Elynn viajó a Midgard para ayudar a Thor en su búsqueda... Loki llevaba ausente más de 60 horas y enloquecía al no tener noticias de él. Con la conexión mágica que existía entre el ojiverde y sus hijos, quizá localizarlo con la ayuda de uno de ellos sería un poco más sencillo.
Siendo la joven tan devota de su padre, acudió de inmediato y solo le bastó concentrarse en él, pensar en su esencia, en su vibración y seguir su intuición para que en pocas horas, percibiera su presencia en un lugar céntrico de la gran ciudad... Al parecer, Loki se escondía en algún sitio del Central Park.
-Vamos- anunció el rubio, abriendo la ventana y alzando el martillo, listo para salir volando.
Thor seguía de cerca las indicaciones de su hija, bajaron hasta el lugar en que la energía que Loki desprendía parecía ser más fuerte, y caminaron en su busca. Las sombras de los árboles, el cielo sin luna y la madrugada complicaban un poco dar con su ubicación exacta... si Loki no deseaba ser encontrado, le sería sencillo ocultarse de ellos.
-Bajo el puente...- murmuró Elynn, creando una brillante luz entre sus manos que iluminó su camino- Padre Loki está bajo aquel puente... durmiendo con varios mortales...
-Probablemente son indigentes- supuso Thor, caminando hasta donde Elynn le señalaba.
Y Loki levantó la mirada cuando se dio cuenta de la luminosa presencia de su esposo y su hija, estaba sentado sobre un cartón viejo y algo humedecido por la reciente lluvia, con las piernas encogidas y sujetándolas con sus largos brazos, hecho un ovillo, protegiéndose del frío, parecía vestido tan solo con sus pantalones y una camiseta interior, sin camisa, abrigo y sin zapatos... alzó la mirada y dejó ver su rostro demacrado, pálido, enjuto... con grandes ojeras bajo sus párpados y huellas de un llanto muy abundante; tenía los labios resecos y partidos, el hermoso cabello opaco y enredado, todas las huellas de casi tres días de abandono total.
-¡Mi amor!- exclamó Thor, cayendo de rodillas ante él y abarcándolo con sus fuertes brazos- ¡Bendigo a lo eterno por haberte encontrado! Moría de angustia sin saber de ti...
Loki no rechazó el abrazo, pero tampoco dio muestras de reconocer a aquel enorme y atractivo rubio que lo llamaba “su amor” parpadeó repetidamente y se le quedó mirando con extrañeza.
-¿Qué le sucede?- preguntó Elynn, inclinándose también y tomando su mano sucia y helada- ¿Qué tienes, Padre mío? ¿Me reconoces? ¿Sabes quienes somos?
Thor despejó el rostro amado haciendo a un lado los negros mechones de cabello, obligándolo con dulzura a que lo mirara de frente y pudiera darse cuenta cabal de su presencia. Lo recorrió con la mirada, Loki se veía entero, sin heridas visibles, y su vientre también parecía estar bien, solo su mente parecía cubierta con nubes de confusión.
-Llegó aquí hace dos días- dijo un viejo de voz ajada, que estaba acostado a pocos centímetros de ellos y que abrazaba una botella de licor barato casi vacía como su más preciado tesoro- Nos dio un poco de dinero y compramos comida... nos hartamos de pollo frito ese día… pero él no comió nada, se limitó a llorar y a repetir: “¿Qué he hecho, qué he hecho, por todo lo eterno?”
-¿Por qué no llamaron a la policía? ¿Acaso no vieron que necesitaba ayuda?
-No parecía querer esa clase de ayuda... además nos alimentó, con eso se ganó nuestro silencio… Le pregunté varias veces su nombre, pero no volvió a decir nada y luego se quitó la ropa y la echó al arroyo. Creo que lo que menos necesita es a la policía cerca de él...
-Huelo muy mal... no me he bañado...- murmuró Loki, abriendo los labios por primera vez.
-¡Loki, amor de mi corazón!- exclamó Thor- ¿Puedes reconocerme ahora? ¿Puedes ver que estamos aquí?
-¿Thor? ¿Elynn? Tu me encontraste, querida...
Y la joven también se arrodilló para abrazarlos a los dos. No salió ninguna palabra de su garganta, estaba demasiado emocionada por lo que veía... a su padre sucio y yaciendo al lado de mendigos y ebrios, que se juntaban unos contra otros para darse un poco de calor.
