Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

O.V.N.I por Jotaru

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

O.V.N.I
CAPÍTULO ÚNICO
Part II
 

Una noche un humano creyó tener un sueño; soñó con un ángel. Un ángel que con sólo una mirada lo enamoró, un ángel que no era lo que él creía, un ángel que se lo llevaría lejos de lo que conocía... un ángel bajado del mismo cielo.

 
Disclaimer: Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, esta historia es sin fines lucrativos sino tan solo de aficionados para aficionados.
Este FanFinc tiene contexto yaoi, si eres intolerante y/o crees que no estas apto a leerlo, está bajo tu decisión; yo te advertí xD (¿Vieron que siempre uso el mismo Disclaimer? XD)
 
Advertencias: Lemon, y más Lemon.
 
Parejas: 02x01 & 03x04 [protagónica, sólo 02x01]
 
Notas y Agradecimientos:
                              Este fanfinc fue creado especialmente para concursar en un concurso de fanfincs xDD jajajaja... así que le dedico este Oneshot a la admin. Del grupo ^^
                             Por otro lado les comento que ando emocionada porque no creí que me conocieran por tantos lugares xD últimamente me cruzo con gente (por msn) que capas que me dice ‘AHH vos escribís Dreams come true y Basketball NO!??’ y yo me quedo re ‘O_O WTF!?’ XDDD Jajajaja... así que chicos y chicas (hoy día sé que hay chicos leyéndome) gracias por leer y comentar ^^ ojalá les guste esto...
 
Comillas: ‘ ’
Diálogos: - -
Pensamientos: “ ” 
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
 
Estaba contento, debía admitirlo, ahora de un minuto a otro ya tenía un esposo nuevo el cual amaba más de lo que creyó poder amar y con el cual era muy feliz, se prometió que pasase lo que pasase y fuera cual fuera el pasado de ese oji-violeta alegre no lo dejaría ir por nada en el mundo, estarían juntos por el fin de la eternidad más allá de la muerte, porque estaban destinados a estar juntos y eran felices juntos.
 
Luego de unos minutos más entre besos y abrazos se levantaron y se fueron a bañar para luego cambiarse, ordenar la habitación y bajar a la cocina para preparar el desayuno ésta vez de comida el cual fue extremadamente divertido puesto que ahora ya tenían un poco más de conocerse y llevarse. Terminaron desayunando luego de hora y media porque lo habían preparado entre juegos, robándose dulce de leche, probando nuevos besos con algún que otro aperitivo y divirtiéndose en grande. Luego de eso volvieron a salir al centro para ir al cine, quizás comer helado, disfrutar del aire fresco y especialmente del día de los enamorados.
 
El día de hoy Duo llevaba puesto una camisa negra de su talla con unos pantalones de mezclilla, mientras que Heero tenía unos pantalones de vestir azules y una camisa blanca remangada hasta los codos. El oji-cobalto aún no lograba comprender de donde diablos sacaba su ropa, sabía que suya no era porque él no recordaba tener un pantalón de mezclilla... pero entonces ¿de dónde salían?... eso era un misterio...
 
Estaban saliendo del cine luego de una jornada de buena película dentro del shopping cuando se cruzaron con los dos compañeros de trabajo de Heero, éste al verlos simplemente frunció el ceño y apretó la mano de su pareja mientras el oji-violeta continuaba concentrado con su chupetín de cereza. El rubio y el oji-verde se acercaron a ellos inmediatamente intrigados por la presencia del otro joven y al oji-cobalto no le quedó otra opción más que quedarse quieto para no parecer descortés; no tenía deseos de encontrarlos ni hablar de nada con respecto al trabajo, por primera vez en su vida quería estar lejos de las oficinas junto al chico que adoraba.
 
- Heero que sorpresa... -inició el oji-azul mirando intrigado a la pareja- No pensé que te tomaras tan a pecho las vacaciones, eres muy adicto al trabajo ¿Cómo te está yendo?
- Bien -se limitó a responder con su mirada despectiva-
- ¿Y el joven es...? -preguntó Trowa al ver que su amigo no diría nada si no se preguntaba, luego de unos minutos de silencio el pelilargo habló-
- Ah ya entiendo -sonrió el trenzado volteando su mirada a su pareja- Cuando hablabas de tener que dar explicaciones te referías a ellos ¿verdad Heero? -el susodicho asintió- Mhm... -se puso serio y luego volvió a sonreír mirando a los desconocidos- Soy Duo Maxwell... -extendió su mano mientras el oji-verde la sostenía saludándole-... de Yuy... -completó mientras el rubio y el moreno abrían los ojos de sorpresa-
- ¿De... Yuy? -susurró sorprendido el rubio mientras tanto el oji-verde como el pelilargo retiraban sus manos- ¿Cómo es eso?. ¿Heero desde cuando estás casado?. ¿Cómo que no lo sabíamos?. ¿Por qué no nos invitaste?.-preguntó a la carrera-
- Quatre los estás sofocando -aclaró el alto-
- De todos modos eso no les incumbe -concluyó el oji-cobalto cerrando los ojos resignado-
- Jeje... -rió penosamente tomando la mano de su acompañante- estás siendo muy cortante, mejor relájate recuerda que tienes que disfrutar tus días -le sonrió-
- ¡Claro! -exclamó el rubio con los ojos iluminados- ¡Duo tiene razón, debes disfrutar tus vacaciones y qué mejor que con tu esposo! -abrazó al pelilargo contento- ¡No sabes lo contento que me pone el hecho de que Heero al fin tenga a alguien con quien distraerse, es demasiado apegado a su trabajo y casi no se dedica tiempo, por eso se tensa mucho y luego piensa que le suceden cosas raras, espero que tu logres distraerlo lo suficiente para que se distienda!...
- ... Si... -asintió algo extrañado y de repente el oji-azul se apartó mirándolo confundido-... ¿Sucede algo malo?
- ... -Quatre quedó en silencio observando al nuevo conocido, había sentido algo extraño al abrazarle, algo que no le daba buena espina-
- ¿Quatre?. ¿Estás bien? -preguntó apoyando una mano en el hombro de su pareja-
- ¿Eh? ¡Ah, si! -se apresuró a responder sonriendo- sólo fue extraño, nada importante
- ¿Seguro? -inquirió preocupado el oji-verde-
- ... Heero... -susurró el oji-violeta tomándole la mano-
- ¿Qué pasa? -le miró atentamente ya que el tono impreso en aquella llamada fue muy serio-
- Yo... -frunció el ceño tragando saliva- vamos nos, tengo que ir a un lugar -se apresuró a responder comenzando a correr y llevando consigo al oji-cobalto ante la mirada de los otros dos-
 
Fue extraño, de repente aquel chico tranquilo y sonriente comenzó a correr sin siquiera despedirse de los otros, en parte lo agradeció ya que tampoco tenía deseos de estar allí, pero estaba extrañado con la actitud tan repentina, no era normal que fuera así... ¿Adónde le querría llevar?. ¿Acaso algún lugar que tuviera que ver con su pasado?. ¿O sería algo más?
 
Corrieron por algunos minutos hasta lograr alejarse del shopping y terminar en medio de la peatonal donde se detuvieron agitados para recobrar el aire perdido, habían corrido como locos pero sólo se había dejado guiar por el chico de pelo largo ya que éste le había dicho que le llevaría a algún lado ¿ese lado sería la peatonal?. Luego de unos minutos descansando sentados en una banca el silencio entre ambos fue roto.
 
- Perdón por haber corrido así -se disculpó suspirando- pero es que no podíamos quedarnos, ese amigo tuyo es muy perceptivo y no me gusta su compañía, lo lamento.
- ¿Perceptivo?. ¿Qué quieres decir? -cuestionó volteándose para sentarse de lado y observarle-
- Bueno es que... cuando me abrazó y se apartó me miró como si hubiera descubierto mi secreto, y nadie debe enterarse de eso aún, por ello es que no quiero estar cerca de él... es peligroso para mí y para los demás. -explicó con la vista gacha-
- ¿Tan importante es? -frunció el ceño-
- Sip -asintió sonriendo- te prometo que te lo voy a contar, pero ahora no es momento, además aún no me han dado permiso ¿Vamos al parque? -cambió de tema ahora mirándole de frente y terminando su dulce-
 
Heero asintió medio ido, ahora tenía menos respuestas que antes... ¿Acaso Quatre con sólo abrazarle había descubierto ese secreto tan grande?. ¿Por qué el rubio si y él no?. ¿Cómo podía hacer para averiguarlo?... Duo prometió contarle, ¿Pero cuando sería eso?. ¿Cuándo lo malo se avecinara y ya no hubiera vuelta atrás?. Necesitaba buscar el modo de que el oji-violeta le contase toda la verdad de una buena vez porque aquella intriga se convertía en angustia, preocupación, nervios e inquietud sin permitirle estar tranquilo por mucho tiempo.
 
