8. Buscando respuestas
La fuerte lluvia caía de las negras nubes que adornaban el tétrico escenario, en aquel cementerio se llevaba a cabo un sepulcro el padre rezaba porque el alma de aquella mujer llegara al cielo, las pocas personas presentes lloraban mientras veían la tumba sobre el soporte de esta y aquel chico de cabello negro lloraba sobre el ataúd de madera importándole poco que la lluvia lo tuviera empapado mientras sus lágrimas denotaban lo triste que estaba, era como si el cielo sintiera la tristeza de aquel pequeño niño ahora huérfano. Cuando el padre termino el rezo los enterradores prosiguieron a quitar al chico del ataúd, este se negó forcejeando con los hombres que lo intentaban alejar para hacer su trabajo, para poder controlarlo fue agarrado por tres hombres el resto se encargó de bajar el ataúd al hoyo de unos 8 metros bajo tierra, los gritos desgarradores y desesperados del menor resonaban por todo el lugar, se podía notar lo dolido que estaba.
Gon – ¡NOOOOOO SE LA LLEVEN!!! ¡POR FAVOR, TIA MITO!!! – Gritaba desesperado viendo como los hombres comenzaban a rellenar el hoyo con tierra no se la lleven sin ella voy a estar solo, no quiero que te vayas - ¡DETENGANCE, POR FAVOI DETENGANCE!! – les pedía a gritos a las personas pero nadie se detenía sin importar los gritos desesperados que pedían detener esa tortura, se sentía impotente, atado, frustrado y dolido sus lágrimas corrían por su rostro desconsolado sin ti ¿Quién va a cuidarme?, luchando por ser libre detener tortuoso recuerdo, esa triste y cruda realidad que lastimaba su pecho.
Ya cuando se terminó de llenar la tumba de arena el moreno fue liberado del agarre y corrió aun cayendo corrió hasta alcanzar el sepulcro frente a la lápida, donde estaba escrito el nombre de su tía la que siempre ha visto como madre su corazón latía con fuerza de tristeza y soledad, ya no tenía a nadie su padre lo abandono, su verdadera madre murió y su abuela también y por si fuera poco su tía fue asesinada un sentimiento nuevo nació del ese día al igual que su poder, quería venganza, que pagara por lo que hiso, lo ha hecho y lo que ara, en ese momento despertó su poder el cual quería usar para traer paz a las personas dolidas por ese maldito que le arrebato lo que más le importaba lo único que tenía, la tristeza lo consumía como si se estuviera hundiendo en un profundo océano de soledad.
Gon – ya caía la noche cuando se levantó con determinación del suelo de aquella tumba, de donde descansaba su querida madre – lo juro, te prometo que traeré paz a tu recuerdo te voy a vengar, are que page por lo que hiso – expreso en susurros aun con las lágrimas cayendo por sus mejillas – ¡te lo juro! – grito con la determinación pintada en el rostro, bajo la mirada de un chico a sus espaldas que lo miraba con tristeza, se giró con cuidado quedando cara a cara con el – ¿Quién eres? ¿Qué quiere? – le pregunto con evidente molestia y tristeza, aquel chico vestido de negro que no dejaba ver su rostro bajo su mirada al suelo.
… - lo siento, perdona me – dijo mientras lagrimas caían de sus ojos, Gon lo miro confundido y su mente se llenó de imágenes distorsionadas pero ninguna la pudo recordar solo escucho el eco de un “perdona me”.
Gon – no sé si pueda… - el nombre no salió de sus labios o será que simplemente no sabía su nombre – pero te encontrare para vengar a Miro-san ¡me escuchaste! – le dijo con determinación a la imagen difusa del chico de negro frente a él.
Llolololololololololololololololololololololololololololololololololololololololololololololololo
Killua – ¡Gon! ¡Despierta, Gon! – Gritaba el albino preocupado ya que el moreno se aferraba con fuerza a su cuerpo y no paraba de removerse – Gon, por favor reacciona – dijo con algo de miedo ya que en un movimiento rápido Gon lo aprisiono sobre su pecho y sus brazos quedando en una posición comprometedora Gon me estas asustando despierta pensó – es mi culpa, perdón Gon – dijo imaginando que tenía una pesadilla por su culpa
Gon – abrió lentamente los ojos para ver la mirada azulina de Killua el cual lo miraba preocupado – buenos días – le dijo con pereza, cuando su visión se aclaró noto la forma en la que está el albino encima de el con las mejillas ligeramente rosadas y los ojos preocupado, confundidos y tristes– eh ¿pero cómo terminamos así? – dijo algo alterado soltando a chico quien al verse libre se sentó en el piso frente al sofá para sorpresa de Gon quien se preguntaba si lo había lastimado.