-Deberían llevarse su ropa y echarla al fuego...- dijo el viejo nuevamente, dándoles la espalda y aparentando dormir- No es prudente que la dejen tirada...
***
-Definitivamente es sangre- dijo Tony Stark, quitándose los guantes y echándolos a la misma bolsa donde estaban las ropas de Loki- Y mucho me temo que es sangre humana y todo está empapado de ella... tendremos resultados más detallados dentro de un par de horas. ¿Loki dijo algo?
-No... Jura que no recuerda donde estuvo o lo que hizo...
-¿Y tú crees en su amnesia, Thor? Quizá su mente estaba controlada por alguno de sus poderosos enemigos, o quizá está todavía en estado de shock... O quizá...
-Yo solo creo que debo asegurarme que está bien, que su vida no corre riesgo ni la del bebé. Lo demás no me importa... Así que te sugiero ni siquiera insinuar que Loki está mintiendo.
Elynn salió del cubículo donde Loki era sometido a diversos exámenes. Se acercó a Thor y le dijo que después de asearse y beber muchos líquidos, Loki se había quedado dormido, sin permitir que se le hiciera exámen alguno.
-¿Probó alimentos?
-Ni siquiera un poco, dijo que estaba más cansado que hambriento y que necesitaba descansar.
-Estaré con él cuidándolo... ya casi es el amanecer, supongo que todos podemos tomarnos un par de horas para reponer fuerzas... Elynn, la hija que tanto me enorgullece, mi corazón se siente muy agradecido por la ayuda para encontrar a tu padre, descansa un poco... te lo ruego...
Todos se retiraron a dormir, excepto los médicos y asistentes de Stark que quedaron de guardia atentos a cualquier necesidad de los asgardianos. Thor entró entonces y buscó una silla para acomodarse cerca del lecho donde Loki dormía. Se proponía velar su descanso.
Tony había dicho que la ropa estaba impregnada de sangre, quizá sangre humana, su primera preocupación fue saber si Jane Foster se encontraba a salvo. No porque estuviera preocupado por la mujer, sino por su esposo... si en un arranque de rabia Loki había provocado algún daño a la mortal, su situación se complicaría demasiado en Midgard.
-Rompería mil tratados por tu bienestar...- murmuró, pensando en lo que podía hacer para resguardarlo- Faltaría a mi palabra aunque los Nueve Reinos repitieran a gritos que su protector no sabe mantener una promesa...
-Sería la segunda vez que rompes una promesa en mi favor- susurró Loki de pronto- La primera vez fue cuando decidiste revocar tu palabra de matrimonio con la mortal, y después, te casaste conmigo...
Abrió la sábana para invitar al rubio a acompañarle dentro de su cama, sonriéndole con amor. Y el Rey de Asgard no se hacía repetir esta clase de solicitudes. Devolvió la sonrisa, tiró su capa, sus botas, y se quitó la camisa... Loki se hizo cargo de retirar también la ropa con la que simulaba dormir.
-¿Sabes lo mucho que me tenías preocupado, mi amor? Eres lo más importante en mi vida, si algo te sucede yo me volvería loco...- le dijo Thor, entre reclamo y angustiosa declaración, mientras se metía bajo la sábana y se colocaba encima del esbelto cuerpo del pelinegro- Y ahora me provocas para hacerte el amor y no puedo olvidar que llevas tres días sin probar bocado... No puedo amarte si estás débil.
-Bueno... tengo hambre de mi esposo, tengo necesidad de Thor... cumple mi antojo, cariño.
-¿No te aplasto con todo y bebé?- respondió el rubio, apoderándose de los labios frescos que se ofrecían solo para él.
Loki negó con un sonido ahogado por la lengua ansiosa que entraba en su boca, deseosa de degustarlo y hurgar en cada rincón. Era un beso bastante hambriento, como cuando Thor se ausentaba por temporadas largas de su hogar y regresaba listo para devorárselo, nunca era brusco, pero siempre hacía reír a su consorte con sus modos poco delicados.
-¡Me dejas sin respirar!- exclamó, riendo alegremente y sacando el rostro a un lado para evitar que Thor lo aspirara como un hoyo negro en el espacio- eres un loco adorable... Tus manos saben exactamente como tocarme para hacerme ver el cielo... a tu lado he sido inmensamente feliz...
