quien era, aunque con sólo escuchar su voz supo que era su primo Baekhyun.

—Sehun, mi primo favorito y querido Sehun —dijo Baekhyun con una sonrisa de oreja a oreja.

—Soy tu único primo, ¿qué quieres Baekhyun? —preguntó Sehun.

—Hoy no llegaré a casa, ¿puedes decirle a los tíos que no me esperen para cenar, por favor? —dijo, poniendo una cara de cachorro.

—No entiendo porqué me dices eso si mis padres ya saben que sales siempre -respondió Sehun.

—¿Eso es un sí? —dijo ignorando todo lo que dijo Sehun—. Eres genial Sehun-ssi —dijo levantando sus dos pulgares.

Sehun vio como Baekhyun se alejaba, mientras que saludaba a todas las personas que pasaban por su lado. Baekhyun era muy popular allí y como no serlo cuando es un chico que sonríe a todos y divierte a todos.

Los primeros dos años fueron normales para Jongin, no había conseguido más amigos, aparte de Sehun, pero llegó a hablar con muchas personas gracias a él. No volvió a encontrarse con Baekhyun en estos dos años, ni siquiera lo había visto de lejos. Ahora que estaba en tercero, esperaba poder verlo en la cafetería, ya que los de tercer año al quinto almorzaban juntos.

Era el primer día en el tercer año para Jongin y las primeras tres horas que tenía de danza, pasaron muy rápido. Siempre que bailaba perdía la noción del tiempo. Ya era la hora del almuerzo, y como siempre, Sehun y Jongin fueron juntos hacia la cafetería.

—Hoy mi madre me hizo el almuerzo. Tendrás que ir sólo a recoger el tuyo —habló Sehun.

—Está bien, nos vemos en un momento —dijo Jongin.

Jongin se alejó de Sehun y se acercó a la fila para coger el almuerzo. Mientras esperaba que llegara su turno, comenzó a mirar de un lado al otro toda la cafetería para ver si tenía la suerte de encontrar a Baekhyun. Nada, no había ningún rastro del castaño. Llegó su momento y cogió su almuerzo. Se estaba alejando de allí cuando escuchó una voz que no escuchaba desde hace dos años. Se giró para ver y allí estaba, seguía siendo castaño, seguía teniendo esa hermosa sonrisa que hacía que sus ojos formaran dos medias lunas. Estaba discutiendo con la señora que servía la comida.

—Vamos señora Choi, sólo uno más —pedía Baekhyun.

—Te he dicho que no Baekhyun, un budín por persona —respondió la señora.

—Pero es sólo uno, por favor —volvió a rogar.

—Aunque si me haces esos ojitos de cachorro, la respuesta sigue siendo no.

Jongin vio su bandeja y supo que esa podría ser su oportunidad de hablar con Baekhyun, por primera vez.

—Me acerco a él, le digo que yo le puedo dar mí budín y listo, no me tengo que desmayar sin haber dicho al menos un "O" —pensó Jongin.

Jongin se acercó a paso lento donde estaba Baekhyun y con todas las fuerzas que reunió habló: —D-Discul...

—Baekhyun, ya deja de molestar a la señora Choi, te daré yo mi budín —un chico más alto que Jongin, cabello rizo castaño y una sonrisa demasiado grande, lo interrumpió.

—¿En serio? ¡Eres el mejor Channie! —dijo entusiasmado Baekhyun.

Los dos chicos se alejaron de allí y Jongin, el cual no pudo hablar con Baekhyun, se fue triste hasta donde estaba sentado Sehun. Sehun al ver la cara de Jongin le preguntó: —¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes —contestó con una media sonrisa. Sehun no estaba muy convencido, pero no volvió a preguntar otra vez.

Los demás días pasaron iguales. A pesar de estar en la misma hora del almuerzo, Jongin nunca se acercó a Baekhyun a hablarle, lo único que hacía era verlo desde su puesto y de allí nada más y cuando, por cosas del destino, Baekhyun miraba a su lugar, o quitaba su mirada de él o alguien tomaba la atención del castaño.

—Bien chicos —habló el profesor—. Estamos a sólo 4 meses para que el año termine, pero de seguro éste año harán la fiesta para celebrar el aniversario que no pudieron celebrar el año pasado, es que si, solo quedan menos de tres meses —explicó—. Por ello, estoy pensando en un proyecto. Tienen que trabajar en equipo, pueden ser de dos o tres, no más. Hice un esquema sobre lo que tendrán que hacer —sacó unas hojas de una carpeta y comenzó a repartirlas entre todos los alumnos—. Tienen dos semanas para hacer el trabajo y entregarlo, buena suerte —finalizó y con ello la campana que daba a entender que las clases habían terminado, sonó.

