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Un angel abandonado por Zusukisan98

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Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de su respectivo autor, Kishimoto-sensei

La misión fue un completo fracaso, se suponía que debía encontrar y exterminar a un demonio muy fuerte que se había escapado al mundo humano, pero lo único que encontró fue un cambio de ropa y una espada con energías malignas, pero ningún rastro del demonio. No podía regresar sin cumplir su misión, ya había fallado dos misiones  anteriormente como para seguir igual.

Si fallaba una vez más lo degradarían de arcángel a un simple ángel, común y corriente, y un Namikaze no puede aceptar tal ofensa.

Los Namikaze pertenecían a un linaje de arcángeles respetados y admirados por todos en el cielo, y el como el único descendiente del gran Minato Namikaze no podía ensuciar de tal forma el nombre de sus ancestros.

 

Lo busco por toda la ciudad humana y nada. Recorrió cada callejón y los lugares frecuentados por los demonios, nada. Cuando ya no le quedaban esperanzas, lo encontró en un parque al lado de una mujer humana. Era  un chico alto, de cabello azabache y piel blanca como la porcelana, parecía un ángel, de no saber que era realmente se hubiera enamorado. Pero estaba en medio de una misión, no podía permitir que esa pobre e inocente alma sea contaminada por culpa de un despreciable demonio.

 

Se ocultó de la vista de los humanos y una luz lo rodeo, su cabello rubio creció hasta llegarle a la cintura, sus curvas se remarcaron y le crecieron los senos, se convirtió en una hermosa mujer rubia.

 

-Lo bueno ser arcángel es que puedo cambiar mi forma para ayudar a los humanos- sonrió la rubia, se acercó al demonio por el lado izquierdo y con una cuchilla oculta entre su camisa y el torso de este lo alejo de esa humana. La chica de cabello rosa lo miro enfadada pero no hiso nada para evitar que se llevara moreno.

 

-Ni creas que te dejare hacer de las tuyas, en este momento te vienes conmigo, datebayo- sonrió triunfante la rubia, mirando fijamente los ojos negros del chico frente a ella.

-Así que eras tú quien estuvo siguiéndome todo el día, debo decir que si no me hubiera expuesto de esta manera tan obvia no me hubieras encontrado, eres una inútil- sonrió ladino el demonio, aun siendo amenazado por esa daga en su costado.

-Para que sepas no soy un inútil tebayo, soy el mejor en mi trabajo y solo espere el momento apropiado para atraparte- menciono enfadado el rubio, mientras volvía a su verdadera forma y miraba despectivamente al demonio frente a sí.

 

 Los ojos negros del moreno se fijaron en el cuerpo del ángel rubio frente a él, lo observo fija y profundamente. Esa mirada penetrante puso nervioso al rubio que no entendía el porqué de esa mirada ni porque su cuerpo reaccionaba de esa manera frente a un demonio.

 

-¿Que tanto me ves, datebayo?- pregunto nervioso  el pequeño ángel

-Solo observo como es que el destino se empecina en causarme problemas- respondió serio el moreno.

-Escúchame bien, teme, no tengo idea de que estas hablando, pero dejas de mirarme de esa manera o tendré que noquearte- amenazo el angelito

-Hum, siquiera inténtalo dobe- se burló el demonio

-¿A quién llamas dobe, teme?- estaba muy enfadado, no le importaba si se ensuciaba las manos, ese teme se las pagaría, desenfundo su otra cuchilla y estaba dispuesto a atacar.  Pero de golpe quedo petrificado, su cuerpo no le respondía, asustado miro al demonio que parecía tan extrañado como él. Observo de nuevo sus brazos y logro divisar atado al dedo meñique de su brazo izquierdo un fino y largo hilo de color rojo sangre que se unía al dedo meñique de la mano derecha del demonio. Miro sus dagas como caían de sus manos, giro de nuevo la mira para enfrentar esos ojos negros, algo estaba mal, ahora le parecían más iluminados que antes y mucho más profundos y peligrosos. De golpe todo se volvió negro.