Killua – creo que tenías una pesadilla – le explico y Gon recordó que soñaba con el día del funeral de Mito – te aferraste con fuerza a mi cuerpo, me subiste encima de ti y yo… estaba muy preocupado, asustado de que te doliera tanto lo que revivías – lo miro transmitiendo aquel sentimiento – quise despertarte pero no podía hacer nada, no podía hacer nada para que no sufrieras – no podía arreglar lo que te hice pensó cubriendo su cara, la mano del moreno se posó en su hombro y se sentó junto a él pero Killua no se voltio a verlo.
Gon – Killua, no es – por favor no lo digas pensaba el albino, Gon lo abrazo – tu culpa que tenga pesadillas con… - respiro era difícil para el decir esas cosas que aun dolían, Killua solo quería que se callara – la muerte de mi tía la que yo consideraba mi madre, tú no tienes nada que ver en eso – cada palabra destrozaba la mente de Killua, lo hacía sentir más culpable solo se dejó abrazar por el mayor siempre he querido compensarte, Gon.
Killua – Gon, ya es de mañana – le dijo en un intento por dejar el tema por el bien de ambos – ¿me ayudas con el desayuno? – le pregunto con una sonrisa algo forzada, tratando de sonar normal lo cual pocos notarían su tristeza y para su lastima Gon era parte de esos pocos.
Gon – decidió ignora esa tristeza que escondía para responderle la sonrisa – si vamos – le dijo y ambos se fueron a la cocina.
-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.- luego del desayuno -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.---.-.-.-.-
Ya eran las 9 de la mañana y los tres chicos comían tranquilamente, Biscuit bajo hace poco por lo que no ha dicho nada acerca de lo visto cuando ella llego pero no significaba que no tuvieras ganas de fastidiar con eso al menor. También habían preparado un postre, por petición del albino el cual era un pudin de chocolate, Killua lo veía con estrellitas en los ojos y rasgos de gato provocando la risita de Gon, además de una oportunidad para Biscuit quien afilo la mirada.
Biscuit –te lo vas a comer o le vas a pedir matrimonio – le dijo con burla sacando una venita de la frente del menor.
Killua – la miro con un puchero – no interrumpas vieja bruja – le dijo y un pudin volador-asesino le dio en la cara cayendo de la silla.
Biscuit – no soy un vieja bruja – dijo con el puño levantado y miranda sombría mirando al albino que se paraba cubierto de chocolate con cara de trauma.
Killua – ¿¡cómo te atreves a matar a tal belleza, vieja bruja!? – le dijo molesto, la rubia lo miro de igual forma.
Biscuit – no soy una vieja bruja, gato adicto al chocolate – le dijo con fuego en los ojos, no iba a dejarse ganar por ese chico.
Killua – yo no soy un gato adicto al chocolate – le dijo con la piel erizada como un gatito, él ya sabía que parecía gato pero no lo iba a admitir frente a esa vieja, su orgullo no se lo permitía.
Biscuit – claro no lo eres, tu eres un chocoloco no se sorprendería que te casaras con un chocolate y dejaras a Gon– le contesto.
Killua – claro que no dejaría a Gon por el chocolate, vieja bruja vete a buscar lentes – le respondió retándola con la mirada.
Gon – se sentía pequeño en medio de esa discusión que en su parecer era estúpida pero si interrumpo los dos conspiraran contra mi pensó mientras su amigo y maestra se lanzaban cuchillos con la mirada, por su parte el solo se dedicó a beber un café.
Biscuit – ¡no soy una vieja bruja! –
Killua – ¡no soy tan adicto al chocolate! –
Biscuit – ¡claro que lo eres, no me sorprenderías que te robaras una tienda de chocolate! –
Killua – ¡sabes conozco donde venden unas buenas andaderas por si te duele la espalda! –
Biscuit – ¡debiste pedirle matrimonio al pudin! –
Killua – ¡ya sé por qué te ves así de vistes hacer una poción o algo así para verte joven, vieja bruja! –
Biscuit – ¡no soy tan mayor, mocoso! –
Killua - ¡claro que lo eres tienes 57 años, eres un vejestorio! – lo grito sin pensar y todo quedo en silencio, ¿Por qué? Pues…
Biscuit – ¿Quién te dijo cuanto tengo? – le pregunto ya que pocos sabían su edad verdadera, Gon escupió el café.
