Con azúcar y besos
- ¿Cuál es el motivo por el cual me invitaste a tomar té a tu casa? – Preguntó Syusuke curioso, con aquella expresión simpática en sus ojos.
- Solo porque si...- Explicó brevemente Tezuka mientras ponía la pava al fuego.
Se sentaron en la mesa. El silencio era algo inquietante, pero el de los lentes interrumpió:
- Jugaste muy bien hoy, me ganaste justamente.- Syusuke rió con suavidad:
- Ya tendrás alguna oportunidad de vencerme, tu técnica es muy buena. Solo fue suerte... –
Tezuka mostró una sonrisa en sus labios.
- Que bueno es verte así. No es común verte sonreír. Me gusta. – Syusuke quedó observándolo unos segundos.
- No regalo mi sonrisa a cualquier persona. – Dijo Tezuka jugando con una servilleta de papel. A continuación, tomó una galleta y la probó – Está deliciosa, ¿Quieres? – Y ofreció a su compañero.
- Si, gracias. –
Kunimitsu extendió el plato con las galletas hacia Syusuke, pero este último le rechazó:
- No, gracias... –
- Pero... Acabas de decirme que querías...- Dijo Tezuka algo confundido.
- Si, claro que quiero...- Y seguía mirándolo. Tezuka terminó su galleta, entonces su compañero le dijo:
- Ahora no quiero nada... –
- ¿Estas loco? – Preguntó el de lentes mirando con extrañeza a Fuji y comiendo un bocado de otra galleta que había sacado.
- Ahora si.- Y rió.
Tezuka lo miró serio como si no le hiciera gracia aquel jueguito.
- Dame un poco.- Pidió Syusuke, señalando el bizcocho que tenía en la mano su compañero.
- ¿Del mío? – Tezuka observó la mitad de la galleta que sostenía. – Es del mismo sabor que las que están en el plato.-
- No... No es el mismo sabor... Yo quiero esa que tienes en tu mano. –
- ¡Bueno!- Suspiró sin querer seguirle la corriente – Toma – Se la entregaba.
- Mis manos están paralizadas... Damela en la boca.- Pidió Fuji otra vez con el gesto de simpatía en sus ojos.
- Mmm... – Tezuka sonrió levemente – Bien, te la daré, pero... Abre los ojos, así puedo verlos mejor.
Syusuke se puso serio y dejó ver sus ojos azules.
- Lindos... Muy lindos... Toma... – Kunimitsu acercó la galleta a los labios de Syusuke. Éste último probó un poco y luego el resto, pero mordiendo con suavidad los dedos de Tezuka.
- Me haces daño... – Dijo el de los lentes bromeando. Syusuke, entonces, dejó de morderle los dedos y chupó los mismos como dándole un beso. Luego, cerrando los ojos nuevamente y sonriendo dijo:
- Deliciosa... Con mejor sabor que las del plato.-
La pava comenzó a chillar, entonces Tezuka se levantó sin dejar de mirar a su compañero:
- Me duelen los dedos... Chico malo. – Sonrió y se puso los mismos en la boca.
Buscó dos tazas y colocó los saquitos. A continuación preguntó:
- ¿Cómo quieres el té, Syusuke? –
Fuji, luego de unos segundos, mientras sonreía y jugueteaba con una cucharita le dijo:
- Con azúcar y besos –
Tezuka se dio vueltas de manera que quedó frente a su compañero. La mirada de Syusuke ahora era seria. El azul de sus ojos se dejaba ver claramente. Kunimitsu no se resistió ante su deseo y se lanzó a besar con pasión los labios de Fuji. Fue tal la rudeza de Tezuka, que tomó por sorpresa a Syusuke y éste intentó aferrarse del mantel para no caerse hacia atrás, pero fue imposible. El de lentes cayó encima de su compañero, el mantel fue quitado de la mesa y las cosas volaron por toda la cocina.
- Auuuu. - Gimió Syusuke y luego comenzó a reír. Tezuka lo siguió.
- Lo siento... ¿Estás bien? – Preguntó Kunimitsu acariciando el resplandeciente rostro de su compañero.
- Claro, claro que lo estoy. – Tezuka lo tomó por la nuca y continuó besándolo.
Luego de un momento así, se levantaron y observaron un poco el desastre cometido. Kunimitsu comenzó a ordenar, pero fue interrumpido:
- Aun falta el azúcar.- Syusuke buscaba en las alacenas. Tezuka se levantó y abrazó por detrás a Fuji. Buscó el azúcar y la sirvió.
- Aquí tienes tu té.- Le entregó una de las tibias tazas.
- No... Aun falta algo... – Syusuke se rascó la cabeza mostrándose dudoso.
- ¿Qué falta? – Interrogó el de lentes haciendo de cuenta que le molestaba la disconformidad de Syusuke.
- Ay, ay, ¡no! Otra vez, mis manos... ¡Mis manos! – La actuación le Fuji finalizó cuando comenzó a reír a carcajadas de nuevo. Pero aun así continuó – Mis manos, Tezuka, ayúdame, se va a caer mi taza, ¡sostenla por mi! –
Kunimitsu riendo y siguiéndole la corriente, se apresuró a ayudar a su compañero. Así le dio de beber en la boca, sosteniendo con una mano la taza y con la otra, acarició el suave y deliciosamente perfumado cabello de Syusuke.
Cuando Fuji acabó su té, dijo:
- Aun no estoy satisfecho... A ese té le faltaban besitos... ¿Me das un poco más?-
Sin dudarlo, Tezuka colocó su boca junto a la de Syusuke, así siguieron besándose.
Té con azúcar, té con besos... De un amor el comienzo...
Alessandrie 09/05/2006