-Y seguimos siendo felices- dijo Thor, deteniéndose para mirar fijamente a su esposo a los ojos, queriendo escudriñar en su brillo de esmeralda todo lo que Loki pudiera estarle ocultando- No necesitas decirme estas palabras con sabor a despedida... Tú de mi lado no te vas a marchar nunca más...
Loki entornó los ojos y desvió la mirada, borrando la sonrisa que hasta un instante antes adornaba su rostro. Lo que alarmó todavía más al rubio.
-No me marcharé... por mi propia voluntad...
-Dime lo que sucedió, mi amor... dímelo. No puedo ayudarte si no me dices toda la verdad...
***
Einar entró en la alcoba todavía algo tambaleante por el exceso de hidromiel que había bebido en la última semana. Deseaba dormir, no ser molestado y que ningún ruido fuerte o luz brillante osara interrumpir su descanso. Canturreaba mientras se quitaba la ropa, coplas de canciones guerreras que evocaban antiguas batallas ganadas por el Rey Thor y los Tres Guerreros.
Olía a licor y a perfume barato, tenía el cabello revuelto, los ojos enrojecidos y el aspecto de regresar de una orgía. Ni siquiera volvió su mirada de zafiro hacia el joven Midgardiano que tenía las mismas noches que él sin dormir, solo que el menor pasaba las horas llorando y esperando su regreso.
Anthony llegó a pensar que su esposo no regresaría a su lado y el guerrero llegó a pensar en realidad que ya no quería volver. Pero cuando el menor lo vió entrar, hecho un desastre, borracho, riendo como un bobo mientras recordaba quien sabe cuantas cosas, le volvió la calma a su espíritu. No hizo ningún reclamo, no lanzó un solo reproche, simplemente se quedó sentado donde estaba, leyendo un libro o fingiendo leerlo, siguiendo con los ojos avellana al de cabellos negros mientras se desnudaba torpemente y caía como un saco de papas sobre la blanca cama.
De inmediato se inició el concierto de ronquidos y Anthony esperó un par de minutos antes de levantarse para ir a arroparlo. Con todo cuidado lo cubrió con una suave piel, retiró la ropa sucia y pestilente, y acomodó un mechón de negros cabellos que caía rebelde sobre aquel rostro que amaba. Lo contempló un instante y regresó al diván, tomó el libro y se quedó dormido frente al fuego del hogar...
Einar abrió los ojos un par de horas después, miró a su alrededor y reconoció que estaba dentro de sus habitaciones privadas. Extendió el brazo hacia atrás y comprobó que el espacio se encontraba vacío. Luego descubrió al muchacho con rostro de ángel que dormía hecho un ovillo en el diván...
-Anthony...- le dijo quedamente, mientras lo movía con cuidado para despertarlo- Anthony, ya estoy en casa...
-Lo sé...- respondió el joven, sonriendo tiernamente- Yo te arropé...
-¿Me viste llegar?- preguntó, intentando en vano recordar por qué razón él no lo había visto antes.
-Estabas cantando “Cuando el trueno resuena sobre Svartalfheim” la canción de la victoria de Thor sobre los elfos oscuros... Te quitaste la ropa, te quedaste dormido... yo fui y te cubrí para que no pasaras frío...
Einar se derritió de amor, a pesar de su comportamiento, su esposo se comportó tiernamente, cuidando de él y recibiéndolo sin un solo reclamo... se abrazó al cuerpo frágil del hijo de Stark, que temblaba de frío y quizá de temor al no saber como reaccionar después de la primera pelea seria que los dos tenían. Habían discutido, se habían hecho agrios reproches y el mayor salió dejando al otro con la palabra en la boca. Einar fue a las tabernas y bebió sin parar, encontrando uno tras otro, a sus antiguos camaradas que, desvergonzados e irresponsables, procuraron que siguiera de parranda por todos los días que estuvo lejos.
-Perdóname, querido de mi corazón... ¡Perdóname! No quise decir cosas que te lastimaran... Soy un bruto. Perdí la paciencia y es que siempre olvido que eres todavía...