Gon – ¿¡tienes 57!? – le pregunto sin creérselo, Biscuit le sonrió nerviosa.
Biscuit – pues sí, pero lo extraño aquí es que pocas personas saben eso – dijo mirando a Killua con una mirada de “te atrape”.
Killua – comenzó a reír con sus rasgos felinos, bajo las miradas extrañadas de los dos – solo la tire a pegar, no pensé que eras así de vieja jajaja – dijo con una gran sonrisa dibujada en el rostro ahora era Biscuit la atrapada y la rubia con gran molestia le dio un ganchazo mandándolo a volar.
Biscuit – eso me pasa por bruta, debí imaginármelo maldito gato – dijo molesta dirigiéndose al baño.
Gon – ¿estas bien? – Le pregunto viendo espirales en los ojos de su amigo – creo que Biscuit se pasó un poco – dijo con desanimo viendo a su amigo desmayado en el piso.
Mientras en un edificio…
6 sombras se reunían en una habitación donde se apreciaba bastante bien aquella ciudad que parecía chocar con aquel enorme bosque de una forma armoniosa, todos precian serios como si algo tramaran y pues es así aquellas sombras pronto llevarían sus planes a acción.
Sombra 1 – la sombra que se encontraba en la parte superior de la mesa hablo con autoridad – ¿Cómo están los experimentos, funciona? – por lo que parece es el líder, se podía notar su cabello largo.
Sombra 2 – se levantaron dos personas y mostrando unos planos detrás de ellas, lo que parecía ser una maquina en forma de campana que se encontraba en el techo de ese alto edificio – por lo que tenemos parece que funciona a la perfección, hoy mismo podemos llevar a cabo el experimento final – dijo con seguridad la voz femenina lleva lentes y su cabello es corto.
Sombra 3 – y si usted lo desea, mañana mismo podemos realizar la búsqueda – dijo otra voz pero masculina igual de cabello corto.
Sombra 1 – si pero antes quiero visitar a un viejo amigo, si le puedo decir así – una risita escapo de sus labios – Hisoka, ¿ya sabes dónde están? – pregunto a un payaso pelirrojo sentado no muy lejos de él.
Hisoka – claro, será divertido visitar a Illumi-cha – dijo risueño con una sonrisa sádica lástima que no estarás hay Kill-cha.
Sombra 1 – pues andando, tenemos una visita que hacer – dijo para levantarse de la silla seguido de todos.
--------.-.-.-.-.-.-.-mientras en los edificios pertenecientes a Illumi por la tarde (5:00)-.-.-.-.-
Era una edificación vieja, casi en ruinas de colores verdes y marrones un lugar solitario al encontrase a las afueras de la ciudad rodeado por el bosque se suponía que debió ser demolido hace ya un par de años, pero ahora era la base del marionetista negro o Illumi.
El mayor de los hermanos Zoldyck tenía la mirada fija en la puerta, era una mirada seria como si estuviera molesto o esperando algo o alguien, en ese instante la puerta se abrió dejando ver a Milluki quien tenía una cara de preocupación se va a molestar pensó el menor de los dos mientras se acercaba a sentarse mirándose ambos a los ojos.
Illumi – ¿ya encontraste a Kill? – le pregunto con cierta molestia de no haber visto al menor ya en 9 días, por lo general este solo se iba una o 2 días cuando mucho pero siempre estaba en el bosque pero no encontrarlo lo tenía frustrado.
Milluki – bueno, veras… - un golpe en la mesa lo enmudeció, la mirada sombría del mayor lo tenía petrificado en esa silla.
Illumi – ¿lo encontraste? – dijo acercándose peligrosamente al menor.
Milluki – yo… no lo he – Illumi lo habría golpeado pero una risilla lo detuvo, miro el origen de esta y era ni más ni menos que el rey de roma, Killua.
Killua – buenas, aniki – dijo como si nada, estaba sentado en el marco de la ventana con una mirada fría la cual se notaba por debajo de la máscara plateada.
Illumi – Kill, ¿Dónde estabas? – le pregunto con seriedad, decir que estaba molesto era poco – tengo muchos trabajos atrasados por tu culpa – dijo con fastidio.