Caminaron en silencio hasta uno de los parques de aquella ciudad y se adentraron en él llegando hasta un hermoso árbol frondoso cercano a un pequeño lago artificial. Una vez allí ambos se sentaron sobre sus raíces y el pelicorto abrazó a su acompañante permitiendo que éste apoyara la cabeza en su pecho para así descansar. Permanecieron así, en silencio sumidos entre sus pensamientos, cada cual pensando en sus cosas cuando un brillo repentino proveniente del cielo llamó la atención de Heero más que nada.
 
- ... ¿Qué diablos?... -susurró intrigado por aquel resplandor de sólo milisegundos-
- No fue nada, no te preocupes -le relajó sonriendo y abrazándole-
- ¿Cómo lo sabes? -se relajó acariciándole los cabellos-
- Confía en mi -pidió en casi un susurro-... ¿Qué pasaría... si tuviéramos que separarnos?... -cuestionó con los ojos cerrados-
- Iría contigo -afirmó mirando a la nada-
- ¿A cualquier parte? -abrió los ojos mostrando un dejo de tristeza- ¿Aún si no conocieses nada en ese otro lugar?... ¿Aún si tuvieras que dejar todo lo que conoces? -lo abrazó más fuerte-
- Si -asintió separándolo para besarlo- no pierdo nada con ir contigo, al contrario.
 
La mirada violácea lo miró con tristeza y se dejó besar de forma sumisa, sin ninguna critica, de forma amarga, y aquello le preocupó de sobremanera ya que no comprendía del todo el motivo. En busca de hacerle olvidar por un instante aquello que reflejaba el mar violeta de sus ojos lo besó profundamente, apoderándose por completo de aquella cavidad, disfrutando sin restricciones de su boca, saboreando cada rincón y deleitándose con cada roce mientras el cuerpo menudo de Duo se estremecía acurrucándose en el pecho de su pareja.
 
El pelilargo permanecía sentado entre las piernas del otro siendo abrazado posesivamente mientras recibía un beso fogoso que ya le estaba dejando sin aliento, pero no se separaría, estaba muy cómodo así con aquel sentimiento de protección, con aquel sentimiento de ser querido, no deseaba separarse sino quedarse allí para siempre. De repente un dolor punzante se hizo presente en la zona baja de su abdomen obligándole a separarse y apoyar su cabeza en el hombro del oji-cobalto que le observaba preocupado.
 
-... ¿Te duele? -cuestionó tras verle sostenerse el vientre-
- Descuida, seguramente se pasará... -se acomodó sobre el pecho del pelicorto dejando el rostro entre el cuello del otro-
- Mas vale que no sea nada -lo rodeó con un brazo y llevó la otra mano adonde se sostenía el oji-violeta introduciéndola entre la ropa-... ¿Tienes frió?...
- No... -sonrió-... tienes la mano muy tibia, se siente rico -se relajó-... ya se me está pasando, no te preocupes...
- ¿Quieres ir a casa? -se separó un poco besándole la cabeza-
- Nop -sonrió un poco más- de enserio que estoy bien.
 
Se quedaron en aquella posición unos minutos más en completo silencio hasta que el oji-cobalto corrió su mano sosteniendo al pelilargo de la cintura sin retirarla del interior de la camisa. La charla volvió a surgir entre ellos ahora sobre temas sin ninguna importancia mirando el pequeño lago cristalino de aquel parque, mientras algunos peces saltaban por encima del agua volviendo a sumergirse casi instantáneamente debido al impulso y la gravedad.
 
Permanecieron en aquel parque durante varias horas durante la tarde disfrutando del aire tibio veraniego y del sol radiante mientras miraban a su alrededor o se besaban deleitándose con su compañía mutua. Todo parecía estar en orden, todo transcurría como cualquier otro día normal, hasta que cayó el atardecer. Ambos caminaban por el borde de la laguna que cubría alrededor del 40 por ciento del parque en cuestión, tomados de la mano y conversando sobre algunas cosas nada importantes.
 
Una tranquilidad embargaba toda su alma, era algo increíble y encantador, como si de pronto todos sus problemas hubieran dejado de existir, como si no tuviera un pasado ni un futuro, como si sólo supiera lo que hacia ahora pero olvidase segundo a segundo lo que había hecho ayer, o anteayer. Deslizó un brazo por la cintura estrecha del oji-violeta mientras éste sonreía naturalmente, como desde que le conocía; entonces lo supo. Lo que le hacía distraerse y olvidar el ayer o el mañana era esa sonrisa delicada y espontánea, aquella que le dedicaba el pelilargo al mismo tiempo que sus ojos brillaban intensamente ya con el sol, la luna o la luz artificial; pero más que nada parecía un brillo interno, uno que provenía de su alma, de su ternura.
 
-... Dicen que ese tipo de peces viven en el agua salada pero los eh visto en ríos de agua dulce... creo que es una deformación en su crecimiento luego de que se separaron, seguramente se consideran de la misma especie pero como vivieron en diferentes lugares sus hábitos cambiaron... sucede con todo tipo de razas, especies, o seres -comunicó entretenido mirando el lago-... Aunque es bastante inusual ¿no crees?
- Supongo, no soy aficionado a la zoología -respondió sin perderle detalle-
- Me doy cuenta -rió un poco-... pero no tiene mucha importancia, sólo lo tomé como ejemplo para decir que hasta el ser humano se puede acostumbrar a todo tipo de hábitat... incluyendo a acuática o la aérea.
- No eh visto personas viviendo bajo el agua -comentó neutralmente-

- Jajajajaja... tienes razón -se rascó la cabeza- pero con los siglos el ser humano podría adecuarse el medio acuático como los peces se han adecuado al modo terrestre convirtiéndose en anfibios ¿no? -sonrió- o al menos así es la regla de la evolución según Darwin, ¿o era Lamarck? No... -se puso serio con una mano en su barbilla- eran ambos los que... -fue interrumpido por un beso sobre sus labios- ¡Hey...! -sonrió mirándole mientras lo abrazaban-

- ¿No puedo? -le volvió a dar un beso-

- Si, si puedes -pasó sus brazos por el cuello de su pareja-... pero te tengo una mala noticia -hizo pucherito y luego sonrió tras ver la cara expectante del oji-cobalto-... tengo hambre...

- Eso tiene solución -lo besó con dulzura-... vamos a casa y cenamos.

- Si... pero es que... -deslizó sus manos hasta el pecho del pelicorto-... tengo hambre pero no tengo ganas de comer, no sé si me explico -le devolvió el beso- tengo hambre pero no quiero regresar a casa a comer, quiero quedarme aquí...

- Hm... -apoyó la cabeza en el hombro del oji-violeta- ¿Y si vamos a comer a otro lado?

- No... -hizo pucherito y suspiró- ¿y si vamos a casa a comer y luego salimos de nuevo?

 

Heero asintió acercándose para volver a besar aquellos labios dulces y sumisos que le recibían gustosos, fundiéndose instantáneamente en una renuencia por separarse o terminar con aquella hermosa sensación que les inundaba internamente. Luego del eufórico beso ambos se fueron en dirección a la casa del pelicorto para cenar. Prepararon la comida entre los dos ya que de algún modo u otro Duo sabía cocinar, y bastante rico por cierto, haciendo más llevadero el asunto y divirtiéndose, nuevamente, con comida.

