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10 de octubre por Ayami Uchiha

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Notas del fanfic:

Solo recordar (para mi pesar) que los personajes no me pertenecen

Notas del capitulo:

Noooo!!! no pude ponerlo a tiempo, maldito internet que me traiciono y hasta hace poco regreso.

ok, ok, querido pueblo, se que en este momento deben de odiarme porque no he actualizado pero es que no tengo tiempo ¡deberás! si bien me va puedo dormir 1 hora al día.

Pero como es un día especial (o lo fue hace unas horas) no me pude contener las ganas de escribirle algo a nuestro rubio favorito y salio esto.. tada!... espero que les guste 

 

Pd: perdón si hay faltas de ortografía pero enserio estoy que me caigo dormida en cualquier momento 

Nos encontramos en un bello día de octubre, se podía escuchar el cantar de algunas aves, el sol se encontraba en lo alto del cielo, el cual se encontraba sin ninguna nube, aun así no hacía calor gracias a la fresca brisa que soplaba, las hojas de los árboles se encontraban teñidas de colores amarillos y naranjas como correspondía a la temporada.


pero a pesar de la belleza que proporciona la naturaleza, no todos la estaban disfrutando, ese era el caso de un pequeño rubio, de ojos azules, con tres marquitas en las mejillas, el pequeño se encontraba sentado solo en un columpio bajo un árbol, cualquiera que no lo conozca pensaría que el infante se encontraría feliz debido a la fecha, pues ¿qué fecha es? se deben de preguntar mis queridos lectores, simple, es un 10 de octubre, para aquellos que no lo sepan, es el cumpleaños del menor, o como algunos dirían es el aniversario, en este caso número seis, de que este lindo niño vino al mundo. 


Es cierto que cualquier persona en el mundo suele estar alegre el día de su cumpleaños ya que es el día en que la atención se centra en ti, tus padres te miman más que nunca, recibes varios regalos, juegas hasta el cansancio con tus amigos y un sin fin de cosas más, en resumen un maravilloso día.


Pero para este pequeñín las cosas son diferentes, ¿por qué? bien, para empezar sus padres murieron hace dos años en un incendio, por lo que se quedó bajo la tutela de Iruka, un amigo de sus padres, que a pesar de ser un hombre amable, no cuenta con el suficiente tiempo para pasar con el rubio, no cuenta con amigos ya que dicen que es un monstruo debido a que le echan la culpa de la muerte de sus progenitores, así que básicamente no tiene con quien celebrar su cumpleaños.

Si esto no fuera ya malo, la situación con sus compañeros ha estado empeorando, antes por lo menos solo lo evitaban, pero últimamente las cosas han subido de tono ya que lo ofenden, le realizan bromas pesadas e incluso ha llegado a recibir algunos golpes.
Naruto, como se llama el infante, se guarda todo esto para él solo ya que no quiere causar problemas, además ¿quién le creería a un "monstruo"? así que no le queda más que quedarse callado.


Generalmente el pequeño puede soportar toda esta realidad, pero el 10 de octubre su tristeza aumenta, debido a que no solo es su cumpleaños lo que se celebra, sino que otro año más de la muerte de sus padres, así es sus padres murieron justamente un 10 de octubre, díganme ¿no es acaso esto suficiente motivo como para odiar este día? yo creo que sí.


Es por eso que nos encontramos con esta situación, el pequeño solo, aguantándose las ganas de llorar, lejos de cualquier persona, o al menos eso era hasta hace poco.


