Mientras se miraba su cuerpo desnudo frente al espejo no podía dejar de notar lo delgado que era, mientras minuciosamente recorría su pecho sintiendo cada una de sus costillas, el pálido color que conformaba su piel, su largo cabello oscuro que caía con gracia sobre sus hombros, sus prominentes pómulos que afinaban su rostro dándole un aire altivo, y si no fuera suficiente los delgados labios rosados que adornaban su rostro; luciendo de esa manera no podía ser más diferente a su hermano; con algo de pena cubrió nuevamente su cuerpo con la bata que hasta ese momento yacía tirada en el suelo a sus pies, finalmente una mirada de resignación se posó sobre su reflejo y pesadamente se marchó dirigiéndose a su habitación.
El lugar tenía una aire sombrío de acuerdo a su personalidad, los últimos rayos del sol penetraba tenuemente en el resiento llenándolo de colores naranja haciéndolo sentir aún más melancólico de lo que había estado antes, atravesó la habitación y se dejó caer pesadamente sobre la cama intentando apartar los pensamientos que embargaba su mente desde hacía un tiempo, imágenes del rubio encontraron la manera de colarse en sus pensamientos dándole imágenes de esos claros ojos le habían comenzado a parecer cautivadores, al igual que ese cabello rubio atado hacia atrás que le permitía admirar cada centímetro de su rostro, esa marcada mandíbula cubierta de lo que sería una fina barba alrededor de esos labios carnosos y bien delineados los cuales le hacían sentir la necesidad de rozarlos dulcemente con los suyos, apenas un ligero rose bastaría para calmar esa necesidad que lo había estado atormentando, esa misma necesidad que lo había hecho abandonar los entrenamiento juntos, tenerlo tan cerca escuchando su agitada respiración mientras una fina capa de sudor cubría su piel hacía que un nudo se depositara en su vientre llenándolo con una imperiosa necesidad de aproximar sus cuerpos con ferocidad, y lo hubiera hecho a no ser por esa voz en su interior que le decía que no era correcto, tener esos sentimientos hacia su hermano era un error, era una abominación, y no solo por el hecho de ser su hermano, sino porque era un hombre al igual que él, tener todos esos sentimientos encontrados y confusos en su interior estaban destruyéndolo por dentro; por eso razón abandonó sus entrenamientos y contra las órdenes de su padre comenzó a tomar clases de hechicería con Frigga, su madre, la cual estuvo muy feliz de tener como discípulo a uno de sus hijos.
La noche comenzó a caer lentamente mientras con ella decaía todo rastro de luz en su habitación, la oscuridad se había vuelto para él un refugio lleno de tranquilidad donde podía disfrutar de su soledad y su sentimientos de culpa, le daba la oportunidad de dejarse llevar por todas esas sensaciones que lo embargaba continuamente al pensar en su hermano, su cuerpo comenzó a tornarse más sensible de lo normal, el roce de su bata sobre su cuerpo desnudo hacía que una onda de tenue placer recorriera su cuerpo, una de sus manos comenzó a recorrer su pecho bajando lentamente, un tenue rubor se depositó en sus mejillas rápidamente mientras su mano se aproximaba a su miembro carente de atención, el sonido del picaporte girando lo alarmó sacándolo de su ensimismo mientras hacía un esfuerzo por reincorporarse en la cama, unos segundos después la puerta de abrió trayendo consigo rayos de luz del corredor que inundaron inmediatamente su habitación junto con un rubio cargando la cena- Madre me dijo que no te habías presentado a la mesa para cenar, ¿te sientes bien?- dijo el rubio mientras se dirigía al lado de su hermano.
La intrusión lo había dejado algo sorprendido, sobre todo después de ver que el intruso era la persona con la que había estado fantaseando mientras se tocaba, el rubor subió aún más a sus mejillas al ver que el rubio se sentaba a su lado trayendo para él la cena - Estoy bien- respondió, algo confundido.