 

Era bastante sorprendente para él que se entretuviera de ese modo tan infantil con alguien, nunca fue de embarrarse con comida ni de niño, pero sin embargo el oji-violeta comenzaba con una que otra mancha de lo que fuere e inevitablemente le respondía con alguna acción parecida, no había explicación para ello; únicamente se sentía cómodo, libre, tranquilo. Siempre creyó que cuando uno se enamorase siempre debía sufrir por no ser correspondido, o por ser despreciado, o por perder a quien ama luego de haberlo tenido... pero ahora se daba cuenta que si bien esos temores permanecían la alegría de tener con quien compartir sobrepasaba sus sentidos haciéndole olvidar de todo, viviendo el presente; era una locura, bien lo sabía, pero esa locura le estaba haciendo sonreír por todo lo que no sonrió de más chico... y eso, le gustaba mucho.

 

Ojalá esto fuera para siempre.

 

Observó una vez más con detenimiento cada facción del pelilargo, siempre encontrando algo nuevo, algún brillo diferente en sus ojos, alguna mirada distinta, alguna sonrisa distinta, alguna intención distinta, algún mechón de cabello diferente... pero fuera como fuera, sin importar qué cambiara de Duo, seguía siendo tan perfecto como la noche en que le vio encima de sí sin ropa, seguía encontrando esa inocencia, esa alegría, esa dulzura, esa hermosura... De repente sintió como algo caliente y escurridizo era introducido en su boca y dio un salto sobre su lugar asustado por la ligera intromisión, luego la risa del oji-violeta.

 

-... Jajajajajajajajajaja... -intentó calmarse sin soltar el tenedor-... eso te pasa... jajajaja... eso te pasa por distraído... -comentó entre carcajadas-

- Baka, avísame antes de hacer eso -regañó quitándole el tenedor y comiendo al fin los fideos de éste-

- ¡Es que te veías tan lindo con la mirada perdida! -exclamó suspirando-

- Hn... -frunció el ceño devolviéndole el utensilio-

- Hay no te enojes -hizo pucherito dejando el tenedor en la mesada y acercándose para abrazarlo- fue sólo un chistecito, no te molestes... era tentativo, perdón...

 

¿Cómo enojarse con tan bella criatura?. ¿Cómo permanecer enojado con un ser tan puro?. ¿Cómo resistir la tentación de abrazarlo y poseerlo eternamente?... Ese muchachito de cabello largo era lo más sugestivo que pudiera existir, era lo más hechizante, lo más valioso... el mayor tesoro. Lo abrazó por la cintura acercándolo a su cuerpo de manera extrema y buscó los labios de aquel muchacho con ojos amatistas encontrándolos casi al instante y apoderándose de ellos sin más preámbulos.

 

- Mhm... -se separó luego de varios intentos-... no quiero quedarme sin cena... -protestó sonriendo y siendo atacado por otro beso-... Heero... déjame terminar la cena... -pidió con voz finita haciendo que el otro riese-

- Está bien, está bien -accedió separándose sin borrar su sonrisa-

 

El timbre de la casa sonó y luego de darle un beso en la mejilla a Duo se encaminó a la puerta atendiéndola neutralmente, sin mostrar ninguna de sus anteriores sonrisas. Al abrir se encontró con un Quatre sonriente, pero era una sonrisa tranquila, de esas que utilizaba a diario pero que no quería decir nada en especial; frunció el ceño mirándolo fijamente, esperando que le explicase que hacía allí, mas el chico rubio sonrió un poco más encogiéndose de hombros.

 

- ¿Qué necesitas? -cuestionó recordando que Duo se sentía incomodo con esa presencia-

- Pues... -puso el dedo medio en el mentón- me quedé preocupado por ti, porque cuando estábamos en el shopping, tu y tú marido se fueron sin despedirse, pensé que les había sucedido algo malo, así que opté por venir a saludarte.

- Estamos bien -se limitó a responder con su semblante serio y apacible-

- Que bien -sonrió- les iba a invitar a cenar ¿Qué dicen?. ¿Vienen?

- No -

- Hm... ok... ¿Y mañana? Me gustaría mucho conocer más a tu pareja Heero, se ve que se llevan muy bien... -comentó frunciendo ligeramente el ceño, indicándole la doble intención-

- Le pregunto y te llamo más tarde -sin moverse-

- Me parece bárbaro, llámame lo más pronto que puedas... -

- ¡Heero la cena está terminada, ven a comer! -anunció el oji-violeta desde la cocina-

- Permiso... -saludó dando un paso atrás para cerrar la puerta-

- Que pases buenas noches Heero, mis saludos a Duo -comunicó volteándose-

 

El oji-cobalto cerró la puerta sin perder más tiempo y se dirigió el comedor donde comenzó a ayudarle al trenzado para ordenar los cubiertos. Tenía un mal presentimiento de todo eso, no era normal esa actitud de Quatre... jamás había hecho algo así, ahí había algo de lo que no estaba enterado y estaba dispuesto a averiguarlo por las buenas o por las malas.

 

- ¿Era algo importante? -preguntó mientras se sentaban a la mesa-

-... No... -respondió sirviendo gaseosa en los vasos-

- Ahm -terminó de servir los fideos con salsa en cada plato- bueno, comienza a comer y dame el visto bueno -sonrió-

- Cualquier cosa que prepares será mejor que lo pedido ¿no crees? -comentó comenzando a comer-

- Bueno si, pero hay gente que no sabe ni cómo cocinar y termina rompiendo toda la cocina, yo no rompí la cocina, pero quién sabe si la comida está bien... -rió apenado-

- Para mí está bien -concluyó-

- Eso es todo lo que yo quería saber -sonrió comenzando a comer-

 

Comieron en su mayoría rodeados de silencio, aunque de vez en cuando había uno que otro comentario común para aligerar el ambiente que se formaba en minutos. Aún estaba preocupado por sentirse ajeno a los recuerdos de Duo, no comprendía muchas cosas y quería entenderlas pero si el oji-violeta se negaba a hablar entonces iba a ser imposible; al parecer la única tachuela en toda esa felicidad era el no conocer nada del pasado que concernía al trenzado, eso era lo único, porque salvo ello todo marchaba correctamente.

 

Debía admitir que era el mejor San Valentín que tuvo en toda su vida, ya que todos los anteriores los había pasado solo y sin ninguna emoción en particular, salvo éste... el cual realmente guardaría en su corazón por el resto de su vida, la primer persona la cual amaba y le correspondía, la primera persona que se había entregado a él por amor puro y con la cual deseaba quedarse, la única persona con la cual podría estar de ahora en más. Y lo mejor de todo era que el día aún no terminaba, apenas eran las 8:30 y quedaban unas tres horas y media para que dejase de ser San Valentín, o sea que aún tenía mucho que disfrutar.

 

Luego de cenar, arreglar la mesa del comedor y limpiar todo lo que se usó para preparar y disfrutar de la cena, salieron nuevamente en dirección al centro para dar una vuelta, la noche era estrellada y bastante fresca, pero a pesar de ello se montaba esplendorosa sobre la tierra para un pequeño descanso a la intemperie. Caminaron durante horas, hasta que las calles comenzaron a aparecer medias vacías, entonces optaron por regresar para que no se hiciera muy peligroso, eran las once cuarenta.

 

Una estrella fugaz surcó a través de la bóveda celeste dando un ligero resplandor, al ver esto Duo se detuvo mirando fijamente al cielo, perdiendo su vista entre el mar azul del universo y logrando que sus ojos amatistas brillaran más de lo normal... pero sin exagerar. Al ver aquello Heero se quedó a su lado ciñéndolo por la cintura pero sin prestarle mucha importancia al cielo sino hasta que el oji-violeta sonrió y se soltó del abrazo comenzando a caminar a paso tranquilo.

 

- Heero... -llamó bajando la vista sin detener su paso-... ¿Sabes?... la pasé muy lindo estos dos días, pero me tengo que regresar al lugar adonde pertenezco...

- ¿De qué hablas? -cuestionó frunciendo el ceño y caminando a su lado-

- No me puedo quedar aquí, este no es mi lugar ¿Comprendes?... -suspiró- perdóname, aunque me odies toda tú vida yo tengo que irme, tenía algo que hacer aquí, me encargaron algo importantísimo y por eso yo vine a éste lugar, para cumplirlo.

