Capítulo 5: Enredos entre sentimientos
A paso lento se dirigió a encontrarse con su amiga. Aún con su rostro ruborizado y el corazón acelerado, se acomodó un poco la ropa en el camino. Recibía miradas bastante extrañas del personal del edificio, algunas divertidas y otras muy insinuadoras.
Bajó la cabeza ignorándolos a todos. -¿Será qué hace lo mismo con todos los empleados? – Se preguntaba entre sorprendido, asqueado y… algo decepcionado. En parte, pensaba que su jefe iba a ser un ejemplo a seguir, un hombre ilustre… Y por otro lado, se desilusionó al descubrir que ese hombre tan atractivo era así de libertino.
-¡No debería pensar así! Ese hombre tan inmaduro no debería interesarme
Siguió caminando, intentando olvidar ese pensamiento, hasta que llegó a encontrarse con su amiga.
-Vege…
-Tengo el trabajo. –Interrumpió rápidamente, sentándose en su asiento. Lazuli se lo quedó mirando unos segundos, Vegeta lucía extraño, preocupado e incluso nervioso.
-¿Qué tal el jefe? –Preguntó intrigada, arqueando una ceja. Sospechaba algo, sospecha que fue confirmada por un leve sonrojo en Vegeta.
-Típico jefe de empresas, nada extraño. –Respondió rápidamente, buscando evitar el tema. La rubia quiso volver a preguntar, pero Vegeta frunció el ceño mostrando seriedad nuevamente. -Ya lo verás tú, no preguntes. –Dijo con su típico tono molesto, la rubia iba a hablar pero fue interrumpida.
-Joven Cea, adelante. –Llamó la secretaria, Lazuli suspiró y se levantó de su asiento.
-Deséame suerte, Veggie –Comentó burlona, acomodándose el cabello.
-No me digas así. –Murmuró amenazante, la oji-azul desapareció de su vista rápidamente. -Espero no te viole…
Mientras su mejor amiga realizaba la entrevista, Vegeta no había parado de pensar en lo que le había pasado en esa oficina. Se avergonzaba de sí mismo por no haber sido más fuerte, desde un principio debió rechazarlo en lugar de casi dejarse llevar por él. Pero a la vez, se sentía algo extraño, muchas veces se había topado con hombres así de atractivos, pero ninguno había logrado producir tantas sensaciones en él con un simple gesto.
-Ese hombre es un libertino, está perdido… Pero es tan… lindo… - Debía admitirlo, se desilusionó, en verdad le había interesado ese hombre. Sacudió la cabeza, quitándose esa idea –Da igual, debería preocuparme por evitar que intente seducirme otra vez – Pensó con cierta preocupación, ¿Cómo haría para evitar a su jefe? ¿Cómo haría para ocultar su nerviosismo después de todo lo que pasó en la oficina?
¿Cómo ocultaría que se había interesado en él?...
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Unos cuantos minutos habían pasado ya, Lazuli ya había completado su entrevista y se dirigió a encontrarse con su mejor amigo, con una expresión de pocos amigos.
-¿Qué te pasó? –Preguntó con preocupación Vegeta, creyendo que podría haberle pasado algo malo con ese sujeto. Lazuli se sentó y se cruzó de brazos realmente furiosa.
-Ese infeliz, no sé si se hizo el estúpido o no notó mi coqueteo. Maldito, casi lo tenía en mis manos pero me ignoró, se hizo el idiota y me dio vuelta la cara, no pude ni tocarlo al desgraciado. Un hombre tan hermoso, ¿cómo pudo resistirse a mí? –Se preguntó entre desilusionada e indignada. Vegeta se sintió aliviado ante su respuesta.
-Tal vez no le gustan las regaladas… -Susurró provocador, conteniendo la risa. La rubia se volteó a verlo más enrabietada que antes.
-¡Vegeta! No me ayudas, idiota, estúpido. –Comenzó a maldecir entre dientes para que ningún otro estudiante la escuchara. Vegeta rió levemente.
