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Sweet starlight / chansoo por LYhobbit

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Notas del capitulo:

Hola!!~tanto tiempo~ u.u enserio lo lamento, pero aquí está el segundo capítulo, espero que les guste mucho, y espero que su espera haya valido la pena u.u, de verdad lo lamento muchisímo!!!

~Gracias por sus comentarios y leídas!!! Enserio estoy muy feliz n__n, ya no los molesto más, así que pasen a leer!!

Bienvenidos quienes hoy inician!!

 

El día siguiente es demasiado frígido y las ganas de KyungSoo de ir a la escuela es pura nostalgia envuelta en oscuros sueños y dulces pesadillas. Quizá no debería ir a la escuela; no quiere, y en realidad no tiene excusa alguna para poder expresar el porqué. No es que no le guste llegar a pasos apresurados para ver a su alegre amigo y escuchar sus miles de escandalosas carcajadas en el interior de su mente, tampoco es que le disguste el modo en que éste platica sus miles anécdotas inmerso en la fantasía de sus sueños.


Sólo no quiere ir a la escuela y punto.


Pero la curiosidad de saber quién era la chica que estaba con su mejor amigo la noche anterior le anima a ir. Pero el hecho de que podría enterarse quién era la chica, quizá; sólo quizá, lo hará sufrir, lo que lo exhorta nuevamente a no querer ir. Sabe que va a llorar, lo sabe perfectamente bien, y también sabe que sus lágrimas no lo dejarán en paz. Ellas no lo dejaron dormir en la pasada noche después de ir a la feria con ChanYeol, las lágrimas tampoco lo abandonaron cuando la noche caminaba hacia la madrugada en el cantar de los pajarillos, y ahora mismo, en el despertar del sol, la tristeza continúa de lleno en la superficie de su alma.


“¡Tontas lágrimas! ¿Por qué debo ser tan chillón? ¡Me odio! ¡Estúpido KyungSoo débil!” se recrimina, mientras se seca otra de sus vagas lágrimas que mojan la palidez de sus mejillas.


— ¡KyungSoo, es hora de desayunar! —grita su madre desde el primer piso, donde ella lo espera en la cocina con un nutritivo desayuno que consta de pan, leche y fruta.


“¡Rayos!, ¡tontas lágrimas! ¡Tonta tristeza! ¡Tonto ChanYeol!” se reprende una y otra vez; está realmente frustrado. Y los gritos que su madre no deja de emitir, lo enfurecen todavía más. KyungSoo no quiere que sus padres lo vean con los ojos rojos e hinchados, adornado con bolsas que guardan tristeza. Lo que menos quiere es que le pregunten si ha llorado, y peor aún, el porqué de su tristeza.


— ¡Ya voy! —decide responder lo más calmado que pueda, y para entonces, que ya ha respondido, los gritos de su progenitora cesan.


Agua va hacia su rostro, las gotas salpican un poco de su pijama. Se frota el jabón y la espuma lo comienza a invadir. Abre un poco sus ojos y mira su reflejo en el espejo. Después de varios minutos mirándose, una idea se cuela. Ya sabe que inventar a las preguntas de sus papás.


Sale del baño. Su uniforme yace en dentro de su armario y él con mucha flojera, se comienza a vestir.


Paso a paso hacia abajo. Toma asiento en donde su desayuno está dispuesto a que sea disipado. Un largo suspiro matutino, y comienza a desayunar. Su padre con el periódico en manos, una y otra vez detiene su mirada para observar las muecas nostálgicas de su único hijo.


—KyungSoo… ¿Lloraste? —su padre es el primero en cuestionarlo sin apartar su vista de la lectura. Pero KyungSoo ya sabe que decir.


—No, mientras me lavaba la cara, el jabón se me metió a mis ojos— responde mientras pincha la fruta con el tenedor de plata.


—Oh… ten más cuidado la próxima vez—. Su padre vuelve a las noticias que reposan en papel reciclado.


¡Bingo! Su padre le ha creído es pequeña mentira. KyungSoo vuelve a suspirar. Pero entre esa “paz”, su madre le vuelve a hablar— ¿Seguro? Creí que estabas llorando por la noche—y aunque la oración que le envía su madre suena a duda, en realidad no lo es.


—Es que ayer fui con ChanYeol a la feria y comí muchas cosas, y creo que algo me hizo daño—. Su madre lo queda viendo, esperando, algo más convincente. —Mi estómago me dolió, ¡es verdad!