Jongin y Sehun se habían puesto de acuerdo en hacer los dos juntos el trabajo. Estaban guardando sus cosas en su mochila cuando Sehun habló: —¿Si quieres podemos hacer el trabajo en mi casa?

—Me parece bien —respondió Jongin.

—Podemos comenzar ya mañana si no hay problema —dijo el rubio.

—Entonces mañana será

Al día siguiente, después de clases, Jongin y Sehun fueron juntos a la casa del último. A pesar que Jongin conocía al rubio desde ya dos años, nunca había estado en la casa de éste y ni aunque él en la casa de Jongin.

—¡Estoy en casa! —dijo Sehun apenas entró por la puerta.

—¡Bienvenido tesoro! —apareció de la nada una mujer con una hermosa sonrisa en su rostro—. Tú debes de ser el amigo de Sehun, Jongin ¿verdad?

—Sí, mucho gusto señora Oh —habló Jongin.

—Tienes que conocer al padre de Sehun —dijo la mujer halando del brazo a Jongin.

—¡Mamá! —gritó Sehun.

Jongin fue halado hasta la sala, donde estaba un hombre con lentes, el cual revisaba unos papeles.

—Cariño —dijo la mujer. El hombre dejó de hacer lo que estaba haciendo y puso toda su atención en su esposa—. Él es el amigo de nuestro Sehunnie, Jongin

—Oh, un gusto conocerte Jongin. Es un placer conocer a los amigos de Sehun, ya que nunca trae a sus amistades a casa —habló el padre.

—El gusto es mío señor Oh —dijo Jongin.

—Bueno, si ya terminaron con las presentaciones, nos vamos a mi habitación —Sehun se llevó a Jongin de allí, subieron las escaleras y llegaron a la habitación del rubio.

—Son muy simpáticos tus padres —dijo Jongin—. No se parecen en nada a ti. Aparte la sonrisa de tu madre, es igual a la tuya.

—Y eso que no conoces a mi primo —respondió el rubio—. Parecen más padres de él, que míos.

—¿Vives con tu primo? —preguntó.

— Sí, ya que mis tíos se la pasan viajando por el trabajo, le pidieron a mis padres que cuidaran de él — contestó.

—Y ¿dónde está ahora? —volvió a preguntar Jongin.

—Estará con sus amigos en algún lugar. Mi primo pasa la mayor parte del tiempo fuera casa —con eso último, los dos comenzaron a hacer el trabajo.

Estuvieron así por las próximas dos semanas, Jongin yendo a la casa de Sehun después de clases. A pesar de pasar la mayor parte del tiempo en la casa de Sehun, nunca logró encontrarse con el primo de éste, o sea Baekhyun, sólo que Jongin no sabía que ellos dos eran primos.

El día de la entrega del trabajo, los dos chicos entregaron el suyo. El profesor revisó su trabajo y quedó satisfecho con el proyecto que hicieron. Les dijo que por haber hecho un gran trabajo, iban a tener créditos extras para el examen final de ciencias de ese año. Los dos regresaron a su puesto contentos por el resultado.

—Jongin —llamó Sehun.

—¿Sí?

— Celebremos todo esto en mi casa. Podemos pedir una pizza y ver una película. ¿Qué te parece? —propuso Sehun.

—Me parece una buena idea —respondió contento por la idea Jongin.

Ese mismo día, al terminar las clases, Jongin regresó a casa y les dijo a sus padres que esa noche no llegaría a casa, ya que dormiría en la casa de un amigo. Los padres le dijeron que estaba bien y que se cuidará. Entró a al cuarto y se acercó al armario, sacó dos camisas, un pantalón y una bermudas. Abrió los cajones que estaban dentro el armario y sacó un par de calcetines y un bóxer negro. Guardó toda la ropa en una mochila y también guardó los materiales que tendría que llevar a la Universidad mañana. Salió del cuarto, bajó las escaleras y saliendo de la casa, se despidió de sus padres.
La casa de Sehun estaba lejos, a siete paradas con el metro.

—Tengo que hacer la licencia de conducir, ya tengo 19 años —pensó Jongin.

Llegó a la metro y espero a que el tren que tenía que coger llegara. El tren llegó y para suerte de Jongin, estaba vacío. Entró y se sentó. Después de casi 25 minutos, llegó a la parada, se bajó y salió de la metro. De tantas veces que fue a la casa de Sehun para hacer el trabajo, se sabía la calle de memoria. Comenzó a caminar y girando de vez en cuando en otras calles, llegó a la casa de Sehun. Se acercó a la puerta y tocó el timbre. La madre de Sehun abrió la puerta y dijo: —¡Jongin! ¡pero qué bueno volver a verte por aquí!