-Era un chiste. ¿Te dio el empleo al menos? –Preguntó interesado, esperando una respuesta positiva. La rubia suspiró pesadamente y miró hacia el frente.
-Sí. Aprovecharé más adelante para coquetearle. Soy la más bonita de aquí, ¿te diste cuenta? Tengo oportunidades. –Comentó soñadora, con una sonrisa seductora. Iba a lograr conquistar a su jefe, se tenía mucha fe. Vegeta sonrió socarronamente.
-Me recuerdas a una canción… “Chúpasela al jefe y quizá se cumplan tus metas” –Comentó burlón, la rubia rechinó los dientes ante la furia, y se contuvo para no darle un golpe.
-Eres un estúpido Vegeta, no podría caer tan bajo. –Dijo en voz baja, volviendo a mirar al frente. Aunque no se creía sus propias palabras, ese hombre era muy atractivo y lucharía por tenerlo a sus pies…
Mientras tanto, Vegeta pensaba en cómo evitar verse débil ante el inminente coqueteo de su jefe…
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Minutos largos habían pasado, los jóvenes fueron pasando, pero ninguno había sido elegido para unirse a la empresa, por lo que se iban tristes, frustrados y/o molestos. En la sala solo quedaban Vegeta, Lazuli, Trunks y Bulma.
-Joven Brief, Bulma. Pase –Llamó la secretaria. Bulma se levantó emocionada, y se giró a ver a su hermano con una gran sonrisa. Trunks la miró con mucha seriedad.
-Ten cuidado hermana, no quiero que te pase nada. –Comentó en voz baja, advirtiéndole. No quería que a su hermana le hicieran lo mismo que a él, por lo menos no ese hombre que se acostaba con cualquiera.
-Mm… Pero ¿qué podría pasarme en una oficina, con el jefe de una empresa? –Contestó sarcásticamente, sin prestarle atención. Se dirigió hacia la oficina.
-Ni te imaginas…- Susurró preocupado.
La secretaria se acercó a los tres jóvenes que habían quedado.
-Les agradezco mucho su paciencia jóvenes, acompáñenme. –Pidió amablemente, los tres obedecieron y la siguieron a través de los largos pasillos de la empresa. -Ustedes tres han sido seleccionados para trabajar en ésta empresa y deben estar muy orgullosos. Es aquí dónde millones de personas obtienen la posibilidad de crecer diariamente, cumpliendo sus sueños y metas. No muchos tienen la oportunidad de llegar, por eso quiero felicitarlos.
Llegaron hasta el ascensor, los cuatro subieron en él y la secretaria presionó un botón que los llevaba al noveno piso de la empresa.
-Mi nombre es Ana, soy la secretaria del Señor Son, una de las más importantes de aquí. Después de mí, la señorita Milk Lins se encargará de darles orientación y ayudarlos siempre que lo necesiten. Ella es secretaria general, y se encuentra en el quinto piso.
Llegaron a ese piso y bajaron del ascensor, dejando subir a unos cuantos empleados. Caminaron unos minutos, recorriendo los sectores de ese piso hasta llegar a la sección donde se trataba el Marketing de la empresa.
-Ustedes dos, Joven Brief y joven Saiyan, síganme a la sección contable. –Avisó, los jóvenes asintieron. En ese momento, un hombre de cabellos negros se acercó a ellos. -Mientras, Señorita Cea usted se quedará en el departamento de marketing, siendo dirigida por el señor Shief Goten. –Explicó señalando respetuosamente con la mano a aquel hombre pelinegro.
Lazuli lo miró unos segundos, era lindo, pero no de su tipo. Sonrió ampliamente y se despidió de su mejor amigo.
-Suerte, amigo…- Y se fue, siguiendo al joven de ojos negros. Vegeta y Trunks siguieron a la secretaria hasta otra zona, la sección contable. Un hombre de cabellos rubios algo verdosos se acercó a ella, con una mirada algo extravagante.