—Bueno, es que siempre que vamos a las fiestas, siempre comes mucho—resalta su madre mientras voltea unos hot-cakes —. Pero si te sientes mal, será mejor que no vayas a la escuela.


KyungSoo abre mucho sus ojos, tanto que aquellas perlas con un centro de avellana parecen querer saltar a abrazar a la madre de éste. —Tal vez…—. KyungSoo ha sonado dudoso, y se vuelve a recriminar. Debería sonar más seguro, y hasta cierto punto, actuar que su estómago todavía duele.


— ¿Seguro que tu estómago duele? —inquiere su padre, y esta vez, KyungSoo sabe que está sospechando de él.


— ¡Ah! —KyungSoo muestra una cara de ligero dolor, mientras sus brazos reposan sobre su vientre — No te preocupes mamá, en la escuela se me va quitar— responde sin dejar de emitir quejidos de un casi, evidente dolor.


—Hablaré con tus maestros, KyungSoo, mejor descansa—confirma su padre bebiéndose la última taza de café.


—Vuelve a la cama— ordena su madre.


KyungSoo sube con cuidado las escaleras hasta su habitación, sin dejar de fingir dolor. Su madre preocupada comienza a buscar manzanilla para preparar té; según sus padres, los remedios naturales son los más efectivos contra algunos dolores.


Y su hijo se recuesta en la cama, esperando sólo, el abandono de su tristeza.


Mientras tanto, en el repique de las campanas, entre una lluvia floral con rayos tenues del sol, ChanYeol espera con ansias la llegada de su mejor amigo, no es el único, pero sí el más especial.


— ¿A quién esperas? —BaekHyun llega con una sonrisa parecida a la de éste, sólo que en esta ocasión, ChanYeol parece no querer reír.


—A KyungSoo—responde sin dejar de atravesar los cristales con sus melancólicas pupilas.


— ¿KyungSoo? ¿Quién es él? —le cuestiona el chico, el cual, comparado con la estatura de aquel desconocido, parece ser pocos centímetros más alto.


—Está en nuestro salón y ¿no sabes quién es? —bufa ChanYeol, reprochándole con la mirada, quitando por un momento, sus ojos de las traslúcidas ventanas.


—No, no sé —reafirma, pero aún sigue curioso por saber quién es.


—Es muy inteligente, tiene los ojos grandes, labios rosados con una interesante forma a corazón, su cabello es negro y liso, su piel es blanca como la leche o la nieve, sus cejas complementan a la perfección sus ojos, sus…—Antes de que ChanYeol prosiga, BaekHyun le detiene con sus manos — ¿Qué?


— ¿Te gusta ese chico? — le cuestiona.


— ¿Eh?


—Estoy diciendo que si ese chico te gusta—vuelve a pronunciar, pero esta vez, BaekHyun, toma a ChanYeol de la barbilla.


—No…


—Dudaste— sonríe BaekHyun.


—No lo hice.


ChanYeol se zafa del agarre de aquella mano, y voltea a mirar los apuntes de su libreta. Curiosamente, hoy no olvidó ninguno de sus útiles escolares. BaekHyun sube los hombros en señal de restarle importancia a los gustos de su amigo y se va con otro chico fuera del salón de clases.


Las clases comienzan y continúan, está más que claro que no se detendrán con la ausencia de KyungSoo. Las preguntas a las que KyungSoo tendría respuesta, y que ChanYeol le animaba a responder, hoy no fueron atendidas.


“— ¿Cuáles son los planetas del Sistema Solar? ¿Alguien sabe? —preguntó la maestra, y aunque sus ojos parecían tener a su víctima, ChanYeol codeó a KyungSoo.


—Responde, tú te la sabes—le susurró. 


KyungSoo se negó, fue entonces que ChanYaol le obligó, tomó una de las manos de su amigo y la alzó con fuerza y a la vez con delicadeza, hasta que la maestra viera al participativo alumno.


—Diga la respuesta—dijo la profesora.


—Los planetas son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón—tuvo que responder entre las miradas curiosas que se iban a él, ChanYeol detallaba curioso las finas mejillas en un tono rosado y la voz temblorosa que chocaba con las cuatro paredes, para que todos los alumnos escucharan la respuesta.


—Eres muy brillante KyungSoo—lo alagó.


ChanYeol sonrió entre sí cuando la mirada de KyungSoo fue hacia él. Por unos momentos, los alumnos desaparecieron, y sólo quedaron ellos dos.”