- Me prometiste que me contarías todo, explícame -exigió en tono frío-

- Hm... -hizo una mueca de disconformidad- es que no me creerás, quiero contarte pero no me vas a creer y... y si le llegas a contar a alguien entonces ellos van a... -tragó saliva cerrando los ojos-

- Si es por eso no le diré a nadie. -aseguró cruzándose en su camino para abrazarlo-

 

Transcurrieron entre ambos unos minutos eternos de sólo silencio, donde a lo lejos se oían autos correr y voces de personas, pero a su alrededor nada. Retomaron el camino con paso tranquilo y despreocupado por aquella calle casi deshabitada, oscura y tenebrosa. Nadie les notó.

 

- Cuando lleguemos a ese lugar desde donde yo me iré, comprenderás a lo que me refiero -rompió el silencio el oji-violeta- hasta entonces te diré que yo no soy como tu... siquiera soy humano -rió mientras el pelicorto le miraba atentamente-... je... en nuestra casa... -miró al cielo-... actualmente existen muchos problemas, y por eso con uno de nuestros avances tecnológicos hemos podido modificar nuestro código de datos, aquello que ustedes llaman ADN, para crear a un ser que pueda dar inicio a una nueva raza de seres que conserven nuestros talentos pero que al mismo tiempo tengan la capacidad de adaptación que ustedes los humanos terrestres tienen.

-... pero entonces... eres un... -susurró sorprendido-

- Je, -sonrió amargamente-... de ese proyecto genético salí yo, mí única y exclusiva misión es dar inicio a una nueva raza de seres superiores a ustedes y a nosotros... ellos dijeron que... -suspiró mirando al frente con el rostro completamente serio-... que debíamos conseguir un espécimen de ser humano con las cualidades básicas perfectas, sin ningún daño genético, para que cuando se mezclara con el nuestro la complementación fuera perfecta. -hizo una pausa-

- ¿Y...? -continuó aún escéptico-

- Hm... -se mordió el labio inferior- estuvimos mucho tiempo vigilando varios sectores de la tierra donde ustedes parecían tener mayor estabilidad genética... -otro suspiro-... y habíamos encontrado al ser perfecto, todo en cuanto a su persona parecía perfecto, desde el carácter hasta su estado físico... pero... -se detuvo bajando la vista ahora mirando al suelo-

 

Duo no continuó contando, como si no se animase, y eso le puso los pelos de punta al oji-cobalto que intentaba razonar todo lo más coherentemente posible. Ciertamente que su cabeza a veces volaba en imaginación pero la explicación que le estaba dando ese chico era más de lo que podía aceptar, simplemente no podía ser cierto, era imposible... ¿Cómo podía ser un... un... un... extraterrestre?. ¿Podía ser eso cierto?. ¿No podía ser una mentira, o un error?. Jamás se tomó muy a pecho eso de que era más hermoso que los mismos ángeles... pero... ¿es que acaso se podía creer algo así?...

 

- ¿PERO? Vamos termina de contar -exigió inquieto-

- Mh... me olvidé de contarte un pequeño detalle... en nuestro mundo no existe lo que aquí se denomina, entre humanos, como mujer... es por ello que el proyecto de fecundación genética tenía que ser de hombre a hombre... y el problema, era que ese humano simplemente no razonaba el hecho de poder amar a alguno de su mismo sexo... y por eso... -sonrió-... por eso simplemente no funcionó y tuvimos que eliminar parte de su memoria, continua con su vida normal, pero nosotros perdimos una de las oportunidades...

- ¿Y entonces? -cuestionó nuevamente en su tono frío-

- Y entonces... -suspiró de nuevo- estaba en mi turno matutino revisando unos datos que me habían pasado cuando se me dio por mirar hacia la Tierra, casualmente te encontré... -sonrió sonrosándose un poco-... fue raro... las siguientes semanas simplemente investigué tu genética y cada uno de los aspectos tanto mentales, como físicos... y puesto que parecías estar estable los superiores me dieron permiso para venir a la Tierra por un tiempo límite, pero no me dijeron cual era ese tiempo.

- O sea que sólo me usaste para cumplir tu propósito -resumió-

- ¡No! -se apresuró a responder frenando en seco- ¡Por supuesto que no, no te eh usado sólo para darle fin a la espera de mi gente!...

- Eso es lo que me muestras luego de que entraste en mi casa y lo primero que hiciste fue acostarte conmigo -soltó gélidamente-

- ¡No fue así! -negó con los ojos vidriosos- ¡Estabas demasiado tomado como para recordarlo!... -bajó la vista secándose los ojos- La idea principal era... -tragó saliva-... la principal idea era ir allí, aprovechar que habías tomado de más, cumplir con mi misión y retirarme... al menos así me lo habían indicado, pero yo no quise irme... si por mi fuera yo me quedaría aquí... pero no me dejan y tengo que regresar quiera o no sino vendrán por mi de todos modos... -guardó silencio unos minutos sonriendo amargamente y sin querer tocando la parte baja de su vientre-... a mi también me gustaría... quedarme contigo...

 

Bueno ahora lo que más le asustaba no era el hecho de haberse acostado con un... extraterrestre, tampoco haberse enamorado de uno... lo que ahora le molestaba era que se tendrían que separar por fuerzas mayores, y lo que aún estaba digiriendo era la posibilidad de ser padre que se le presentaba justo frente a sí. Debía ir por partes... primero estaba el hecho de que se había enamorado de un ser no terrestre, lo cual resultaba extraño, pero si la figura que conocía de Duo era la original entonces eso era lo de menos, después estaba que se había acostado con él... pero eso le daba mas placer que temor, por otro lado estaba en hecho de que ese sujeto llevaba un hijo suyo dentro de su cuerpo...

 

Y ahí sentía que su mundo se venía abajo.

 

No sabía qué hacer, cómo reaccionar, qué decir o más bien qué pensar ¡Cómo aceptarlo, cómo asumirlo!... de un día para el otro, un desconocido se transformaba en su esposo, pero para el siguiente día, ese esposo era un extraterrestre que llevaba un hijo dentro de su vientre... ¿No era mucho para dos días?. ¿No era salido de la realidad?. Esto no podía estarle sucediendo a él... no a él... debía ser un sueño bastante raro, no sabía si podía calificarla como pesadilla, pero lo que sabía era que no era existente.

 

De repente unos brazos lo rodearon con fuerza mientras aquel chico, o más bien ser, de belleza suprema hundía su rostro en el pecho del pelicorto durante algunos segundos.

 

- Te prometo que no me volverás a ver, si quieres también te hago olvidar lo de estos dos días, no volverás a recordar nada de esto y podrás seguir con tu vida normal... -se alejó- se hará como gustes, pero apúrate en decidir, debo irme... no quiero además tener que cargar con un castigo... hazlo menos difícil...

 

¿Irse?... ¿Irse para no regresar jamás?... ¿Por qué sentía que le dolía el pecho?. Lo sabía, se había enamorado... y aún a pesar de eso (que Duo no era humano) su corazón se negaba a permanecer alejado de su contraparte. Y pensándolo en frío, tampoco era correcto separarse... Duo llevaba un hijo suyo ¿no?. ¿No era correcto, entonces, que lo criaran juntos?... Por muy raras que fueran las cosas, lo normal o lo que su cabeza dictaba que era lo correcto era quedarse a su lado de ahora en más, no sólo por sus sentimientos aún a pesar de las diferencias, sino también por ese ser que luego nacería...

 

- Déjame ir contigo -pidió con la voz segura y mirándole fijamente-

- ¿¡Qué!? -exclamó alzando el rostro sorprendido-

- Que iré contigo baka -repitió tomándole el rostro entre las manos y besándolo-

 

Mientras lo besaba, aún semiinconsciente de la realidad, pudo sentir las tibias lágrimas rodar por las mejillas sonrosadas del pelilargo, pero tan sólo profundizo el beso haciéndolo un poco más posesivo mientras bajaba sus manos hasta abrazarle por la cintura. No tenía idea de que iba a pasar mañana, ni donde iba a amanecer... si es que veía el amanecer... pero de algún modo tampoco le importaba, fuera lo que fuera que le deparase el futuro quería vivirlo junto a lo que podría llamar... ¿Una familia anormal?...

 

Al separarse lentamente se miraron fijamente a los ojos y Duo no pudo hacer más que sonreír para más tarde abrazarlo fuertemente de la emoción. El oji-cobalto se sentía completamente ajeno a éstas decisiones o situaciones que supuestamente estaba viviendo, sabía que estaban sucediendo, pero muy dentro de su mente también comprendía que no había aceptado la realidad... sabía que en un lugar recóndito de su cabeza aún no asimilaba que el día de mañana no vería salir el sol, salir de su cama, e ir a trabajar cruzándose con todos sus conocidos... Aún no asimilaba que el día de mañana probablemente amaneciera entre gente desconocida y en un lugar completamente diferente...