-Ustedes dos serán guiados por él, el señor Uchia Broly. Solo se quedarán aquí unas horas, luego podrán regresar a sus hogares. Si necesitan ayuda, pueden ir a buscarme a un lado de la oficina del señor Son. Con permiso. –Se despidió, y desapareció de su vista.
El hombre de ojos verdes se acercó a ellos, mostrando una sonrisa algo oscura.
-Mucho gusto jovencitos, es una gran alegría tener dos muchachos tan interesantes aquí. –Dijo bajando un poco el tono de voz, dirigiendo su mirada especialmente a Vegeta, causándole un escalofrío. -Yo soy el Director de Contabilidad de esta empresa, y me gusta orientar a los nuevos en ésta sección.
El hombre comenzó a guiarlos a través de esa sección, comentándoles un poco acerca de sus tareas a desempeñar. Pero algunas veces, dirigía coquetas miradas al joven de cabellos en forma de flama, quien desviaba la vista para no verse avergonzado. Broly se había interesado en él, e iba a hacer todo lo posible para conquistarlo.
Trunks también lo notó, y eso le dio cierta envidia. Si ese tal Vegeta tenía la atención del jefe de contabilidad, seguro tendría mayores beneficios y sería tratado de mejor manera. No iba a permitirlo, él iba a demostrar su potencial a toda costa.
Vegeta no sabía qué hacer, ese hombre lo miraba mucho e incluso se le acercaba demasiado, usaba tonos “sugerentes” con él, y eso lo ponía nervioso. -¿Qué voy a hacer en ésta empresa? –Se preguntó muy preocupado, ya tenía dos personas que le ponían el ojo encima y eso lo inquietaba.
Sería un año muy pesado…
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Bulma se había quedado haciendo la entrevista y, como todas las personas que miraban a Goku, se había interesado plenamente en el hombre tan guapo que tenía en frente. Era muy guapo, tan varonil, y esa fragancia que desprendía la desorientaba un poco. Le encantaron sus gestos, sus miradas, todo era perfecto en ese hombre, y no podía evitar mostrarse embobada frente a él.
Goku no le prestaba atención. Se había dado cuenta de que la peli-verde se había fijado en él. Y la verdad, ¿quién no se fijaría en él? Pero él no estaba interesado en nadie por ahora, simplemente no podía quitarse de la cabeza a Vegeta. Quería hacerlo suyo, quería tenerlo una noche entera con él. Hasta no lograrlo, tal vez no podría pensar en otro cuerpo.
-Muy bien señorita Brief, estamos necesitando una persona con tan buenas capacidades de comunicación para el departamento de relaciones públicas. Me agradan sus cualidades y, además, usted tiene una bella apariencia que podría cautivar a muchos… - Aduló Goku, levantando una ceja en una señal insinuadora. Bulma se sonrojó levemente, pero aún así no desvió la vista. Sabía controlar sus nervios, y eso era algo que a Goku le fascinaba para su empresa. -Está contratada.
-Muchas gracias señor Son, no se arrepentirá. – Agradeció muy feliz y orgullosa la mujer, levantándose con cuidado de su asiento. Goku simplemente asintió, mostrando una de sus seductoras sonrisas.
-Lo sé, nos vemos mañana a las 11, puede retirarse. –Habló con voz gruesa, recostándose contra su sillón y lanzándole una mirada que la hizo estremecerse por completo.
Tal vez Vegeta no sería suyo por ahora, pero mientras tanto podría divertirse con esa hermosa peli-verde y su hermano. Para Goku, los dos tenían un encanto muy similar, solo que no se comparaban con el carácter de Vegeta.
Bulma se retiró rápidamente, sin poder dejar de pensar en lo que acababa de suceder.
-Ese hombre es tan guapo y hermoso… y tan respetuoso, no me miró de mala forma… Debe ser un gran hombre… - Pensaba ilusionada, con un rubor en sus mejillas. Ese hombre le pareció increíble, y eso que apenas lo había visto unos cuantos minutos. No podía confundirse, se había enamorado a primera vista…
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Goku se quedó solo en su oficina, pensando en todo lo que había vivido entrevistando a esos jóvenes.