—Pero si nos vimos ayer señora Oh —dijo Jongin riéndose.

—¡Pasa, pasa! Sehun está en su habitación —dijo la señora Oh. Jongin entró y pasando por la sala, se encontró al padre de Sehun: —Buenas señor Oh.

—¡Jongin! ¡qué bueno volver a verte! —dijo el señor.

—Pero... igual señor Oh —volvió a reírse Jongin—. Iré al cuarto de Sehun con su permiso.

—¡Claro, ve!

Jongin se despidió y subió las escaleras. Tocó la puerta del cuarto de Sehun que estaba cerrada y poco después Sehun salió de ella.

—Jongin, pasa —dijo Sehun—. Ya pedí la pizza. Mientras la esperamos podemos jugar un videojuego ¿está bien?

—Me parece genial —contestó Jongin.

Jongin dejó su mochila en la cama de Sehun y se sentó en el suelo, donde Sehun estaba encendiendo la videoconsola. Sehun le entregó un control a Jongin y se sentó al lado de él y comenzaron a jugar.
Después de haber ganado y perdido una cantidad de veces, Jongin le preguntó a Sehun: —Ehm... ¿y tu primo?

—Afuera, como siempre. Fue a una fiesta con sus amigos. ¿Por qué siempre toda esta curiosidad de saber dónde está? —respondió Sehun.

—Curiosidad, me gustaría conocerlo, ni siquiera me has dicho como se llama —contestó Jongin.

—Pues de seguro lo has de conocer, se llama Bae...

—¡Chicos! ¡la pizza ya está aquí! —dijo la madre de Sehun entrando al cuarto.

Los dos chicos dejaron de jugar y Sehun apagó la videoconsola y puso la película que verían esa noche. Los dos se sentaron en los sillones puff color negro y rojo y se pusieron a comer la pizza mientras miraban la película. Ya de noche, la película llegó a su fin, ya que tenía que ir a la Universidad el siguiente día, decidieron irse a dormir.

—Puedes dormir conmigo —propuso Sehun.

—Puedo dormir también en el suelo, no te preocupes —contestó Jongin.

—Tú no te preocupes, la cama es lo suficientemente grande para los dos. No quiero que mi invitado duerma en el suelo —volvió a decir Sehun.

—Pero...

—No te preocupes ¿está bien?

—Está bien —se rindió al final Jongin.

Jongin se metió al baño y se puso una camisa y las bermudas que trajo. Salió y Sehun ya estaba listo para dormir. Los dos se metieron en la cama y después de decirse buenas noches, Sehun apagó las luces y se durmieron.

Eran tipo las tres de la madrugada o eso pensó Jongin cuando se despertó por unos ruidos que venían del otro lado de la puerta. Jongin, por curioso, se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, la abrió despacio y por la oscuridad no logró ver muy bien el camino. Volvió a sentir el mismo rumor y dirigió su vista hacia allí. Vio, o eso cree, a una persona que trataba de caminar, trataba porque cada paso que daba parecía que se iba a caer. Jongin iba a decir algo, pero la persona se cayó al suelo y el primero corrió hacia él.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado Jongin mientras lo ayudaba a levantar.

—Síííí, etoooy beeen —dijo arrastrando las palabras—. Gaciiiiiaaas.

Y con eso, el chico abrió la puerta que estaba cerca de allí y entró. Jongin no supo si conocía al chico, ya que no logró verle la cara, pero si supo que era el primo de Sehun.

En la mañana, los dos chicos se despertaron y se arreglaron para ir a la Universidad. Salieron del cuarto y bajaron las escaleras. Allí, la madre de Sehun los estaba esperando para que desayunaran. Se acercaron a la mesa, se sentaron en la silla y comenzaron a comer.

—¿Y mi primo? —preguntó Sehun.

—Sigue durmiendo, apenas regresó hoy en la madrugada —dijo la señora Oh—. Éste niño sólo de fiesta en fiesta anda, siempre me he preguntado como ha hecho para llegar al quinto año de Universidad.

Siguieron comiendo y al terminar, los dos chicos se fueron a clases.
Ese día la institución habían hecho una reunión en el auditorio. Todos los alumnos del primer al quinto año estaban allí. Todos estaban hablando entre ellos cuando el director subió al escenario con un micrófono y comenzó a decir: —Buenos días, queridos alumnos

—¡Buenos días! —dijeron todos al unísono.

