Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Qué piensas? por Himeko Kuroyume

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El Uruki no me entra ni a mentadas de madre... sólo diré eso. 

Pero aquí me tienen. Trayendoles un lindo -o no tanto.- Uruki. 

Espero que les guste... porque a mí no me gustó tanto. (?) 

Nah, mentira. Para ser una pareja que me desagrada, me parece que taaan mal no me fue. 

Pero, opinen por favor. 

Sin más que decir, ¡A leer!

 

Notas del capitulo:

Pues, no hay mucho que decir. 

Espero les guste ;) 

¡Disfrutenlo!

---¿Qué piensas?---

//24 de Agosto//

Una de las cosas que más me gusta es dormir, soy tan bueno que si fuese un deporte sería de los mejores. Sin embargo, el problema no es dormir. Lo verdaderamente difícil es despertar.

Descansaba tranquilamente mientras abrazaba mi almohada. Los rayos de sol entrando por mi ventana y aterrizando en mi rostro, hicieron que despertara.

 —Ah, qué lindo día –Me dije a mí mismo mientras me estiraba.-

Bostecé y tomé mi celular. Al ver la hora me exalté, hoy debía que reunirme con Uruha y mi alarma no había sonado. Sólo tenía una hora para arreglarme.

—Bien, hoy no es un lindo día –Rápidamente me levanté, me dirigí al baño para tomar una ducha.-

Cuando terminé de asearme, fui a ver que iba a ponerme.

—¡Dios! No hay nada con brillitos –Me abofetee mentalmente tras decir eso.- No, vas a ver a Uruha, Ruki. No quieres dejarlo ciego.

Opté por simplemente ponerme unos pantalones negros, unos tenis del mismo color y una camisa roja. Pero me veía tan simple que agregué algunos collares y algunas pulseras. Me puse mis lentillas azules y un poco de maquillaje. Como mi cabello aún estaba húmedo, recurrí a la secadora.

—Bien, hasta ahora voy bien –Volví a mirar la hora en mi celular.- tengo veinte minutos…¡Mierda, tengo veinte minutos! Veamos… plancha, fijador, peine y a rezarle a todo dios porque esto salga bien.

Comencé a peinar mi cabello, el universo se apiadó de mí y logré acomodarlo a la primera. Tomé mis cosas y me dispuse a irme.

—Audífonos, celular, llaves, cartera… bien, tengo todo lo que necesito.

Salí y tomé el transporte. Miraba por la ventana mientras escuchaba música, cantaba en voz baja. Me perdí tanto en la música, que casi me paso de estación. No ocurrió, así que salí rápidamente y caminé un poco con dirección a la plaza donde habíamos acordado nos veríamos.

Me senté en una banca y me dediqué a ver a las personas pasar. Estaba pensando en lo bonito que es el entorno cuando lo observas con detenimiento. Y claro, no dejaba de pensar que yo había llegado tarde, pero Uruha todavía más.

No mucho tiempo después recibí una llamada suya.

—Hey, Ruki… No podré llegar, lo siento mucho. Estoy resfriado –Le escuché toser.-

Así o más falso.

—¿Qué? Vale… vale, no te preocupes.

—Gracias por entender…

Colgué y sentí como si mi corazón se oprimiera dentro de mi pecho. Aunque no podía hacer nada, únicamente suspiré pesado.

—Pudo haberme dicho simplemente no quería verme –Susurré.-

—Veo que aún tienes la maña de hablar contigo mismo –Escuché la voz de alguien, mientras me cubría los ojos por detrás.- Y claro que quería verte, aquí me tienes.

—Ahh, te odio –Dije mientras quitaba sus manos de mis ojos.- Y yo veo que aún te gusta hacer bromas que a mí no me gustan en nada –Le lancé una mirada asesina, pero terminé sonriendo y abrazándole.- Te extrañé demasiado, maldito.

—Tú siempre tan cariñoso como siempre –Sonrió y me despeinó.-

—Primero me espantas y ahora me despeinas, qué malo eres. Y yo que me esmero tanto en verme bien.

—Bueno, ya perdón. Vamos a patinar en hielo, ¿te parece?

—¡Sí, adoro patinar en hielo!

Caminamos hasta la pista, que estaba dentro de la misma plaza. Entramos, esperamos a que nos dieran nuestros patines y nos dirigimos a la pista –me saltaré el hecho de que casi me voy de cara.- Al principio se me dificultó, pero logré patinar medianamente bien. Aunque de Uruha no puedo decir lo mismo.

