Thor esperaba nervioso el resultado de las revisiones de los sanadores. “Solo es un desvanecimiento normal a su embarazo” se repetía en voz baja, mientras abrazaba a sus hijos menores que se encontraban muy impresionados y se sentían culpables por haber provocado el enfado de Loki. “Es un malestar como muchos, no lo ponen en peligro... Loki saldrá de ahí pidiendo pasteles y dulces, así será...”
Apenas unos minutos antes, Magni y Tayté jugaban con sus respectivos grupos de amigos y amigas, un mar de chiquillos que invadían los jardines de Bilskirnir cada jueves por la tarde ante la complacencia de Loki, que buscaba para sus hijos menores, tiempos de diversión como cualquier niño de Asgard. El espacio era tan grande que rara vez se encontraban entre sí, pero en esa ocasión tanto las niñas como los niños comenzaron una especie de batalla por el gazebo sombreado que estaba junto a la hermosa fuente de piedra, comenzaron por gritarse, por arrojarse objetos y finalmente, los hermanos se enfrentaron a palabras sin cederse ni un metro del lugar.
No era la primera vez que discutían o que intentaban imponerse uno sobre el otro, pero incitados por sus amigos, el alboroto llegó a oídos del amante padre quien se dirigió a toda prisa hasta ellos, decidido a poner punto final a la absurda discusión. Loki planeaba darles un regaño de tal magnitud, que lo recordarían por semanas, pero llegó justo para ver el instante en que Tayté, enojada en extremo, se fue a los golpes contra su hermano... Magni, más fuerte y ágil que ella, se limitó a evitarla y a burlarse con sonoras carcajadas, que solo lograron irritar más a la caprichosa.
-¡Tayté Thordöttir!- exclamó, paralizando de inmediato a los dos rijosos, que respetaban a su padre más que a nada en el universo- No puedo creer lo que mis ojos ven... quiero hablar con ustedes de inmediato.
-¿Por qué me gritas solo a mí?- se atrevió a replicar la pequeña- ¡Magni me ha estado molestando y a él no le dices nada!
-¡No es cierto, tu comenzaste a pelear hermana!- defendió Magni, comenzando una nueva ronda de discusiones entre los dos.
Las niñeras también se acercaron en ayuda del Príncipe consorte, separando a los niños y llevándolos de regreso al interior del castillo, mientras otras se hacían cargo de los invitados, pero todos quedaron paralizados al ver a Loki palidecer y caer al suelo sin sentido.
Thor fue informado y de inmediato abandonó la reunión que sostenía en Valhalla para volar a su casa y enterarse del estado de salud de su esposo. Los sanadores continuaban reunidos a puerta cerrada, haciendo exámenes y revisando minuciosamente al esposo del Rey... Elynn estaba a cargo esperando su llegada, y fue ella quien dio todos los pormenores de lo que había sucedido en el jardín. Mientras escuchaba, los zafiros de sus ojos miraban con enfado a los dos niños, que no encontraban forma de presentar sus excusas y su arrepentimiento por su comportamiento.
Pero el rubio estaba más preocupado que enfadado, habló brevemente con sus hijos, les prometió un castigo que los dos aceptaron sin discusión y después, sencillamente se sentó a esperar lo que los sanadores tuvieran que informarle.
-Elynn llévatelos...- dijo con acento de preocupación, extendiendo su poderoso brazo para impedir que Tayté se subiera a su regazo. Thor no tenía más animos ni disposición para nada que no fuera conocer como se encontraba Loki.
-Vengan, hermanos- dijo Elynn, hablándoles con dulzura- Dejemos a Padre tranquilo, él quiere esperar noticias sin ser molestado y ustedes ya han hecho bastante por hoy... Los llevaré a merendar y a sus habitaciones, prometan que se portaran bien...
-¿Padre está enojado, hermana?- preguntó Tayté, negándose a tomar alimentos- No quiso que yo me acercara... ¿Está enojado conmigo?