Killua – me vale muy poco tus asuntos y lo sabes bien, y sobre donde estaba eso no te importa – le dijo de forma monótona pero algo fastidiada.
¿? – No sabía que tuvieras problemas internos – dijo una voz con burla desde la puerta, los presentes lo miraron con molestia a excepción de Milluki quien lo miraba con miedo – que miradas tan serias, ¿acaso no les agrada verme? – dijo mirado a Illumi y luego al chico en la ventana.
Illumi – obvio no me agrada verte, Omokage ¿a qué vienes? – le dijo con cierta molestia en su voz.
Omokage – paso de el para ver al chico en la ventana – tú debes de ser Luna, su hermano menor si no me equivoco – miro bien al chico para acercar a él pero Illumi le impidió el paso.
Illumi – dime a que vienes y vete – le dijo con seriedad como un animal que protege a uno más débil.
Killua – no soy tan débil – dijo con fastidio, bajo la mirada de Omokage.
Omokage – tú ya debes de saber que quiero – comenzó a hablar para sentarse aun lado de Milluki – quiero saber cómo hacer VBB – dijo y Killua se exalto lo único bueno es que no sabe de donde viene pensó el albino mirándolo con interés.
Illumi – jamás te diré como – dijo muy serio casi molesto, el peli largo de cabellera blanca rio por lo dicho.
Omokage – eso será interesante, sabes este en un prototipo de un rastreador y si presiono este botón – dijo presionándolo el albino sintió mareo como aquella noche – produce ondas que hacen vibrar la VBB, si todo sale bien al subir el nivel debe de salir – al subirlo el dolor aumento más le dolía el pecho, le costaba respirar y la tos comenzó, Omokage lo miro interesado – ¿te encuentras bien? – dijo con algo de duda.
Killua – cof cof cof – en fin termino por toser sangre y lo que binó fue peor, ahora tosía un líquido negro, Omokage sorprendió aumentando el nivel del aparato, aun con la mano en la boca alzo la mirada con furia – ya deja eso – le dijo limpiándose la boca, aun con ese dolor en su cabeza esa cosa es un fastidio pensó con ira analizando la situación.
Omokage – que interesante ¿será que guardan algo tan toxico en tu cuerpo? Eres muy mal hermano Illumi – Killua ya no soportaba mas eso y en un rápido movimiento se encontraba junto a Omokage arrebatándole aquel aparato de sus manos – oye devuelve eso – dijo intentando agarrar al albino pero este fue más rápido esquivándolo y pararse enfrente de la ventana amenazando con romperlo.
Killua – tienes razón Illumi es peor hermano mayor del mundo – dijo con cierto tono de burla y molestia.
Illumi – Killu – llamo la atención del chico de cabellos albinos el cual veía como Milluki como buen cobarde que es intentaba huir del lugar – dámelo – le ordeno pero grande fue su sorpresa al ver como lo ignoro y se acercó a Milluki pisando su cabeza – ¿se puede saber que haces? – dijo ya molesto por la actitud del menor el cual sonrió con burla.
Killua – no, mejor ágamos una apuesta – dijo como si se tratara de un juego de niños lo que en su cabeza se maquinaba.
Omokage – Illumi, ¿Qué planeas con esto? ¿Qué quieres obtener? – pregunto con rabia lo que el menor sostenía era muy valioso más de lo que pensaban los demás presentes.
Illumi – Killu, déjate de juegos – le ordeno siendo la respuesta una sonrisa macabra – no creas Omokage, esto tampoco me está gustando – dijo en respuesta a su pregunto y el de pelos largos pudo notar la verdad en sus palabras por la ira reflejada en su rostro.
Killua – que bueno que no te guste, no era mi intención que fuera de su gusto mis queridos invitados – dijo con diversión aumentando la presión en la cabeza del mayor y en lo que sostenía.
Milluki – K-Kill por que no te calmas – de un momento a otro el albino atravesó ambas manos del mayor bajo sus pies con dos dagas – ¡¡¡¡AAAAAHHHH!!! – fue lo que resonó en el lugar llamando la atención de todos en el edificio.
Illumi – Killu, no deberías lastimar a tu hermano – dijo con evidente molestia, pero el menor solo rio como si de un juego se tratara.