-¿Estás seguro?, tienes las mejillas un poco rojas quizá tengas algo de fiebre- dijo mientras llevaba su mano a una de sus mejillas para confirmar el diagnóstico.
-Todo está bien, solo no tenía hambre- dijo mientras apartaba el rostro del toque del rubio.
-creo que tienes un poco de fiebre- dijo insistiendo mientras tomaba su rostro con las dos manos - si, como lo pensaba tienes fiebre... Y ¿sabes que es lo mejor para la fiebre? - dijo el rubio con una gran sonrisa en el rostro- una ducha fría- de
Un movimiento rápido lo tomo en brazos y se dirigió hasta el baño, ágilmente abrió la llave de la bañera manteniendo cautivo al pelinegro.
Finalmente dejó caer a su hermano frente a él, y diestramente comenzó a deshacerse el nudo de su bata, y en segundos yacía tirada en el piso del baño, mientras Loki hecho ovillo en la bañera intentando cubrir su desnudez.
- ¡vamos hermano!, te he visto desnudo muchas veces- dijo el rubio mientras se hacía a su lado y lanzaba agua en su cabeza tiernamente.- solo intentaba hacer algo divertido-
-Será mejor que te vayas Thor- dijo amargamente sin levantar la cabeza.
Una caricia algo áspera recorrió su mejilla mientras lo tomaba de la barbilla para poder verlo a los ojos, unos tristes ojos azules se clavaban en los suyos, buscando una respuesta.
-Solo vete quieres- dijo apartando la mano de hermano.
El rubio se apartó lentamente de su lado y caminó pausadamente hacia la puerta, Era la primera vez que Loki se comportaba de esa manera, ya había estado algo esquivo antes pero se lo atribuyó a un disgusto con su padre y lo había dejado pasar, pero esta vez era evidente que tenía un problema con él y eso en verdad le rompía el corazón, salió sin ánimos de la habitación mientras se dirigía a la propia.
El tacto de unas ásperas manos que recorrían su cuerpo lo sacó de su plácido sueño, un cuerpo lo mantenía preso bajo el, ese cuerpo caliente encima suyo hacía que la necesidad que había estado sintiendo despertara con intensidad, su cuerpo rogaba por ser atendido, la respiración entrecortada y caliente se escapaba de entre sus labios mientras esas manos recorrían pausadamente su cuerpo, tocando cada centímetro de su blanca piel con esos labios carnosos que subían por su pecho dando pequeños mordiscos que arrancaban de su garganta pequeños gemidos, la boca subió hasta encontrarse con su cuello, en donde deposita dulces besos y aspiraba su aroma con fuerza mientras su manos acariciaban sus muslos, sus ojos aún adormecidos lograron ver la silueta de su hermano a horcajadas sobre él, no podía creer lo que estaba sucediendo, en verdad su hermano estaba tocándolo de esa manera, su mente comenzó a racionalizar la escena, no recordaba haberse ido a la cama y tampoco podía concebir el hecho de que su propio hermano lo estuviera tocando tan indecentemente; y antes de poder llegar a una conclusión su mente despertó por completo, aun yacía en la bañera, que afortunadamente no tenía demasiada agua de otra manera se hubiese ahogado, desnudo y con lo que ahora era una erección, salió de la tina y se dispuso a dormir, no sin antes atender debidamente el percance que había tenido en su entrepierna, se puso su pijama y se lanzó a la cama, había tenido un día muy agitado le haría bien dormir un poco.
La luz penetraba por las cortinas lo que provocaba cientos de sombras se proyectaban sobre las paredes, formas oblicuas enmarcaban los muros dándole un aura armoniosa y tenue a su habitación, era tan distinto a lo que había percibido la noche anterior parecía que no se encontraba en el mismo lugar, todo tenía una aura más agradable, dulce, lo que lo reconfortaba; aún estaba envuelto en las sabanas y no se sentía con ganas de bajar a tomar el desayuno, pero sabía que si su hermano no sabía nada de él subiría a buscarlo de nuevo, por lo que ordenó avisar a sus padres que tomaría el desayuno en su habitación y no deseaba ser molestado.
