Capítulo uno
Una explosión sacudió el suelo debajo de él mientras se agachaba detrás de un árbol, protegiéndose a sí mismo del peligro.
3... 2... 1.
Él se enderezó con cautela, hizo una seña a su compañero, y se dirigió hacia el edificio. Se detuvieron en la entrada, los dos a ambos lados de la puerta dañada. Levantó un dedo, luego dos, y cuando apareció el tercero, él y su compañero se dieron vuelta y echó el cerrojo por dentro, con las armas planteadas en frente de ellos.
—Claro— informó su socio, continuando en la habitación de al lado con su arma baja pero aún la tenía frente a él.
—Joder— dijo mientras seguía a su compañero a la habitación contigua. Se detuvo justo detrás de del rubio, mirando alrededor de la habitación. —Yo diría que este es el lugar donde la granada se tiró.
Su compañero asintió con gravedad. Había escombros por todas partes. Las paredes se habían derrumbado, y la puerta estaba torcida que conducía un tramo de escaleras.
Sin decir una palabra, los dos hombres se abrieron paso por las escaleras y en un pasillo, meticulosamente mirando cada una de las habitaciones que se encontraban. No había nada. Nadie. Cada vez salían con las manos vacías, podía oír el suspiro de su socio frustrado. Él abrió la última puerta, y maldijo. Su compañero lo miró, levantó las cejas, como él, también, se asomó a la habitación.
—Ayúdame a sacarlo— dijo al rubio mientras se abría camino en la habitación, colocó su brazo en la espalda para colocar el arma en la banda de su pantalón. En lugar de ayudar, su compañero se puso de pie junto a la puerta y observó.
Suspiró mientras se arrodillaba delante del hombre apenas consciente y lo desató de la silla.
—¿Cuál es tu nombre? — Preguntó mientras lanzaba la última cuerda al suelo.
—K-Kyungsoo— el prisionero le susurró, apenas capaz de mantener los ojos abiertos.
Movió el brazo de Kyungsoo alrededor de su hombro y gruñó cuando él lo levantó. Fue sólo cuando trató de enderezar la espalda que se dio cuenta de que el hombre era mucho más corto que él mismo. Frunció el ceño cuando se dio cuenta de que no iba a recibir ningún tipo de ayuda de su gilipollas e engreído socio, que todavía estaba apoyado casualmente por la puerta. A regañadientes, inclinó la espalda para dar cabida a la diferencia de altura y llevar al hombre a la puerta. Su compañero siguió en silencio, con el arma todavía, pero a su lado.
Cuando llegaron fuera, se detuvo y se volvió hacia el rubio. —Dame las llaves. Él no será capaz de andar en bicicleta en este estado.
El rubio se burló antes de llegar al bolsillo de la chaqueta y sacó un juego de llaves del automóvil. —Ten cuidado con mi bebé— dijo antes de intercambiar las llaves del coche con las llaves de la moto. — ¿Qué vas a hacer con él de todos modos?
—No lo sé— respondió él, cambiando el dominio sobre el hombre más bajo. —Probablemente llevarlo al hospital más cercano y luego reunirme contigo.
—No te preocupes por eso— su compañero sonrió, mirándole con una expresión divertida. —Tenga cuidado con su nuevo amigo.
—¿Qué pasa con Jonghyun?
—Yo me encargo de él— dijo el rubio antes de montar a caballo la moto y tirar del casco.
Él miró a su compañero con una expresión preocupada. —Ten cuidado, Taemin.
El rubio se echó a reír, antes de arrancar el motor y agitando un saludo de dos dedos. —Siempre lo tengo.
—Mamá, puedo caminar perfectamente bien por mí mismo— Kyungsoo gruñó, tirando del brazo de su madre.
—¡Deberías estar descansando aún! —Su madre respondió con un suspiro de exasperación —Deja que el gerente general dirija el restaurante por un par de días más. ¡No es como que realmente te necesitarán en esas condiciones!
—Madre— Kyungsoo se volvió hacia su madre, serio. —He estado fuera del hospital hace una semana. Me siento perfectamente bien, y yo no necesito que me mimen. —Él agarró el brazo de su madre y apretó como un deje de cariño. —Y sé Baekhyun es perfectamente capaz de ejecutar el restaurante, pero sigue siendo mi restaurante y yo debería estar allí.
—Todavía no entiendo por qué insististe en la apertura de ese restaurante— La señora Do se quejó. —No es como si necesitaras el dinero. ¡Y querido, si realmente querías algo que hacer, siempre puedes ir a trabajar a la empresa de tu padre como él ha estado tratando de conseguir que hagas por años!
—No — Él había tenido esta conversación con sus padres antes, y no tenía ganas de volver a retomarla. —Ya he terminado con esta conversación, madre. Hay que ir a casa ahora…
Se acercó a la mujer que protestaba en la puerta y le dio una despedida antes de cerrar la puerta en sus narices. Kyungsoo luego apoyó la espalda contra la puerta y sacó su teléfono celular. Marcó su número de GM antes de poner el teléfono a la oreja y esperando a que el otro responda.
—¡Yo! Jefe, usted todavía está vivo. Ya veo — una voz sonó por los altavoces unos segundos después.
—¿Cómo lo estás haciendo con mi restauran?
—Caray, siempre en negocios con usted, ¿no? —Bromeó su empleado—Todo está bien. Acabo de quemar todo, pero es apenas perceptible.
Kyungsoo podía oír el tono de burla en las palabras del hombre. Byun Baekhyun. Siempre el comediante. —Voy a entrar.
—Aw, jefe. Estoy bromeando. Aprende a aceptar una broma, ¿quieres? Su restaurante está muy bien. El negocio es grande. Todo está bien.
—Excelente. Todavía estoy entrando. Nos vemos pronto —Colgó sin escuchar lo que el otro tenía que decir. Agarrando las llaves de la chaqueta y del coche, se dirigió hacia la puerta.
"¿Por qué me salvaste?" Kyungsoo preguntó al hombre en toda la sesión negra al otro lado de la cama del hospital.
"No fue planeado."
"No es que no estoy agradecido... Muchas gracias, de verdad. Yo no te conozco y yo realmente no entiendo nada de lo que pasó o por qué me llevaron allí en primer lugar y... "Kyungsoo se detiene cuando miró hacia arriba y vio la divertida mirada que el hombre tenía. "Lo siento, estoy divagando otra vez", dijo, mirando hacia abajo a sus manos.
"Eres lindo," el hombre bromeó, sonriendo. Golpeó las manos sobre las rodillas y se levantó, enderezando su chaqueta de cuero. "El hospital ya notificó a tu familia de que estás aquí", dijo, dirigiéndose hacia la puerta.
"¡Espera!", Gritó Kyungsoo, alzando un brazo hacia su salvador. "¿Te vas, así como así?"
El hombre sonrió de lado. "¿Debo quedarme?"
"B-Bueno, quiero decir. Tú podrías. Si deseas... Pero entonces, supongo que podrías tener mejores cosas que hacer a continuación, sentarse y esperar en el hospital conmigo. Jaja... Okey, yo-"
"Quiero descansar " el hombre cortó a Kyungsoo agarrando el picaporte.
"¡Espera!"
Se dio la vuelta, levantó las cejas.
"Su nombre... ¿No debería yo por lo menos saber el nombre de mi salvador?" Kyungsoo susurró en voz baja en su camilla del hospital.
El hombre se volvió para irse de nuevo. Antes de que la puerta se cerrara por completo, Kyungsoo oyó decir algo en voz tan baja, que tuvo que esforzarse para escuchar.
"Kai".