 

Ésta vez quien inició el beso fue aquel ser especial, convirtiendo el roce en algo muy dulce y lleno de amor... Amor... ¿Un extraterrestre era capas de sentir amor por otro ser?. ¿Un extraterrestre podía hablar su idioma?. ¿Lucirían diferentes en realidad?. ¿Cómo sería su mundo?... Comenzaba a dudar de querer irse a un lugar completamente desconocido, pero tampoco quería dejar a la única persona... corrección, al único ser viviente que se había acercado hasta él y amándole de aquel modo tan puro. Necesitaba estar al lado de... de... bueno, de Duo, pero le atemorizaba un poco el nunca más volver a ver aquellos rostros conocidos y humanos; sabía que con Duo estaría bien, sabía que si estaba a su lado sería feliz... Pero... ¿Qué otras cosas habrían en aquel otro planeta?. ¿No tendrían, además, otras costumbres, otras comidas, otros gustos...?.

 

- No estás seguro... ¿Verdad? -cuestionó con un tono serio a escasos centímetros del otro-

- Te equivocas... -negó con la cabeza dándole un beso rápido- si estoy contigo estaré bien. -repitió ahora en voz alta-

-... yo también... -sonrió devolviéndole el beso- ahora vamos nos... antes de que se enojen con nosotros. -se alejó-

- Duo -le llamó acercándolo nuevamente y ganándose su atención-... ¿de verdad... tu estás...? -guardó silencio sin saber cómo continuar clavando su mirada cobalto en los ojos violáceos que centellaron-

- Te resulta raro ¿No? -sonrió suavemente-... deberás acostumbrarte... aunque el tiempo de gestación creo que es menor al humano normal. ¡Tsk! -le palmeó el hombro- ¡No te preocupes, tomate tu tiempo! -comentó con una sonrisa escuchando por respuesta un suspiro y más tarde un abrazo-

- No tienes idea... de lo difícil que es... -apoyó la cabeza en el hombro del pelilargo-... de un día para otro entras a mi vida, al siguiente no eres humano, y segundos después me dices que voy a ser padre...

- ... Es mi culpa... -susurró abrazándole- si yo hubiera acatado la misión al pie de la letra tu no estarías en este lío, perdón... yo sé que es mi culpa... pero no puedo arrepentirme... no quiero arrepentirme.

 

Nuevamente se fundieron en un beso, ésta vez profundo y lento para saborear todo del otro mientras la brisa fresca de la noche golpeaba sus cuerpos colándose entre las ropas de estos. Aquello sirvió como analgésico para la mente y cuerpo del oji-cobalto ya que comenzaba a darle jaqueca todo ese asunto, por suerte el sabor dulce perteneciente a Duo servía para relajarlo, perderlo, distraerse y concentrarse en una sola cosa, su pareja. Continuaron así por algunos minutos, disfrutándose, amándose, entregándose, declarándose; hasta que se vieron obligados a separarse, no por gusto, sino por interrupción.

 

- 02, deja de perder el tiempo, J espera. -interrumpió un joven-

 

Éste nuevo ser era no muy alto ni muy bajo de estatura, cabellos y ojos negros, tez extremadamente clara y rasgos bastante peculiares, su cuerpo era bastante delgado pero a pesar de ello denotaba fortaleza, experiencia, respeto. Estaba vestido con pantalones blancos, cinturón negro y musculosa azul. Su cabello, largo hasta los hombros, lo traía suelto haciendo que cayera hacia sus costados molestándole.

 

La pareja, que momentos antes se besaba, le miró en silencio; uno con ojo critico y analizante mientras que el otro sonrió instantáneamente.

 

- ¡05! -exclamó sonriendo y corriendo a abrazarlo casi al instante- ¡tenía tiempo sin verte, comenzaba a extrañar tus ordenes! -rió soltándolo-

- Duo... -llamó en tono helado-

- ¡Hay si, perdóname Heero! -se volvió aún con una sonrisa- Mira él es un... amigo se podría decir, sólo que peleamos mucho porque es muy orgulloso y no le gusta reconocer las cosas -rió-

- Vamos, hora de irnos -ordenó pegándome media vuelta y emprendiendo el camino-

- Oye, 05... -llamó apurándose a seguirle- dime algo ¿Cuáles fueron las ordenes literales que dio Q y G luego de que me fui? Dejaron dicho que había algo importante pero no logré comprender qué... tuve interrupción -sonrió-

- Te lo contará J cuando vallas a revisión -respondió neutralmente-

- Aguafiestas -susurró suspirando-

 

Se mantuvo al margen, definitivamente no estaba cómodo con la presencia de ese otro... ¿ente?... era como si de repente Duo conociera a alguien más, como si... como si ese sujeto le conociese más que él... y eso le fastidiaba, porque quería y tenía que ser el único en conocer TODO de Duo, pero ese oji-negro parecía conocerlo más por aquel modo en que se hablaban y eso era justamente lo que le ponía los pelos de punta. Sentía una incomodidad en la boca del estomago, era como una opresión interna, como cuando te cae muy pesada una comida, como cuando te irrita el estómago... sentía deseos de irse por otro lado con SU Duo, pero no podía porque le había explicado que sino se meterían en problemas... y lo que menos quería era acarrearle discusiones, menos en su estado. Inconscientemente abrazó al pelilargo por la cintura acercándolo a su cuerpo para que todos sin excepción notaran que le pertenecía; no supo exactamente que lo hizo, sólo que a pesar de ello no se sentía mejor, aún quería salir y alejarse de cualquiera que pudiera conocer con profundidad a su Duo, quería alejarse de todos los que pudieran conocerle y disfrutar de sus sonrisas, su voz, su aroma... ¡pero no podía!...

 

Continuaron caminando en silencio, un silencio donde lo único que se oía era los bostezos del oji-violeta por el mutismo de sus dos acompañantes. No tenía deseos de decir nada, ¿Para qué hacerlo?. ¿No se supone que a éstas alturas ya todos sabían que Duo le pertenecía?. ¿Entonces para qué decir palabras?... no podía hacer nada ahora, sólo continuar hasta abandonar todo lo que conocía... era su deber tanto como hombre como ser viviente hacerse cargo y proteger lo que le pertenecía, por ello debía quedarse al lado de Duo, por eso y porque sabía que si ese ser de cuerpo perfecto se retiraba de su lado entonces nada volvería a ser igual.

 

En el momento en que decidió prestarle más atención a la realidad, se encontró caminando por un bosquecillo de las afueras de la cuidad... ¿tanto habrían caminado?. ¿En que momento llegaron?. ¿Por qué no se había dado cuenta?. Continuaron caminando, ahora Duo cabeceaba del sueño... ¿Por qué diablos estaría tan cansado?. ¿Habría sido por andar todo el día de paseo?. ¿O acaso era sólo aburrimiento?.

 

- ¿Qué pasa? -preguntó frotándose los ojos y mirando a su pareja-

- Tienes sueño... -volteó la mirada al frente tras darse cuenta que le había mirado demasiado-

- Ah... -sonrió- no, bueno creo que no, pero de repente tengo mucho sueño y quiero dormir... dormir mucho, mucho -lo abrazó fuerte- no estoy muy acostumbrado a tanto ejercicio, ya sabes andar de un lado al otro... creo que eso me agotó.

- ¿Falta mucho? -miró de reojo al pelinegro-

- Un poco más -respondió sin inmutarse- que aguante.

- Hay 05, tu siempre tan cálido conmigo -sarcástico- descuida puedo resistir un poco más, no es nada, sólo sueño -rió-

- Muy gracioso, cállate. -tajante-

 

Comenzaba a odiar esa forma en que le trataba ¿Qué derecho tenía ese sujeto a hablarle de ese modo tan cruel?. Admitía que él también solía ser así con algunos trabajadores de rangos inferiores, pero... ¿Con Duo?... ¿Cómo podía tratar de ese modo tan frío y desinteresado a un ser tan inocente como lo era Duo?. ¿Acaso no se daba cuenta de que con ese carácter sólo lastimaba su corazón?... Bueno... ¿Quién era él para hablar de corazones?... apenas y con ese personaje de ojos amatistas se daba cuenta de que el corazón podía sentir y sufrir... no debía dar más opiniones al respecto. Además, debería agradecer que ese sujeto se comportara así con su Duo, porque de aquel modo su pelilargo jamás se fijaría en él y sería completamente suyo.