El día transcurría con lentitud, ya estaba harto de estar encerrado en lo que le parecía una muy pequeña habitación, y desde su ventana en día parecía en verdad adorable, por lo que sigilosamente salió de su claustro en dirección al jardín, era un hermosa tarde de octubre, el viento que rozaba su rostro era en verdad confortable, era un día perfecto para leer plácidamente y sin interrupciones; caminó decididamente hacia el árbol más cercano y se sentó al pie mientras admiraba los alrededores, las plantas comenzaban a sucumbir por la inminente llegada del invierno, estaban listas para empezar su metamorfosis que les daría un nuevo comienzo, abrió el libro que traía consigo y comenzó a leer, era uno de esos libros sobre hechicería antigua, era parte de las clases que tomaba con su madre, el libro hablaba sobre energía vital y los usos mágicos de esta, en verdad le parecía muy interesante, por lo que rápidamente lo absorbió la lectura y no se percató del intruso.
-En verdad te ves adorable mientras lees- dijo el rubio mientras se dejaba caer a su lado.
No pudo articular palabra, en su lugar sus mejillas enrojecidas por el inesperado halago hablaron por él, provocando la misma reacción en su hermano.
-...es decir... Hace mucho tiempo que no te veía tan tranquilo- repuso el mayor, el inesperado rubor en las mejillas de su hermano habían hecho que se sintiera como si lo hubiese dicho algo indebido.
-hacía mucho tiempo que no me sentía de esa manera- esta vez alcanzó articular palabra un poco más seguro, mientras encontraba los azules ojos de su hermano con los suyos.
Algo en la profunda y sincera mirada de su hermano provocó ciertos estragos en su pecho, era como un anhelo de su alma, el cual decidió ignorar- deberías de leerme algo fe esto...- dijo tomando el libro de sus manos-...quizá tenga el mismo efecto en mí- agregó divertido mientras posaba su cabeza en el regazo de su hermano y regresaba el libro.
-No es un libro mágico,-dijo algo divertido- solo habla de magia- algo dentro de él le hizo creer que las cosas irían mejor, tener a su hermano tan cerca no había despertado en él esa fuerte necesidad por besarlo, esta vez solo le parecía algo tierno, como un cachorro carente de atención.
-No importa, podrías leer para mí, me encanta cuando lo haces me recuerda cuando éramos pequeños- dijo, mientras respiraba profundo en señal de añoranza.
- Esta bien lo haré- agregó mientras retoma su lectura, pero esta vez en voz alta.
Esta ocasión leía algo sobre cómo usar la energía cósmica a favor del individuo para usarla en defensa, cuando se percató de la ausencia mental de su hermano, se había quedado dormido en su regazo, se veía tan vulnerable, y ese incontrolable deseo comenzó a apoderarse de su razón; algo en él le decía que lo que estaba por hacer era totalmente incorrecto, pero esa parte de él que se sentía atraída por él rubio sabía que no tendría otra oportunidad como esa.
Así que sin esperar más rozó levemente sus labios con los de su hermano e instantáneamente una onda que adormeció todo su cuerpo lo embriago, había besado chicas antes, pero ninguna había provocado lo que el rubio en él, y ahora que finalmente los había probado no podría resistirse ni un minuto más.
El rubio comenzó a removerse un poco mientras recobraba el sentido- ¿Porque te detienes?- dijo mientras se frotaba los ojos y se incorporaba a lado de su hermano.
-Es solo que ya me canse- agrego mientras escondía su rostro, un fuerte rubor se había apoderado de sus mejillas por haber sido casi sorprendido por el rubio.
Una mano fuerte atrajo su rostro mientras unos ojos azules exploraban sin permiso cada rincón de su alma, o al menos eso fue lo que sintió cuando los ojos de su hermano se posaban en los suyos. -Tengo que irme- fueron las únicas palabras que pudo pronunciar tras tan abrupta inspección a su interior, dejando a un confundido Thor sobre el césped.