-Está preocupado, comprendan que Padre Loki necesita mucha paz y reposo hasta que nazca el bebé y Padre Thor solo eso desea, que nada ni nadie lo moleste...
-Entonces es verdad lo que mis amigas me han dicho...- se lamentó en voz bajita la niña- Quieren un nuevo bebé y cuando llegue, ya no me van a querer más...
-Tayté eso que dices no es verdad... Tus amigas mienten.
-Ellas dicen que cuando nace un nuevo bebé, los padres dejan de querer a sus hijos mayores... y si el bebé es bonito o nace con poderes, entonces regalan a uno de los que son menos útiles.
-¡Tayté, por amor de todo!- rió Elynn sin poder evitarlo- Jamás había escuchado un disparate tan grande... ¿Dejarlos de querer? ¿Regalar a uno de ustedes? Hermanita... tus amigas son unas tontas, no debes creer eso, lo han dicho por molestarte...
-Pero tú tienes poderes, y Magni, y Einar... yo no tengo... Me van a dejar de querer...
-Mira hermana. Si los dioses Frey y Freyja me bendicen con otro hijo, jamás voy a dejar de ser la amorosa madre de Arwen... amaré igual a todos los hijos e hijas que nazcan de mí... Es igual con nosotros. Einar y yo somos muy amados, y el nacimiento de ustedes no cambió para nada el sentir de nuestros padres y no cambiará tampoco cuando nazca el nuevo bebé... ¿De acuerdo? Quítate esa idea de la cabeza.
-Entonces son las madres las que siempre aman a sus hijos... pero ¿Dónde está mi madre? ¿Por qué ninguno de nosotros tiene una madre?
Elynn comenzó a sentirse incómoda con las preguntas de su pequeña hermana, pero se armó de paciencia para responderle e intentar tranquilizarla.
-Mira Tayté, nosotros nacimos de Padre Loki, él nos llevó en el vientre y él nos trajo al mundo, es un privilegio que pocos dioses o mortales pueden tener. Y cuando podamos ir a verlo, quisiera que le demostraran cuanto lo aman y respetan... nuestros padres están orgullosos de Einar, de Magni y de nosotras dos... creo que podemos decirle que también estamos orgullosos de ellos.
-Podemos llevarle rosas- dijo Magni, hablando por primera vez- Sé que cuando nuestros padres discuten y Padre Thor le regala rosas a Padre Loki, entonces dejan de estar enfadados.
-¡Sí, rosas!- secundó Tayté, mostrándose más relajada.
Elynn en cambio, miraba con gesto de diversión a sus agudos y observadores hermanitos, que parecían percibir mucho más de lo que aparentaban. Y finalizando la merienda, los metió a sus camas, dejándolos al cuidado de sus respectivas niñeras. Ella también tenía que verificar que su propio hijo ya estuviese dormido y después, regresar a toda prisa al cuarto de sanación.
***
-¡Loki, amor!- exclamó Thor, sentándose a un lado de la cama y colocando su frente rubia en la frente azabache de su amado- ¿Estás bien? ¿Te pasó algo grave? ¡Oh, por todos los mundos de fuego! He muerto de preocupación por ti...
-Nada grave- respondió Loki, moviendo la cabeza negativamente y acariciando el rostro del mayor- Fue un tonto desmayo... Pero los Sanadores tienen órdenes tuyas de escudriñarme milímetro a milímetro si me pasa cualquier cosa...
Thor ya lo había escuchado, larga y ampliamente de boca de su equipo de sanadores: Su consorte estaba completamente salvo, el embarazo transcurría en forma normal y solo se recomendaba evitar al máximo cualquier tipo de emociones fuertes.
-Las veces que sea necesario haré que te diseccionen si hace falta, pero que me aseguren que estás bien.
-Eres tonto... –afirmó el pelinegro, besando la nariz del rubio- Pero eres mi adorado tonto, mi dueño y mi amor... Ahora que ya terminaron de experimentar en mí, quiero salir y arreglarme con cierto par de chiquillos que se dieron el lujo de sacarme de mis casillas con sus peleas en el jardín...
