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Tu seras mio por ValenNeko

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Paul se había enfadado, se sentía mal. ¿Quien era realmente ese Gary? ¿Porque hablaba tan bien de el? Puede que simplemente sean amigos, pero... Algo le decía que había mas. Paul penso que no lo dejaria, que no iba a ceder en ningun momento. Debía estar alerta. 
No se había dado cuenta, pero Ash, ya había comenzado a caminar para dirigirse a aquel pueblo.

- Paul! Que te dejo! - Solto una carcajada. Paul se estremeció por el repentino grito del chico. Su nombre se escuchaba glorioso de esos labios. Se sonrojo un poco. Cuanto ubiera deseado tirasele encima y darme besos por todo en rostro. Pero se contuvo. 

Paul, no hablaba, pero Ash, estaba contando sus anécdotas por la región muy animada mente. El chico mayor le escuchaba atentamente. Nunca se cansaría de escuchar su voz y de lo alegre que siempre parecía. 

Llegaron. Primera parada. La casa del chico. Solo fue por unos simples segundos pero al tocar la puerta de la casa, la respuesta no se hizo esperar. Una mujer algo joven saludo a su hijo cálidamente en un abrazo que para Paul duraron años. Se sintió algo celoso por que el no podía abrazar a Ash - no importa cuanto lo deceara - pero era muy tímido para llegar a hacer algo así, no se atrevía, sentía que si decía algo venia el rechazo y ello lo dejaría en el piso completamente. De verdad ese no le gustaba, le amaba, algo tan fuerte o mucho mas fuerte que el lazo de entrenador con su Pokèmon. Bueno, así era como creía que se sentía Paul.

- ¡Paul! Ella es mi madre. Mama, el es Paul un amigo - Se volvió a estremecer por escuchar su nombre por parte del menor. Le volvía loco cuando sus palabras animadas le nombraban.

- Mucho gusto. Vengo de la región de Sinnoh. Me llamó Paul. - Dijo amablemente a aquella señora que por un instante le miro seriamente pero luego sonrió después de las palabras del pelilila.

- Mucho gusto, Soy Delia Ketchum. Un gusto conocerte. Me alegra mucho que hayas venido hasta aquí con mi pequeño Ash. - Dijo tiernamente mientras daba una sonrisa llena de amor maternal. - Pasen, les prepararé algo. Deben de estas cansados por el viaje.

- Es usted muy amable. - Los tres se dispucieron a entrar a la casa. Donde un Míster Mine, saludo con su típico "Mine Mine" a Ash y Paul, dándoles la bienvenida. 

- ¡Hola Míster Mine Cuanto tiempo! - Saludo Ash al Pokèmon. Pikachu bajo del hombro de Ash para acostarse en uno de los sillones de la sala y descansar un poco, imitado por Paul, quien se sentó en el sillón mas grande enfrente del que Pikachu se había puesto a descansar. Ash sigui a su madre a la cocina mientras hablaban animada mente.

Los minutos pasaron y Paul no podía quitarse de la cabeza que... ¡Estaba en su casa! En donde ha pasado momentos maravillosos desde niño. Que aquí es donde se había criado y que aquí el chico había aprendido su personalidad perfecta y alegre. Imperativa, sonriente... Ash le interrumpió los pensamientos senrandoce al lado de el
"Muy cerca..." Penso Paul. Se sobre salto. Estaba muy cerca. Sus rodillas se tocaban pero a Ash no parecía importarle. Paul pensó que se descontrolaria y que se le tiraría en aquel momento. Estaban tan cerca que podía oler el olor se su cabello. Pero se tranquilizo, respiro hondo y se contuvo...

- ¿Paul? ¿Quieres ir a ver al profesor? Y así aprovechó para que veas a mis Pokèmon y si se puede te presento a Gary. - Dijo sonriente.

De nuevo ese nombre... Se sintió mal al instante por escuchar tan animado e insistente que estaba Ash por que conociera a aquel chico. ¿Acaso el tenia tantas ganas de verle?
En el fondo quería gritarle, "No!, deja de decir ese nombreme pones celoso!, solo tu puedes pronunciar mi nombre y de nadie maspero de contuvo igualmente y hizo lo que pudo para decir un "Si no hay problema". Le costo mucho decirlo. El sentimiento pocesivo era muy fuerte.

- ¡Bien! - Y volvió a sonreír.

A continuación la madre del chico llego con una bandeja con algo de te y galletas de chocolate. Un algo perfecto para pasar la tarde. Se dispusieron a comer un poco y a tomas algo de te. Estaba delicioso. Ash comía muy alegre son dejar de decir que cuanto había extrañado aquellas galletitas de chocolate y de lo deliciosas que eran. El mayor también hizo cumplidos por el estilo y el pequeño roedor sacaba pequeños sonidotos de satisfacción por las galletas.

