Capítulo 2: Qué carácter…
-Señor Son, éstas son las estadísticas que pidió. –Dijo un hombre de traje, por su apariencia podría decirse que rondaba los 40 años. Se encontraba sentado frente al escritorio de su jefe, mientras le entregó unos papeles.
Goku los tomó y comenzó a verlas con cierto desinterés. Sabía perfectamente que su empresa era una fábrica de sueños y ganancias, y no se equivocaba.
-Como pensé, las ventas se han elevado y ésta semana estamos en la cima. Muy bien George, ¿Tienes algo más que decir? –Sonrió orgullosamente, para dirigir la mirada nuevamente a su administrador más experimentado.
-Los deudores del Norte pagaron los impuestos e intereses por sus demoras y ya invertimos parte del dinero para mejorar los métodos de Marketing. Los inversores del Sur recibieron parte de las acciones por sus esfuerzos. Pero claro, nosotros nos llevamos la mayor parte de los beneficios. –Respondió con una sonrisa de satisfacción.
-Así me gusta. Y dime, ¿los mercados externos? –Preguntó con una expresión aburrida, más por rutina que por interés.
-Estamos concentrándonos en las negociaciones, nuestros productos son los más elegidos del marcado mundial. –Contestó conservando su sonrisa de satisfacción, todo marchaba a la perfección en lo que a dinero se refería.
-Por supuesto, todo lo que se hace en mi empresa en de la mejor calidad. –Comentó con claros aires de superioridad. Dio unas vueltas en su silla giratoria, pensando en qué más podría saber. -¿Y las entrevistas? –Preguntó luego de un rato, mirando al hombre mayor con mucho interés. Solo eso le interesaba, nuevas personas para divertirse.
-La primera está programada para mañana temprano. Más de 500 jóvenes se postularon, pero nosotros solo aceptamos a los más competentes. Mañana a las 11 am vendrán unos 15. La siguiente entrevista será el viernes a la misma hora, en ella tendremos a más de 30. –Explicó. Goku se quedó mirándolo bastante pensativo.
-Interesante, ¿Pero por qué tanta diferencia? Es decir, en una 15 y en la otra 30… ¿no sería mejor juntar a todos en una misma sesión? –Preguntó algo confundido, pues él no entendía cómo elegían a los jóvenes postulantes, él solo tenía que elegir una vez los tenía enfrente.
-Sucede que no todos tenían el mismo nivel. Mañana entrarán los jóvenes universitarios con mejor actitud y nivel académico. Además, según sus expedientes tienen el porte idóneo de un típico empleado importante. –Explicó con tranquilidad. Goku asintió con lentitud, acomodando la idea en su cabeza; tenía mucho sentido.
-Ya veo, ¿y el viernes vendrán ancianos con niveles más bajos? –Preguntó con cierto sarcasmo. George rió un poco, mientras negaba con la cabeza.
-La mayoría serán universitarios pero más “comunes”, y otros serán adultos con cierta experiencia que podría ser útil. –Respondió, con una sonrisa socarrona. Ese hombre también amaba denigrar a los demás, y es por eso que había logrado acercarse mucho al señor Son.
-Bien, puedes retirarte George. – Dijo con una sonrisa, para subir los pies al escritorio y acomodarse como siempre. El hombre se levantó y salió de la oficina, dejando al joven millonario muy pensativo. –Así que universitarios… Carne fresca… -Pensaba, con una mirada lujuriosa.
Toc toc
-Adelante… -Dijo con tono aburrido y algo cansado, ya que le habían cortado sus sueños. La persona abrió la puerta y se adentró en la oficina. -¿Raditz? –Murmuró completamente sorprendido, bajando los pies del escritorio. Su hermano le sonrió de lado, quedándose en mitad de la oficina.
-¿No vas a saludar a tu viejo hermano mayor? – Dijo con tono insinuador, riendo al ver la cara tan pasmada de su hermano. Goku se levantó rápidamente y se acercó a él para abrazarlo con fuerza. – ¿Todavía usas esa colonia tan fuerte? –Comentó chistoso, ambos rieron con esa broma.
-Hermano, ¿No que hace dos días estabas en Alemania? –Preguntó, separándose de su hermano mayor. Ambos se fueron a sentar en un sillón de esa oficina para charlar tranquilos.
-Sí, pero me enteré de que mamá y papá no podrían venir este mes… así que decidí hacerte compañía. –Explicó, con un poco de nostalgia en su voz. Goku borró su sonrisa, desvió la vista y asintió con sencillez. –Hermano, papá y mamá no…
-No me importa lo que hagan, nunca llegan. –Se adelantó a decir, con un tono molesto. Volvió a mirar a su hermano, con una sonrisa. -Lo que importa es que estás aquí. ¿Y qué tal tu mujer? ¿Tu hijo? –Preguntó con cierto interés. Raditz suspiró, sabía que a su hermano se le hacía difícil hablar de sus padres, y no lo culpaba.
