BARCOS DE PAPEL
Sentía arrepentimiento por haber pensado que estar cerca de KyungSoo sería desagradable por el simple hecho de ser autista. Ahora que pensaba en eso, se daba cuenta de cuán estúpido había sido al creerlo. KyungSoo era un chico especial, no de la manera que los demás creían, era tan especial para él, tan importante y valioso.
Aquella noche el menor se quedó a dormir en su casa. Permanecieron en el sofá de la sala mientras en el televisor se reproducía una película a la cual ninguno prestaba atención.
—JongIn, ¿puedo preguntarte algo? —murmuró KyungSoo con la barbilla apoyada en sus piernas flexionadas. De no ser porque él estaba más pendiente de la respiración y cercanía del chico que de la película, no habría distinguido la suave voz entre los sonidos del aparato.
—Puedes —accedió, sin imaginarse qué podría ser.
—¿Qué es lo que habías escrito en el barco que arrojaste? —cuestionó. Había utilizado el tono y la mirada que sólo usaba cuando sentía verdadero interés hacia algo.
Él no estaba seguro si estaría bien decírselo. Se trataba de una cosa muy personal y le provocaba malos sentimientos hablar sobre el tema.
—Te lo diré si tú me dices primero lo que escribiste —Había pensado que con eso KyungSoo no insistiría más y preferiría olvidarlo, pero el menor asintió.
—En uno escribí “Deseo que mi vida siga siendo como ahora”, y en el otro “Por favor, que mis padres me permitan tener un gato” —dijo.
A JongIn le fue imposible retener la risa, pero KyungSoo aún lo miraba con serio interés.
—Ahora tú.
—Bien —suspiró—. Eran seis, no recuerdo las palabras exactas, pero lo que recuerdo es, "Deseo que deje de llover pronto para poder ir a comprar golosinas", creo que los otros decían algo como "Deseo obtener buenas calificaciones", "Deseo que el torneo de fútbol se haga en mi escuela", "Deseo que toda mi familia goce de buena salud" —JongIn se detuvo antes de seguir hablando y pareció un poco nervioso—. En otro escribí "Deseo que KyungSoo sonría más a menudo, me gusta verlo sonreír".
—Te falta uno —comunicó el menor—. El que no dejaste sobre el agua.
El ambiente de pronto cambió. Ya no sentía nervios y vergüenza, ahora sentía sofoco.
—"Deseo que mi padre vuelva" —citó sin mirarlo. Casi al instante ensanchó una sonrisa que borró aquella lúgubre expresión—. Pero no tiene caso, ya lo olvidé. Ahora yo también quiero que nuestra familia permanezca así.
—Escribí otra cosa en una de mis hojas —confesó KyungSoo, quizá para aligerar la densidad de la atmósfera—. Pero no era un deseo, "gracias por dejar que conozca a JongIn".
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Sentía arrepentimiento por haber pensado que estar cerca de KyungSoo sería desagradable por el simple hecho de ser autista. Ahora que pensaba en eso, se daba cuenta de cuán estúpido había sido al creerlo. KyungSoo era un chico especial, no de la manera que los demás creían, era tan especial para él, tan importante y valioso.
Aquella noche el menor se quedó a dormir en su casa. Permanecieron en el sofá de la sala mientras en el televisor se reproducía una película a la cual ninguno prestaba atención.
—JongIn, ¿puedo preguntarte algo? —murmuró KyungSoo con la barbilla apoyada en sus piernas flexionadas. De no ser porque él estaba más pendiente de la respiración y cercanía del chico que de la película, no habría distinguido la suave voz entre los sonidos del aparato.
—Puedes —accedió, sin imaginarse qué podría ser.
—¿Qué es lo que habías escrito en el barco que arrojaste? —cuestionó. Había utilizado el tono y la mirada que sólo usaba cuando sentía verdadero interés hacia algo.
Él no estaba seguro si estaría bien decírselo. Se trataba de una cosa muy personal y le provocaba malos sentimientos hablar sobre el tema.
—Te lo diré si tú me dices primero lo que escribiste —Había pensado que con eso KyungSoo no insistiría más y preferiría olvidarlo, pero el menor asintió.
—En uno escribí “Deseo que mi vida siga siendo como ahora”, y en el otro “Por favor, que mis padres me permitan tener un gato” —dijo.
A JongIn le fue imposible retener la risa, pero KyungSoo aún lo miraba con serio interés.
—Ahora tú.
—Bien —suspiró—. Eran seis, no recuerdo las palabras exactas, pero lo que recuerdo es, "Deseo que deje de llover pronto para poder ir a comprar golosinas", creo que los otros decían algo como "Deseo obtener buenas calificaciones", "Deseo que el torneo de fútbol se haga en mi escuela", "Deseo que toda mi familia goce de buena salud" —JongIn se detuvo antes de seguir hablando y pareció un poco nervioso—. En otro escribí "Deseo que KyungSoo sonría más a menudo, me gusta verlo sonreír".
—Te falta uno —comunicó el menor—. El que no dejaste sobre el agua.
El ambiente de pronto cambió. Ya no sentía nervios y vergüenza, ahora sentía sofoco.
—"Deseo que mi padre vuelva" —citó sin mirarlo. Casi al instante ensanchó una sonrisa que borró aquella lúgubre expresión—. Pero no tiene caso, ya lo olvidé. Ahora yo también quiero que nuestra familia permanezca así.
—Escribí otra cosa en una de mis hojas —confesó KyungSoo, quizá para aligerar la densidad de la atmósfera—. Pero no era un deseo, "gracias por dejar que conozca a JongIn".