 

Cuando despertó estaba en el departamento que había allanado buscando al demonio. Estaba arropado en la pequeña cama y un paño húmedo estaba sobre su frente, por la ventana se colaban los primeros rayos del sol. El demonio estaba sentado en el piso, dormido sobre el borde de la cama, con las manos como almohada, desde su mano derecha el hilo rojo se extendía hasta la mano izquierda del joven ángel rubio.

 

-Esto no puede ser, esto está mal- se asustó el pequeño- no puede ser real. Esto terminara destruyéndonos- sollozo el pequeño abrazando sus rodillas, escondiendo su rostro en ellas y dejando correr sus lágrimas.

 

Sobre sus hombros siente el cálido abrazo del que hasta unos segundos atrás estaba dormido. No entendía porque, pero ese contacto solo provoco que llorara con más fuerza. Una gran pena nació en su pequeño corazón, de un momento para otro y sin razón aparente. Quizás porque sabía lo que vendría en su futuro si decidía seguir al que se convertiría en su pareja o porque sabía que ya  no podría vivir sin él, solo sabía que dolía y que tenía que sacarlo fuera.

 

-Sí, es posible que termine destruyéndonos, pero no podemos escapar- lo consoló el demonio- ahora ya no podré dejarte ir, lo siento, pero no renunciare a ti- sentencio el moreno dejando escapar unas lágrimas, también entendía que esta situación era muy peligrosa para ambos. Pero acababa de encontrar el extremo de su hilo rojo y no renunciaría a él.

 

Aun con lágrimas corriendo por sus mejidas el rubiecito sonrió feliz – Espero que nunca me dejes ir, o tendré que darte una paliza por hacerlo- menciono en broma.

-Dalo por hecho- sonrió también el demonio.

 

Sin palabras, solo con sus miradas, ambos confirmaron sus sentimientos, se arriesgarían a ver que les deparaba el destino, se arriesgarían a encontrar su felicidad. Con un sutil beso decidieron empezar una relación, una relación secreta y muy peligrosa, pero llena de amor.

Así empezó la hermosa y trágica historia de Sasuke Uchiha, hermano del rey demoniaco, y Naruto Namikaze, arcángel de elite y capitán de los cazadores de caídos.

 

 

Las semanas pasaron y Naruto sabía que tenía que regresar al cielo. Reporto su fallo en la misión y la dio por terminada. Pero no regreso, se quedó al lado de Sasuke, en ese departamento en el mundo humano. Hablando y conociéndose, pasaban horas enteras contándose todo, sobre su pasado y sobre su presente, sobre sus familias y amigos, sobre sus funciones en sus diferentes mundos, y sobre las cosas hermosas de sus hogares. Se contaban lo que amaban y lo que odiaban del mundo en el que nacieron, del lugar que debían ocupar y de cómo podían soportar el peso de tantas responsabilidades. Se contaron como imaginaban seria su pareja y como pensaban seria su vida desde ese mismo momento en adelante. Se convirtieron en inseparables. Su amor creció y se fortaleció, ya no podrían separarse, morirían si les faltaba el otro.

 

Los arcángeles sospecharon que Naruto no quería enfrentar su castigo por haber fallado de nuevo y decidieron traerlo por la fuerza. Esperaron cualquier cosa, menos lo que se encontraron en ese cuarto con las luces apagadas y las cortinas cerradas.

 

Ya llevaban juntos dos meses, se conocían todos y cada uno de los caprichos, se complementaban como si hubieran sido hechos el uno para el otro. Se amaban, a pesar de las peleas y discusiones, a pesar de ser diferentes en muchísimos aspectos no podían dejar de amarse y necesitarse.

Ese día Naruto había decidido entregarse completamente al amor de su vida. Claro que estaba nervioso y tenía miedo por las consecuencias que esto podría traerles a sus cuerpos, pero no podía dudar ni dar marcha atrás, ya se había decidido, y aceptaría cualquier consecuencia con tal de demostrarle a Sasuke que estaba listo y deseaba ser uno con él, en cuerpo y alma.