—Como verán —comenzó diciendo—. El año pasado nuestra Universidad cumplía 20 años desde su fundación, pero por problemas no logramos celebrarlo como se debía, por eso, he hecho que se haga esta reunión para decirles que necesito de su ayuda para preparar el festival que tenía que hacerse el año pasado. Espero que muchos de ustedes ayuden con esto. Y con esto, gracias desde antes y ahora pueden regresar a sus clases, adiós queridos alumnos —el señor Kim estaba por irse cuando regresó de nuevo y dijo: —Para los que nunca han estado en un festival de nuestra Universidad, les he de decir que muchos agentes de alguna que otra compañía de entretenimiento viene a vernos, saben que tienen que hacer ahora con esta información —finalizó y bajó del escenario.

Todos los alumnos se fueron de allí y cada uno se dirigió a su clase.
Estaban en clases de Coreano cuando un profesor entró al aula. Los alumnos se levantaron de su asiento y se inclinaron y dijeron: —Buenos días profesor Lee.

—Buenas. Estoy pasando por cada aula para saber quiénes ayudarán con los preparativos del festival, espero que muchos de ustedes participen —dijo. Todos comenzaron a hablar entre ellos.

—Jongin —susurró Sehun. Jongin se giró a verle y asintió para que continuara—. Ayudemos.

—¿Estás seguro? —preguntó dudando Jongin.

—Sí, seguro será divertido.

Aún dudando, Jongin aceptó y los dos levantaron las manos y el profesor pidió los nombres de los chicos y poco después algunos, sea chicos y chicas, levantaron la mano. El profesor hizo lo mismo que antes, dio indicaciones, como que desde ese día deberían de quedarse hasta tarde en la universidad y después de ello, salió del aula.

Después de clases, Sehun y Jongin se reunieron en el auditorio, donde se encontraron como muchos alumnos. Unos profesores dieron indicaciones sobre lo que tenían que hacer cada uno dividiéndose en grupos. Sehun y Jongin estaban en el mismo grupo, el cual tenía que colocar decoraciones alrededor del auditorio.

Jongin estaba poniendo unos listones en la pared cuando escuchó una risa que reconocería hasta de lejos. Se volteó a ver al lugar de donde venía la risa y allí vio al chico que, prácticamente, lo dejaba embobado cuando pensaba en él. Estaba con el mismo chico de siempre, el cual interrumpió en el peor momento cuando iba a hablar por primera vez con Baekhyun.

Desde ese momento, de vez en cuando, Jongin dejaba de hacer lo que estaba haciendo y se volteaba a ver a Baekhyun y en esas veces siempre se sonrojaba al ver la hermosa sonrisa de Baekhyun.

—¿Por qué es tan lindo? —pensó Jongin.

Y así pasaron los siguientes días, con los alumnos que aceptaron quedarse hasta tarde para ayudar con el festival y con Jongin viendo en secreto a Baekhyun.

El día del festival llegó y con ello chicos que venían a ver si esa sería la Universidad que escogerán al terminar sus estudios en la secundaria. También habían padres que acompañaban a sus hijos.
En el auditorio, los estudiantes de la Universidad, se iban a presentar con escenas de teatro, música, danza e otras cosas más.

Estaba caminando, mientras miraba lo que había conseguido hacer en esos días con los otros chicos, junto con su amigo Chanyeol, cuando el director de la escuela se puso delante de él diciendo: —Baekhyun, mi alumno favorito, no se lo digas a nadie pero —rió.

—Director Kim, mi único director favorito —dijo el castaño también riendo—. ¿Desea algo señor?

—Sí. Necesito de tu increíble voz para la actuación final —dijo el señor Kim.

—¿Yo? Pero si no he preparado nada y no he practicado para éste día —comentó con duda Baekhyun.

—Pero si tú no necesitas de eso para hacer algo increíble. Yo sé que si lo haces, harás una gran actuación —dijo el señor Kim sin dudar en ningún momento de lo que decía.

—¡Hazlo Baekhyun! Seguro harás una increíble, no, ¡una excelente actuación! —habló Chanyeol, el cual estuvo callado todo ese tiempo. Baekhyun se quedó pensando un momento y al final aceptó hacerlo.

Jongin estaba esperando a Sehun, el cual había ido por una bebidas, en las puertas que daban para el auditorio. En ese momento estaban dando el último espectáculo del día y todas las sillas, que habían puesto en los días anteriores, estaban ocupadas. Muchas personas estaban viendo la actuación en pie.

La actuación llegó a su fin y cuando toda la gente estaba por irse, un hombre subió al escenario y dijo: —Por favor, necesito de su atención. Por unos cambios, hemos decidido hacer una última actuación, espero que se puedan quedar para verla, mejor dicho, escucharla, gracias —con ello el hombre se bajó del escenario.

