"El primer beso siempre es único y especial."
«¿Quién afirmó semejante estupidez?» pensó TaeHyung al recordar aquella frase que alguna vez oyó en boca de otro.
V estaba sentado en la cama con los brazos cruzados, el ceño fruncido y un grave embrollo dentro de la cabeza. Seguía dándole vueltas a lo ocurrido durante las grabaciones de esa tarde.
A pesar de haber “superado” —en parte— el shock, por así decirlo, se sentía ofendido y hasta decepcionado por lo sucedido, volviendo a estar enjaulado dentro de los mismos fatídicos pensamientos.
Su-primer-beso. Ese que tanto había fantaseado tener en el momento y lugar correcto, fue arrebatado de sus labios sin permiso. Hurtado frente a una cámara de un show de entretenimiento. Absolutamente cada pequeño detalle quedó capturado dentro de esa filmación que luego sería re-transmitida y puesta en las garras de YouTube.
Sentía que su rostro volvía a enrojecer de la impotencia y que el calor le arañaba el cuello, recordándole cuán vergonzoso fue vivir ese instante.
—Tonto juego... —Murmuró. No obstante, reconocía que había sido divertido compartir aquel momento con sus compañeros de grupo. Todo había ido maravillosamente hasta que un creciente nerviosismo se instaló en su estómago al observar el brillante labial carmín en los cerezos de su hyung, una vez que determinaron lo que debían hacer.
Cerró los ojos consternado y se recostó. Llevó la diestra a sus labios y los acarició con un par de dígitos mientras su mente quedaba perdida en una profunda reflexión. Juraba aún sentir la presión de la boca de HoSeok. La tibieza de aquel contacto y el frenesí de su corazón al luchar por brincar fuera de su pecho.
—Esto es ridículo. —Susurró tras tragar saliva y revolverse el cabello molesto.
¿De qué servía pensar tanto en ese episodio? ¿Acaso podría regresar el tiempo atrás? No. No podría. Nadie le iba a permitir cambiar la historia y tejer un destino diferente para su primer beso.
El problema no radicaba en la persona con la cual se besó, sino el espacio, el contexto, el entorno, todo. Sus compañeros estallaron en gritos de júbilo y carcajadas después de que Suga —maldito entrometido— los haya forzado, y ninguna persona dentro del set de filmación perdió la oportunidad de reírse y señalarlos con sonrisas en la boca. A él en pleno berrinche y a J-Hope gritando y corriendo como un maniático.
Había desistido de ir a cenar, pese a que le hayan insistido que lo hiciera. Consiguió algunos snacks —regalos de sus fans— y con eso engañó a su estómago por unas horas. Más tarde, cuando todos durmieran, iría a escondidas en busca de algo. No estaba de ánimos para hablar con nadie. En especial con Suga. Gruñó al mencionar mentalmente su nombre.
—¿Por qué no has salido de la habitación? —Llevaba exactamente una hora y media mirando el cielo raso, hasta que la voz de HoSeok lo hizo brincar sobre la cama, sorprendiéndolo.
—¿Q-qué haces aquí, hyung?
—Vine a ver cómo estabas y a preguntarte por qué no has ido a cenar con nosotros. —La voz de J-Hope era tranquila mientras cerraba la puerta. Luego se sentó a su lado y posó una mano en su pierna, dando un suave golpecito. V contuvo el aire unos segundos.
—No tengo hambre. —Su estómago emitió una queja, traicionándolo, y él se tragó una maldición.
—Tu barriga al parecer no está de acuerdo. —Una risa corta y melódica salió de los labios foráneos. TaeHyung acostumbraba a sonreír cuándo la oía, pero en ese entonces estaba tan tenso y contrariado que apenas lograba respirar normal.
—Respecto a lo de hoy... —El mayor volvió a hablar y él trago saliva en seco al no haber una pronta conclusión a esa frase.
«¿Por qué no continuaba hablando?»
Lo miró de reojo, percatándose por primera vez de que su compañero tenía el pelo húmedo y llevaba puesto la ropa de dormir. Una simple camiseta de algodón y un short. La expresión de su rostro no la pudo descifrar y tampoco quiso mirarlo demasiado. Los nervios volvían a florecer cuando estaban a solas. Quería que se fuera y al mismo tiempo necesitaba decirle que jamás se alejara.
—No ha sido nada... Descuida. —V rompió el silencio y se encogió de hombros. Un gesto que pretendía ser despreocupado. Sin embargo no podía dejar de jugar con sus manos, manifestando estar completamente afectado por la presencia ajena.
—¿No ha significado nada entonces? —Un nuevo estremecimiento lo recorrió al apreciar la voz del opuesto muy próxima a su oreja.
—E-estás muy cerca... —Espetó nervioso, dedicándole una mirada de soslayo. Su espalda se puso rígida.
—Quiero estarlo. —Contestó el mayor.
—¿Por qué? —El corazón de V latía desaforado.
—Porque tú esperas que lo esté… —Esbozó una bonita sonrisa.— Y…yo deseo estar cerca de la persona que me gusta también. —Musitó antes de elevar la diestra y atrapar su mentón, obligándolo a que sus miradas se conectaran. J-Hope cortó aún más la distancia y V enmudeció.
—Estás temblando… —Expresó el mayor. Fue un débil susurro, un comentario poco relevante, considerando las circunstancias y cuan cerca estaban uno del otro.
De los labios de TaeHyung escapó un frágil suspiro. Estaba congelado por la impetuosa y repentina necesidad de que J-Hope lo besara. Porque después de todo tenía razón. Deseaba su cercanía. Cada célula que conformaba su cuerpo lo pedía a gritos.
El joven pareció entender el hilo de sus pensamientos y en efímeros segundos, sus labios volvieron a acariciar los propios. A unirse como dos piezas imantadas, perfectas y destinadas a ser, sin que nadie los forzara o los viera. Eran únicamente ellos dos compartiendo un beso íntimo y añorado.
De esa manera sepultó lo sucedido aquella tarde —incluyendo su resentimiento con YoonGi— y entendió que el primer beso no siempre es perfecto y ocurre como uno fantasea, sino que son parte de las experiencias que les toca vivir a todos y en muchas ocasiones representa el comienzo de algo más, el inicio de algo mejor. En su caso, el descubrimiento de sensaciones maravillosas y sentimientos sinceros que se desatan sin control al ser preso, por segunda vez, de la dulce boca de su primer amor.
Fin.