-Nada interesante, un peli-lila vendido, una rubia pegajosa y regalada, una peli-verde enamorada, un montón de interesados en mí… Y un pelinegro con un carácter fuerte, y llamativo… - Pensó, deteniéndose a pensar en Vegeta. –Ese chico es tan… tan… - Empezaba a dejarse llevar por sus fantasías, pero cayó en la realidad cuando sintió la puerta de su oficina ser golpeada. -Pase. –Pidió de mala gana.
Un joven de cabellos negros entró a la oficina. -Señor Son, disculpe si lo molesto, pero venía a hablarle de algo muy importante. –Dijo con una mirada suplicante. Goku solo suspiró pesadamente.
-Dime Shief. –Pidio aún de mala gana. Quería seguir soñando, y ese hombre venía a molestarlo. Goten se acercó hacia el escritorio, pero no se sentó, se quedó frente a él.
-Bueno, ¿Usted sabe que llevo más de 10 años aquí? –Preguntó, mostrando una expresión algo seria. Goku asintió desganado -Usted ha sido muy bueno conmigo, me da una buena paga y en verdad no puedo quejarme. –Comentó con una leve sonrisa.
-¿A qué viene todo esto?-Preguntó algo curioso, sin entender para qué iba a hablarle acerca del tiempo que llevaba trabajando. Goten suspiró, mostrando una mirada suplicante nuevamente.
-Usted debe saber que los costos cada día son más elevados, hay ciertos alimentos a los que simplemente no se puede aspirar, y la vida se está haciendo un poco más difícil. Mi madre está embarazada señor, tendré otro hermano y el salario ya no va a ser suficiente.
-Ya veo… ¿Quieres un aumento? –Preguntó arrugando un poco el entrecejo, Goten asintió -¿Sabes que te aumenté el sueldo hace 5 meses, verdad? –Preguntó algo molesto, Goten volvió a asentir, bajando la cabeza apenado- Pero debo entenderte, una familia numerosa en estos tiempos de crisis no debe ser fácil de llevar… Y tú, has demostrado ser un… chico bueno…- Esas últimas dos palabras las dijo con un tono insinuador, levantando una de sus cejas y mostrando una de sus sonrisas ladinas.
Goten sonrió con cierta malicia -Lo sé señor, por eso vengo a proponerle algo. ¿Conoce ese dicho que dice, “una mano rasca a la otra”? –Dijo en voz baja, con una mirada coqueta.
-Creo que nos estamos entendiendo, Goten. –Murmuró interesado el menor, mientras se levantaba de su asiento. -Está bien, entendí perfectamente tu propuesta. Haz que me sienta muy bien, y te daré ese aumento que tanto anhelas. – Propuso con una gran sonrisa, sentándose en su gran sillón con las piernas bastante separadas, invitando al mayor a empezar.
-Le encantará. –Aseguró Goten en un susurro, acercándose a su jefe con cierta lentitud. Pero antes de llegar, Goku levantó la mano en señal de que pare.
-Si ejercitas con los músculos fríos, te lesionas, Goten. –Advirtió con tono divertido, el pelinegro mayor se quedó tieso en su sitio. -Si pretendes darme placer, primero haz algo que me haga entrar en calor, ¿No lo crees? Haz ese excitante baile que me hiciste aquella vez, ¿Recuerdas?
-Por supuesto, señor Son. –Sonrió con malicia, alejándose unos pasos para comenzar a obedecer.
Comenzó un baile lento y coqueto, repitiendo cada paso que sabía su jefe amaba. Se fue quitando la ropa de manera sensual y atrevida, a veces tocándose para llamar más la atención del otro. A Goku le encantaba eso, ese baile tan erótico, esos movimientos de cadera tan delineados… Pero no le prestaba mucha atención a Goten, se imaginaba que ese pelinegro era Vegeta, y ese aumentaba más su excitación.
Cuando notó un bulto pronunciarse dentro de los pantalones de su jefe, se acercó de forma coqueta a él y se arrodilló en el suelo, quedando entre sus piernas.