Ahora no sabe nada más, sólo que extraña muchas cosas con su amigo, platicar con él dentro de clases mientras los profesores exponen diferentes temas, es también una de ellas.


“—KyungSoo ¿Ya viste? El diente de la profesora está pintado de color rojo—musitó a un lado de su amigo. En pocos segundos, ChanYeol pudo notar la manera en qué KyungSoo buscaba con sus ojos aquel detalle imperfecto de la maestra de Literatura.


KyungSoo se carcajeó por unos segundos—. Parece que no se fijó, o tal vez se fue maquillando cuando estaba manejando — le correspondió susurrando aún sin dejar de reír.


Y la clase continuó con murmullos y susurros, sólo entre ellos dos.”


ChanYeol sabe qué pasó en esa ocasión; lo tiene bien guardado en su mente. Fue la primera vez que KyungSoo correspondió a su llamado con la más hermosa sonrisa que sus ojos hubieran visto. Y también fue la primera vez que se quedó pasmado en tan delicados semblantes de alegría, sin absolutamente nada de tristeza y seriedad. ChanYeol vuelve a recordar otras cosas que hace con KyungSoo durante las clases, y una de ellas es también, enviarse papelitos con mensajes escritos.


“>>Apuesto a que te gano una partida de gato<< 


ChanYeol aventó el papel hacia la mesa de su compañero. KyungSoo aferró su mirada al pizarrón, y lentamente tomó el papel en sus manos sin despegar la vista de lo que el profesor escribía. Por un segundo, ChanYeol creyó que su amigo se iba a deshacer de él, pero KyungSoo buscó en su mochila un nuevo bolígrafo. Y entonces, KyungSoo comenzó a escribir. Después, muy sigilosamente lanzó el papel hasta la vista de ChanYeol.


>>En tus sueños, ¿recuerdas quién es el chico más inteligente de la clase?<<


ChanYeol pudo apreciar una tinta de color muy especial: azul pastel con ligeros toques de verde esmeralda. Y de nueva cuenta, con tinta negra, volvió a plasmar su respuesta.


>>Pido cruz, yo inicio<<


Lanzó el papel para que KyungSoo rápido lo notara, y éste de nueva cuenta, volvió a escribir.


>> ¡No es justo! Yo quería cruz<<


Y aunque KyungSoo se quejó, ya no pudo reprochar, pues la partida había comenzado”


ChanYeol recuerda el modo tierno en que su amigo se enfadó, pues KyungSoo había perdido tantas veces, fuera con cruz o círculo, aun siendo el alumno más listo. Ahora, sin darse cuenta, sonríe nostálgicamente.


Realmente extraña a su amigo.


Si hoy no hubiera faltado, seguramente, ahora estaría picando con la punta de su lápiz el costado de KyungSoo, y sin esperárselo, éste le regresaría con su lapicero el mismo toque, pero un poco más intenso.


ChanYeol extraña demasiado a KyungSoo, y su ausencia le duele aunque no lo sepa, pero son esas mismas ganas de llorar la que le indican que quiere verlo. “Después de clases lo iré a ver, él es un chico que se preocupa demasiado por los estudios, y estoy seguro que después va a llorar si baja de calificaciones”, piensa. Escribe todos los apuntes. Su escritura es legible, tanto que no se parece a los intentos de letras que escribía en el pasado, y ese pasado significa ayer.


Las clases culminan en el cantar de las campanas; ChanYeol se mueve rápidamente guardando todas sus libretas, libros y lápices. Cuando sale del salón, BaekHyun lo está esperando y aunque disimule que no lo ve, éste le agarra la mochila.


— ¿Qué quieres?


— ¿Estás bien?


—Sí…


—Es que… SeHun y yo pensamos que estuviste actuando extraño, cuando saliste a almorzar no te vimos en ningún lugar—confiesa BaekHyun con una mueca que le demuestra que en verdad está preocupado.


—Voy a ver a un amigo, estoy preocupado por él. Hoy no vino a clases.


— ¿KyungSoo? —inquiere SeHun sin dejar de mirarlo.


—Sí.


—Te acompañamos—. BaekHyun comenzó a dar sus primeros pasos en el camino que llevaba a la salida.


— ¿Creen que estoy loco? —indaga ChanYeol, pues el ver los rostros sorprendidos de BaekHyun y SeHun, lo asusta en grandes cantidades.


—No, es que SeHun está muy mal en Astronomía, y me dijo que KyungSoo es el más brillante en esa materia, así que le quiere preguntar si lo puede ayudar—contesta BaekHyun para tranquilizar a su orejón amigo.