 

Avanzaron unos cuantos metros más hasta llegar a un prado llano, completamente rodeado de árboles pero con una buena superficie libre de ellos. Se sentía inquieto, no podía despegar su mirada de aquel lugar, de repente era como si la zona le llamase a gritos y no sabía como reaccionar... no había nadie ni nada, todo estaba oscuro, mas sin embargo sentía como si allí hubiera algo más.

 

El pelilargo se quitó con cuidado un collar que tenía puesto, el cual por algún motivo nadie notó hasta ese momento, entonces con cuidado lo retiro de entre sus ropas hasta que se pudiera ver un extraño símbolo en forma de cruz algo deformada como si fuese un trivial. Luego se acercó al oji-cobalto que le miró desconfiado pero sin emitir palabra alguna y amagó en ponerle dicha cadena.

 

- Ya... ¿Confías en mi o no? -preguntó divertido tras ver que no se dejaba colocar el distintivo-

- Pero... -intentó protestar-

- Pero nada, vamos no te sucederá nada, mira para que confíes en mi te contaré que tanto ustedes como nosotros tenemos la misma constitución molecular, por ello que la gran mayoría de nuestros órganos son idénticos aunque adaptados a nuestro modo de vida... así es que por más que estés dentro de lo que nosotros llamamos Peacemillion a ti no te sucederá nada malo, sigues respirando aire e incluso más puro que el de la tierra. -informó para relajarlo-

- Baka -susurró suspirando-

- Jeje... -le abrochó el colgante- yap, te explico entonces, como tu no eres como nosotros, no tienes nada que les diga a los demás ‘oigan no soy intruso’ así que por ello te lo di ¿entiendes?... de ese modo, si andas solo por el resto de la nave nada malo te sucederá y automáticamente te llevarán conmigo o con algunos de mis compañeros. -sonrió triunfal-

- Le estás dando demasiada información 02 -calló el oji-negro apenas mirándolos de reojo-

- De todos modos se enterará tarde o temprano si piensa quedarse con nosotros, así que lo que le cuente es esencial. -se defendió en tono tranquilo-

 

Nuevamente se instaló en él ese sentimiento de ser ajeno a la situación, sabía que todo eso lo estaba viviendo pero tampoco podía asegurar que le estaba sucediendo, muy en el fondo de su mente aún no lo terminaba de asumir y lo veía como una aventura que terminaría en cuanto se despertara sobre la cama. No sabía como reaccionar, aún no había reaccionado, aún se dejaba guiar por impulsos.

 

De repente un resplandor iluminó el acampado encegueciendo a los tres seres que permanecían sobre la tierra firme y una leve corriente de aire tibio los golpeó a los tres. Duo se había volteado un poco para que el aire no le diera de frente, mientras que el 05 se mantenía en la misma posición sin siquiera cerrar los ojos y Heero tenía el brazo levantado a la altura de los ojos para evitar que algo le golpease pero mantenía los ojos entreabiertos. Luego del viento que había intensificado el brillo dejó de aparecer y la corriente frenó repentinamente haciendo que todos se irguieran para contemplar la poderosa figura frente a ellos.

 

Una nave triangular blanca e increíblemente alta estaba parada sobre el descampado, frente a las tres figuras, casi no tenía bordes rectos sino curvos pero se denotaba muy bien la figura geométrica que implicaba su contorno. Irradiaba mucho respeto, era una nave esplendorosa, enorme, increíble. De repente la puerta de ésta nave se abrió hacia los lados, en la parte de la trompa, justo en la esquina, dejando ver del lado de adentro un ser de pie y más al fondo paredes metalizadas.

 

- 02, J está molesto -aclaró la figura de adentro-

- Lo sé, pero que se aguante -se encogió de hombros tomando la mano de su pareja- ven entra -le sonrió-

 

A medida que se acercaron la figura de aquel ser en el interior de la ‘nave’ se fue dejando ver mas nítidamente, era un ser con apariencia de ser humano corriente, tez clara, ojos celestes, cabello rubio hasta la cintura y cuerpo bastante bien proporcionado. Estaba vestido con pantalones al cuerpo blancos, botas negras altas, camisa negra y saco rojo largo. La mirada de ese hombre era bastante expresiva, pero al mismo tiempo mostraba decisión y experiencia... como si hubiera vivido muchas cosas a lo largo de su... existencia.

 

Una vez que se hallaron adentro pudo contemplar toda la tecnología allí presente, detectores radares de larga distancia, propulsores de hasta 15 velocidades, visión nocturna, ambiente climatizado, todo el lugar sin ni una pizca de polvo; definitivamente ese lugar era increíble, muy salido de una película. Caminaron unos cuantos metros hasta una de las esquinas del amplio salón computarizado donde había varios sillones... o lo que parecían ser sillones, y allí se podía divisar la figura de un viejo casi mecánico con una mano de metal esperándoles y observándolos con una sonrisa sádica mientras la mano mecánica se abría y se cerraba.

 

- Hasta que llegas muchachito, apúrate vamos -apuró comenzando a caminar rumbo a una de las paredes-

- Y aquí viene el sermón... -suspiró pesadamente- ‘yo te envío a una misión importante para que cumplas con tu trabajo pero no, tu eres un incompetente que no entiende el valor de este trabajo para la vida de todos los habitantes de Sanck, madura de una buena vez y hazte responsable de tus actos, obedece las ordenes ¡02 no eres un niño eres un adulto compórtate como tal!...’ -comenzó a recitar mecánicamente y luego rió- viejo aguafiestas. -se volteó sonriéndole a su pareja- no te preocupes te llevaras bien con 05 y con 06, son buenos chicos, yo vengo en un rato ¿Sí?

- Descuida -comenzó a recorrer el lugar con la vista-

- ¡¡¡02 VEN AQUÍ AHORA!!! -se escuchó desde el pasillo que se había abierto en una pared-

- ¡Viejo amargado!. ¡Cuándo será el día que usted aprenda a valorar la juventud y me tomará más enserio!. ¡Tanto trabajo le está fundiendo el cerebro, ya que sabe tanto de química porqué no se implanta uno nuevo para poder pensar mejor! -comenzó a quejarse caminando hasta el pasillo con sus brazos cruzados tras su nuca-

 

El lugar era demasiado atractivo para su vista, no dejaba de admirar todo lo que veía, ¡hasta el suelo era de alta tecnología con censores de movimiento implantados!... El lugar era sumamente increíble, debía admirar su construcción. Aunque tampoco ignoraba la forma en que trataban a Duo, y el modo en que éste los trataba a los demás, se notaba que se tenían confianza y se conocían desde ya hace bastante tiempo, pero no dejaba de sorprenderse por ese modo autoritario que tenían... ¿Tan caprichoso sería Duo y ni cuenta se dio?. ¿O esos sujetos estarían exagerando?.

 

Fuere como fuere, el tema era que ya no había vuelta atrás en todo esto, ahora debía terminar con todo este problema... debería irse con ellos hasta donde su oji-violeta dispusiera, no tenía mas opción para quedarse a su lado. De cierto modo ya lo estaba asumiendo, ya lo estaba comprendiendo, pero aún no se hacía a la idea de extrañar todo lo que fue su vida anterior, la que ahora estaba por dejar atrás.

 

- Ese tonto siempre lo hace enojar -susurró el pelinegro sentándose en el sillón-

- ¡Ya podemos irnos, marquen el recorrido! -ordenó el rubio en tono autoritario-

- ¿Dónde está 03? -cuestionó el oji-negro volviendo a ponerse de pie-

- En su recamara, dijo que no quería verlo llegar. -respondió el oji-azul acercándose a los otros y sentándose en el sillón- toma asiento, de ahora en más deberás acostumbrarte a estar aquí -aclaró al oji-cobalto-

- Hn... -se apoyó en el respaldar del sillón y se cruzó de brazos-

- Iré a verlo, no debe estar de humor y menos ahora que 02 ah vuelto con 01 -informó dirigiéndose al pasillo-

 

Una de las cosas que le llamaba la atención de esa civilización era que no tenían nombres, sino que todos se denominaban a bases de números. Hasta ahora sabía que Duo era 02, el pelinegro ese era 05, y por lo que había comprendido 06 era ese sujeto de cabello platinado, ¿Pero quién sería 01 y 03?. En fin, esa sería una de las cosas que sabría con el pasar del tiempo.