 

Sasuke había salido a comprar comida y regresaría en una hora. Arreglo la habitación, cerró las cortinas, apago las luces, se dio un baño con aromatizantes afrodisiacos y espero a su novio desnudo sobre la cama. Cuando llego Sasuke sintió un delicioso aroma que venía desde la habitación y que estaba excitándolo increíblemente. Al llegar se quedó sin respiración al ver a su rubio desnudo sobre la cama y en una pose muy erótica.

 

-Hola Sa-su-ke, creí que tardarías más- menciono divertido el rubio al ver la expresión que puso su demonio.

-De haber sabido lo que encontraría al llegar- menciono mientras se deshacía de su playera- Habría corrido de regreso- termino sonriendo seductoramente.

 

Como un depredador asecha a su presa, el moreno se dirigió a la cama. Subió cual felino cazador y se posiciono sobre el pequeño y delicado cuerpo del rubio. Empezó a besar y acariciar el cuerpecito debajo de él que ansiaba ser tocado. Beso los dulces y suaves labios del rubio, mientras sus manos recorrían las esbeltas piernas del ángel. Naruto sentía escalofríos cada vez que el demonio tocaba su piel, se abrazó al cuello de Sasuke profundizando así el beso, volviéndolo apasionado y demandante. Las lenguas de ambos se debatían en una dulce lucha que ninguno quería terminar, pero que la falta de aire los hizo romper. Se miraron felices y agitados.

 

-¿Sabes que no me detendré hasta llegar al final, verdad?- Pregunto el moreno agitado y con la vos algo ronca por el deseo y la lujuria contenidas.

-Sí, lo sé. Tenía que llevarte hasta este punto sin retorno para que me lo hicieras- sonrió lujurioso el bello ángel.

-Más que ángel eres un demonio de la perversión- comento divertido Sasuke

-Pues debo recordarte que tú me influenciaste- respondió con un puchero infantil y tierno el pequeño rubio.

 

 El moreno acaricio la piel del pecho y vientre de Naruto sacándole unos gemidos adorables. Degustó el esbelto cuello de su niño rubio, dejando chupones y mordidas en él, para quien lo viera supiera que ese hermoso y adorable ángel ya tenía dueño, y era Sasuke Uchiha. Así que más les valía no acercarse a su pequeño tesoro o saldrían muy mal parados, si es que podían pararse después de que acabara con ellos, claro.

 

Los suspiros y jadeos del pequeño ángel se dejaron escuchar, Sasuke estaba a mil y no se detendría, ya no podría hacerlo aunque quisiera. Repartió lamidas y mordidas por el cuello y clavícula del pequeño, siguió besando y lamiendo el pecho jadeante del rubio hasta toparse con esos encantadores y atrayentes botoncitos rosados.

Chupo y mordió los pezones del ángel, los gemidos del rubio iban en aumento. Las sensaciones que despertaron en su cuerpo al ser tocado por el demonio eran nuevas y muy placenteras. Nunca antes nadie había despertado tan bajos instintos en su ser como lo hacía ese demonio.

 

El demonio siguió besando el pecho y vientre del menor. Encontró su ombligo y no se lo pensó dos veces antes de empujar con la lengua dentro de él. El cuerpo entero de Naruto tembló ante tal acto, un gemido fuerte y suplicante se escapó de los labios del rubio. Satisfecho por su descubrimiento el demonio siguió lamiendo y mordiendo el vientre del ángel, deleitándose con los gemidos y jadeos que soltaba el chico debajo de él.

 

La boca del moreno llego hasta la hombría semierecta del ángel y empezó a lamer y succionar. Los gemidos de Naruto se convirtieron en grititos y escalofríos, tan fuertes que apenas podía controlar el temblor de su cuerpo.

 La sensación de calidez y humedad que le daba la boca de Sasuke volvían loco al rubio que no se contuvo al gritar de placer, sentía la sutil presión de los labios de su amante sobre su miembro, como subía y bajaba por toda la extensión de su virilidad, estaba muy excitado y ese maldito demonio seguía jugando con su cuerpo. ¿Que no veía que quería mucho más?