- pero miren a quien tenemos aquí - comento un niño un par de años mayor al rubio, este se encontraba acompañado de otros dos niños de la edad del ojiazul
- pero si es el monstruo - comento con burla un de los acompañantes
- dinos monstruo ¿cómo se siente otro año de ser un asesino?- hablo el tercero.
Ante estas palabras el ojiazul solo bajo la mirada para que no vieran las lágrimas acumuladas en sus ojitos, su tutor le había dicho que lo ocurrido en el accidente no había sido su culpa, sus padres fueron los que decidieron sacrificarse por salvarlo porque lo amaban, pero de tanto que escuchaba esa clase de comentarios comenzaba a creer que realmente él era el único culpable.
- ¿por qué no dices nada? ¿Acaso eres mudo?
- apuesto a que no dice nada porque es un completo tonto
- yo...yo...no...-quería defenderse, pero simplemente no podía, las palabras se le atoraban en la garganta
- tu...tu... ¿que? ¿Ahora aparte de tonto eres tartamudo?
- ah no esperen lo que pasa es que el tontito quiere llorar
- ¿es eso? ¿Quieres salir corriendo con tu mami? oh pero que cosas digo, si tú no tienes mami y eso es tu culpa, porque tú la mataste
- ¡eso no es cierto-ttebayo! - grito el menor harto de todo y en un ataque de furia empujo al mayor haciendo que este cayera
- tu! quien te crees? esta me las pagas 
Naruto ante el miedo trato de escapar, pero uno de las chicos le puso el pie por lo que cayo, inmediatamente el varón aprovecho para ponerse encima del menor para que no escaparas
- ahora si te daré tu merecido - hablo para levantar el puño, el rubio solo pudo cerrar los ojos para esperar por el golpe, pero este nunca llego, al contrario dejo de sentir el peso extra sobre él. Con temor abrió los ojos para observar como el niño que estuvo a punto de golpearlo, ahora era sujetado del cuello por otro de la misma edad
- me vuelvo a encontrar con esto y juro que a la próxima no me contendré - escucho como le amenazaba con un aura asesina, inmediatamente lo soltó haciendo que cayera al suelo, después de toser algo tratando de recuperar el aire se levantó y salió corriendo seguido de los otros niños.

El rubio miro con atención a su salvador, nunca antes lo había visto, tenía el cabello negro con reflejos azules en punta hacia atrás, piel nívea y cuando este volteo a verlo pudo observar unos ojos negros que le recordaron al cielo nocturno sin estrellas.
- ¿piensas levantarte o te vas a quedar ahí mirándome? - ante las palabras el menor salió de sus pensamientos e inmediatamente se puso de pie con un pequeño sonrojo causado por la vergüenza.
El mayor lo observo con detenimiento poniendo nervioso al rubio, se percató de que el blondo debía de ser unos años menor, vio sus cabellos y no pudo evitar compararlos con los rayos del sol, se fijó en sus ojos y pensó que ese bello azul seria envidiado hasta por el mar y el cielo, en pocas palabras le pareció lindo, algo que hasta a  él mismo le sorprendió.
- ¿pu...puedo saber tu nombre? pregunto un poco nervioso temiendo hacer enojar al mayor – el azabache se le quedo mirando, generalmente él ya se habría ido sin mirar a quien ayudo, pero este menor e le hacía diferente.
- Sasuke, ¿tu?
- Naruto - hablo con un poco más de confianza
- bien Naruto ahora eres mío, así que vámonos - comenzó a caminar dejando intrigado al menor que no sabía qué hacer.
Cuando noto que el pequeño no lo estaba siguiendo detuvo sus pasos para poder mirarlo - ¿acaso no me escuchaste? dije andando - a pesar de sus palabras, su tono de voz no mostraba enojo, mejor dicho, no mostraba emoción alguna
Naruto lo pensó un momento, no estaba seguro de obedecer, era cierto que no lo conocía, pero también era cierto que lo había ayudado, además el mayor le transmitía cierta confianza. Decidió que nada malo pasaría así que corrió para alcanzar al mayor que ya había retomado sus pasos.


