Nunca pensé que podría admirar una mansión tan de cerca…pero aquí estoy, frente a la gran mansión Usami, donde vengo a desempeñar mi nuevo trabajo.
Mi nombre es Misaki Takahashi, pronto cumpliré 21 años de edad y estudió Economía en la universidad Mitsuhashi. Mis padres murieron cuando yo era muy pequeño, por lo que mi único hermano se hizo cargo de mí, sin embargo hace unos años se caso con una linda chica y consiguió un mejor trabajo en otra ciudad, por esta razón tuve que empezar a trabajar. Hasta hace una semana solía trabajar en una cafetería, como mesero y ayudante de cocina, lamentablemente la cafetería cerro y obviamente yo me quede sin empleo.
Es por eso que me encuentro en la propiedad de la familia Usami. Vi un anuncio en el periódico, donde solicitaban una persona (de preferencia joven) para compañero de juegos de un niño. El trabajo no suena nada difícil, me gustan los niños, es un trabajo perfecto para mí, ganaré muy buena paga y la labor será divertida…o eso imagino, espero que no sea un niño mimado y consentido por la posición económica de su familia.
Sin darme cuenta, ya he llegado a la puerta principal de la mansión… ¡Vaya! Pensé que me tomaría más tiempo el llegar, ya que le jardín, no parece un jardín precisamente, de hecho parece más un bosque…aún no puedo creer que esta sea una casa…
En la entrada se encontraba el mayordomo de la mansión, quien ya me estaba esperando para la entrevista de trabajo
-Buenas tardes joven- Saludo cordialmente el atento mayordomo
-Muy buenas tardes- Devolvió el saludo de igual modo, haciendo una pequeña reverencia
-Mi nombre es Tanaka, es un gusto conocerlo joven
-El gusto es mío señor Tanaka, mi nombre es Misaki Takahashi
-Lo sé señor Takahashi, me han dejando los datos que proporciono cuando llamó para pedir información sobre el empleo. Pase por favor - Lo invito amablemente a pasar al interior de la lujosa mansión. El castaño lo siguió
¡Tenía mucha suerte! El mayordomo no lucía nada misterioso ni mal encarado como esos que se ven en las películas ¡todo lo contrario! Parecía una persona muy gentil y sonriente. Además lo hacía sentir en confianza ante un mundo al que el chico no estaba acostumbrado.
Si Misaki creía que el jardín y el porte de la casa era lo más lujoso y costoso que había visto en su vida… ¡estaba muy equivocado! Cada detalle del lugar le parecía increíble, casi podía asegurar que todos los adornos en la casa eran piezas de arte muy finas
-Espere un momento aquí señor Takahashi, enseguida vuelvo, tome asiento y póngase cómodo, enseguida le traerán algo de Té- Se retiro de la sala dejando solo a Misaki quien aún continuaba embobado viendo toda la habitación
-Más que una casa, esto parece un museo…-Sus ojos recorrían cada rincón de la extensa habitación, hasta que se situaron en un antiguo piano- Wow… nunca había visto uno en persona, se ve que es todo un tesoro…-Misaki sintió la tentación de tocar una de sus teclas, pero rápidamente se retracto de su idea del solo imaginar qué pasaría si lo llegará a estropear o algo- Creo que mejor no descubro lo que sucedería si llego a romper algo de este lugar…
Tomo asiento en uno de los sillones, que también se veían bastante finos, por este mismo motivo se sentó con mucho cuidado, tratando de no causarle algún desperfecto al cómodo asiento. Sí, en definitiva, Misaki no estaba acostumbrado a ver tanto lujo en un solo lugar
Aún con todas las piezas que adornaban la sala, algo extraño mucho al muchacho y era la ausencia de retratos de la familia. Ahora que lo pensaba no había visto ninguno desde que entro a la hermosa mansión, se pregunto por qué, es decir en todas familias siempre acostumbran colgar cuadros familiares ¡Y con más razón en la de una familia que se sentía orgullosa por su posición social! En verdad que el lugar era extraño…
La entrada del mayordomo de nuevo al sitio lo saco de sus pensamientos
-Aquí tiene su té señor- Sonriente le entrego una taza de té caliente en un platito de porcelana
Misaki tomo con cuidado un sorbo del delicioso té para no quemarse la lengua-¡Muchas gracias! Está delicioso
-Me alegro que le guste - Tomo asiento justo en uno de los sillones que se encontraba enfrente del castaño - Antes que nada le ofrezco una disculpa por parte de el señor Fuyuhiko, quien en estos momentos se encuentra fuera del país atendiendo unos negocios de la corporación Usami. Me ha pedido que yo me encargue de la entrevista y le dé indicaciones y detalles del trabajo, lamento las molestias.
-No, no, para nada son molestias, entiendo que el señor Usami debe estar muy ocupado- De cierto modo se sintió aliviado al no tener que hablar directamente con el poderoso señor Usami, aunque bien sabía que si conseguía el trabajo, lo más seguro es que tarde o temprano lo tendría que hacer.
-Bueno, con los datos que me ha proporcionado, veo que no tendrás ningún problema en asistir aquí todas las tardes, pues tus clases son por las mañanas. También debo decirte que no te preocupes por el transporte, el señor Fuyuhiko ha ordenado que el chofer pase por usted a la universidad para traerlo aquí y también que lo lleve a su casa, cuando termine el horario de trabajo.
-No se preocupe por eso, no quisiera ser una molestia, puedo tomar el transporte público…
-Por favor acepte el ofrecimiento del señor Fuyuhiko, tómelo como parte de la paga
-uhmm…está bien, solo espero no causar algún problema- Abrazo la taza de té con sus manos, para que el calor de ésta le fuera transmitido
-También puede venir a comer aquí si lo desea, no hay ningún problema, el señor Fuyuhiko así lo deicidio - Sonrió de nuevo, con esa sonrisa tan característica de él, que cada vez delataba más su amabilidad
-Cielos…gracias, pero creo que es demasiado - No creía que por un trabajo de “niñero” le fuera a traer excelentes recompensas. Aún así no quería ser una carga y trataría de no abusar demasiado de la amabilidad de los Usami
-De ningún modo, el señor Fuyuhiko estará muy agradecido si le hace compañía a su hijo…
-Por cierto…el niño - Se llevo un dedo a sus labios- ¿Cómo es él? -Había aceptado con mucho gusto el trabajo y la paga le parecía perfecta, pero en ningún instante se puso a pensar cómo sería aquel chiquillo con el que compartiría de ahora en adelante sus tardes
-El joven Akihiko es…-El mayordomo no pudo terminar de completar su oración por la interrupción de una nueva voz en la sala
-Tanaka… ¿Quién es él? - Aquella suave voz pertenecía a un niño de cabellos plateados y ojos violetas, poco comunes, que despertaban gran curiosidad al ver a Misaki