 

Aunque se divertía  torturando el cuerpo de su novio, Sasuke debía aceptar que sus pantalones le molestaban desde hacía rato. Su miembro estaba más que excitado, duro y húmedo, gritaba por atención  y él se negaba a dársela. Ya no pudo soportarlo más y  se quitó los pantalones, siguió chupando el erecto y duro miembro de su chico, aunque se daba algunas caricias para calmar el dolor punzante en su propio miembro.

 

Con el líquido que goteaba del miembro de Naruto lubrico dos dedos y empezó a preparar la entrada del pequeño. Puede que estuviera muy excitado y perdido en las sensaciones, pero sabía que esta era la primera vez del pequeño y no pensaba lastimarlo. Con calma y cuidado dilato la pequeña entrada rosadita que lo esperaba con ansias.

 

Al principio sentir los dedos de Sasuke en su entrada le molesto y avergonzó por partes iguales, pero de apoco empezó a gustarle. Mientras le preparaba, también la acariciaba y besaba, no había dudas de que se amaban. Lanzo un grito de placer al sentir un escalofrío cuando el moreno toco un punto  sensible dentro de su ano. Sus ojos se encontraron por un segundo, se reflejaba el deseo y lujuria del otro.

 

-Así que aquí estabas- sonrió el demonio volviendo a presionar en el mismo punto, logrando sacar otro grito al ángel que se sentía desfallecer.

 

Naruto ya estaba en su límite, pero quería más, se subió sobre Sasuke y empezó a frotar su miembro sobre el muy hinchado miembro de su novio, que seguía atrapado en ese ajustado bóxer.

 

-Sasu… no, ya está bien…. te quiero… hmm… dentro… hmm… dentro- gimió fuera de si el rubio.

-Si… es lo que... hmm quieres- sonrió perverso el moreno.

 

Volvió a acostar al rubio sobre la cama y se deshizo del molesto bóxer que aprisionaba su duro miembro.  Jadeo complacido al sentirse al fin libre de la molesta prenda interior. Alzo a sus hombros las piernas de Naruto  y con sumo cuidado fue entrando en la rosadita y dilatada entrada del pequeño. Sintió la calidez de ese paraíso en la punta de su virilidad, y no pudo contenerse. Lo penetro de una sola estocada disparando todos sus sentidos. La calidez y la exquisita presión que hacían esas paredes sobre su grueso e hinchado miembro lo estremecieron, tanto placer junto debía ser peligroso.

El rubio estaba temblando, algunas lágrimas de dolor escurrieron por sus mejillas, pero el placer empezaba a opacar su dolor.

Con dulces y amorosos besos Sasuke se disculpó por su brutalidad, espero hasta que Naruto le dijera, para moverse, no quería dañarlo más.

 

-Sasuke, o te mueves o te sales, tú decides- soltó el ángel ansioso

-Pues, prefiero moverme- sonrió altanero el demonio

 

Las embestidas empezaron suaves y delicadas, con calma, el demonio sabía que ahora debía ser más delicado con el pequeño. Pero ambos querían más. Las embestidas se convirtieron en fuertes y profundas, los gritos y jadeos inundaron la habitación. Sin reservas se entregaron, se demostraron cuán grande era su amor. En medio de embestidas salvajes y errantes ambos se fundieron en un solo ser, dejaron escapar sus sentimientos para que se mesclaran y crearan algo mucho más hermoso que el deseo y la lujuria, algo que nunca creyeron que podía ser creado. Ambos crearon un pequeño ser que se escondió en el vientre del ángel y que espero durante largos días hasta darse a conocer.

Con un grito de satisfacción ambos llegaron al clímax, Sasuke se derramo dentro del rubio que exprimía deliciosamente su virilidad, Naruto se dejó venir entre los dos abdómenes. Sonriendo se abrazaron felices de al fin ser uno solo.

Pero no toda felicidad dura para siempre, apenas y se dejaron caer abrazados en la cama, los arcángeles irrumpieron en el lugar.

Los amantes estaban asustados, sabían que esto sucedería pero porque justo ahora, no querían separarse, aún tenían mucho que vivir juntos.