-Pues tu dueño te ordena subir a la alcoba y ya mañana nos la veremos con esos pequeños trolls de las nieves- contradijo Thor, impidiendo que Loki se levantara- Y no deseo que hagas esfuerzo alguno, así que yo te llevaré...
Los súbditos de Asgard no podrían estar más complacidos de ver a sus regentes tan unidos y enamorados. A pesar de los años, continuaban demostrándose todo su cariño y jugueteaban como un par de novios adolescentes. Thor levantó a Loki entre los brazos y lo llevó escaleras arriba, mientras el de ojos verdes renegaba y le exigía que lo bajara, pero ambos con tales sonrisas y satisfacción pintadas en los rostros que era menos que imposible creerles que estuvieran riñendo, se notaba la comodidad y placer que les daba la mutua cercanía.
-Bájame ya, igual tengo que ir a ver si mis niños están bien... si cenaron, si están arropados... déjame ir a cumplir con mis deberes, rubio musculoso, cabeza de chorlito...
-Los deberes del Dios de la Travesura... ¿Alguna vez lo imaginaste, amor de mi vida? Dedicar tus esfuerzos a ver si un par de incordios asgardianos duerme como si sus travesuras no nos preocuparan... ¡Qué hermoso es llegar a mi hogar y verte dentro, reinando en mi casa igual que en mi corazón! Tú dices que soy tu dueño... yo digo que te pertenezco hasta el último de mis átomos...
-Si estás insinuando que ya no puedo levantar un ejército chitauri y llevar a cabo la invasión de algún mundo, te equivocas... Puedo hacerlo si me place.
-Y no lo dudo. ¡Odín me libre de pedirte que lo demuestres! Pero lo único que quiero decir es que me haces tan feliz, que no concibo en qué momento me hice digno de tu amor...
-Tonto, mil veces... – murmuró Loki, mientras llegaban a la alcoba y se bajaba de los brazos de Thor para ir a meterse al cuarto de aseo, mientras murmuraba en voz tan baja que su esposo no pudo escuchar- Nunca te canses de mí... por favor...
Thor salió unos minutos al pasillo, habló con sus asistentes, envió un par de despachos y solicitó una cena caliente para los dos. Después regresó para ver que Loki ya estaba recostado sobre la cama, con gesto cansado a su pesar y solicitando con la mirada la compañía del rubio para intentar conciliar el sueño.
-Te tengo una noticia...- le dijo el mayor, abrazándolo y llenándolo de besos en la frente y en las mejillas, finalizando con uno tierno en los labios- Einar y Anthony han adelantado su regreso y los tendremos aquí dentro de un par de horas quizá... ¿Aún así te dormirás?
Loki abrió los ojos con sorpresa, esperaba a los recién casados hasta dentro de varios días y su llegada lo sorprendía gratamente.
-¿Pasó algo? ¿Por qué adelantaron su viaje? No creo que Tony los dejara ir así como así... ¡No me puedo dormir, no! ¡Dos horas para ver a mi hijo nuevamente! Entonces déjame ir a las habitaciones de los niños y regreso para prepararme...
Thor no lo dejó, acunándolo con ternura.
-Magni y Tayté están bien... los cuida Elynn, ella y Brynjar llegaron a toda velocidad cuando les informaron de tu desvanecimiento... deja que los muchachos lleguen y vengan a verte aquí... no te esfuerces… porque mañana va a ser un gran día, querido mío... tendremos a la familia completa a la mesa, como en los viejos tiempos...
***
Enfadado consigo mismo por haberse quedado dormido, Loki se deslizó fuera de la cama y se echó encima la bata de seda verde. Tenía que asegurarse que era verdad la noticia y que su hijo primogénito y su esposo ya estaban en casa. Ignoró el cálido fuego del hogar y salió al pasillo, que se mostraba helado a esa hora de la noche y en esa época del año... el clima en realidad no le estaba afectando para nada, como anteriormente.
