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Carta a Jin Akutsu por Aless_chan

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Notas del capitulo:

Ok, me piden capitulos mas largos, aquí va el nº6 un poco mas largo que los demás. Perdon por no actualizar rápido!! Es que estoy algo atareada con la universidad y el curso!!

De nuevo gracias por los comentarios!!

... Agradezcan a Sengoku lo siguiente... No me culpen a mi, yo solo redacto lo que ocurrió, :p

Besos!!!! Que lo disfruten.

*Aless*

Descubiertos...
 

Pasaron unos días de aquel primer beso que Dan había recibido de Jin. El mayor de los dos mantenía siempre aquel disimulo ante la gente, mientras que el pequeño se mostraba mas feliz al lado de Akutsu. Tanto que Sengoku estaba tratando de averiguar por qué sus dos compañeros pasaban tanto tiempo juntos. Los siguió una tarde y se ocultó detrás de unos arbustos para espiarlos... Pero no había señal de nada raro. Jin y Dan solo jugaban. Cuando terminaron, caminaron como siempre, después de una práctica hacia el vestuario. Pero el curioso pelirrojo se les adelantó. Se escondió nuevamente y esperó a que los chicos llegaran.

-         ¡Nunca puedo ganarte! Así jamás llegaré al nivel de Ryoma Echizen...- Decía Dan entrando al vestuario, seguido de Akutsu. – ¡Quiero mejorar mucho mas! – Y a continuación le tomó la mano a su compañero.

-         Ya mejorarás... Déjame cambiarme. – Jin se sentó y obligó a sentarse al niño aún tomado de la mano. Sengoku los observó algo sorprendido. ¿Akutsu dándole la mano a alguien? Era inusual ver aquello...

-         Jin, ¿Podríamos ir a algún lugar a tomar algo? Es que me gusta estar contigo. Llévame a donde sea... –

-         ¿Estás obligándome, Dan? – Jin lo miró de reojo algo serio.

-         Mmm, si, es obligación. – El pequeño rió.

-         No me digas lo que tengo que hacer... – Jin terminó de cambiarse. Y esperó a que Dan hiciera lo mismo. - ¿Ya estás listo? –

-         Si, Jin, ya estoy listo. – El niño se levantó. Jin lo abrazó y lo besó sorpresivamente. Sengoku quedó boquiabierto ante la escena.

-         Entonces, vamos... Te invito a tomar algo... Tu solo sígueme. ¿De acuerdo? –

-         S... si, seguro. – Respondió Dan algo ruborizado.

Cuando salieron, Sengoku los siguió queriendo averiguar mas sobre la novedosa pareja de Yamabuki.

Akutsu y Dan llegaron a una cafetería y se sentaron. El pelirrojo los observó desde afuera. Ahora entendía que demostraban cariño al estar solos. Y si, una persona como Jin Akutsu jamás se mostraría cariñoso delante de la gente. Pero había visto algo que nadie vería fácilmente y estaba un tanto contento. Ese niñito, Dan, había conseguido lo que quería. Porque era demasiado obvio el interés que demostraba hacia su compañero mayor. Sengoku siempre lo tuvo claro, pero nunca se atrevió a preguntarle. Rió al recordar una vez mas el beso que presenció en el vestuario.

-         No, nadie debe reír sobre los gustos de los demás... – Se auto-regañó, y continuó vigilando a la pareja. Aún no veía nada fuera de lo común y comenzó a aburrirse; hasta que captó que Jin se reía... ¡¿Se reía?! Si... Se estaba riendo con ganas, jamás imaginó verlo así, parecía otra persona. Sonrió ante aquel sorprendente descubrimiento. Se notaba que Dan lo hacía feliz, aunque lo disimulara.

Jin y Dan ahora salían de la cafetería y caminaban hacia una plaza. Allí se sentaron a conversar un poco mas. El curioso Sengoku los siguió nuevamente. Como pudo se acercó a los chicos sin ser descubierto. Escuchó algo de la charla. Pero no decían nada de ellos... Solo hablaban de técnicas en tenis y otros jugadores. Akutsu se levantó al fin y dijo:

-         Te veré mañana, no llegues tarde. – Y pasó su mano sobre el cabello de Dan.