Todas las personas, la cuales se habían levantado o alejado de su puesto, regresaron, impacientes por ver una última actuación sorpresa.
Jongin se quedó sorprendido al escuchar eso, pero al igual que todos, espero por ver la última actuación.
Un chico, con micrófono en mano, subió al escenario y a Jongin por poco no se le salían los ojos por tanto abrirlos.

—¡Buenas a todos! —comenzó diciendo—. ¡Espero que disfruten de esta actuación! Que no pudo ser práctica porque el director apenas hace unos minutos me dijo que la hiciera —todos rieron.

Comenzó a sonar una melodía lenta de piano y con ella la voz de Baekhyun llenó todo el lugar y poco después la melodía aumentó de ritmo. Todas las personas se quedaron sorprendidas al escuchar la voz de Baekhyun, hasta Jongin. Todos comenzaron a hablar entre ellos diciendo cosas como: "Que hermosa voz tiene" "Hay muchos artistas que tiene una buena voz, pero él no se queda atrás" "Si fuera un ídolo me haría fan de él" y entre otras.
Jongin no sabía expresar lo que sintió al escuchar cantar a Baekhyun, prácticamente se quedó mudo y supo que con eso su amor hacia Baekhyun creció más, si era posible. Ahora Jongin sabía que además de tener una increíble personalidad, una hermosa sonrisa y risa bella, tenía una increíble voz.

—Baekhyun desde pequeño ha tenido una buena voz —dijo Sehun poniéndose al lado de Jongin y asustándolo en la acción.

—¿Lo conoces desde hace tiempo? —preguntó Jongin curioso y con un poco de celos en medio.

—Claro, Baekhyun es mi pr...

—¡Sehun, amigo mío! —dijo, casi gritando, un tipo más alto que los dos chicos.

—Chanyeol —respondió Sehun.

—¿Cómo has estado? Hace tiempo que no nos vemos —Sehun asintió. Chanyeol volteó a ver a Jongin—. ¿No me presentas a tu amigo?

—Sí. Jongin, él es Chanyeol, un amigo de mi primo. Chanyeol, él es mi amigo Jongin —dijo señalando a cada uno.

—Mucho gusto —dijo Chanyeol, con una sonrisa alargando el brazo para que Jongin apretará su mano. Jongin se quedó viendo la mano y después, él también sonrió y alargó su brazo y apretó la mano de Chanyeol: —El gusto es mío.

Se quedaron hablando un poco más y después Chanyeol se despidió de ellos. Cuando Jongin quiso regresar toda su atención a Baekhyun, éste ya había dejado de cantar y ya estaba dando las gracias por haberle escuchado. Todos aplaudieron apenas Baekhyun dejó de hablar y siguieron aplaudiendo aunque si éste ya se había bajado del escenario, hasta Jongin.
Y con ese último escenario, todas las personas se retiraron y se fueron de la Universidad.

Casi todos los alumnos se habían quedado para ordenar y limpiar el auditorio. En ese momento llegó el director y les dijo que todos habían hecho un gran trabajo y que les agradecía por ayuda hacer el festival, después de ello se fue y todos continuaron limpiando.
Cuando dejaron más o menos decente el auditorio, regresaron a casa.

Los días pasaron y con ellos los exámenes finales llegaron. Todos estaban frustrado, llevando libros de aquí a allá, quedándose hasta tarde en la biblioteca. Jongin de vez en cuando iba a la casa de Sehun a estudiar con él, y a pesar de ello nunca se topó con Baekhyun. O hacían viceversa, Sehun iba a la casa de Jongin y con ello Sehun conoció a los padres y a la nana de Jongin.

Así pasaron los días y la semana que ningún alumno quería que llegara, la de los exámenes. Todos estaban con nervios y con miedo de no lograr pasarlos.
La semana pasó muy lenta para todos, pero terminó. Aún quedaban unos cuantos días para que las clases terminaran y los profesores les había dicho que entre esos días sacarían los resultados. Los días pasaron y los estudiantes aún seguían en ansias por saber los resultados finales, algún que otro estaban bien con ellos porque sabían que habían ido muy bien las pruebas.

—Los resultados se mostrarán ésta tarde después de clases —habló una voz femenina desde los altoparlantes—. Los del primer año y segundo preséntense en la aula de administración para ver los resultados y los de tercero al quinto año a la secretaría para que puedan ver sus resultados en el tablero y por favor, no hagan desorden cuando vayan a verlos, como siempre, gracias.

—¿Te parece bien si esperamos un poco más antes de ir a verlos? —preguntó Sehun.

— Me parece genial, no quiero morir ahogado, aún tengo dos años de Universidad que me esperan —dijo riendo Jongin. Sehun lo acompañó.