Terminaron de comer y la mujer se llevó los trastes a la cocina sin un antes abrazo de Ash y un gracias de Pilachu y el chico pelilila.

- Mamá, bueno en seguida, voy a ir al laboratorio del profesor. - Y corrió a la puerta arrastrando a Paul con el. - Pikachu ¿Quieres venir? - Le Pokèmon negó con la cabeza y se acostó a dormir un rato. Ash sonrió y abrió la puerta para salir de la casa. 

- ¡Bien hijo, no vuelvas muy tarde! - Se le escuchó decir a la Sra Ketchum a lo lejos. 

Ash, le agarraba a Paul del antebrazo. Su tacto le quaba la piel a pesar de llevar su chaqueta puesta. Emociones le llenaron la cabeza al mayor. Se sentía genial aquel agarre. Lastima que no durara lo que a Paul le hubiera gustado. Y caminaron al laboratorio.

El ambiente era tranquilo y Ash miraba por todas partes. Miraba cada detalle el cual le llenaba de nostalgia y cariño. Nada había cambiado. Todo seguí muy similar a como lo recordaba y le encantaba al pequeño chico.

***

Llegaron al fin al laboratorio. Ash no se hizo esperara para llamar a la puerta de aquella edificación la cual estaba construida en lo alto de una colina.
Un profesor algo viejo salio abriendo la puerta. Mira detenidamente y luego sonrió. 

- ¡Ash! ¡Que sorpresa! ¿Porque no dijiste que vendidas? Es un gusto verte muchacho. - la voz del profesor era agradable. Al parecer le dio mucho gusto ver al pequeño chico el cual le había puesto la mano en el hombro. 

- Hola, profesor !Cuanto tiempo¡ - Saludo el pequeño animado. - Es un gusto verle. 
- Hola chico ¿Como te llamas? - Se dirigió el profesor a Paul sonriente.
- Soy Paul. Es un gusto conocerle, profesor Oak. 
- Vengan pasen chicos. - invito el profesor a los dos jóvenes son una sonrisa.

Al entrar, se veian múltiples aparatos complicado de estudio de células y demás maquinas que permitían investigaciones para todo lo relacionado con los Pokèmon. Se veía que contaba con dos pisos y una puerta en el fondo de la habitación lo que era la puerta trasera, en la cual llevaba al patio en donde se encontraban diversos habitads para los Pokèmon.

- Ash, me imagino que viniste a ver a tus Pokèmon ¿No? - Preguntó amablemente el profesor.
- Si, así es profesor. No los he visto desde hace bastante tiempo. 
- Y que lo digas. Ellos, esperan a su entrenador. 

Salieron al patio dirigidos por el profesor. Aquel lugar era muy grande, dejaba ver múltiples prados y lugares que simulaban varios biomas los cuales estaban en perfecto estado. Muy bien cuidadas en las que Pokèmon de diversos tamaños convivían muy felizmente. Unos de ellos se hicieron notar al ver la presencia del chico y casi en manada salieron corriendo hacia el felizmente. Cada uno de ellos se veía fuertes bien cuidados. 

El afecto que le daban esos Pokèmon a Ash era sumamente especial. Paul, volvió a sentirse mal, para el era muy frustrante ver como todos le daban afecto a Ash pero el no podia, mas bien, no debía. No quería causarle ningún problema a Ash.

El menor fue presentándolos uno a uno, con su respectiva caricia a Paul, el cual no presto la atención que debía. El palinegro se dio cuanta y preocupado le preguntó a Paul:

- ¿Paul? ¿Estas bien? - Las palabras del chiquillo le estremecieron y el revoltijo en el estomago volvió. Había nombrado su nombre sueve y dulce.

- ¿Eh? A si, estoy bien, solo algo cansado. - 

- ¿Seguro que no quieres ir a casa ya? - Siguio preocupado, las palabras del chico pelilila no le habían calmado.

- No, continua... 

- Bueno, solo falta este pequeño de aquí. El es Bulvasur. Fue uno de mis compañeros por Kanto.

"Bulba bulba" - Saludo animado el pokemon de tipo plata felizmente. Paul le dio una sonrisa de medio lado. La verdad, era el único Pokèmon que le había puesto algo de atención...

***

Un abrazo por detrás era lo que detuvo a Ash de seguir hablando con Paul. Se sobre salto por el agarre. A Paul fue lo que le colmo la paciencia.
Era Gary...
Ash volteo un poco para ver de quien se trataba. Sonrió nervioso por el repentino agarre del peli castaño que no veía desde hace tiempo.

Paul se enojo mucho. No se calmo esta vez. Ese tacto tan cercano del pelinegro con ese chico de ojos cafés, quien miraba a Paul con algo de rivalidad.

- Hola Ash, es un gusto volverte a ver.... - Y sonrió maliciosamente a el pelilila quien ya de le creaba una furia muy grande...

Notas finales:

Proximo: Capitulo 2 "Celos"


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