 

Abrió los ojos un poco para observar nuevamente a su entorno, muy llamativo, y por una de las ventanas rectangulares finas situada en una de las paredes pudo ver el espacio, el infinito espacio; negro, oscuro, estrellado, inmenso. A paso lento y tranquilo caminó hasta esa ventana mirando lo que ella dejaba ver, su mirada se perdió en la inmensa oscuridad que parecía rodear la nave y dejó su mente en blanco disfrutando de aquel momento en el cual se sentía como mágico, único. Permaneció así quien sabe cuantos minutos, sólo mirando el exterior, con una mano en el bolsillo de su pantalón y dejando su mente viajar tan rápido como las estrellas pasaban frente a él, ese momento era increíblemente especial, aquí era donde dejaba todo atrás... aquí era cuando comenzaba de nuevo.

 

Una mezcla de sentimientos golpeó con él, inundándolo tan rápido como se alejaba de su mundo. De repente sentía miedo, tristeza, impotencia, nostalgia... combinado con alegría, emoción, euforia, egocéntrica; no estaba cómodo en ese lugar desconocido pero... pero al mismo tiempo estaba tranquilo por tener a Duo consigo.

 

De pronto alguien se abalanzó sobre él con gran emoción y sacándolo de sus pensamientos haciéndole prestar más atención en busca del responsable.

 

- Te estás aburriendo ¿verdad? -preguntó sonriendo y abrazándole con fuerza- ¿Qué tal si te voy a mostrar el resto del lugar así no te pierdes si quieres andar solo? -se separó un poco- ¿Qué dices?

- Como gustes -respondió neutralmente y volviendo a mirar por la ventana-

- Hm... -suspiró y tiró de la mano libre del oji-cobalto para llamar nuevamente su atención- ¡Anda que quiero mostrarte y contarte muchas cosas, no me gusta aburrirme aquí!. ¡No tenemos nada que hacer en éste lugar tan aburrido y mal decorado, vamos a otro lado!. ¿Qué tal la sala de estar?. ¡Mi habitación tiene un lindo decorado para hacer que se asemeje al espacio!. ¿O prefieres un recorrido por Peacemillion? -comenzó a enumerar sin dejar de tirar de su mano- ¡Heero no me ignores! -hizo pucherito-

- Ya te dije, como quieras -respondió sin apartar su vista de la ventana-

 

Por unos minutos el trenzado no pronunció absolutamente nada y permaneció mirando fijamente al pelicorto el cual le ignoraba rotundamente sin darse cuenta; estaba muy metido en su mente vacía, no tenía ganas de pensar pero por momentos, cuando comenzaba a cuestionarse algo, terminaba descubriendo nuevos sentimientos e inquietudes. Duo suspiró nuevamente y soltó la mano de su pareja para luego recargarse en la pared junto a la ventana mirando al suelo sin decir ni una palabra, lo cual inconscientemente extrañó a Heero por el simple hecho de que había creído una acción diferente.

 

- ¿Estás bien? -preguntó en tono normal-

- Uhu... -asintió ligeramente-

 

El pelicorto volvió a concentrar su mirada en el infinito espacio, nuevamente dejando su mente en blanco mientras el único sonido que rompía el silencio de la habitación era el tecleo sobre las maquinas o los pitidos de diferentes alarmas. Era bastante monótono, pero el ambiente se mantenía tranquilo haciendo que aquellos sonidos se convirtieran inconscientemente en una música extraña, de repente, esa situación lo relajaba de sobre manera y lo incomodaba simultáneamente; quizás era por permanecer allí, mirando a la nada. Sintió como varias miradas estaban sobre él y rápidamente se tensó, odiaba que lo vigilasen, en especial sin motivos, seguramente y por la insistencia de aquella ojeada tan fuerte.

 

- Duo... -llamó girándose-

- ¿Qué pasa? -alzó la vista chocándola con la cobalto y sonriendo instantáneamente-

- ¿Vamos? -estiró su mano esperando que la tomase-

- Ok -asintió tomándole la mano y sonriendo un poco más- primer parada, mi cuarto -se abrazó al brazo del pelicorto-

- Hn... -asintió dejándose guiar a paso tranquilo- ¿Aquí no hay nadie con nombre normal?

- Pues como la Tierra no -sonrió tomándole la mano para explicarle más cómodamente- aquí se nos enumera según la especialidad, por ejemplo yo soy 02 por que soy la segunda persona más importante de estos tiempos en mi planeta, el chico de pelo negro es 05 por que fue el quinto en niveles de pelea y resistencia física, y así sucesivamente.

- ¿Entonces quien es 01? -frunció el ceño ligeramente por el interés en el tema-

- Pues eso si que no lo sé -rió- puedo ser importante pero tampoco un genio -se rascó la mejilla- aún no me han querido contar eso, dicen que es alguien importante por sus niveles básicos y que será una persona clave para el futuro de la existencia... no sé quien es. -miró adelante y pasó su mano por la pared haciendo que ésta se abriese dejando ver un pasillo-

- Entiendo, por lo que oí ya está aquí -comunicó neutralmente-

- ¿Sí? -le miró- Wow -sonrió y volvió a mirar al frente- ya quiero conocerlo, debe ser alguien muy inteligente, importante y fuerte para ser el 01...

- Cállate -interrumpió y el oji-violeta estalló en risas-

- ¡Me encanta cuando eres celoso! -exclamó abrazando con fuerza a un Heero arisco- eres adorable, así de celoso me gustas más, sino no me doy cuenta que me quieres y eso me deprime, porque yo si te digo cuanto te quiero pero tu no...

- Baka... -lo abrazó dándole un beso en el cuello- ¿Si no te quisiera estaría aquí?

- Pero... pero también puedes verme como una fuente de información, también puedes... querer conocer más y sólo por eso estás aquí, tal vez sólo lo haces para no vivir más tu vida allí... quizás sólo lo haces porque yo te dije que estoy...

- No tiene sentido que me quede allá... no tengo nada, por ahora lo único que tengo es a ti, y si te vas... nada será igual, entonces prefiero venir. -lo alejó para más tarde darle un beso- No importa lo que seas, mientras sigas siendo Duo.

 

El pelilargo sonrió abiertamente mientras su pareja se acercaba depositando un casto beso sobre sus labios seguido de otro más profundo y duradero. Se besaron sin importar el lugar, ignorando o más bien desconociendo todo lo que sucedía en su entorno, o el tiempo que transcurría, sólo importaban las sensaciones que circulaban por ambos cuerpos; aquella corriente eléctrica que los golpeaba cada vez que sus lenguas se rozaban húmedas y juguetonas, aquella felicidad que se instalaba en su pecho con cada sabor que encontraban en el otro, aquel roce tan íntimo y significativo que sólo ellos se sabían dar...

 

Heero terminó por acorralar al oji-violeta contra una de las paredes sin darle tregua al beso ni dejarlo escapar, aquel roce comenzaba a ser ya muy fogoso para controlarlo fácilmente pero a ellos no les importaba; continuaban ensimismados en las sensaciones que les recorrían, en aquel deseo, en aquel sentimiento, aquella felicidad... aquel amor...

 

- Deberían irse a alguna habitación y no fastidiar a los demás -se quejó 05 exaltándolos-

 

Junto al pelinegro había otro joven, uno morocho de ojos cafés, cabello corto, alto y delgado con un cuerpo no muy musculoso, casi nada trabajado, pero con un aire algo atrayente... no mucho. Éste joven miraba fijamente al oji-violeta que permanecía con la mirada en el suelo y sonrojado por la repentina interrupción, mas Heero lo ignoró rotundamente, poco le importaban los demás.