Las clases terminaron y todos salieron corriendo con sus cosas, excepto Jongin y Sehun y algunos otros alumnos que de seguro tuvieron la misma idea que ellos. Cuando pensaron que era el mejor momento, cogieron sus cosas y se dirigieron a la secretaría.
Al llegar vieron que aún había estudiantes que querían ver los resultados. Los dos chicos esperaron un momento más y cuando el lugar estaba un poco más vacío, se acercaron al tablero, buscaron sus nombres y gracias a las horas de estudios y todas las desveladas, pasaron.

Estaba caminando tranquilo viendo por última vez la Universidad, en la cual pasó su mayor tiempo estos últimos cinco años y de vez en cuando saludando a personas que pasaban por su lado. Baekhyun iba a extrañar todo de esa Universidad, había pasado sus exámenes con buenas notas y algún que otra materia con un excelente, como canto y composición.

—¡Baekhyunee! —dijo medio gritando la señora Moon.

—¡Señorita Moon, qué bueno verla! —dijo sonriendo el castaño.

—¡Ay! ¡Por qué eres tan adorable! Te voy a extrañar mucho mí Baekhyunee —dijo en un tono triste lo último.

—Yo también la voy a extrañar señorita Moon.

—Bueno basta con todo esto que me pongo sentimental —Baekhyun se rió—. Te estaba buscando porque éste señor —señaló un hombre en traje que estaba detrás de ella, el cual Baekhyun no había visto hasta ahora—. Te estaba buscando. Por lo que se mira es un cazatalentos —dijo cerca del oído del menor—. ¡Buena suerte Baekhyunee!

—Gracias señorita Moon —contestó sonriendo.

—Buenas tardes —dijo el hombre medio inclinándose.

—Buenas tardes —respondió de la misma forma el castaño.

—Me llamó Park Young Woon y como verás, estoy buscando a chicos con talento como tú para que hagan una audición en nuestra empresa —sacó de su bolsillo una tarjeta y se la entregó a Baekhyun y éste la leyó—. Hace unas semanas vine al festival que hicieron y te tengo que decir que me quedé cautivado con tu voz. Vengo hacia ti, hasta ahora, porque supe que estabas terminando tu último año y eso es perfecto, porque así podrás concentrarte en practicar y en un futuro no muy lejano podrás debutar como un artista.

Baekhyun se quedó pensando un momento lo que había dicho el hombre, leyendo la tarjeta supo que venía de una gran empresa del entretenimiento. El sueño de Baekhyun era poder estar arriba de un gran escenario con un montón de personas que escuchaban sus canciones y que al final le aplaudieran.

—No tienes que aceptar en éste momento, puedes pensar...

—¡Acepto! —dijo decidido Baekhyun.

—¡Perfecto! Sé que terminas dentro de dos días tus estudios, por ello espero poder verte en la audición que habrá dentro de una semana. Será un placer tenerte —dijo el señor Park.

—Gracias —y con eso, el hombre se retiró.

—¿Estás buscando a alguien? —preguntó Sehun asustando a Jongin.

—¿Q-qué? N-no —respondió nervioso el pelinegro.

— Pues no es lo que parece, estás mirando a todos los lados como si quisieras encontrar a alguien —comentó el rubio—. Jongin —prosiguió Sehun. Jongin asintió para que continuara—. Nos conocemos desde ya tres años —Jongin volvió a asentir—. Pero en estos tres años nunca me he enterado de tu orientación sexual —Jongin se atragantó con su propia saliva.

—Yo tampoco me sé tu orientación sexual —contraatacó Jongin.

—Yo te pregunté primero —se defendió Sehun.

—Y yo segundo —Sehun se río.

—Está bien, soy completamente, desde los dedos de mis pies hasta mi cuero cabelludo, heterosexual. Ahora tú.

—Pues, no sé —dijo al final.

—¿Cómo qué no sabes? —dijo extrañado Sehun.

—Verás —comenzó contando—. Yo nunca he tenido novia y hasta hace tres años pensé que era completamente heterosexual. Pero el primer día vi a un chico, el cual me hizo sentir cosas extrañas, y desde ese momento comencé a dudar, pero estoy seguro que no me interesa otros hombres, sólo él y por ello no me considero homosexual. Y por eso no sé —terminó diciendo.

—Complicado —dijo Sehun

—Lo es. Lo malo es que nunca le he hablado y ya no estará el próximo año porque está en quinto.

—En serio es muy complicado y, ¿puedo saber quién es ese chico? —preguntó Sehun.

—Se llama Bae...