“Ayudar ¿Ayudar?” ChanYeol no quiere que KyungSoo ayude a alguien más que no sea él. —No, no pueden ir. Si KyungSoo está enfermo ustedes no lo dejarán reposar con sus escandalosas carcajadas.


—Si SeHun reprueba esta materia, probablemente no vaya a la escuela a la que le gustaría ir—recrimina BaekHyun, con una muy baja intención: hacer sentir mal a Chanyeol, para que éste acceda.


—Está bien, vamos. Sólo que KyungSoo es muy tímido.


—Lo sé, lo conozco, aunque no he hablado con él— reafirma SeHun.


—Vamos—. Suspira ChanYeol pesadamente.


Los tres amigos comienzan a caminar fuera de la escuela, hacia el hogar de una persona que ellos en su vida hubieran pensado en hablarle.


~*~


Han llegado a la casa de KyungSoo, una casa totalmente normal. Un jardín adorna la entrada con flores que colorean la verde pastura que está alrededor. ChanYeol duda, no quiere tocar el timbre que lo llevará a conocer el interior del hogar de KyungSoo, y está muy nervioso aunque SeHun y BaekHyun estén con él.


— ¡Apúrate! ¡No te quedes como un tonto! Toca el timbre—manda BaekHyun, como siempre suele hacerlo.


ChanYeol poco a poco acerca su dedo índice hasta tocar el sonoro botón. Una melodía que él conoce lo hace sonreír. Für Elise, suena, y ellos pueden escuchar los pasos de una persona bajar de lo que serían unos escalones de madera.


— ¡Voy! —Gritan, pero no es la voz de KyungSoo, es más bien aguda y femenina, ChanYeol piensa que es la madre de su amigo, y en efecto, no está para nada equivocado. La puerta se abre, y pueden ver a una mujer con tierna y confusa mirada. — ¿Sí…?


—S-soy…—ChanYeol no puede encadenar palabra alguna. Está totalmente perdido en qué poder decir.


—Somos amigos de su hijo y venimos a verlo—termina BaekHyun y ChanYeol asiente con su cabeza.


—Mi hijo no se sintió muy bien por eso hoy tuvo que faltar a clases—exclama la señora, y después, gira su cabeza a la silueta de ChanYeol—. Tú debes ser ChanYeol, mi hijo habla muy bien de ti—la mujer le dice sonriéndole, y por un momento él chico parece que quiere desfallecer. ¡KyungSoo ha platicado de él con su madre! Y sólo puede pensar ¡Es increíble!


—Sí, soy Park ChanYeol. Mucho gusto.


—Soy Kim Eun Chan—. Ella los invita a pasar, y ellos no niegan la amable invitación.


Cada paso que ChanYeol da lo lleva más cerca de KyungSoo, pero no puede evitar mirar las fotografías que adornan las paredes en color beige. Cuadros de KyungSoo siendo un bebé lo enternece; y él, nuevamente sonríe sin que se percate de ello. Su amigo ha sido lindo desde que era un bebé. Ahora que es un adolescente, no ha dejado de serlo.


Su corazón late cada vez que un escalón es dejado atrás y él sube al lugar en donde el chico que hoy extrañó descansa plácidamente, bueno eso cree él. Y aún con nervios, toca la puerta.


Desde adentro, KyungSoo puede escuchar los golpes para dejar entrar a la persona que está fuera. Detiene todo lo que estaba haciendo en su escritorio y se acuesta rápidamente a su cama ocultándose de pies a cabeza entre las cobijas de algodón.


—Seguramente está dormido, pasen, la puerta no tiene seguro—afirma la madre desde la cocina.


—Entra tu primero—comunica SeHun.


ChanYeol no lo niega, gira la perilla para abrir. Mete un pie a la habitación, y cuando su cuerpo ya está completamente adentro, cierra, dejando a BaekHyun y a SeHun fuera de éste.


Cuatro paredes del mismo color de la sala, beige, lo hacen sentirse más cálido de lo que ya no se podía. Estrellas que brillan en la oscuridad pegadas en el techo, otras cuelgan y se mueven muy tenuemente con la respiración, lo adornan con algo llamado cosmos. Una lámpara reposa sobre un escritorio junto a libros y lápices, que fueron usados. Pero lo que a ChanYeol le ha llamado más la atención es el lugar en donde la cama se haya, justo frente a una magna ventana que deja admirar un paisaje lleno de árboles rosas, morados, verdes y blancos.