El guardia le confirmó la llegada del Príncipe Einar y de su esposo un par de horas antes, el viaje de los dos había sido satisfactorio y tras entrar por el Bifröst se habían trasladado hasta el Castillo de Bilskirnir para pasar la noche. También le informó que el Rey Thor estuvo con ellos para darles la bienvenida y que les solicitó que descansaran, haciéndolos pasar a la alcoba de las antiguas habitaciones de Einar Thorson.
-“Maldito tramposo, rubio egoísta”- pensó el pelinegro, sonriendo al saberse engatusado. Pero comprendía de sobra que Thor lo cuidaba en exceso y exageraba siempre con la sola finalidad de verlo tranquilo y feliz.-“Privarme de ver a mi amado hijo”
Lo pensó un poco antes de hacerlo, después de todo, no era correcto entrometerse en la intimidad de los recién casados, pero necesitaba ver a Einar, que sus ojos comprobaran que estaba ahí, de regreso en el hogar... así que usando su magia, logró colarse en la alcoba para ir a contemplar a la pareja... Anthony y Einar dormían plácidamente, el asgardiano convertido ya en un tozudo guerrero... era el secreto orgullo de Loki, verlo en toda su plenitud, alto, atractivo, fuerte, con su sedosa y negra cabellera descansando sobre la blanca almohada. Einar abrazaba fuertemente a su joven esposo, Anthony... y era todavía el muchacho de una belleza e inocencia que mucho agradaban al Dios travieso.
Anthony dormía con una lágrima colgando de una de sus largas y rizadas pestañas, detalle que el suegro no dejó de notar. Con delicadeza, tomó la salada gota con la punta de su dedo índice y tras murmurar un conjuro, la convirtió en un diamante purísimo...
-Cuéntame tus penas, pequeño niño...- le susurró al oído- Dime cual es la causa de tus tristezas...
-Einar...- susurró Anthony entre sueños, provocando el sobresalto de Loki- Einar te amo...
La frase completa relajó al de ojos verdes, luego se sonrojó concluyendo que aquella lágrima no necesariamente era de tristeza, sino de felicidad ¿Acaso él no había llorado muchas veces pensando en el amor de Thor? Se avergonzó un poco de su intromisión, y se dispuso a salir y dejar dormir a la pareja…
Ya por la mañana se ocuparía de abrazarlos y besarlos, y preguntarles todo sobre los maravillosos lugares visitados en su luna de miel.
-“Loki Laufeyson”- leyó en el sobre que estaba sobre la mesita de noche...- ¿”Loki Laufeyson”? ¿Será una carta de Tony para mí?
Tomó el sobre sin que le importara que con eso delataba su presencia esa noche, pero la curiosidad y el vuelco que sin querer le había dado el corazón fueron más fuertes que su prudencia...
De regreso en su propia alcoba, comprobó que Thor no se había dado cuenta de su ausencia y que roncaba a pierna suelta, según acostumbraba... También descubrió dos rosas blancas, mustias ya por la falta de agua, depositadas con descuido a sus pies... no las había visto antes.
-“Te quiero papá Loki... perdóname por mi comportamiento. Tu hija Tayté”
Loki tembló de emoción al leer la sencilla nota con que las rosas estaban anudadas, una disculpa plena y sincera por parte de su pequeña consentida... Leerla lo llenó de felicidad. Una oleada decierta desconocida energía fluyó entonces desde su vientre, Loki intuyó que era su bebé manifestando una mágica y enorme naturaleza, era una respuesta de alegría a su propia emoción y contento.
La sensación era extasiante y placentera, Loki cerró los ojos para disfrutar ese calor interno, ese momento de íntima complicidad con el ser que crecía en su interior... abrió los ojos de esmeralda plenos de un brillo extraño y tocó las rosas... ambas flores de inmediato recobraron su lozanía y frescura.