En ese momento el celular de Sehun comenzó a sonar, interrumpiendo a Jongin. El rubio le pidió que esperara un momento y se alejó de él. Unos minutos después, el rubio regresó hasta donde estaba Jongin.

—Era mi primo, me llamó para decirme que un cazatalentos lo había buscado y que dentro una semana hará una audición —contó Sehun.

—Esperemos tener su misma suerte en éste tiempo —comentó Jongin.

—Sí, ¿en qué estábamos? —preguntó el más alto.

—En que quiero Bubble Tea.

—Tú lo pagas y también el mío —Jongin se rió y aceptó.

El siguiente año pasó como el anterior, sólo que para Jongin no lo fue. A pesar de todo, en la hora del almuerzo, seguía viendo hacia la mesa donde antes Baekhyun se sentaba con sus amigos. Jongin extrañaba mucho ver a Baekhyun desde lejos, extrañaba ver su sonrisa que hacía que sus ojos hicieran dos medias lunas, extrañaba escuchar su risa, extrañaba todo. Es en esos momentos que Jongin odiaba no poder hablar fluidamente con las personas. Los días siguieron pasaron y Jongin cada vez que podía, siempre, pensaba en Baekhyun.

La semana de los exámenes pasó lenta como siempre, libros por todos lados y estudiantes con ganas de arrancarse los cabellos. Pasaron más días y con ella llegaron los resultados y sea Jongin que Sehun, lograron pasar al quinto año.

Todos los alumnos del quinto año se habían reunido en el auditorio el primer día después del regreso de las vacaciones. Todos estaban hablando entre ellos cuando el director subió al escenario y se callaron.

—Mis queridos alumnos —comenzó diciendo—. Bienvenidos del regreso de las vacaciones y bienvenidos al último año de esta aventura. Espero que hayan descansado en estos meses y hayan regresado con muchas energías para enfrentarse a éste último año —hizo una pausa—. Como saben, éste año son más concursos que estudios, pero obviamente eso no significa que dejen de estudiar. Cada uno tendrá que mostrar su talento. En estos concursos vienen muchos cazatalentos, por ello les pido que den todo de ustedes para tener un gran futuro. Y con esto los saludos, mucha suerte para éste año y nos veremos hasta después. Adiós —se despidió con una sonrisa y se fue.

Todos los alumnos después del saludo, se fueron a sus clases, a comenzar su primer último día.

Los estudiantes estaban yendo de aquí a allá todos nerviosos. Ese día tendrían un concurso, donde iban a estar jueces importantes y también agentes de entretenimiento como había dicho el director hace tiempo.

—¿Estás bien? —preguntó Sehun.

—Sólo me quiero tirar por una de las ventanas del último piso, pero sí, estoy bien —contestó Jongin. Sehun se rió.

—¡Lo haremos bien! —animó el rubio. Jongin sólo pudo asentir.

El concurso dio inicio y uno por uno los alumnos subían al escenario para hacer su presentación. Y así pasaron, algunos haciendo una buena actuación y otros no tanto, hasta que llegó el turno de Jongin.
Jongin cuando estuvo por subir al escenario, por culpa de los nervios, se cayó tratando de subir las escaleras y Sehun sólo se pudo reír y ayudarlo. Ya arriba, Jongin se presentó y después de ello, una melodía de piano suave comenzó a sonar y con ella Jongin comenzó a mover sus dedos como si estuviera tocando el piano y poco a poco comenzó a mover todo su cuerpo. Todos habían quedado con boca y ojos abiertos apenas Jongin comenzó a bailar que ni siquiera podían hablar, aparte un grupo de chicas que habían comenzado a gritar y decir que era muy guapo y que bailaba bien. Los jueces que habían ido, comenzaron a hablar entre ellos. Jongin terminó su baile así como lo inició, moviendo sus dedos como si estuviera tocando un piano. Agradeció y bajó del escenario.

—¡Lo hiciste genial! —dijo entusiasmado Sehun.

—¿Seguro? Porque creo que me equivoque en unos pa... —Sehun colocó sus manos en los hombros de Jongin y sonriendo le dijo: —Lo hiciste muy bien, en serio

—Gracias —susurró Jongin con una media sonrisa.

El concurso siguió y cuando todos los estudiantes que se iban a presentar ese día hicieron su actuación, terminó.

Jongin se había alejado de Sehun por un momento para ir a dejar algo en su casillero, cuando una persona vestida en un traje negro, se le acercó.

—Hola. Me llamó Lee Kyunghee —dijo sacando un tarjeta de su bolsillo y entregándosela a Jongin, el cual la cogió—. Soy un representante de la YG Entertainment.

—Kim Jongin —dijo inclinándose como saludo.