—Entonces, ¿qué me cuentas? –Alcanzó a decir cuando por fin logró estabilizarse.-

—Nada muy interesante. ¿Y tú?

—Dios, tiene un año que me fui, algo ha de haber pasado.

—No, mejor cuéntame tú primero. Y que sepas que no fue un año, fueron seis meses.

—Bueno seis meses, pero igual algo habrá pasado. Como podrás darte cuenta ahora uso lentes. Pues, estuve viviendo solo, pero comencé a rentar un cuarto y ahora tengo un compañero de piso.

—Espera…¿qué no fuiste a vivir con tu mamá?

—Sí, ese era el plan. Pero mi mamá pensó que era buena idea ir a vivir a Estados Unidos. Decidí no ir con ella y así es la historia de cómo empecé a vivir solo. Gracioso, ¿no? Pues, imagino que ya sabes que tuve una relación. Oh y me expulsaron de la escuela.

—¿Te expulsaron? –reí.- ¿Y eso por qué?

—Pues te contaré, organizaron una salida. Fue un campamento y llevamos alcohol. A algunos los encontraron bebiendo ahí y los suspendieron dos semanas. A mí no me encontraron en ese momento, pero vieron las fotos de ese día y me expulsaron.

—¿Y por qué? Eso no es justo.

—Pues no lo sé, nunca he dado buena impresión en las escuelas. Siempre terminan odiándome los maestros –rió.-

Segundos después comenzamos a reír los dos, Uruha perdió el equilibrio y se cayó. Reí todavía más fuerte después de eso.

—Oye, no te burles –Me reclamó mientras se levantaba, pero no tardó mucho en soltar una carcajada por su propia estupidez.-

Continuamos dando vueltas a la pista y hablando. Yo no me salvé de las caídas tampoco. Así que terminamos mojados ambos.

—Bueno, después de todo no fue un mal día para usar negro.

—Dímelo a mí, si mi pantalón lo fuese negro también habría parecido que me oriné en los pantalones.

Volvimos a reír.

Tras ya un par de horas, estaba ya cansado, mis piernas me dolían bastante. Y estaba seguro de que a Uruha también. Así que optamos por salir de la pista, dejamos los patines y fuimos por nuestros respectivos zapatos.
Fuimos a caminar un poco, pero ambos concordábamos en que estábamos bastante cansados como para seguir caminando.

—Oye, ¿y si vamos a mi casa y compramos algo de comer?

—Me parece muy bien.

Tomamos el transporte, me recargué en su hombro y me quedé dormido. Él me despertó para avisarme que habíamos llegado. Se me subieron los colores al rostro y sólo solté una risilla nerviosa. No era mi intención quedarme dormido.

Al salir de la estación caminamos un poco, compramos comida y caminamos hacia mi casa. Al llegar, nos sentamos en el sillón, acerqué la mesa de centro y comenzamos a comer.

—Oh, ¿quieres ver una película? –hablé al darme cuenta de que estaba muy silencioso todo. Tomé el control y encendí el televisor.-

—Sí, seguro.

Estuvimos buscando una película, terminamos por poner la brújula dorada. Aunque, a decir verdad no le prestamos mucha atención.

—Oye, estabas en el equipo de futbol americano, ¿no es así?

—Ah, sí. Lo estaba –Su mirada reflejaba un poco de tristeza.- Me lesioné y no pude continuar jugando…

—Oh, entiendo. Lo siento.

—No es nada. Eso me recuerda, no me dijiste qué has hecho tú, cuéntame –Me pregunto mientras se quitaba los lentes.-

—Pues… nada muy interesante. Voy mal en la escuela, salvo en artes. Mi maestra sabe que canto, por lo que me usa para algunos eventos que hace la escuela. A veces también toco la guitarra.

—Entonces te sirvió lo que te enseñé de guitarra.

—Sí, prácticamente me obligaron. Muchos supieron que fui novio del famoso Uruha, el guitarrista rebelde que tuvo esa escuela –reí.-

—Oye, debes admitir que soy el mejor guitarrista que ha tenido esa escuela.

—Yo nunca lo negué –reí.-

Así es él, la guitarra es su pasión. Es bueno y él lo sabe. Pero no es creído , ni mucho menos. De hecho, es bastante sencillo.

Me quedé mirándolo a los ojos.

—¿Qué piensas? –me preguntó.-

—Nada concreto. Sólo que me encantan tus ojos –susurré y agaché la mirada.-

—A mí también me gustan los tuyos.