Las colocó entonces en un florero lleno de agua clara y la sensación desapareció... le siguió una especie de cansancio y deseos de dormir casi incontrolables, así que se fue directo a la cama… y aunque los ojos casi se le cerraban, pudo todavía abrir el sobre para leer su contenido.
-No...- murmuró, antes de quedarse dormido.
***
Thor retiró el legajo de papeles enviado por Tony Stark, Loki los sostenía apretándolos con tal fuerza que los folios terminaron arrugados y maltrechos... no sabía qué decirle... El contenido de los documentos hablaba por sí mismo...
-¿Estás bien?- murmuró en voz baja, atento a cualquier reacción del pelinegro.
-¿Tú lo sabías?- preguntó Loki a su vez, yendo directamente al punto.
-Si... Einar me mostró los documentos dirigidos a mi persona anoche... supongo que el contenido es muy similar...
-Mira hacia el jardín, cariño...- respondió Loki, con voz suave aunque no exenta de cierta emoción-Mira que colores tan hermosos pinta el amanecer... Y las risas de nuestros hijos jugando con la esfera flotadora. ¿No son acaso la música más celestial que ha llegado a tus oídos? Mira a Einar, convertido ahora en un buen esposo, mira a Elynn... con su pequeño hijo creciendo rebosante de dicha y salud...
-Loki...
-No me interrumpas, por favor... ¿Por qué las Nornas me han tejido esta dicha si no la merezco? Después de mis dos amados hijos, Magni vino al mundo y Tayté llegó a mi casa y a mi corazón... ¿Y ahora pretenden arrebatarme parte de mi alma? ¿De verdad es seria esta demanda?
Thor dirigió sus miradas hacia donde su esposo había indicado, en verdad su familia era ya muy extensa, y se agrandaba con la presencia de los dos yernos, y por supuesto, con el siguiente hijo por venir. La paz de Asgard, la felicidad de su vida privada, todo lo que había construido junto a Loki ahora se ensombrecía ante la amenaza de Jane Foster, reapareciendo en sus vidas.
-No entiendo lo que Jane pretende...
-¡No la nombres! No la nombres... por favor...
-No, amor... no la nombraré, lo siento. Pero de verdad no entiendo por qué precisamente ahora me demanda en un juicio de custodia por Tayté...
-¡Está loca! No hay otra explicación... Esa mujer la abandonó, la olvidó por nueve años ¿Y ahora pretende que la entreguemos como si nada?
-Loki, no vamos a entregar a nuestra hija... Mi tratado con la ciudad Midgardiana de Nueva York me obliga a cumplir con sus leyes, pero bastará que yo lo explique y todo quedará en un instante desagradable...
-Por supuesto. ¡Qué se ha imaginado esa... esa… mujer! Yo no entregaré a mi hija ¡Jamás!
-Dentro de un par de días viajaré con Tony Stark, él me ayudará a preparar todo para que no se trasgredan las leyes de Midgard y no tengas que preocuparte más... ¿De acuerdo? Responderé esa demanda, demostrando sencillamente las condiciones en que Tayté fue abandonada y nada malo sucederá.
-Yo iré contigo.
-No, Loki... definitivamente no irás. Recuerda tu estado, debes estar tranquilo, guardar reposo y no exponerte a emociones fuertes... no. Tú aguardarás mi regreso al lado de nuestros hijos, aquí, en tu hogar.
-No vas a poder detenerme. Yo iré y estaré a tu lado cuando enfrentes a esa persona... Yo la miraré a los ojos y veremos si se atreve a reclamar lo que nunca tuvo: amor de madre... Y sabes, no estaría nada mal que algo de mi antiguo yo despertara y justo cuando se rompan las ambiciones de esa tal Foster, el filo de mi daga le parta limpiamente el voluble corazón que posee...
-¡Loki! Esos pensamientos no me agradan... en verdad que no me agradan para nada...
-¿Y por qué no? ¿Acaso ella significa algo para ti todavía?
-No... Pero es la mujer que trajo a Tayté al mundo.