En el camino cada uno estuvo metido en sus pensamientos, por un lado cierto pelinegro no podía dejar de cuestionarse porque estaba haciendo eso, decidió ayudarlo ya que su aniki le había enseñado que uno no debía quedarse sin hacer nada ante las injusticias, pero de ahí a llevárselo consigo ¿Por qué lo hacía?  Que tenia de diferente con ese rubio que con el resto de los niños que había conocido como para que este hubiera llamado su atención

Por otro lado el ojiazul estaba temeroso de lo que pudiera pasar, tenía miedo de que todo fuese una broma, trataba de alejar de esos pensamientos, quería creer que alguien se estaba preocupando por él, quería pensar que por fin podría tener un amigo o por lo menos a alguien que le hable sin intenciones de molestarlo.


Llegaron a una casa, era grande pero tampoco ostentosa, para llegar a la puerta tuvieron que atravesar por un bello jardín, el moreno noto como el rubio observaba maravillado las diversas flores que se encontraban perfectamente cuidadas, cuando pasaron cerca de unos girasoles el mayor los comparo con su rubio acompañante.


Entraron a la casa y se retiraron los zapatos, el mayor le ofreció una pantuflas al rubio
- ya llegue oka-san - hablo un poco fuerte el ojinegro, inmediatamente apareció una bella mujer de piel clara, cabello y ojos negros, tenía un gran parecido con el pequeño.
- hola cariño, ¿quién es él? - pregunto con intriga al ver a su pequeño acompañado, ya que este tenía varias cualidades, pero el socializar no era una de estas
- es Naruto, ahora es mío - hablo como si nada dejando confundida a la mujer que no dejaba de ver al pequeño que no decía nada
- ¿tuyo?
- sí, hoy me lo encontré y decidí que será mío, Naruto preséntate
- buenas tardes señora - hizo una pequeña reverencia, tratando, sin mucho éxito de ocultar su nerviosismo
- hola pequeño, no tienes que ser tan formal solo dime Mikoto
- hai
- cariño porque no llevas a Naruto a jugar a tu cuarto y yo les aviso cuando sea la hora de comer- decidió no hacer más preguntas, ya después le pediría a su hijo mayor que hablara con Sasuke
- está bien, vamos - como si nada tomo la mano del rubio para guiarlo escaleras arriba, sin darse cuenta que el pequeño ahora se encontraba más rojo que un tomate.

Ambos infantes se la pasaron jugando en la habitación del moreno, después de poco el rubio tomo confianza por lo que no le importo ponerse a revolotear, y mostro su actitud ruidosa y traviesa, aquella que hacía mucho no mostraba. Lo único “malo” era que eso mismo le estaba causando un dolor de cabeza al ojinegro, ¡vaya que Naruto era ruidoso! Y pensar que hace unas horas este de milagro y hablaba. A pesar de eso se sentía bien, no era lo mismo que jugar con su aniki, pero no por eso dejaba de gustarle.

Cuando bajaron a comer la mujer no podía sentirse más feliz de ver a su pequeño retoño convivir como cualquier niño, ya que este siempre se había caracterizado por ser alguien muy serio que no gustaba de convivir con los de su edad. También aprovecho y consiguió el teléfono de Iruka para llamarlo para que pudiera recoger a Naruto.

No paso mucho para que Iruka llegase, pero Naruto le insistió diciendo que quería quedarse otro rato, a lo que el mayor no se pudo negar al ver la radiante sonrisa que mostraba el pequeño, por lo que decidió quedarse a conversar con la mujer en lo que los menores seguían jugando.

Después de tanto estar entre juegos y juegos, el cuerpo del menor cedió, para alivio del moreno, y quedo dormido en la cama del ojinegro. Fue entonces que el pequeño morenito aprovecho para ir con los adultos que se encontraban en la sala.

- me alegra que por fin Naruto tenga un amigo

- ¿Cómo que por fin?

Sasuke no se consideraba alguien curioso, mucho menos chismoso, pero una fuerte necesidad de saber de qué hablaban los mayores se apodero de él, por lo que decidió quedarse escondido para escuchar.

