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Ir al infierno no parece tan malo cuando es a tu lado. por Asuka Yatogami

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Notas del capitulo:

Buen día a la hermosa personita que está leyendo esto. Realmente no pensaba continuar con este ff, pero gracias a las 2 o 3 personas a las que le gustó continuaré con este trabajo. Realmente los aprecio a todos y a cada uno de ustedes <3

 

Mello estaba seguro de una cosa: no iría. No iría a pedirle disculpas a aquel idiota, ¿por qué debería disculparse si él fue el centro de burla del salón y quien fue provocado?, pensaba recostado en aquella habitación con lienzos en las paredes, de las que no había salido en todo el día por aquel alboroto.

Pensó en que existía la posibilidad de que lo sacaran de Wammy’s House, pero poco le importaba aquello, no tenía nada que lo atara a ese lugar, no tenía ninguna razón para quedarse. La razón por la cual Mello seguía avanzando no era por amor a sí mismo; era para restregarle en la cara a todas aquellas personas que le hicieron daño en algún momento quién podía llegar a ser algún día.

Mientras sacaba su barra de chocolate, Mello pensaba que quizá acudir a la violencia física había sido demasiado. Obviamente, él no creía que la violencia era la solución a todo, pero Mello siempre había sido así: impulsivo, temperamental e impredecible, no podía controlarse a sí mismo ni luchar contra sus emociones. Quizá por eso a Matt le divertía tanto hacerlo enfadar, pero esa vez había llegado demasiado lejos. Ni siquiera el mismo Mello entendía por qué se había enojado tanto, al fin y al cabo nunca le había importado mucho lo que las demás personas dijeran de él.

Después de un rato leyendo y comiendo su barra de chocolate favorita, Mello se levantó de su cama y fue a la sala de directivos para saber qué pasó con Matt y qué sucederá con ellos dos desde ese entonces. Cogió su chaqueta negra y mientras caminaba por los pasillos se topó con la asistente de Wammy’s House, quien le dijo algo burlona:

—No me gustaría estar ahora en tus zapatos.

—Yo no he hecho nada –contestó el rubio algo enfadado, mientras la ignoraba y seguía hasta la oficina

—Tú siempre haces algo –escuchó Mello que aquella mujer le gritó desde lejos. "Qué molestia" pensó, mientras lanzaba un pequeño suspiro.

Tocó la puerta de la sala de directivos, y enseguida Watari le indicó con el dedo que entrara. Pudo visualizar a Matt allí también, con el ojo algo morado y mirando el suelo algo nervioso, por lo que Mello no pudo evitar sentir algo de culpa. Tomó asiento mientras guardaba sus manos, que estaban temblando, en el bolsillo del pantalón. Watari comenzó:

—Mira, Mello, yo sé que tú eres un niño muy inteligente. Por esa razón estás aquí ¿no? Entiendo que en tu pasado no la has pasado muy bien, pero no por eso…

—¿Podemos ir al tema? –interrumpió groseramente el niño de cabellos rubios, sintiéndose patético y muy frustrado por toda aquella situación. Matt solo observaba inexpresivo.

—Sí, podemos –dijo Watari a la vez que soltaba una risa irónica– En cierto modo, tu futuro depende de nosotros. Y no me refiero sólo a los estudios básicos, sino a todo lo que vendrá después. Ya sé que a ti no te importa que todo se vaya al diablo, pero si te sigues comportando de ese modo olvídate de tus privilegios como niño prodigio e incluso de graduarte en la institución del orfanato. Quedas avisado ¿entiendes? Hemos tomado algunas medidas, lo siguiente es la expulsión. Sé que eres un niño muy capaz.

—¿Puede usted decir cuáles son esas medidas, señor Watari? –dijo amablemente el pelirrojo abriendo la boca por primera vez allí, en cierto modo le intrigaba todo aquello. Sabía muy bien que lo que Mello había hecho no estaba bien, pero era su amigo desde hace muchos años y no quería que se fuera ni que nada malo le pasara.

—Lo descubrirá por su cuenta. Volveré en 5 minutos a arreglar un pequeño asunto con el niño nuevo, por mientras pueden aclarar sus diferencias aquí –dijo el director antes de irse, dejando la puerta abierta.

Un silencio insoportablemente incómodo llenó aquel gris cuarto. Matt, que había estado mirando el suelo un rato, fue el primero en hablar:

—Oye, sé que te ha enfadado lo que he dicho, pero solo era una broma. No sabía que reaccionarías de ese modo. Realmente lo siento mucho, Mello –dijo Matt sintiéndose culpable, con los ojos algo tristes y morados. El rubio jamás había visto a Matt de ese modo, él siempre era alegre y divertido. Mello se paró de su silla y se situó al lado de Matt, convidándole de su chocolate.

—No tengo idea de por qué eres tú quien se está disculpando. Mira que eres tonto ¿eh? El único culpable aquí soy yo. Lo siento, Matt, no debí reaccionar de esa manera, ni siquiera yo sé por qué te hice eso.  He hecho que tu ojo se vea terrible ¿no te importa? –respondió Mello con una risita

—¿Estás diciéndome que no me veo bonito así? –dijo Matt, y el rubio comenzó a reír.

Aunque jamás lo admitiría, realmente se veía bonito, porque ni todos los moretones del mundo podrían quitarle la belleza a aquellos ojos verdes.

Charlaron un rato de cosas intrascendentes cuando Watari abrió la puerta, interrumpiéndolos:

—Ya he arreglado aquel asunto. Mello, tú puedes irte a tu habitación. Matt, tú te quedas.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! –respondió el rubio, muy confundido.

—Lo siento mucho por ambos, pero me temo que no está permitido que sigan conviviendo en la misma habitación después de lo sucedido. Queremos evitar tantos inconvenientes como nos sea posible. Sean comprensivos, por favor.

Mello salió de allí, aturdido. La persona que había sido su compañero de cuarto durante tantos años ahora ya no estaba junto a él. Se sentía furioso y con ganas de golpear algo ¿por qué siempre tenía que ser tan impulsivo y estúpido? Estar solo en la habitación iba a ser algo muy triste para Mello, pero debía soportarlo.

Caminó hasta su habitación, después de lo ocurrido lo único que tenía en mente era dormir para siempre. Pero al abrir la puerta, se sorprendió y enfureció al mismo tiempo: encontró a un enano de cabellos blancos jugando con muñecos sobre su cama. 

 

Notas finales:

¡Pobre Mello! ¡Violaron su privacidad! 

Cualquier comentario o crítica está la cajita de comentarios :3, los quiero.


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