De pronto, la silueta que reposa dentro de las cobijas hace un ligero movimiento, ChanYeol no pasa aquello desapercibido. Con sigilosos golpes al suelo de madera, llega hasta la cama. — ¿KyungSoo, estás despierto? —le llama, pero no escucha sonido alguno.


La persona que está dentro de las mantas de algodón abre los ojos en demasía, y tampoco quiere hacer ruido alguno. Prefiere hacer pensar a la persona que le ha llamado que él sigue sobre los brazos de Morfeo. Un segundo llamado vuelve a colarse a sus oídos, y KyungSoo sigue inerte, no quiere que ChanYeol lo vea con unos abominables ojos rojos. Pero cuando menos se lo espera, un tercer llamado es emitido, y con rapidez las cobijas que lo mantenían escondido le fueron quitadas…


Y entonces, un cruce de miradas se ostenta, ChanYeol mira a KyungSoo sin parpadear, y KyungSoo no puede hacer nada más.


—Así que estabas despierto—exclama con extrañeza.


KyungSoo cierra los ojos y abre la boca, simulando que apenas acababa de despertar — ¿Qué hora es? —pregunta mientras se sienta y estira los brazos.


—No querías verme ¿Cierto? —ChanYeol reprende con abatimiento, de alguna forma sabe que KyungSoo está fingiendo, y eso le duele.


—Yo… no es eso…—KyungSoo intenta reparar lo que le ha hecho sentir a su amigo.


—Sólo dime que no quieres verme y me iré—le riñe ChanYeol, poniéndose de pie, y girándose hacia la ventana.


—Yo…


—Tu mamá me dijo que te sentiste mal y yo estoy preocupado.


KyungSoo siente ganas de llorar. Él se ordena decirle la verdad a su mejor y único amigo, pero por una razón convincente, no lo quiere decir, ¿qué dirá? “No fui a la escuela porque ayer te vi con una chica, y… me encelé”, suena tonto ¿Cierto? KyungSoo quiere evitar a toda costa decirle lo que últimamente siente hacia él.


Más allá de esos celos que cargan demasiada tristeza, KyungSoo lo extrañó


En sus cinco sentidos, admitir que no verlo ni escucharlo hoy, le dolió, le dolió más que haberlo visto junto a una chica, y lo sabe porque durante todo el día estuvo pensando en ChanYeol.


Está feliz al saber que ChanYeol se preocupó, y quiere brincar de felicidad al recibir la primera vista de un… Amigo.


Su corazón apuñala a su conciencia el haber creído que ChanYeol no estaría pensando en él, pues en el reflejo de aquellos cristales, puede observar cada rasgo afligido de su amigo.


—Lo siento…—clama KyungSoo dejando ir las penas que todavía aquejan su lastimado corazón—, pero estoy bien, no te preocupes.


ChanYeol da un paso para salir de la habitación ¿Qué no se preocupe? ¿Y por qué no lo haría? Eso hacen los amigos, preocuparse por sus amigos.


Al primer paso, llega el segundo, después el tercero y cuarto; KyungSoo siente que no quiere dejarlo ir. No quiere que ChanYeol lo deje. Quiere platicar con él, preguntarle cómo le fue en la escuela. Contarle también, que extrañó no ver su sonrisa, platicar con él durante las clases, lanzarse papelitos con escritos absurdos que lo hacen reír, y usar sus lápices para sentir esos cosquilleos que llegan más profundo de lo que puede describir.


Pero no puede, el nudo en su garganta se enreda muchas veces. Ver a ChanYeol agarrar la perilla para marcharse lo hace sentir un cobarde.


“No dejes que se vaya…busca la manera de no dejarlo ir…” se dicta KyungSoo intentando no llorar.


“No quiero dejar a KyungSoo, pero seguramente lo hice sentir mal, por eso no quiere verme y lo entiendo perfectamente. KyungSoo, no te preocupes” se decreta ChanYeol mentalmente.


Y cuando el más alto menos se lo esperaba, KyungSoo lo detiene con un abrazo. —Perdón, ChanYeol, perdóname por mentirte, no quiero que dejes de ser mi amigo.


ChanYeol rompe en llanto al escuchar las súplicas de KyungSoo al no querer estar solo — ¡Qué tonterías! Deberían torturarme para que deje de ser tu amigo. Incluso así no lo lograrían—le bromea intentando calmar también su llanto.


¿Pero por qué llora? Se pregunta, debería estar feliz al escuchar que KyungSoo quiere siempre su amistad ¿O no?


