– ¿Qué es gomoso? – preguntó Dongho.
– ¿Qué?
– Gomoso – repitió – ¿Qué significa go-mo-so? – intento sonar tierno, arrugando el rostro cuando la tapa del refresco que había comprado parecía no ceder ante el mínimo de fuerza calculado.
– No lo sé.
Soohyun había tardado un poco en formular su respuesta, al menos eso pensaba Dongho que para cuando este hablo solo termino por afirmar en su interior que fue una pérdida de tiempo el preguntárselo.
– ¿Enserio? Bah, que desperdicio. – contesto rendido. Se sentía cansado y ligeramente disgustado con todos; y Soo solo se dedicaba a no saberlo todo. Mediana cosa aburrida.
– Bueno, quizá si lo sepa. Gomoso – continuo el mayor – puede significar pegajoso, de goma supongo. ¿Por qué quieres saberlo?
– Por una canción que escuche ayer en tu celular
– ¿En el mío? no tengo canción alguna con esa palabra – pues ahora la tenía.
– Lo sé ¿y? – contesto. Sus palabras sonaron repletas de obviedad y sonrió por eso. Le encantaba ser algo presumido de vez en cuando o como diciéndole a su pareja que era su “padre o su maestro” y por allí iba la cosa. Así, solo le dedico atención a su preciado refresco que al parecer no tenía intenciones de dejar ceder esa pequeña y fea tapa rosca.
– Como que “¿y?”, no la tengo digo, entiende.
– Está bien, está bien. Lo admito, tome tu celular sin que te dieras cuenta, lo siento, pero Kiseop me había recomendado una canción y bueno, – se sinceró y aun con el ego elevándose, prosiguió – no pude resistir hasta llegar a mi habitación y no me mires así que tú tampoco hubieras podido.
– ¿Y qué canción te recomendó?
– Chewy de D-Molic – Ja, su plan malévolo de darle a Soo por donde le gusta termino funcionado mejor de lo que esperaba ¿y porque demonios no podía contra esa tapa?
Siguieron caminando por el pasillo número dos de la facultad, aprovecho para tomar las manos contrarias sin ser visto y finalizo el recorrido lanzándole miradas cómplices.
– ¿Grupo de chicos?
– No, de chicas. Sabes bien que poco me gusta ver chicos semidesnudos cuando puedo verte a ti o a hermosas señoritas vestidas con shorts.
– Tienes razón – el mayor carraspeo al notar que Dongho tenía todo, menos intenciones de soltarlo – ¿esta buena la canción?
– Si, pero más ellas.
– Entonces debo verlas.
– Hazlo.
Para cuando llegaron al paradero de taxis recordó molesto que deseaba con toda su alma poder beber aquel líquido naranja y a lo que, la estúpida tapa parecía oponerse. Es así como motivado por la sed termino metiéndose la parte superior de la botella en la boca, acomodarla entre sus dietes, aplicar fuerza y comenzar a moverla. Le valía un carajo si Soo le regañaba ¡su sed era primero!
– ¿Y cómo así averiguaste mi contraseña?
– Es el nombre de tu sobrino, – contesto aun con la botella en la boca – como no saberlo si es tu vida – sonrió. – ¡Pero que yo la sepa es tu culpa por tener canciones tan buenas y una contraseña tan hermosamente sencilla!
– Si tanto te gustan podrías haberme pedido que te las pasara…
– No es lo mismo…
– ¿Por qué?
– Porque me gusta más escucharlas mientras cantas.
– ¿Te gusta?
– Si… – esta vez, la sonrisa en su rostro fue puramente de pena por lo acabado de confesar.
– ¿Mucho?
– Demasiado, maldito engreído.