-Bien, ella está muy bien y nuestro hijo también. Pronto te la presentaré. –Le respondió volviendo a sonreír. Paseó la vista por la gran oficina. –Qué lujosa, incluso mejor que hace unos meses. –Comentó admirado, notando el brillo de cada rincón.
-Mandé a hacer remodelaciones, se veía muy vieja, casi rústica. No era mi estilo, esta es mucho mejor y más cómoda. –Dijo orgulloso, aunque también con un tono “diferente” al mencionar la palabra cómoda. Raditz no tardó en notarlo.
-Lo imagino, no quiero ni enterarme las cosas que ha vivido este sillón. –Comentó mirando pícaramente a su hermano menor, quien miró hacia otro lado e hizo una cara de inocente. -En fin, ¿Alguna novedad?
-Nada realmente. George dice que todo está marchando a la perfección, y mañana comenzarán las entrevistas. Tengo que elegir entre 15 jóvenes al más llamativo, o tal vez escoja varios. –Respondió con tranquilidad, mientras miraba el piso pensativo.
-¿Los eliges según su competitividad e inteligencia o por sus cuerpos? –Preguntó con tono insinuador, comenzando a reír. Goku soltó una carcajada, su hermano ciertamente lo conocía.
-Ya hermano, tengo que pensar con seriedad, estamos hablando de la empresa más importante del país, no puedo meter cualquier clase de gente. Elegiré al más listo, y si es lindo pues mucho mejor. –Dijo con una media sonrisa, comenzando a soñar con el “empleado del mes”
-Ah, no cambias nunca. Pero ten cuidado, recuerda lo que te hizo ese chico el año pasado. –Recordó, con un semblante serio. Goku sonrió de medio lado.
-Claro, ¿cómo olvidarme de ese descarado que gemía descontroladamente y después me hizo una denuncia por violación? –Respondió con ironía, para después soltar una carcajada. - Descuida, me aseguraré de que sean mansos antes de elegirlos.
-Repetiré mi pregunta, ¿los elegirás por su cuerpo o por su inteligencia? –Reiteró risueño, entonces ambos comenzaron a reír estúpidamente. Pasaron unos segundos nada más, cuando Goku volvió a su típica expresión.
-¿Quieres ir a almorzar a algún lado? De paso tal vez podamos coquetear con camareras… como en los viejos tiempos. –Insinuó con una pícara sonrisa, dándole unos codazos a su hermano. Raditz sonrió de lado, mientras negaba con la cabeza.
-Soy casado, hermanito. Pero te haré la segunda para que consigas alguna. – Ambos se levantaron del sillón. Goku rió con altanería
-No es necesario. –Respondió con mucho orgullo, sabiendo que no necesitaba ayuda para conquistar a nadie.
**
Los hermanos más codiciados de la ciudad salieron caminando de la gran empresa, para dirigirse a uno de los restaurantes que quedaban más cerca. Por supuesto que sería uno de buena clase, según Goku no podían mezclarse con gente de clase baja.
-Eres muy despectivo con los demás hermanito. –Comentó con un semblante serio el de larga cabellera. Goku lo miró con incomprensión, pero luego de unos segundos volvió a mirar al frente.
-Ellos no son como yo, solo piensa. Vulgares, mal vestidos, vagos sin dinero… -Respondió con un tono que demostraba asco, desprecio hacia las personas de clase media.
-Honestos, humildes, aprecian lo que tienen y no me refiero a lo material –Corrigió con tranquilidad. Goku soltó una carcajada.
-Esa mujer te cambió mucho hermano, ya quiero conocerla. –Comentó sonriente, Raditz lo miró mal. -¡No! ¡No mal pienses de mí! Solo quiero conocerla porque la admiro, logró enderezar un palo de hierro…-Raditz arqueó una ceja, mirándolo con sospecha- ¡No mal pienses de eso tampoco! –Raditz sonrió, mirando al frente.
-Pronto conocerás a una mujer así… o tal vez un hombre… -Goku negó con la cabeza, mientras su sonrisa se borraba.
-Sea lo que sea, nadie logrará cambiarme. No me interesa enredarme con nadie. –Dijo fríamente, algo cortante. Detestaba ese tema, y Raditz lo sabía muy bien.
Siguieron caminando hasta que llegaron a uno de los restaurantes más caros de la ciudad, igual que siempre. Se sentaron en una de las mesas junto a la ventana para admirar el cielo. Pidieron platos excéntricos y esperaron a ese camarero. Pero cuando llegó, no era el mismo, si no que habían mandado a otro.
-Lamento la tardanza, el cocinero tuvo un mareo y el camarero tuvo un accidente, los atenderé durante su estadía aquí. –Dijo un joven de cabellos azabaches con unas puntas a modo de fleco. Raditz se quedó mirando al joven, parecía un adolescente de 20 años.