-No digas que soy un niño- interrumpió Anthony, con voz firme- No lo soy. Soy tu esposo, es verdad que todavía no tengo mucha experiencia, que no tengo idea de como atender a un guerrero como tú... pero me esfuerzo, y aprendo... Solo dame tiempo para ser todo lo que tú quieres que sea...
-¡Mi maravilloso Anthony!- declaró Einar, tomándolo por el rostro con ambas manos- Yo te quiero exactamente como eres... ¿Por qué crees que me enamoré de ti? Es por tu frescura, por tu candor, por esa naturalidad que tienes en todo lo que dices y haces… eres un ser humano encantador, extrañamente no estás contaminado por las locuras midgardianas… Anthony yo te amo tal y como eres... por mí no necesitas cambiar...
Unió sus labios a los labios juveniles, transmitiéndole con esa caricia todo el amor que llevaba en el corazón. El muchacho respondió con alegría, estaba realmente contento de no continuar con la zozobra de no saber donde se encontraba el guerrero, ni con la duda sobre si lo estaba perdiendo.
-Einar yo te amo con toda mi alma, con todas mis fuerzas... Enséñame a amarte completamente...
-Así eres perfecto. Después de todo, tú no tienes la culpa de tener un diablo por marido... Y sé que a veces, soy insoportable...
Entonces y sin hacer demasiado esfuerzo, Einar pasó sus fuertes brazos bajo el cuerpo de Anthony y lo levantó para llevarlo consigo a la cama... Esa noche de reconciliación estaba dispuesto a amarlo con locura. Depositó al joven boca abajo y procedió a quitarle lentamente la ropa, mientras besaba tiernamente su nuca y mordisqueaba la sonrosada y pequeña oreja.
-Einar...- suspiró Anthony, feliz de estar entre sus brazos, sintiendo la calidez de su aliento- Einar...
-Te quiero, Anthony... Te quiero... me haces mucha falta...
-Yo... no quiero volver a decepcionarte...
-Cállate... Aleja toda palabra de negación, retira todos tus temores, todos tus prejuicios... Yo te adoro, estoy dispuesto a amarte por toda la eternidad, ten confianza en mí Anthony, en tu dueño, en tu esclavo, porque eso soy al mismo tiempo... esclavo de tus bellos ojos, esclavo de tu corazón...
Ante eso el menor ya no podía negarse a nada, metió el rostro en la almohada y la mordió con fuerza, dispuesto a pertenecerle esa noche a su adorado esposo. Se quedó quieto, relajando su cuerpo, sintiendo las manos de Einar recorrerlo con devoción, sintiendo su lengua húmeda en su espalda, sus labios entre los glúteos firmes y redondos, los besos y las pequeñas succiones en el área del periné... zonas tan sensibles que comenzaron a excitarlo y a provocarle una erección.
-Estoy duro... – murmuró con un jadeo, sabiendo que eso encantaba al asgardiano, porque adoraba darle la atención que su miembro joven y ansioso necesitaba.
-Delicioso...- dijo Einar, subiéndose encima para acomodarse a su propio placer.
Anthony sintió el peso y el calor del guerrero, sus manos levantándole un poco la cadera, lo suficiente para acomodar una almohada debajo y poder acceder con comodidad con la mano derecha en el pene, apretarlo y comenzar a masturbarlo con firmes tirones. Era un placer que disfrutaba desde que iniciara la intimidad con su consorte.
-Einar, cariño...- jadeó Anthony, sintiendo aumentar el placer.
-Te amo- respondió el otro, haciendo un movimiento para acomodar su propio enorme, rígido y potente instrumento entre el surco interglúteo.
-¿Vas... vas a penetrarme?- preguntó el joven Stark, algo nervioso.
-Cállate...-ordenó Einar, comenzando a frotarse para estimularse.
Anthony se quedó inmóvil, permitiendo al mayor que prosiguiera, y Einar alternó las caricias sobre el pene de su esposo con su propio ir y venir entre el surco suave y cálido. Subió y bajó, con ritmo y con fuerza, subiendo finalmente las dos manos para apretar las sonrosadas nalgas de Anthony y lograr aumentar su roce contra su miembro. Comenzó a gemir, a medida que se acercaba al clímax.
-Einar... Einar...- murmuró Anthony, dejando resbalar una lágrima de felicidad.