Voltea y el abrazo que el más bajo le da, lo cambia a uno recíproco, enredando con sus brazos, el cuerpo de KyungSoo. Y aunque no lo sepan, sus corazones laten al mismo tiempo.


— ¿Quieren galletas? —extiende BaekHyun una canasta ofreciendo las dulces golosinas.


ChanYeol y KyungSoo rompen el abrazo. Por alguna razón no querían hacerlo, ninguno de los dos.


—Creo que interrumpiste algo Baek—entra SeHun reprochando la intromisión.


—No lo hizo—declara KyungSoo tomando muchas galletas llevándoselas todas de un sola vez.


—Te vas a ahogar —regaña ChanYeol sin dejar de evadir las miradas de sus dos amigos.


Y en efecto, lo que ChanYeol mencionó, se hizo realidad, KyungSoo tose, y SeHun le da unas palmadas a su espalda.


—Voy por agua —. ChanYeol sale de la habitación cerrando la puerta, dejando a sus amigos en el silencio, pues las risas y burlas se apagaron.


—Así que tú eres KyungSoo—pregunta SeHun sin dejar de detallar cada fino rasgo de la persona que se sienta sobre la cama de un brinco.


—Sí —le responde.


— ¿ChanYeol te gusta? —cuestiona BaekHyun intimidándolo con la mirada absuelta de confianza.


— ¿Eh? No, es sólo mi amigo.


— ¿Cómo se conocieron? —vuelven a preguntar los estudiantes.


—Él me ayudó cuando unos chicos me molestaban—confesó.


Mmm… Mañana tendrá una cita con una chica de la que él está enamorado, ¿eso no te hace sentir mal?


KyungSoo puede sentir su corazón derrumbándose más de lo que ya no quiere. Puede actuar que eso no le afecta; lo hace, entregando una forzada sonrisa — ¿Una cita? ¡Genial! es muy atractivo, claro que no me enojaría, es mi amigo y estoy feliz por él.


— ¿Así que no estás enamorado?


—Baek, deja de decir tonterías, él nuca se enamoraría de un chico—interfiere SeHun sin dejar de observar la habitación que tan apacible lo hace sentir. Da vueltas y vueltas. Entre cada búsqueda, se detiene frente al escritorio. Puede detallar el nombre de un nombre conocido que está plasmado en todos los sitios que una hoja de papel cuadriculada ofrece, y hasta el final encuentra una oración, bastante sencilla, pero con un bien entendible mensaje.


ChanYeol entra con cuatro vasos que difícilmente sus manos pueden aguantar, pero aun así logra llegar sin que una gota de limonada cayera al piso.


—ChanYeol, ¿mañana verás a Dara en la feria? —cuestiona BaekHyun tomándose la bebida.


KyungSoo aprecia a detalle los mohines que el interrogado expone, ¿y cómo no sentirse mal? Está enamorado sin ser correspondido. ¿Por qué debería mantenerse fuerte, distante de los ríos que sus ojos no quieren aguardar más?


—KyungSoo, ¿así que tú eres la luz de estrella que ChanYeol prometió cuidar? — expresa SeHun con líneas en su piel que muestran algo más que dolor, consternación. — No serás más que una estrella herida.


Todos lo quedan viendo, SeHun con enojo sale de la habitación. BaekHyun le sigue, y ChanYeol también, dejando a solo a KyungSoo.


El silencio prolifera en aquellas cuatro paredes, la nostalgia no ayuda de mucho, y menos la falsa sonrisa con la que KyungSoo se ha quedado, porque sabe que lo que ahora necesita es el hombro de un amigo en quién llorar. Pero llorar en el hombro de ChanYeol lo hará sentirse más débil haciendo que su llanto no se detenga. Se siente todavía más ridículo cuando sabe que SeHun tiene toda la razón.


Y le duele saber que él es aquella estrella herida, esa estrella que ChanYeol prometió cuidar.


Sus ojos por fin liberan esa sustancia que alberga sólo tristeza. Rompe en un llanto parecido a una tormenta en verano. Sólo le queda consolación de una manera: expulsar todo aquello que le hace sentir mal, aunque eso signifique…


Ser nada para su único y mejor amigo.

Notas finales:

¿¿Les gustó??? Espero que sí °~°, ya saben que cualquier duda, opinión, comentario y pregunta son totalmente bienvenidas :), nos vemos a la próxima y espero no tardar esta vez...

¡Nos leemos!!!!

n.n


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