 

-¿Qué significa esto?- estallo uno de los oficiales

-¿Cómo es posible tal aberración?- grito escandalizado otro

-Es peor de lo que esperábamos- menciono el capitán- Naruto Namikaze, vinimos para llevarte de regreso a casa, te esperaba un castigo suave por tu incompetencia. Pero ahora que has mancillado tu honor y tu pureza,  serás severamente castigado. Tendrás que pasar por la purificación de tu alma y muchos siglos en prisión para retractarte de tu accionar – hablo serio y enfadado el capitán de esa brigada-Aprésenlo

-No, yo me quedare con Sasuke, lo amo, él es mi pareja destinada, no me separen de el- forcejeaba el pequeño mientras era tomado por los guardias

-Déjate de idioteces- soltó con desprecio uno de los guardias

-Suéltenlo- grito furioso el moreno

-Silencio- grito el capitán, con la espada desenfundada se acercó al demonio-  no permitiré que sigas manipulando a un ángel del cielo, despreciable demonio- estaba por atacar al moreno.

 

Naruto no quería ver morir frente a sus ojos a su querido. Con el poder del fuego, que heredo de sus ancestro, ataco a los guardias que lo tenían prisionero y busco sus dagas. Sasuke golpeo al capitán y se dirigió a donde estaba su katana. Juntos enfrentaron a los cinco ángeles que vinieron a buscarlos.

Ninguno de los cazadores de caídos sobrevivió a la desesperación de esas dos almas enamoradas. Aun con sangre en las manos y rostros se abrazaron fuertemente y besaron con desenfreno. No había vuelta atrás, ahora si los buscarían, ahora les darían caza, pero esta vez los matarían. Ahora solo quedaba huir.

 

 

Lograron huir durante cuatro meses, en los cuales descubrieron al pequeño ser que crecía en el vientre de Naruto. La felicidad de tan hermosa sorpresa era opacada por el miedo de lo que les depararía el futuro.

Ambos, demonio y ángel, se convirtieron en fugitivos, aunque los demonios no le daban tanta importancia al hecho de que el hermano menor del rey tuviera como amante a un ángel, los novios decidieron no arriesgarse y huyeron de los dos bandos.

 

No podían permanecer más de dos días en un mismo lugar, no querían arriesgarse. Además las cosas se ponían cada vez más difíciles. Cuanto más avanzaba el embarazo de Naruto, más difícil era movilizarse constantemente. Y ese día no pudieron hacerlo.

 

El día estaba muy frio y llovía desde la mañana. Se suponía que debían irse al mediodía, pero Naruto no se sintió bien en todo el día, no se levantó de la cama ni comió en todo el día. Sasuke estaba muy preocupado, no sabía qué hacer para que su niño se sintiera mejor y tampoco quería moverlo en ese estado y con tan mal clima. Decidió arriesgarse y quedarse una noche más en ese departamento.

Y esa debo decir, fue la peor decisión que pudo haber tomado.

 

A media noche cuando estaban dormidos llegaron dos brigadas de cazadores de caídos, venían por Naruto.

Sasuke intento defender a su niño, con todas sus fuerzas, aun cuando había sido atravesado por una espada, aun cuando su abdomen estaba cubierto de sangre, aun cuando sus ojos se volvieron rojos, aun cuando cayó al piso, pero no pudo hacer nada contra ocho arcángeles él solo. Naruto grito y suplico por su amante, nadie lo escucho, lo arrastraron fuera del lugar dejando al demonio agonizante en un charco de su propia sangre, susurrando el nombre de su amor mientras lágrimas escapaban de sus ojos.

 

-NO, SUELTENME, NO, DEJENME IR CON EL- gritaba y lloraba el pequeño al sentir como su corazón se destrozaba- SASUKE, TE AMO, SASUKE, NO ME DEJES, POR FAVOR, SAAASUKEEE - Lo último que escucho el moreno fueron los gritos de su novio, mientras sus ojos se apagaban y las lágrimas cesaban su carrera por las pálidas mejillas del Uchiha.