—Pero traigo lentillas ahora mismo.

—Lo sé, pero he visto tus ojos y me gustan más. Enserio, ¿por qué me miras tanto?, ¿A caso quieres besarme?

—Tal vez.

Él sonrió ladino.

—¿Y por qué no lo haces?

Me acerqué lentamente, pude sentir nuestras respiraciones mezclarse. Poco a poco corté la distancia y uní nuestros labios en un beso. Sin embargo, me invadió la vergüenza y me separé a los pocos segundos.

—¿No tienes mucha experiencia besando?

—No…

—Voy a enseñarte a besar, ven –Se levantó, tomó mi mano e hizo que nos sentásemos en el suelo.- Hay besos de “pico” –Se acercó a mí y dejó un corto beso sobre mis labios.- Y hay algunos otro más largos –Volvió  acercarse, mis labios estaban contra los suyos y efectivamente, aquel beso fue más largo.

Sentía el calor en mis mejillas, estaba completamente seguro de que me había puesto rojo. Agaché la mirada, pero él me tomó por el mentón y no me dejó continuar así por mucho tiempo.

—Hay besos con mordida y tienes que abrir un poco la boca para ellos -Obedecí y abrí mi boca.- Un poco más… -Tras algunos segundos de haber abierto mi boca un poco más, sus dientes oprimieron mi labio inferior. A pesar de eso, no dolía, no mucho. Había tenido cuidado.-

Nos separamos, tomé aire mientras miraba sus ojos.

—Y hay besos con lengua. Si ambos mueven su lengua hacia la derecha, es como un baile –Cuando me beso, comenzó a mover su lengua en círculos. Sin embargo, yo me quedé quieto.- Pero también tienes que tener iniciativa…. Imagina que ya no te voy a besar de aquí hasta que me vaya.

Era claro que quería besarle de nuevo. Pero entré en una especie de pánico. Ese lo hago o no lo hago.

—¿Qué piensas?

—Nada concreto, tal vez esto… -Susurré.-

“Decidido, lo hago”, pensé y me acerqué a él, me posicioné arriba de él e hice que se recostara en el suelo. Rodeó con sus brazos mi cintura, me acerqué, lo besé. Con tranquilidad y a la vez con pasión. Al separarnos dejamos un delgado hilo de saliva entre nuestras bocas, el cual desapareció a los pocos segundos.

—Wow… ese me gustó mucho –Cambiamos de posición, ahora yo estaba recostado en el piso. Quería que ese momento durara toda la vida, sólo Uruha y yo, besándonos.-

Llegó un momento donde Uruha comenzó a pasar sus manos por mi espalda. Mas, de un momento a otro, se detuvo.

—Ruki… -Acarició mi cabello y colocó un mechón de éste tras mi oreja.. Por favor, paremos.

—¿Eh?, ¿P-por qué?

¿Por qué quería parar? En ese momento sentí miedo, tal vez tenía otra persona.

—Es sólo que… voy a calentarme, no quiero hacer eso. Debes saber que soy una persona muy sexual…

—¿Qué irías a hacerme?

—Voy a llevarte a tu cuarto, voy a quitarte la ropa y…. dios, estoy sonando como un pervertido.

—¿Y por qué no?

—Porque te respeto demasiado, no haría algo así contigo. ¿Y sabes por qué?

—¿Por qué?

—Porque yo me voy, no quiero que pienses que sólo vine para eso. Te quiero demasiado, te respeto mucho. Para mí eres mucho más importante que un calentón.  Y tampoco podemos….

—Tampoco podemos empezar algo en serio, lo sé –Le interrumpí con su misma frase. La misma que había escuchado ya tantas veces.-

—Sabes que a mí me encantaría, pero tus padres no me aceptarían. Soy más grande que tú… soy hombre.

—Mis padres ya saben que soy bisexual…

—¿Cuándo se los dijiste?

—Creo que sí han pasado muchas cosas desde que te fuiste… igual, fue en una ida al psicólogo.

—Y qué me dices de la edad, son casi cuatro años, estoy seguro de que no estarían de acuerdo.

—Al menos ya no tengo trece… pero, ya, entiendo… no tienes que seguir.

—Pero sabes que te quiero demasiado y si tengo que esperarte, lo voy a hacer –Besó mi frente y me abrazó.-

Desgraciadamente, llegó el momento en el que tuvo que irse. Nos despedimos con un beso, él se marchó y yo sólo me recosté en el sillón con una sonrisa pintada en mi rostro.