 

- Cuando te enamores comprenderás que eso es lo que menos importa -respondió tajante el oji-cobalto tomando de la mano a su pareja y comenzando a caminar-

 

Nadie dijo nada, 05 miró gélidamente al humano mientras que el oji-café se mantenía distante y serio, incluso cuando 02 paso por su lado de la mano de su pareja con aire tranquilo. La pareja caminó en silencio hasta la habitación del pelilargo donde entraron; una vez adentro se sentaron en la cama, Heero en la cabecera y Duo entre sus piernas siendo abrazado por el primero.

 

Aquel cuarto tenía el suelo, el techo y las paredes con hologramas que asemejaban al espacio, haciendo parecer que no existía suelo, techo o paredes de no ser por los muebles metálicos. Parecía mágico, era realmente bello y relajante aquel ambiente con el aire entre tibio y fresco; tanto así que lograba hacer ensimismar a cualquiera. Las estrellas parecían estar a tu lado tocándote, mas sin embargo sólo eran las paredes que reflejaban el exterior del espacio en el interior.

 

El pelicorto se acomodó de tal modo que al tener entre sus brazos a su pareja pudiese acariciarle el vientre, en la zona donde supuestamente se encontraba su... hijo. Nuevamente sintió que esto era lo correcto, que había tomado la mejor decisión... pero no podía evitar estar algo inseguro ya que no conocía a nadie en aquel lugar salvo a su Duo. No podía creerlo, iba a ser padre... pronto tendría a un bebé, su bebé, entre brazos acurrucado... pronto podría ver algo de su sangre, algo a lo que pudiera llamar familia; entre sus brazos tendría algo que se asemejara a él, o a Duo, una personita tan pequeña que dependería entera y absolutamente de sus cuidados...

 

- ¿Has pensado algún nombre? -preguntó de repente rompiendo el silencio-

- Hm si, aunque ya me dijeron como debería de llamarse... les dije que lo elegiría contigo aunque a ellos no les gustase, me dieron mil excusas pero será el nombre que nosotros queramos, somos sus padres y tenemos derecho -respondió sonriendo mientras sentía como le acariciaban muy lentamente en la zona baja del abdomen-

- Ya sé... como quiero que se llame... -comentó algo ido y depositó un beso en la cabeza del pelilargo-

- ¿Ah si?. ¿Y cómo quieres que se llame tu hijo? -se acurrucó en el pecho del oji-cobalto-

- Zeo -contestó en tono neutral-

 
-.O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-. O.V.N.I.-
 
“Ni yo supe porque elegí ese nombre, y hasta lo dudé durante un tiempo, pero cuando llegó su nacimiento supe que no lo hubiera podido escoger mejor… Duo me había permitido elegir el nombre puesto que yo había sacrificado mucho por estar a su lado, y aunque me pareció una ridiculez se lo acepté puesto que sabía que yo sería más capas de defender el nombre de mi hijo para que no tuviera por seudónimo un número.”
 
“Ah pasado un año de todo ese inconveniente... el planeta donde vive Duo es bastante extraño, parece Marte, lleno de cráteres, pero al mismo tiempo posee oxigeno puro y es muy avanzado en tecnología. Como me lo había dicho, el tiempo de gestación para un bebé de ellos es menor al nuestro, pero como éste nuevo ser no sería ni de su especie ni de la mía entonces tendría un tiempo promedio entre ambos; el embarazo de Duo duró seis meses justos, y para cuando Zeo nació todos estuvimos muy ansiosos por verlo.”

”Eh aprendido muchas cosas este año, desde increíble cantidad de tecnología informática hasta constructora, medica y demás... me siento orgulloso de mí mismo, y eso me relaja. No puedo estar menos orgulloso de mi adorado esposo, ah cumplido maravillosamente bien con su papel de padre-madre y se dedica muy bien a nosotros, claro que no le dejo sobrepasarse con los cuidados que nos da puesto que muchas veces exagera, pero igual me gusta así, que se preocupe por ambos. Fue muy divertido verle con la panza, pero lo que no me gustó fue la temporada de ocurrencias... realmente era incomodo, me solía despertar a las dos AM (en la tierra sería esa hora) pidiéndome cosas casi imposibles de conseguir... un día me pidió café con leche a las seis de la mañana, ¡¡y eso fue todo un problema puesto que en Sanck no había café!!... Tuvimos que crear un café artificial basándose en compuestos químicos con los doctores J, G, Q y el experto en medicina 04.”
 
“Ahora tenemos algunos amigos, me llevo bastante bien con 05, solemos juntarnos por las tardes para hacer algo de ejercicio y así mantenernos en forma. 04 en cambio es más serio y sumiso, es adicto a las computadoras así que en las noches tenemos la costumbre de sentarnos frente a frente y comenzar a investigar o hackear cuentas nuevas... es divertido, aprendemos mucho juntos; el chico tiene pelo rubio oscuro y ojos miel, es menudito y parece una figurita de porcelana. En cuanto a 06, es un problema... competimos mucho. Por otra parte... tuvimos muchos problemas con 03, el chico parecía estar muy enamorado de Duo y con sólo verme a mi se le crispaban los nervios, era divertido hacerle enojar sin que nadie lo notase, y Duo se prestaba mucho para eso puesto que al parecer no se daba cuenta y ni se molestaba cuando le besaba frente al chico de cabello castaño y ojos café; fue lo mejor de conocerlo, sacarle celos y mostrarle que Duo Maxwell de Yuy me pertenece.”
 
“Porque si, para mí siempre será Duo Maxwell de Yuy, jamás 02... me eh acostumbrado a llamarle así y nadie dice nada al respecto porque comprenden a la perfección, en especial 05 a quien eh apodado Wufei. A 04 aún no le encontré nombre, pero estoy pensando seriamente en que sea Joe; y en cuanto a 03... se llamará Solo, creo que la razón es más que obvia. Es bastante divertido encontrarles nombres a mis conocidos, y ellos se han acostumbrado de tal modo que hasta Wufei le llama a Duo por su ‘apellido’, le enseñé un poco de cultura china y el oji-negro quedó fascinado así que ahora esta buscándose un apellido.”
 
“Creo que implanté una nueva moda en Sanck”
 
“Ahora mi querido Zeo tiene seis meses, es un encanto, tiene mi color de ojos pero el cabello es mucho más claro, como el de Duo, al igual que su tez. A veces me da la impresión de que ese bebé es más anormal de lo que dicen... si bien su desarrollo físico y mental muestran que están a nivel promedio, a mí me da la impresión de que mí hijo es un genio... quizás sólo sea el orgullo de padre.”
 
“Eh dejado toda mi vida atrás, no extraño nada de aquel planeta llamado Tierra... allí no tenía nada, sólo dos personas que me conocían un poco más de lo normal, pero nada de amigos, nada de amores... aquí soy completamente feliz, me siento completo. Tengo todo lo que siempre quise tener, amigos, un amor que me abraza todos los días y me repite ‘te amo’ todas las noches, un hijo que conforma mi familia y me hace sentir que no estoy solo en este universo, y unos conocimientos que son dignos de admirar.”
 
“Creo que nunca más volveré a la Tierra, porque aquí soy feliz, aquí quiero continuar, aquí quiero vivir... el resto de mi vida en ésta armonía y felicidad que no conocía sino hasta que éste ser no humano llegó a mi vida. Lo amo con todo mi corazón, más de lo que me creí capas de amar, pero esa es la realidad... y me quedaré a su lado no sólo por ese sentimiento sino también por el hijo que nos une. Zeo es todo para mí, y representa todo lo que siempre quise.”
 
“Y pensar... que todo comenzó con ese sentimiento de extrañeza, ese sentimiento de ser observado que me llevó a tomar vacaciones forzadas, que me llevó a beber ese licor de menta aquella noche y toparme con el ángel que ahora vive conmigo...”
 
“Y de sólo pensar... que todo comenzó con la llegada de un O.V.N.I a la Tierra...”
 
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
 
N/A: ¿Les gustó? XDD creo que me quedó muy lindo, espero lo hallan disfrutado, me salió originalísimo JAJAJAJAJAJAJAJA...
Bueno, espero que este bien ^^ y les halla gustado, me esforcé mucho!... así que espero halla valido la pena...
Un saludo a todos, y besos... uno de mis mejores fanfincs, me ah encantado, de veras que si, espero que a ustedes también.
 
Nos vemos!! Mil besos!! ^^ bye bye
 
Ryoko Maxwell Yuy.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).