-Recuerda, mientras mejor lo hagas, mayor la paga. –Recordó, extendiendo los brazos por encima del respaldo del sillón.
Goten quería ganar un buen sueldo, iba a poner todo su empeño en esa “labor”… Comenzó a bajar el cierre del pantalón de su jefe, para después bajarlos junto a su ropa interior, liberando su miembro erguido, con unas gotas de pre-semen en la punta. Acercó su rostro a él, para lamer sin ningún pudor ese líquido.
Con una de sus manos rodeó parte de ese miembro, dando suaves caricias de arriba hacia abajo mientras hacía círculos con su lengua sobre la punta, lubricando con su saliva. Se tenía confianza, no era la primera vez que lo hacía, tenía experiencia y lograría un gran aumento.
Empezó a descender con su lengua, dando ligeras lamidas por toda la extensión al tiempo que masajeaba con suavidad los testículos del menor. Goku dejaba salir jadeos por la excitación, no podía mentir, ese hombre lo hacía bien. Para mejorar la situación, Goten no separaba la vista de él, lanzándole una mirada coqueta que lo encendía aún más.
Goten se introdujo solo la punta de ese miembro, rodeándolo con la boca y succionando, logrando sacarle un gemido ronco a Goku. Siguió succionando, probando el líquido pre-seminal que iba escurriéndose, hasta que de un solo movimiento se lo introdujo en la boca.
Goku dejó escapar otro gemido al sentir su miembro rodeado por esa cavidad húmeda y caliente. Goten no podía introducírselo por completo, la mitad quedaba afuera, por lo que con una de sus manos comenzó a tirar desde ahí hacia abajo, robando un suspiro al menor. Empezó a mover su cabeza de forma circular, sin despegar la mirada de un extasiado pelinegro.
Pasó a presionarlo con sus labios, subiendo y bajando de forma intensa. Goku enredó sus dedos en la cabellera del otro y lo obligó a introducirse aún más su miembro. Goten no objetó nada, sentía arcadas pero a la vez era una sensación placentera. Movía su lengua a su alrededor, probaba su esencia con gusto, como si de un helado se tratase.
Succionaba repetidas veces, comenzó a mover su cabeza de forma más frenética, metiendo y sacando ese miembro de su boca mientras seguía acariciando lo que no entraba con su mano. Su otra mano pasó a recorrer los testículos y cierta parte entre ellos y el ano que terminó de volver loco a Goku.
Goku simulaba embestidas contra su boca, cada vez más desesperadas. Faltaba poco para que terminara y Goten lo notó, aumentó la intensidad de sus succiones, de sus labios se escurrían gotas de pre-semen mezcladas con su saliva. Dirigió una última mirada coqueta a su jefe, solo en unos segundos Goku llegó al tan ansiado climaz, introduciendo su miembro lo más profundo que pudo en la cavidad bucal de Goten.
Goten se separó rápidamente por la sensación de ahogarse, sintiendo el líquido pasar a través de su garganta. Una vez tragó todo, con una mano se limpió los restos que se escapaban de su boca. Goku recuperaba la respiración, mientras mostraba una divertida sonrisa.
-Bien… No sé de donde… sacas tanta experiencia… Me gusta… -Comentó entrecortado, recuperándose del momento. Goten asintió alegre, comenzando a vestirse nuevamente. -Más tarde te mando tu nueva paga. Buen trabajo Shief. –Aduló ya normalmente, subiéndose el pantalón.
-Con mucho gusto señor Son, muchas gracias por el aumento. –Agradeció completamente alegre, realizado y satisfecho. Ignorando su propia erección, salió de la oficina.
-Éste día no fue para nada aburrido. –Murmuró con una sonrisa de satisfacción el de cabellos alborotados, quedándose sentado sobre ese sillón que había sido testigo de tantas cosas… -¿Algún día lograré que Vegeta haga esto? Por supuesto… - Sonrió de forma ladina, claro que sabía cómo hacerlo…
Y lograría tener a sus pies a Vegeta… ¿O no?