Cuando terminaron, el moreno sintió tristeza, no se imaginaba que el rubio tuviese que soportar tanto dolor, fue en ese momento en que tuvo el deseo de proteger al menor y de hacer que siempre sonriera, y que mejor que darle un regalo de cumpleaños.

- ­disculpen — hablo saliendo de su escondite y llamando la atención de los adultos

- ¿qué pasa cariño?

- Naruto acaba de quedarse dormido

- debe de estar cansado, será mejor que vaya por él

- le acompaño – así ambos adultos salieron de la sala dejando solo al azabache que inmediatamente salió corriendo al jardín por el regalo del rubio.

 

 

Nuestro pequeño rubio se encontraba en la entrada de la casa Uchiha

- Naru… debemos de irnos

- pero… pero… es que Sasuke – el pequeño no quería irse, quería poder despedirse de Sasuke, pero desde que lo habían despertado para irse no había visto al pelinegro por ningún lado, lo cual lo tenía triste ¿acaso el moreno lo estaba evitando?

- se nos va a hacer tarde

- de acuerdo – dijo el menor y cabizbajo estaba por subirse al auto, realmente estaba triste, creí que por fin había conseguido a un amigo, pero al parecer se había adelantado a los hechos, lo más seguro era que el ojinegro solo hubiera tenido compasión de él.

- NARUTO – escucho como le llamaban, volteo y vio que era Sasuke el que corría hacia él

- ¿Sasuke? – el menor lo vio confundido debido a que la ropa que estaba limpia hasta hace poco ahora se encontraba cubierta de tierra

- perdon – se disculpó al percatase que había gritado, algo no apropiado en un Uchiha  - ten – saco sus manitas de atrás de su espalda y el rubio vio que sostenía una maceta con un pequeño girasol

- ¿Qué?...

- es tu regalo, feliz cumpleaños – lo dijo ladeando la cara para que no se notara el pequeño rubor que adornaba su cara

- ¡gracias Sasuke! – con cuidado de no lastimar a la flor,  se lanzó a los brazos del mayor

- de nada – correspondió el abrazo mientras un pequeño calorcito lo embriagaba

- ¡Naruto se nos hace tarde!

- ya voy Iruka

- nos vemos mañana - con un gran sonrojo, se puso de puntitas para darle un pequeño beso en la mejilla al mayor y salir corriendo al darse cuenta de lo que había hecho

 

El azabache se quedó solo mirando como el pequeño rubio se aleaba mientras se llevaba una mano a la mejilla justo donde el ojiazul le había besado, mientras el calor en su pecho crecía sin que el pequeño Uchiha pudiese imaginarse aún lo importante que se volvería ese “pequeño y revoltoso dobe” en su vida, sin imaginarse que acababa de darle al rubio dos regalos para toda su vida, el primero, un girasol, una hermosa flor que por mucho simbolizaba al blondo y que más adelante se volvería en un símbolo de su relación. Y el segundo un amigo, alguien con quien poder jugar y crear maravillosos momentos, alguien con quien pasar las alegrías y las tristezas, alguien incondicional, en pocas palabras, un lazo, el más importante de su vida, como el mismo ojiceleste  afirmaría más adelante.

Así fue como se conocieron, así fue como todo comenzó, fue como el yin se encontró con su yan, la noche con el día, el sol con la luna, así fue como dos caminos se unieron y es que ¿Quién diría que con un pequeño gesto todo comenzaría? Pero con ese pequeño gesto el azabache fue capaz de devolverle la alegría al menor, fue capaz de darle nuevas esperanzas, fue capaz de recordarle lo que se siente ser querido.

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Se encontraba cierto rubio recargado en un barandal de un balcón que daba una maravillosa vista hacia un jardín lleno de girasoles. Estaba con los ojos cerrados dejando que la brisa le diera en el rostro, hasta que sintió como unos brazos lo abrazaban por la cintura e inmediatamente supo quién era.