Una hora después le envié un mensaje.

|SMS: Gracias por hoy, me la pasé muy bien”.

Algunos minutos después, recibí su respuesta.

|SMS: Gracias a ti, yo también lo pasé muy bien. Por cierto, pequeño, creo que dejé mis lentes en tu casa. ¿Puedes buscarlos?

|SMS: Sí, yo te digo si los encuentro.

//29 de Agosto//

|SMS: Uruha, Uruha, Uruha, Uruha, Uruha. No encontré tus lentes y hoy salgo de viaje. ¿Seguro que están aquí?

|SMS: ¿De verdad? No puede ser… estoy bien ciego.

Salí de viaje un con mi familia y un día después, Uruha se marchó. Volvió a Osaka, donde comenzó a vivir hace seis meses.

//30 de Agosto//

--Narra Uruha—

—Hey, Kou. Ya volviste –Exclamó Kai, mi compañero de cuarto mientras me ayudaba con mis maletas.-

—Sí, aquí estoy –reí y me tiré a mi cama.- Hogar, dulce hogar…

—Oye, te vez desanimado. ¿Qué tienes?

—¿Te has enamorado de alguien que crees no deberías haberlo hecho, que crees que es imposible?

—Sí, me ha pasado.

—¿Y qué piensas sobre eso?

—Que tal vez lo bueno de los abismos, sea que se pueden hacer puentes para cruzarlos –Me dedicó una de sus cálidas sonrisas, hice el mismo gesto y me dispuse a dormir un poco.-

Soñé con Ruki, soñé que estábamos juntos, soñé algo perfecto. Pero sólo fue un sueño.

//9 de Septiembre//

---Narra Ruki—

Estaba escuchando música, a punto de quedarme dormido. Me vi interrumpido por mi hermano entrando a mi cuarto.

—Taka, ¿de quién son estos lentes? –Tenía en la mano los lentes de Uruha.-

—¿Dónde los encontraste? –Le levanté y se los quité de la mano, rápidamente.-

—Enterrados en el sillón, exagerado –Hizo un mueca de disgusto y se fue.-

“Genial, sí estaban aquí y no los encontré… bueno, al menos tengo un recuerdo…”, pensé para mis adentros.-

//17 de Julio, dos años después//

Había cumplido ya dieciocho años. Y continuaba siendo lo mismo, me encantaba dormir, lo hacía casi siempre. Hoy iba a dormir todo el día, iba porque mi hermano llegó a avisarme que alguien había venido a buscarme. Maldije a todo el mudo y me levanté, no pensé que fuese importante por lo que no me molesté en arreglarme ni un poco. Mi sorpresa más grande fue encontrarme ahí a Uruha. Con ahora veintidós años, no había cambiado mucho. Pero sí que me gustaba como se veía.

—¡Ruki! Tanto tiempo.

—¡¿Uruha?!, ¿Q-qué haces aquí?

—Vine a decirte algo importante.

—Si es importante tal vez pude arreglarme un poco…

—Te quiero.

—Yo también te quiero.

—¡Te quiero! Descubrí que… te quiero más de lo que pensaba.

—¿Y tuvieron que pasar dos años para que me lo dijeras?

—Al parecer, me doy cuenta muy tarde de las cosas. Pero aquí estoy, por fin decidido. Quiero empezar algo bien contigo. Porque soñaba constantemente contigo, no te salías de mi mente. Quería estar contigo, protegerte. No dejar que nadie te hiciera daño. Y ahora puedo hacerlo. Puedo tratar de empezar bien las cosas. Si me lo permites, quisiera estar a tu lado, quisiera causar tus sonrisa y ni una de tus lágrimas. Porque lo mejor de los abismos, es que se pueden hacer puentes para cruzarlos. Sé que lo nuestro, no duró mucho. Pero ahora quiero hacer bien las cosas. ¿Qué piensas?

—Pienso que… no podría estar más feliz. ¡Sí quiero!

Le abracé con fuerza, casi quería llorar de felicidad.

—Pero… quiero presentarte a mis padres.

Sólo soltó una leve risilla.

—Por ti, lo que sea. 

Notas finales:

¿Y.. qué tal? 

Ya saben que si les gustó pueden decirmelo a través de un Review. Y si no les gustó, también acepto mentadas de madre. 

Muchas gracias por leer. 

¡Hasta luego!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).