Jin practicaba tenis junto a Dan. El niño jamás pensó que su sueño de jugar con Akutsu se haría realidad… Pero estaba pasando, Jin le había sacado por fin una sonrisa. Estaban juntos y el mayor no protestaba… Quedaba en silencio, pacífico, como casi nunca se lo podía ver.
- ¡Vamos, niño, pégale con mas fuerza! – Le pidió Akutsu en un momento.
- ¡Si! – Con cada palabra del mayor, Dan parecía esmerarse mas en el juego. Tanto que ya le estaba ganando el partido.
- No puede ser… - Jin secó su frente con la muñequera.
- ¿Qué sucede? – Interrogó el menor observándolo mientras le sonreía.
- Me está ganando un pequeño niño… Es imposible… -
Dan rió triunfante. De repente algo lo distrajo y miró hacia el costado de la cancha. Sengoku, el chico pelirrojo de Yamabuki los observaba jugar:
- Cuidad…!!!! Ups… - Intentó advertirle a Dan cuando vio que la pelotita que devolvía Akutsu iba directamente hacia su cara y lo golpeó quedando agachado cubriéndose el rostro. - ¿Estás bien, Dan? – Inquirió Sengoku algo preocupado.
- Si, si… No te preocupes… Estoy bien… - Quitó una mano de su cara y levantó el pulgar de ésta.
- Mejor así, bien, me voy, sigan jugando que van bien, un partido muy reñido. – Rió y saludó con la mano retirándose del lugar.
Akutsu se acercó un poco a Dan que recién se incorporaba.
- ¿Te hiciste daño? – Le preguntó mirándolo seriamente.
- No, Jin, estoy bien, no te preocupes, me distraje. – Sonrió ante la posible preocupación del mayor y agregó - ¡Continuemos! –
- Que energía tienes… -
Dan no le respondió, sonrió y se ruborizó algo, sabiendo que aquel júbilo era gracias a él.
Luego de jugar un poco más, se dirigieron al vestuario.
- ¿Te parece que voy mejorando en mi tenis, Jin? – Preguntó el curioso chico. Pero Akutsu no le respondió. - ¿Jin? – Probó nuevamente.
- Si… Jugaste bastante bien. – Ante esa respuesta, Dan suspiró alegre.
Nuevamente el silencio los invadía mientras se cambiaban. Jin alzó su mirada hacia el pequeño. Quedó observándolo unos segundos hasta que cruzó su mirada con la de Dan. Le sonrió entonces, se levantó y se acercó. Se agachó frente a él y con una mano corrió un poco los flequillos del jovencito para ver qué había quedado de aquel golpe que le dio sin querer con la pelota.
- Por suerte no quedó marca… - Dijo Akutsu volviendo a levantarse para buscar su bolso, dejando a Dan con las mejillas coloradas ante aquella sorpresiva inquietud de su compañero.
- Bueno, Dan, te veo luego. – Abría la puerta y se estaba por retirar cuando el pequeño se levantó y lo siguió:
- ¿Puedo ir contigo? – Interrogó anhelando de una respuesta positiva.
Jin pensó unos segundos y luego dijo:
- Está bien, te acompañaré a tu casa… Pero no hables demasiado. – Sonrió bromeando.
- Como tú digas. – Dan devolvió la sonrisa y así volvieron a sus hogares.
Alessandrie 18/05/2006