-  ¿qué haces? – le pregunto al oído

- aquí, recordando – seguía sin abrir los ojos, cada vez más relajado por las caricias que le hacia el mayor

- ¿qué recordabas?

- cuando te conocí

- qué curioso, quien diría que me terminaría casado con un rubio revoltoso al que salve

- ¡teme! Arruinas el momento -ttebayo

- ¿quieres que lo retome? – pregunto mientras comenzaba a darle pequeños besos en el cuello

- ah Sasuke – exclamo al sentir que el mayor colaba una de sus manos bajo su playera y tocaba uno de sus pezones

- Cof cof – inmediatamente se separaron al escuchar como alguien tocia detrás de ellos, voltearon encontrándose con dos chibis, uno de piel acanelada, ojos azules, tres marquitas en las mejillas y pelo azabache, y otro más pequeño de piel nivea y ojos negros, pero con los cabellos rubios como su oto-chan – perdón por interrumpirlos oto-san,  pero se nos hace tarde para la fiesta de cumpleaños de oto-chan

- también es tu cumpleaños y también es tu fiesta Menma

- sí, pero a mí no me emociona tanto

- no hay duda que tiene tu carácter Sasuke

- ¿por algo es mi hijo no?, en un rato bajamos pequeños, mientras adelántense al auto

- de acuerdo, los esperamos

- Menma-nee, ¿Qué iban a hacer oto-chan y oto-san?

- cuando crezcas lo entenderás Sora

- pero aniki, ya soy grande – hablo el mini rubio con un pequeño puchero

- pero no lo suficiente

 

- vamos, será mejor que nos apuremos o mi madre se pondrá histérica

- ya que – con un pequeño puchero

- tranquilo – le dio un pequeño beso – en la noche terminamos

- ¡teme! Eres un pervertido –ttebayo – le recrimino con un gran sonrojo

- pero bien que te gusta dobe

-  ¡cállate! oye Sasuke… - hablo un tanto nervioso

- ¿qué pasa dobe?

- bueno… estaba pensando

- ¡oh! ¡Oh!, eso nunca es buena señal

- ¡teme!

- perdón- comento con una pequeña sonrisa que solo el rubio y sus pequeños podían contemplar - ¿Qué decías?

- estaba pensando… ¿y si tenemos otro pequeño?

- me parece una buena idea, Itachi ahorita no tiene muchos casos así que le puedo pedir que vaya preparando el contrato

- ¿Qué te parece si esta vez adoptamos?

- si gustas, pero en ese caso quiero una niña

- me gusta la idea

- Naru, te amo, feliz cumpleaños

- gracias, igual te amo – se besaron, primero era lento y tierno, pero poco a poco comenzaba a aumentar la demanda

- ¡OTO-CHAN! ¡OTO-SAN!

- ¡ya vamos!

Así Naruto salió de la mano con su esposo, sin poderse creer que hubo una fecha en la que odiaba su cumpleaños, pero todo cambio cuando conoció al moreno, ahora adoraba su cumpleaños, y ¿cómo no hacerlo si fue justamente un 10 de octubre que conoció al amor de su vida? ¿Cómo no hacerlo si fue un 10 de octubre cuando se hicieron novios y se dieron su primer beso? ¿Cómo no hacerlo si fue un 10 de octubre que Sasuke le pidió matrimonio? ¿Cómo no hacerlo si fue un 10 de octubre si tuvo por primera vez en sus brazos a su pequeño Menma? sin duda había demasiadas cosas por las que adoraba su cumpleaños, y todo gracias a Sasuke. 

Notas finales:

 

Eso es todo, espero que hubieran disfrutado de este hermoso día donde abundan las imagenes de esta linda parejita, nos vemos hasta el día que pueda actualizar algo 

 

Pd: ¿merezco review?


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