—Vengo a decirte que tu presentación me gustó mucho y que tienes las dotes para que entres en nuestras compañía. Alguien como tú nos haría bien —dijo el señor Lee.

—Yo... —el pelinegro se quedó pensando por unos momentos, decidiendo qué hacer—. Yo... me lo pensaré mejor.

—Piénsalo bien, tienes mi tarjeta, cuando te decidas, llámame —dijo eso y se despidió de Jongin.

Jongin dejó lo que tenía que dejar en su casillero y regresó donde Sehun estaba esperándole. El cual le preguntó porqué se había tardado tanto, Jongin le contó lo que le había sucedido y Sehun sólo le dijo que se lo pensara bien.

El año pasó rápido y con ello los exámenes y lo mismo que sucedió los años anteriores, pasó ese año, alumnos nerviosos, cansados y frustrados por tanto estudio. Por suerte la semana pasó veloz y así como pasó, los resultados salieron. Sehun y Jongin lograron pasar los exámenes con buenas notas.

El día de la graduación llegó, cada alumno que había conseguido pasar el año, subió al escenario a recoger su diploma, el cual lo entregaba el director. La celebración terminó y Jongin con Sehun, con diploma en mano, comenzaron a pensar que es lo que harían desde ese momento.

—¿Por qué no hacemos una audición en la empresa dónde el agente me quería? —propuso Jongin.

—No sé, siento que no es mi estilo ese empresa. Pero si tú quieres puedes hacerlo —dijo Sehun.

—Lo haría, pero dijimos que haríamos la primera audición en la misma empresa —contestó Jongin con una sonrisa.

—Entonces, hagamos una audición en una empresa muy conocida en toda Asia —propuso Sehun.

—¿Cuál empresa? —preguntó Jongin.

—Lo sabrás cuando iremos.

Los siguientes días Jongin y Sehun estuvieron practicando la actuación que mostrarían en la audición que se daría dentro unas semanas. Las semanas pasaron y el día de la audición llegó. Uno por uno, las personas que habían ido, pasaban a la habitación dónde estaban los que iban a evaluar a cada uno de los participantes. Jongin y Sehun practicaban su baile cuando dijeron el número de Sehun. Jongin le deseó suerte y Sehun entró a la habitación.

Unos cuantos minutos después, el número de Jongin fue dicho y mientras se acercaba de la puerta de la habitación, Sehun salió de ella con una gran sonrisa, le deseó suerte y entró. Se presentó y comenzó a bailar. Sehun estaba esperando, sentado en el suelo, cuando Jongin salió de la habitación. Se levantó y se acercó a él. Le preguntó cómo le había ido y el pelinegro le respondió que le fue bien.

Más participantes seguían pasando a la habitación. En ese momento una mujer, con unas papeles en manos, llegó y dijo: —Como ya han pasado mitad de los participantes, ahora diré nombres de los pocos que lograron pasar en esta audición.

Comenzó a decir nombres y entre ellos los nombres de Sehun y Jongin aparecieron.
Al terminar, la mujer dio indicaciones, como cuando deberían de presentarse y entre otras.
Ese día Jongin y Sehun celebraron como habían estado haciendo en ese tiempo, con pizza y una película en la casa de alguno de ellos dos.

Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que Jongin había hecho la audición con Sehun.
Estaba caminando en el edificio de los trainers, cuando sin darse cuenta chocó con una persona, haciéndole caer unos papeles que traía en mano.

—¡Lo siento mucho! —dijo Jongin mientras se agachaba a ayudar al chico.

—Está bien, no te preocupes —dijo.

Los dos terminaron de recoger los papeles, se levantaron y Jongin le entregó los papeles que había recogido. El chico los agarró y agradeció a Jongin por la ayuda. Jongin pensaba que estaba soñando, el chico que tenía enfrente de él era Baekhyun. Ya no tenía el cabello castaño, pero seguía teniendo los mismos rasgos.

—Bueno, con permiso y gracias otra vez —dijo el ahora rubio. Jongin trago y tratando de no perder esta oportunidad que venía esperando desde hace 5 años dijo: —J-Jongin.

—¿Disculpa? —dijo Baekhyun deteniéndose al escuchar hablar al extraño.

—Me llamo Kim Jongin —volvió a decir mientras alargó su brazo hacia Baekhyun. Éste último se quedó viendo la mano de Jongin, después sonrió y poniendo todos los papeles debajo de su otro brazo, extendió su brazo y agarró la mano de Jongin: —Byun Baekhyun

—Mucho gusto conocerte, Baekhyun —dijo Jongin sonriendo.

—El gusto es mío, Jongin-ah —respondió él también con una sonrisa.


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