 

 

 

El rubio lloro hasta quedar inconsciente. Lo encerraron en una celda oscura, sucia y húmeda. No sabía que ese tipo de lugar existiera en el cielo, pero parece que había muchos secretos que el desconocía. No hablo con ninguno de los guardias y arcángeles que fueron a interrogarlo, no les dirigió siquiera una mirada.

Ellos asesinaron al amor de su vida y seguro que lo asesinarían a él también, pero no podía rendirse, todavía había una razón para pelear.

 

El bebé que se gestaba en su interior, nadie lo noto, no dejaría que lo notaran tampoco, si con cuatro meses todavía no se notaba no permitiría que siquiera sospecharan que existiera. Comía lo que le daban y no se quejaba, debía mantenerse fuerte hasta encontrar el momento adecuado para escapar.

Cuando recordaba a su novio muriendo frente a él y no haber podido ayudarlo, lloraba su pena durante toda la noche, pero lograba recomponerse y volvía a mostrarse frio e indiferente frente a quien viniera a su celda.

Se mantenía sentado y aferrando sus rodillas a su pecho, para que no pudieran ver su vientre que cada vez se abultaba más, nunca los miro de frente, nunca les hablo, siempre les dio la espalda. Nunca nadie imagino que dentro del cuerpo de ese ángel impuro creció y se fortaleció un medio demonio, que causaría más de un dolor de cabeza a los grandes dirigentes del mundo celestial y del mundo demoniaco.

Llego el día que tanto había esperado, pronto entraría en la semana 36 del embarazo y no podía esperar más, tenía que escapar hoy sí o sí.

Pero nadie puede impedirle a un bebe nacer cuando él quiera, y este bebe decidió nacer esa mañana, el maravilloso día en la que su papi esperaba escapar.

 Aunque el dolor lo inundo por completo, no grito ni se quejó, rompió unas tiras de su raída túnica y las mordió. No podía alertar a los centinelas de que algo sucedía en su celda, nadie se iba a enterar de que tuvo un bebe, nadie.

 Una vez que tuvo a su bebe entre sus brazos, no pudo evitar llorar al ver lo parecido que era a su padre. Un hermoso bebe de piel canela, con el cabello azabache y unas tiernas marquitas como bigotes de zorro en las mejillas, sus ojitos entrecerrados dejaban vislumbrar un azul brillante.

 

-Eres una hermosura. Sabes, tu papá estaría muy orgulloso de ver lo hermoso que eres- dijo con una sonrisa nostálgica y derramando lágrimas de amargura- el diría que serás el más fuerte sobre la faz de la tierra- soltó una risita nostálgica- el sin dudas te amaría con todas sus fuerzas- abrazo al niño fuerte contra su pecho y beso su frentecita. El pequeño suelta una risita juguetona -Sin duda, él te hubiera amado, te hubiera mimado y serias su orgullo- volvió a sollozar el joven ángel- No olvides nunca que tus dos papis te aman con todo su corazón, mi pequeño Menma

Ahora ya no podía esperar más, reunió las pocas fuerzas que le quedaban y escapo, busco ropa para cambiarse y ocultar a su bebe, encontró unas túnicas sucias y rotas. Con cuidado de no hacer ruido busco algún arma y logro encontrar sus dagas.

 

 

 

Un hermoso ángel de rubia cabellera cae en medio del bosque cercano a la ciudad de konoha, entre sus brazos lleva un pequeño bultito, un hermoso bebé de cabello azabache y marquitas como bigotitos en las mejillas. Protege al pequeño abrazándolo fuerte contra su pecho y cubriéndolo con sus alas, su espalda recibe todo el impacto. Con prisa se levanta, su espalda está dañada por el impacto contra el suelo, tropieza pero se vuelve a levantar, corre sin mirar atrás, solo tiene algo en mente proteger a su pequeño.