Killua – sabes, me siento libre aun con este dolor de cabeza puedo oponerme a tu voluntad y hacer lo que me venga en gana, aniki – le expresó feliz de la vida con una mirada siniestra – mejor veamos que se rompe primero ¿el cráneo de Milluki bajo mi pie o el control en mi mano? – dijo sin ocultar su sadismo llenando el lugar con un aura muy oscura, asiendo temblar el lugar por tal energía oscura.
¿? – jefe ¿se encuentra… bien? – Pregunto un hombre de cabellos rubios con traje deportivo, que miraba ahora con asombro la escena – ¿Qué pasa aquí? – pregunto extrañado al ver la mirada y el aura despedida por el menor en esa sala.
Omokage – solo un por menor – dijo con seriedad mirando al rubio – ¿algo más que decir? – pregunto sabiendo que no era su salud la única razón de la llegada del rubio.
¿? – la poli esta abajo subiendo por las escaleras – dijo y como si fueran palabras mágicas entraron sujetos armados apuntando a todos, los cuales seguían tranquilos.
Hombre de los polis – manos arriba y – no termino de decir ya que cayó muerto al suelo con una daga en la cabeza.
En un movimiento ágil el albino pateo a las personas en la entrada para salir corriendo por los pasillos, esquivando con habilidad los intentos por detenerlo como lo eran las balas y una que otra espada, de un momento a otro se vio rodeado por varias personas unas venían por los pasillos y otras subiendo las escaleras pero lo que más le preocupaba al pequeño enmascarado era el aura de ambos marionetistas acercándose a su posición, grande fue la sorpresa de los presentes cuando el chico se lanzó por el centro de la escalera de caracol. Era como si el tiempo fuera lento para el escuchaba los gritos de las personas diciendo “el sospechoso está cayendo por la escalera” o algo así estaba muy relajado como para preocuparse por lo que decían, lo cual era raro considerando que caí desde el piso 20 del edificio, ignorando la mayor parte de las miradas cuando estaba a pocos metros del suelo el cual lo recibió con un delicadeza ya que extrañamente parecía que el albino hubiera engañado a la gravedad cayendo con delicadeza sobre el duro suelo dejando boca abierta a todos lo que lo veían entre todas esas miradas no pudo evitar posar la suya sobre unos ojos marrones que lo veían con curiosidad y odio, su mente quedo en blanco mirando esos ojos provocando que para ambos solo existieran ellos solos, era extraño pero ambos sabían que se conocían uno más que otro sabía quién era el otro, lo primero que vino a la mente del albino fue el nombre del que lo miraba con fiereza, posando su mano en su corazón ya que por alguna razón dolía.
Killua – Gon… - fue el susurro que salió de sus labios no me mires así ¿no te das cuenta que me lastimas con esa mirada? ¿Acaso me odias tanto? Eran los pensamientos del menor por aquella mirada ahora llena de odio dirigida a su persona.
Las personas miraban la escena con extrañes esperando la orden de su superior de atacar al objetivo, el silencio reino y el albino negó con la cabeza para desviarla a otro lugar de la habitación más específico al piso mirando su mano que reposaba en su pecho, despertando la furia del moreno quien ya consiente de la oportunidad frente a él y sabiendo que el chico frente a él estaba perdido en sus pensamientos ordeno a todo pulmón.
Gon – ¡¡¡DISPAREN!!! – ese grito rompió el silencio el cual fue apuñalado por las balas disparadas en la dirección del albino quien mantenía los ojos cerrados, siendo escuchado solo por el moreno aquellas palabras casi inaudibles que provocaron desconcierto en su cabeza.
Killua – perdón – fue lo que escucho el moreno antes de oír el hueco sonido de las balas chocar contra el suelo de la habitación junto al sonido del salpicar de aquel líquido color carmín.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- en otro lugar lejos del edificio-.-.-.-.-.-.-.-.-.
La pequeña morena se hallaba observando desde lejos los sucesos dentro del edificio perteneciente a su hermano mayor con un rostro inexpresivo, con los ojos color negros dando paso a “aquello” y a entender que no era esa niña dulce de ojos color cielo.
Nanika – tan difícil será que toquen a par, pero está más que predicho como terminaremos en esta primera vuelta por que la segunda es en la cual podrán estar en paz, canta y no te calles que así el podrá seguir tocando dándole sentido a este abismo – expreso desapareciendo de aquel lugar donde observaba todo sin la necesidad de estar presente.