-Está bien, lindo… -Coqueteó Goku, mirando con perversidad al menor. El pelinegro se sonrojó, y algo nervioso dejó los platos sobre la mesa. Raditz pateó a su hermano por debajo de la mesa. – ¿Qué quieres? –Goku miró a su hermano, el camarero suspiró aliviado al no tener esa mirada encima.
-L-llamen s-si necesitan algo. –Se fue rápidamente de ahí, sintiendo encima la mirada de Raditz. Goku giró la vista para ver a su hermano, y sonrió con socarronería.
-Perdón, señor “soy casado”… -Murmuró burlón. Raditz le lanzó una mirada seria, para después bajar la mirada y comenzar a comer.
-Soy casado, pero tengo ojos. Aún así, amo a mi mujer y no la engañaré nunca. –Respondió luego de un rato. Goku solo rió ante su respuesta.
-Aguafiestas. –Dijo risueño. Comieron unos segundos, hasta que Goku volvió a hablar. -¿Me dejas al pequeño? –Preguntó ilusionado. Raditz lo miró con mucha molestia. -Ay, bueno, ésta bien, te lo dejo para ti. Tal vez tenga hermanos… -Comentó emocionado, relamiéndose los labios.
-Estamos comiendo, deja de pensar en sexo –Reclamó con una sonrisa, sabiendo lo que pensaría su hermano menor.
-Es tu culpa, recuerdo que tú me invitaste a un bar cuando era adolescente… -Comentó con tono insinuador, consiguiendo unas carcajadas por parte de Raditz.
Pasaron unos cuantos minutos más, charlaron y terminaron de comer. Llamaron nuevamente al mesero, pero cuando llegó se llevaron una gran sorpresa…
-¿Quién fue el desgraciado que miró con lujuria a mi hermanito, el anterior camarero? ¡Respondan! –Gritó muy alterado un hombre un poco más alto que el anterior, sus cabellos tenían forma de flama y una mirada firme y penetrante. Goku se le quedó mirando embobado
-Supongo que yo… Y vaya que no me arrepiento, si no, no podría ver esta hermosa escultura de dios…-Comentó seductoramente, mirándolo de arriba abajo. El otro se enfadó aún más.
-Espera un minuto, a mí no me vengas a coquetear porque ni te conozco. Solo te advierto, ¡le haces algo, y te rompo la cara! –Amenazó, tomándolo del cuello de la camisa con brusquedad.
-Oye, descuida muchacho. –Intervino Raditz, separando a esos dos antes de que armasen un escándalo. -Lamento que mi hermano sea así, pero te prometo que no volverá a hacerlo. –Dijo amablemente al menor. El de cabellos en forma de flama lo miró detenidamente, como inspeccionándolo.
-Tú te ves confiable. –Mencionó luego de un rato, para después volver su mirada fría hacia Goku - ¡No quiero enterarme de que volviste a mirar a mi hermano, o te mato! –Amenazó con mucha determinación, dejó la cuenta sobre la mesa y se marchó.
Goku no podía despegar la mirada de ese joven. Nunca en su vida se habían enfrentado a él así, nunca nadie había tenido el coraje de amenazarlo. Y lo más llamativo, es que ese joven ni siquiera se percató de su belleza.
-Vaya… ese chico tiene coraje… me encanta… -Murmuró saliendo de su asombro, relamiéndose los labios de sólo imaginarse toda esa rebeldía en una cama…
-¿Amor a primera vista? –Comentó burlón Raditz, dejando el dinero sobre la mesa mientras ambos se levantaban.
-Yo lo llamaría… Atracción a primera vista… -Respondió con una media sonrisa, sin dejar de pensar en ese chico tan atractivo y a la vez agresivo.
Salieron caminando tranquilamente del restaurante, como si nada hubiera pasado.
-Solo imaginármelo así de salvaje, de agresivo… Ese cabello tan bien peinado… Esa mirada asesina en un cuerpo tan pequeño…Como quisiera tocar ese cuerpo…- Comenzó a murmurar con tono soñador, hasta que Raditz lo devolvió a la realidad con un golpe en la cabeza. - ¡oye!
-Estamos en medio de la calle, no querrás que te de una erección aquí así que controla tu mente pervertida.
-Arg, está bien. Puedo soñar, pronto lo volveré a ver… -Respondió en voz baja, volviendo a introducirse en su mente, pensando en aquel chico tan diferente a todos los que había conocido.
Por un lado, le molestaba el hecho de que ese joven no se haya fijado en su belleza o en su cuerpo bien formado. También le molestaba que lo haya atacado de esa forma, dejándolo en ridículo ante mucha gente. Pero mayor era su curiosidad al haber conocido a un joven tan rebelde y seguro, que no se había detenido a pensar que se estaba enfrentando a dos sujetos mucho más grandes que él… Simplemente, le parecía perfecto.
-Serás mío…