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¿Celos?
Vegeta llegó temprano a la escuela, quería estar ahí por si su ahora pareja llegaba, esta vez, antes de que sonara el timbre. Era curioso que lo había conocido el lunes y, ahora jueves, ya era su novio. Pero para el amor no hay obstáculos, ¿verdad? Además, desde el principio hubo en ellos una chispa, como si sus almas supieran que estaban destinadas a permanecer juntas. Así que, ¿para qué esperar?
Vio a alguien muy peculiar observando la vitrina de trofeos. Ese "alguien" tenía cabello en punta color negro, con mechones lilas a los costados; sus ojos eran negros, y su mirada era entre molesta y despreocupada a la vez. En su vestimenta pudo observar una insignia que pertenecía a un colegio privado de otra ciudad. Sabía quién era, así que se acercó.
—¿Gotenks?—dijo mientras llegaba a su lado. El aludido volteó a verlo y sonrió con alegría.
—Vegeta, ¡no sabes cuánto me alegra verte!—expresó feliz mientras sorpresivamente se acercaba y le abrazaba con fuerza—. Te he extrañado tanto—dijo y levantó la mirada para verlo, era al menos quince centímetros más alto que él pese a que sólo se llevaban dos años de diferencia.
—Me da gusto verte—con una media sonrisa le revolvió su cabellera, correspondió su abrazo.
—¡Ejem!—dijo alguien fingiendo tos, mientras veía la escena con cierta molestia. Ambos dirigieron su vista al chico que había captado su atención, separándose.
—Hola, Goku—saludó con un leve sonrojo Vegeta.
—Hola, Vegeta—dijo y se acercó a él, para abrazarlo fuertemente por detrás—. ¿Y quién eres tú?— preguntó viendo fijamente al chico de cabello bicolor, asustándolo un poco—. Espera, ¿qué me está pasando? ¿Por qué le hablo así al amigo de Vegeta? Pero si es su amigo, ¿por qué se estaban abrazando? No debo pensar eso, ¡pero se abrazaban! —pensaba confundido ante sus reacciones impulsivas.
—Hola, me llamo Gotenks y...
—Disculpa, jovencito, pero ya nos tenemos que ir—dijo una maestra llegando a su lado.
El menor puso una expresión de tristeza, era evidente que quería pasar más tiempo con el de cabellera en forma de flama. Soltó un suspiro y forzó una sonrisa.
—Tengo que irme, Vegeta—dijo y se acercó a él, lo abrazó y lágrimas cayeron de su rostro pese a que se esforzó para no llorar—. Te quiero... por favor ve a visitarme algún día—dijo finalmente y se retiró del lugar, tenía que regresar a su colegio ya que sólo llegó ahí de visita.
—Goku, me alegra que esta vez hayas llegado temprano, quería decirte que...
—¿Por qué te abrazó?—lo interrumpió con molestia, causando sorpresa al más bajito—. ¿Por qué le hablé así a Vegeta? ¿Qué corazones me está pasando?
—¿Qué tienes? —preguntó desconcertado.
—No tengo nada—dijo inconscientemente con el mismo tono pero después, nuevamente, se retractó mentalmente.
—¿Me darías un beso? —preguntó al ver que nadie estaba cerca.
—Mejor pídeselo a tu amiguito ese—dijo y caminó, dándole la espalda.
—¡Escúchame, Goku!, ¿qué te ocurre? —preguntó mientras lo tomaba con fuerza del brazo, y lo colocaba contra la pared, para verlo con los ojos vidriosos y el ceño fruncido, le dolió mucho que se portara tan cortante con él.
—Yo... ¡Ay!, no sé qué me pasa... sentí como un enojo muy fuerte cuando te vi abrazándote con ese chico—dijo con gran confusión, bajó la cabeza y apoyó su frente en el hombro del menor—. Perdón.
—Espera un minuto, ¿estás celoso de Gotenks? —preguntó con tono burlón.
—¿Apoco así se sienten los celos?
—Dime, ¿acaso sientes las ganas de ir a amenazar a Gotenks y decirle que se aleje de mí?
—¿Eh?... sí, creo que sí... Vegeta, ¿apoco sabes leer mentes? ¿¡Me enseñarías!?
—No, idiota. Lo que sucede es que estás celoso, es normal—dijo riendo, pero a la vez le parecía dulce que lo quisiera tanto como para no querer verlo con alguien más, claro que no era de un modo posesivo—. Pero escúchame bien, cabeza hueca—pasó sus brazos alrededor de su cuello—. Te amo sólo a ti, y jamás podría sentir esto por alguien más—dijo y unió sus labios en un suave beso.
—Vegeta... —murmuró con ternura, acarició su mejilla y después lo abrazó—. No quiero perderte...
—No lo harás.
—¿Me lo prometes? —le preguntó mientras se separaba un poco y lo veía directamente a los ojos.
—Te lo prometo—dijo con sinceridad.
Permanecieron así unos segundos, hasta que se separaron y comenzaron a caminar por los pasillos. El alumnado comenzaba a llenar el espacio, por lo que decidieron dejar sus muestras de cariño para más tarde.
—Por cierto, “cupido”, tú que tienes todos los registros sobre mí, tú que eres mi acosador y que me has vigilado tanto, déjame decirte que el chico del que estás celoso... ¡es mi primo!—le dijo aguantando la risa.
—¡Eso explica el parecido!—dijo riendo nerviosamente mientras colocaba su mano detrás de su nuca. Después paró de reír y se acercó a él, para susurrarle al oído—. Pero no hay nadie tan lindo como tú.
—¡Cállate!
Vegeta se sonrojó, así que caminó más rápido para que el mayor no lo viera con el rostro en un tono carmesí.
***
Bardock estaba en su habitación, cosa que sólo hacía para dormir, pero ahora estaba muy pensativo. No quería que eso se interpusiera en su trabajo y cometer un error por la distracción, así que se tomó el día libre para reconsiderar las cosas. Aún se preguntaba si debía decirle a su hijo acerca de la "fusión de amor" y "la magia del alma unida".
—Kakaroto y ese humano no harán eso, es inocente y no conoce acerca de ese tema. Pero quizás ese chico Saiyan sí... ¡No! Nada malo pasará... Kakaroto no cometerá el mismo error que yo...