Logra llegar a la ciudad sin que lo encuentren los guardias, ni los arcángeles, al parecer los ha burlado de nuevo. Pero no puede confiar en su suerte por mucho más tiempo. Ya no puede seguir adelante, sus fuerzas empiezan a fallar, no podrá proteger a su bebé si lo encuentran. Tiene que dejarlo en un lugar seguro y ser el señuelo.  Así no buscaran a su pequeño hijo, no lo encontraran y podrá vivir. Lo más importante ahora es que su pequeño viva, no se perdonaría el dejar morir a su hijo, al fruto del amor, no dejara morir al hijo del hombre que más amo en el mundo. Aunque no está seguro de que los vigías sepan que Menma exista no puede arriesgarse. Con fuerzas renovadas sigue su camino entre tropezones y caídas.

 

 

-Lo siento mucho- sollozo dejando en el piso al pequeño envuelto en unas mantas viejas y sucias- realmente lo siento, pero si te llevo conmigo te encontraran, aquí estarás seguro, los zorro guardianes del templo de Inari-kami sama son realmente adorables, ellos cuidaran de ti, los ángeles nunca se atreverían a tratar con demonios- sonrió dejando una carta y un colgante de  prisma azul en el cuello del bebé- prefiero mil veces dar mi vida a que te arrebaten la tuya. Adiós mi querido Menma- beso la frente del bebé y se fue sin mirar atrás a pesar del llanto descontrolado del pequeño azabache.

 

Corrió dirigiéndose a campo abierto, todavía había que despistar a los vigías y los centinelas cercanos a la ciudad. Sabía que venían tras él, ya no había vuelta atrás, tenía que asegurarse que Menma sobreviviría, que al menos algo del amor que se tuvieron un ángel y un demonio prevalecería. Estaban cerca, podía sentirlos, tendría que enfrentarlos.

 

-Naruto Namikaze, estas acusado de alta traición a las leyes del cielo. La mayor evidencia de tu delito son tus alas ennegrecidas por tus pecados, el encarcelamiento por tu rebeldía y tu huida del calabozo- hablo el ángel castaño frente al rubio- quedas bajo arresto

-¿Crees que me dejare atrapar  así de fácil?, debes estar de broma- dice el rubio mientras saca de sus vainas las dos cuchillas medianas con las que defendió tiempo atrás al que fue su amante y que no pudo salvar.

-Como lo quieras- menciono el capitán.

 

Y aunque dio todo de sí no pudo contra toda la brigada de arcángeles que fueron tras él. No fue suficiente, aunque lucho con todo lo que tenía ya no tenía tantas fuerzas, lograron atravesar su pecho con una espada.

De apoco sus ropas se tiñeron de rojo, sus ojos azules como el mismo cielo se oscurecieron y adquirieron un color rojizo, las lágrimas escurrieron por sus mejillas. Los arcángel encargados de darle caza comprendieron que no sobreviviría aun si intentaban parar la hemorragia con su fuerza espiritual, ya era muy tarde para ese rubio. Se retiraron dando por cumplida su misión.

 

La sangre escapaba demasiado rápido de su pecho, su cuerpo se sentía cada vez más frio, cada vez más débil y con menos fuerzas. Todo se oscurecía y se volvía borroso, ya no había vuelta atrás, este era el fin. Pero de todas formas una sonrisa se formó en su rostro, las lágrimas fluían por su rostro y los hilitos de sangre escurrían de las comisuras de sus labios. No sabían de Menma, no tenían idea de que dio a luz a un hermoso bebé de ojos azules y cabello azabache hace apenas doce horas. Ni sabían que este estaba ahora al cuidado de los zorros guardianes del templo de Inari-kami sama. No lo sabían, el pequeño estaba a salvo. Seguro y junto a los guardianes del templo, ellos lo cuidarían muy bien, después de todo un ángel siempre trae protección y buena fortuna. Con una sonrisa y con el corazón lleno de deseos para con su pequeño dejo que escapara de si su último suspiro.

-Te amo y no me arrepiento de nada, Sasuke- una última lagrima escapo de sus ojos zafiro que se cerraron para no volverse a abrir.

Notas finales:

Espero haya sido de su agrado, me senti inspirada en un momento y pse tres horas escribiendo sin parar, espero sus opiniones. Posiblemente escriba un cap mas como para darle fin a todos este enredo que escribi, saludos!! :3


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