-         Llegaré a horario. No te preocupes... O... ¿Puedes pasar por casa a buscarme? Me encantaría que hicieras eso... Ir contigo al club sería fantástico. –

-         ¿Otra vez estás obligándome, pequeñito? –

Dan rió y abrazó disimuladamente a Jin procurando no ser visto por la gente, aunque pocos circulaban por el lugar:

-         Solo si tu quieres, no es obligación. Pero me encantaría que lo hagas. – Dijo el niño.

-         Ya basta... No me digas lo que tengo que hacer. – Jin soltó una risita y envolvió con un brazo a Dan. Lo besó en la cabeza y quedó en silencio un instante.

Estaba un poco fresco, Sengoku comenzó a sentir ganas de estornudar y aunque quiso evitarlo le fue imposible... Dan y Jin rápidamente clavaron su mirada hacia el lugar de donde se encontraba el entrometido.

-         Ups... Creo que me oyeron... – Dijo para sí mismo y quedó paralizado al oír pasos detrás suyo. Akutsu corrió un poco las ramas del arbusto que ocultaba a su compañero:

-         ¿Qué rayos crees que estás haciendo allí? – Preguntó con aire de enfado.

-         ¡Jin! – Sonrió nervioso - Yo... Solo paseaba y perdí mi... Mi... ¡Mi llave! Aquí, justo debajo del arbusto, pero como es una llave muy pequeña no es fácil hallarla. – El pelirrojo comenzó a revolver la tierra y los yuyos, pero Jin lo levantó tomándolo de la campera.

-         ¿Qué estabas haciendo? No me inventes cuentos... –

-         ¡Es la verdad! Que raro encontrarte aquí, Jin. Coincidencia, yo tampoco suelo caminar por estos lugares. – Pero prefirió callarse, porque temía embarrar mas las cosas al dar alguna explicación.

Dan sintió mucha vergüenza. No dijo nada y salió corriendo hacia su casa.

-         Que entrometido eres. – Jin le dio un empujón a su compañero al ver que Dan se alejaba.

-         ¿De qué hablas? ¿Entrometido por perder una llave? Tranquilízate, Jin, te digo la verdad... – Pero Akutsu se retiraba silencioso. - ¡Jin! ¡Espera! – Sengoku caminó a su lado. – Yo, no vi nada, no se que habrás estado haciendo ni de que habrás estado hablando, tampoco oí nada, lo juro.- Akutsu lo tomó nuevamente de la campera:

-         No hables mas, se muy bien que estuviste espiándonos. Mas te vale que no digas nada a nadie o te las verás conmigo. –

-         Esta bien, está bien, quedará guardado el secreto, pero no quiero peleas, yo no busco riña, tu me conoces... – Rogó Sengoku tratando de quitar las manos de Akutsu de su campera. –

-         Entonces viste todo, entrometido... – Jin apretó aun mas sus manos.

-         Si, bueno, si, un poco, pero no diré nada... Confía en mi, hablaré con Dan y le diré lo mismo, prometo no decir nada... En serio, ¿Quién querría saberlo? –

Akutsu lo soltó por fin y lo observó con el seño fruncido. Puso sus manos en los bolsillos, dio media vuelta y caminó extenuadamente.

-         No es necesario... No te metas en esto... Olvídalo... Yo también lo haré. – Jin no quería dejar a Dan, pero sintió algo de inhibición al ser descubierto por alguien.

-         ¿Q... Qué harás? ¿Dejarás a Dan? – Preguntó Sengoku aún mas curioso.

Akutsu se dio vueltas caminando hacia su compañero como para golpearlo:

-         Eso a ti no te interesa. – Pero se detuvo al captar una sensación rara sobre sus mejillas. Se estaba ruborizando. Al darse cuenta se dio vueltas nuevamente y caminó a pasos agigantados hacia su casa... No quiso seguir a Dan. Ya no.

Sengoku se sintió mal por los dos, tenía que arreglar aquella relación secreta que iba tan bien y ahora, parecía haberla arruinado... No quería que Dan estuviese triste... Algo debía hacer...

                                               Alessandrie 24/05/2006

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