-Te amo...- exclamó el mayor, derramándose abundante, cálido y blanco entre la adorable parte trasera de su joven marido- ¡Te amo!
La mañana siguiente, durante el desayuno familiar, presentado a la mesa de la terraza, bajo las sombras de los enormes árboles del jardín cercano, Loki recibió el ligero golpeteo de la mano de Thor en su costado, era la forma de llamar su atención hacia la pareja que bajaba de sus habitaciones tomados de las manos y prodigándose interminables caricias llenas de amor.
-Gané, amor... ¡Me encanta ganarte!- rió el rubio, soltando una ruidosa carcajada y acomodándose con desparpajo en la silla de la cabecera de la gran mesa, tal y como correspondía a su estatus real y como cabeza de familia- Esta noche me vas a pagar con creces.
-Bueno...- respondió Loki, sonrojándose fugazmente- Igual esta era una apuesta que deseaba perder...
-¿Se puede saber que han apostado el poderoso Rey de Asgard y su amado consorte?- preguntó Elynn, con aire travieso. Disfrutando de aquel momento con sus padres.
-Tu padre me apostó que cuando tu hermano regresara de su parranda, Anthony lo iba a echar de la alcoba y yo aposté que bajarían tomados de la mano y mira... ¡Gané!
-No esperaba que mi hijo fuera echado de su cama- recriminó Loki, llenando la boca de Thor con varias uvas, de manera que guardara silencio.
-¿Y qué apostaron? ¿Cómo vas a pagar, Papá Loki?
-Eso no te importa, muchacha impertinente...
-Bailará desnudo para mí...- farfulló el rubio, tragándose las uvas para poder hablar.
-¡Cállate, rubio tonto e indiscreto! ¡Cállate!
Einar y Anthony se unieron a la mesa, completando el cuadro de pura y simple felicidad familiar.
***
Thor no estaba tranquilo... de hecho, su semblante era sombrío y su ceño se fruncía con evidente preocupación. Pasaba sus dedos por su bigote y su rubia barba una y otra vez, pensando qué cosa era lo que estaba sucediendo y si Loki tenía algo que ver con los acontecimientos de Midgard.
-El tipo sanguíneo de Ian, sin embargo, corresponde con uno de los que Loki tenía en sus ropas aquella semana que desapareció... Oficialmente, sin embargo, se maneja el suicidio como causa de su muerte.
Ian, el antiguo asistente de Darcy, con quien después la desesperante ex asistente de Jane Foster se había ido a vivir y a disfrutar de las joyas regaladas por Thor. Ian y Darcy tenían un historial de una relación de abuso, de prácticas de sexo sadomasoquista y peleas ruidosas en público.
-¿Y el tipo de sangre la mujer... Darcy?
-También lo encontramos... Lo siento, Thor... Si Darcy se recupera y testifica sobre la persona que la atacó, es altamente probable que involucre a... bueno, a Loki...
Golpeada, brutalmente violada y agonizante. Darcy fue rescatada e internada en un hospital. La versión de la policía era que su amante y ella, tras una más de sus peleas domésticas, terminaron a golpes. Ian la había atacado y dejado por muerta, para después suicidarse arrojándose desde el onceavo piso del edificio de departamentos donde vivía. Con su cuerpo destrozado, nadie pudo reconocer si tenía alguna lesión previa.
Tony Stark dudaba de esa versión, estaba casi seguro que la pareja había sido atacada por cierto dios asgardiano y la sangre que correspondía parecía comprobarlo. Deploró que Thor se negara a cuestionar a su esposo acerca de ese ataque. Y al final, Darcy era una testigo en favor de los dos, y ahora la decisión del juez sobre el juicio de custodia, quedaba pendiente de que su testimonio se conservara o se desechara.
-Si la mortal muere ¿Eso como afecta nuestros asuntos sobre Tayté?
-Aun sin su testimonio, es probable que fallen en su favor... pero si sobrevive y dice algo acerca de su ataque...
-¡Por todos los fuegos de Surtur, Stark! ¡Ya te he dicho que no fue Loki! ¡De ninguna manera permitiré que se le involucre en un asesinato y en un ataque! ¡Loki no mató a Ian, ni atacó a la mortal! ¡Loki no se atrevería a cometer una violación!
-Por el bien de ustedes y sus asuntos, Thor... espero que no te equivoques...